CAS Space: la respuesta china al cohete suborbital New Shepard de Blue Origin
Por Daniel Marín
Las empresas privadas espaciales chinas están que no paran. Hace poco vimos cómo el panorama de proyectos y compañías están en plena efervescencia. Uno de los últimos proyectos es, ni más ni menos, la respuesta china al lanzador New Shepard de turismo suborbital. La propuesta procede de la empresa CAS Space —中科宇航, su nombre completo es Beijing Zhongke Aerospace Exploration Technology Co., Ltd., 北京中科宇航探索技术有限公司—, que ha presentado un lanzador enfocado al mercado suborbital. La propuesta de CAS Space es curiosa porque combina conceptos de diseño del cohete New Shepard y otros de SpaceX. Por un lado, el lanzador es un pequeño cohete de una etapa con una cápsula cuyo diseño general es similar al New Shepard, sin embargo, emplea queroseno como combustible en vez de hidrógeno, como el New Shepard, y tiene una cápsula cuya forma recuerda poderosamente a la Crew Dragon.
Pero además, el lanzador, que será reutilizable, no aterrizará verticalmente como el New Shepard o el Falcon 9, sino que será capturado por los brazos de la torre de lanzamiento con el fin de evitar tener que incorporar un tren de aterrizaje. Sí, efectivamente, se trata del mismo sistema propuesto por SpaceX para su sistema Starship. El cohete tiene un diámetro de 3,35 metros de diámetros y una masa al lanzamiento de 70 toneladas. Empleará cinco motores de kerolox Xuanyuan 1 (玄鸢一号), de 15 toneladas de empuje (20 toneladas en el vacío). El perfil de misión es el mismo que el del New Shepard, o sea, el cohete enviará la cápsula, de 3 metros de altura y 3,35 metros de diámetro, con hasta siete ‘suborbinautas’ por encima de los cien kilómetros de altitud. Los pasajeros podrán disfrutar de la vista gracias a cuatro ventanas panorámicas y estarán menos de diez minutos en microgravedad. Tras seguir una trayectoria parabólica, la cápsula descenderá con tres paracaídas, como en el caso del New Shepard. CAS Space planea lanzar el primer vuelo de demostración de un prototipo el año que viene y el primer vuelo no tripulado del sistema para 2023. Los vuelos turísticos podrían comenzar en 2024.
Sería fácil despachar esta iniciativa como un powerpoint más sin mucho futuro, pero hay que tener en cuenta que CAS Space, basada en Nansha (Guangzhou), no es cualquier empresa. Se trata de una compañía subsidiaria de la Academia China de las Ciencias (CAS), una de las organizaciones protagonistas del programa espacial chino. CAS Space nació en 2018 y, a diferencia de otras empresas new space chinas, que se han centrado sobre todo en desarrollar nuevos cohetes de combustible líquido, ha apostado por la creación de una nueva generación de cohetes de combustible sólido no basados en misiles ya existente. En concreto, la empresa quiere poner en servicio la serie de cohetes ZK-1A, ZK-1, ZK-1B y ZK-2 (Zhongke, 中科), que podrán situar en órbita hasta 15 toneladas (sí, la nomenclatura elegida es fácilmente mejorable). Este año debe debutar el lanzador ZK-1A (中科一号甲), capaz de colocar en órbita polar unas 1,5 toneladas, unas prestaciones que lo convertirán en el cohete de combustible sólido chino más potente en servicio, superando al CZ-11 del conglomerado estatal CASC.
Además de la familia ZK de combustible sólido, CAS Space apuesta por proyectos con combustible líquido. Este mismo año puso a punto un pequeño demostrador de despegue y aterrizaje vertical de apenas veinte kilogramos y ya ha efectuado pruebas de encendido del motor Xuanyuan de kerolox (a través de otra empresa subsidiaria, XAPT). El objetivo es desarrollar los cohetes reutilizables de combustible líquido ZK-3, ZK-4A y ZK-4, con un diseño que recuerda claramente al Falcon 9, aunque se trata de vectores más pequeños. El ZK-3 podrá colocar 1,5 toneladas en órbita polar, mientras que el ZK-4 llegará a las 4 toneladas.
CAS Space es una empresa que vale la pena seguir, además de por sus conexiones con la Academia China de Ciencias, porque debe liderar en buena medida el desarrollo del sector espacial en Guangdong, una de las provincias chinas más pujantes desde el punto de vista económico, pero que, hasta ahora, ha permanecido relativamente al margen del programa espacial chino. Aunque el número de nuevas empresas chinas dedicadas a desarrollar lanzadores se ha disparado en los últimos años, no olvidemos que también hay una importante demanda interna de satélites chinos de pequeño tamaño y todo tipo de constelaciones. De hecho, muchas empresas chinas privadas y públicas dedicadas a la construcción de satélites se quejan del cuello de botella que supone la actual escasez de lanzadores en servicio, y eso a pesar de que los cohetes Larga Marcha no paran de incrementar su ritmo de lanzamientos cada año. No obstante, los lanzadores Larga Marcha se centran lógicamente en cargas útiles gubernamentales, de ahí que estas empresas estén deseando que la avalancha de lanzadores de nueva generación se haga realidad. Y ahora, además de lanzar satélites, también vemos que van a por el mercado del turismo suborbital.
Fuente: danielmarin.naukas.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario