sábado, 27 de marzo de 2021

Starbase, la ciudad de las estrellas de Elon Musk
Por Daniel Marín



Pese a que los restos de la SN10 todavía están calientes sobre la plataforma de aterrizaje, el prototipo Starship SN11 ya está en la rampa de lanzamiento. Los planes de Elon Musk siguen su habitual ritmo frenético y, como ya es costumbre, el CEO de SpaceX se mantiene siempre dos pasos más allá de las expectativas de todo el mundo. Si hace poco se hizo con las plataformas petrolíferas Fobos y Deimos para reconvertirlas en puertos de lanzamiento y aterrizaje del sistema Starship, ahora el foco está en sus planes para crear una ciudad dedicada a su visión. La nueva ciudad se denominará Starbase y estará situada en Texas. No incluirá únicamente las actuales instalaciones de Boca Chica, limitadas por hallarse en medio de un parque estatal y por la proximidad de otras poblaciones. Starbase pretende ser un proyecto grandioso, una especie de de Tomorrowland coheteril. Aunque hay que señalar que antes de nacer ya se ha encontrado con cierta resistencia por parte de un juez del condado de Cameron, donde se halla Boca Chica, que no ve con muy buenos ojos la fusión de esta población con la nueva ciudad artificial de Starbase.


La SN10 poco antes de aterrizar en Boca Chica (SpaceX).
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Starbase albergará también instalaciones de Tesla y de Starlink. Pese a que actualmente Starlink forma parte de SpaceX, no olvidemos que Musk quiere convertirla en una empresa independiente una vez de beneficios. Por ahora Starbase es un simple proyecto, pero lo que sí es más tangible es el plan para ampliar las instalaciones de lanzamiento de Boca Chica. Gracias a un reciente documento hemos podido saber que SpaceX quiere añadir una segunda plataforma de aterrizaje y un stand para pruebas estructurales del sistema Starship-Super Heavy, así como una rampa de lanzamiento orbital adicional de este conjunto (en estos momentos hay construida una plataforma de lanzamiento orbital). Las dos rampas orbitales estarán acompañadas de sus respectivas torres de integración (que también deben servir para recoger los Super Heavy en vuelo durante el descenso ahora que Musk quiere aligerar estas primeras etapas mediante la retirada del tren de aterrizaje). Naturalmente, también se construirán nuevas «granjas de tanques» y se expandirán las ya existentes.


La ampliación de la zona de lanzamiento de Boca Chica. Todo lo que está fuera del perímetro violeta es nuevo (www.swg.usace.army.mil).


Como suele ocurrir con SpaceX, el hecho de que se esté planeando esta ampliación no significa necesariamente que vaya a tener lugar o, al menos, que tenga que incorporar todos los elementos que se describen en el documento (tampoco está muy claro que se permita a la empresa efectuar todas estas modificaciones, que tienen un claro impacto medioambiental en una zona protegida). Pero es obvio que a SpaceX las instalaciones de lanzamiento de Boca Chica, que en estos momentos incluyen dos rampas de lanzamiento suborbitales y una plataforma de aterrizaje, se le han quedado pequeñas y ahora mismo son un cuello de botella que le impiden probar los prototipos de la Starship —y, dentro de poco, el Super Heavy— con la suficiente velocidad. La zona no es la más indicada desde el punto de vista medioambiental y de seguridad para llevar a cabo lanzamientos orbitales del sistema Starship-Super Heavy, pero Musk no renuncia a, como mínimo, efectuar las primeras pruebas del sistema desde Boca Chica. Más adelante, y si quiere alcanzar el ritmo de misiones previsto, deberá usar también las plataformas Fobos y Deimos o las instalaciones de lanzamiento de la Starship en la rampa 39A de Florida. Estas últimas se comenzaron a construir hace un par de años y han quedado relegadas por el rápido crecimiento de las infraestructuras en Boca Chica, pero siguen estando dentro de los planes de Musk.

A más corto plazo, la prioridad de SpaceX es lograr que un prototipo Starship realice un salto de diez kilómetros y sobreviva más de diez minutos para contarlo. Esa es la misión que debe realizar la SN11 en las próximas semanas (esta misma semana con mucha, mucha suerte), pero, si no lo consigue, habrá que esperar a la SN15. La SN10 se acercó mucho, pero también volvió a dejar claro que las deficiencias del sistema de propulsión son más importantes de lo que se esperaba, incluso después de numerosas pruebas con los motores Raptor. Si la SN11 es un éxito, SpaceX se centrará a continuación en el Super Heavy con los prototipos BN1 y BN2. El Super Heavy es imprescindible para que el sistema alcance la órbita y, aunque su diseño es más sencillo porque no lleva escudo térmico ni debe realizar la loca maniobra de aterrizaje vertical final, hacer funcionar 28 motores Raptor al mismo tiempo no tiene nada de trivial, sobre todo viendo los problemas de presurización y reignición que han presentado los últimos prototipos Starship (eso sí, los prototipos BN1 y BN2 solo llevarán dos o tres Raptors).


Situación de la zona de lanzamiento de Boca Chica, junto a la frontera con México (www.swg.usace.army.mil).


Los planes originales para la base de lanzamiento de Boca Chica (2013), que no tienen nada que ver con los actuales (Wikipedia).

Para llevar a cabo todo este grandioso plan de pruebas, es evidente que las instalaciones de Boca Chica deben crecer… una vez más. Y, con cada ampliación, aquella imagen mental bucólica de grandes naves espaciales de acero despegando desde una planicie virgen en Texas va quedando poco a poco relegada al olvido. Boca Chica se parece cada vez más a un gran puerto espacial bullicioso, amplio y complejo. Y es que nadie dijo que alcanzar las estrellas fuese fácil.


Otra vista de la SN10 aterrizando porque sí (SpaceX).




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