Mendoza tiene más de 300 desarrolladores de videojuegos
Distintos títulos producidos en la provincia han logrado reconocimiento internacional, a pesar de las dificultades que tienen los estudios locales para impulsar sus propias creaciones.
Por Alexis Montivero

La irrupción de los smartphones en la vida cotidiana revolucionó varias industrias, como la fotografía, la música o los videojuegos. Este último caso es uno de los más significativos en Argentina, donde una encuesta reveló que el 66% de los usuarios juegan con estos dispositivos. Además, en el país no sólo es una forma popular de entretenimiento, sino también de trabajo.
Es que no sólo se trata de un alto número de usuarios, sino que también se pueden encontrar cada vez más desarrolladores argentinos, situación en la que Mendoza no es ajena. Según una estimación de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentinos (ADVA), en la provincia existen más de 300 profesionales dedicados a producir nuevos títulos.
Además, en Mendoza también se está conformando un observatorio del sector, destinado a evaluar la situación de los estudios locales y utilizar esa información para diseñar estrategias que impulsen a la industria, según explicó Ignacio Baldini, representante local de ADVA y director de Bacus Studios.
Esto se debe a que el público local está dispuesto a consumir: tan sólo en 2019, en Argentina se generaron 495 millones de dólares en la industria del Gaming, según el reporte Global de Games realizado por Newzoo, ubicándose tercero en Latinoamérica detrás de México y Brasil. El problema, sin embargo, es la falta de estructura y acceso a financiación para consolidar los distintos proyectos.
"Uno no puede ir al banco porque le piden un bien físico para garantía. Mi producto entra en un pendrive. Incluso el valor está en la propiedad intelectual y no en el juego en sí", explicó Baldini. Un ejemplo de esa situación es Fortnite, que se puede descargar gratis, pero obtiene dinero con la venta de tarjetas, muñecos, y distintos factores para personalizar a los personajes que el jugador utiliza.

Con ese panorama, elaborar un videjouego propio es un riesgo en el que los desarrolladores apuestan a un título durante años, buscando financiación externa. En esta situación se encuentra la mayoría de los más de 15 estudios que se encuentran en distintos puntos de la provincia. La mayoría, para poder obtener ingresos mientras trabaja en sus propias ideas, desarrolla para compañías más grandes.
"Los que tienen propiedad intelectual propia hacen una inversión más riesgosa, pero si la pegan les puede ir muy bien", aportó Baldini.
El fundador de Bitr Studios, Guillermo Núñez, detalló que el proceso puede demorar desde 6 meses hasta 8 años, aunque un estándar puede calcularse en 2. "Estar todo ese tiempo sin ver ingresos si es tu primer videojuego no es viable, hay que buscarle la vuelta. Ethereal, por ejemplo, es un excelente juego local que tardó cinco años", ejemplificó.
Además, lograr visibilidad desde Mendoza depende de conseguir un "publisher", un rol similar al de un inversor y encargado de marketing que en Argentina no hay. "Los desarrolladores tienen que ir a eventos internacionales, en Estados Unidos, Europa o Asia y ahí convencerlos de poner plata en nuestro país", señaló Núñez.
Si se consigue un publisher, se firma un acuerdo por ganancias, en la que se realiza un primer desembolso para que el estudio desarrolle el videojuego. Una vez terminado, el distribuidor lo publica en todo el mundo y luego se queda con el 30%.
Aún así, las primeras semanas son claves, ya que en la mayoría de los casos es cuando se genera el 90% de las ganancias. "Después baja un montón, a menos que sean casos especial. Es bastante difícil, pero acá hay mucho talento a nivel local y recién empezamos la parte de internacionalización. Además, hay muchos indicios de crecimiento: se puede estudiar la carrera, hay cursos para estudiantes de secundaria y la UNCuyo hace seminarios de desarrollo de videojuegos", agregó.
Fuente: elsol.com.ar


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