viernes, 29 de septiembre de 2023

Despertando la vocación científica: alumnos de escuelas secundarias diseñaron satélites y los lanzaron en el Centro Espacial de Córdoba
Los satélites del tamaño de una lata de gaseosa fueron diseñados y construidos por los estudiantes, acompañados por docentes y referentes en el tema. La iniciativa buscó incentivar vocaciones y mostrar que en Argentina es asequible una carrera aeroespacial. Las misiones de las cargas útiles abarcaron desde medir sonidos ambientales perjudiciales para la salud hasta estimar índices de microplásticos en el aire.


Foto: Prensa CANSAT

Este jueves, en el marco de la competencia CanSat Argentina, se lanzaron los satélites diseñados por estudiantes de escuelas secundarias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Organizado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT), el evento tuvo lugar en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, ubicado en Córdoba, y su objetivo principal es despertar vocaciones científicas y tecnológicas en los y las jóvenes.

La competencia internacional CanSat es una iniciativa impulsada por varias agencias espaciales del mundo –entre ellas, la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa–, que propone a estudiantes construir una carga útil del tamaño de una lata de gaseosa (de allí el término, CAN –lata– y SAT –satélite–) y lanzarlo en un cohete. Esta es la segunda edición que se realiza en Argentina y contó con 490 equipos inscriptos de los cuales solo cinco llegaron a la final.


Foto: Prensa CANSAT

Tras capacitaciones dadas por personal técnico, instancias de trabajo y evaluaciones, los grupos estudiantiles lanzaron este jueves sus desarrollos a bordo de cohetes provistos por la empresa Skytec, que alcanzaron una altura de hasta 230 m. Una vez en el aire, se desprendieron y comenzaron a cumplir sus misiones para luego ser recuperados y analizados por los y las estudiantes. El viernes expondrán los resultados, recibirán charlas de empresas del sector espacial nacional y realizarán una visita al predio de la Conae y sus laboratorios.

Durante la jornada de lanzamiento, los equipos estudiantiles estuvieron acompañados por sus docentes, personal técnico de la Conae, el MinCyT y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Además, el evento contó con la participación de Pablo Nuñez, subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Pablo de Chiara, ministro de Ciencia y Tecnología de la provincia de Córdoba, Raúl Kulichevsky, director Ejecutivo y Técnico de la Conae, Marcos Actis y Juan Cruz González Allonca, miembros del directorio de la agencia espacial. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación Daniel Filmus participó por videoconferencia y dialogó con los alumnos, alumnas y profesores.

Nervios, alegrías y vínculos más estrechos

Las misiones de los distintos equipos respondieron a problemas ambientales: evaluar regiones incineradas de campos que mejoren el manejo de cultivos, estimar los índices de contaminación lumínica y atmosférica producida por el tránsito vehicular, calcular los microplásticos en el aire y medir los sonidos ambientales que pueden afectar la salud y el bienestar humano.

Santiago Giacolla, representante del proyecto “Roldán 2” de Santa Fe, cuenta: “A la hora de elegir una misión, teníamos que pensar en algo que respondiera a un problema ambiental. En ese sentido, definimos que el objetivo sea detectar la cantidad de microplásticos presentes en el aire, algo que no existe en Argentina aún, pero sí en otros lugares como México o Inglaterra”.

Y agrega: “El lanzamiento fue exitoso, pudimos tomar muestras que vamos a mandar a analizar, y la experiencia estuvo buenísima. Tuve una combinación de sentimientos como nervios, entusiasmo y alegría”.


Foto: Prensa CANSAT

Por su parte, Mateo Moragas, integrante del proyecto “HYPERION” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, detalla su vivencia: “Nuestra misión tenía el objetivo de medir los índices de contaminación lumínica y generar un halo de proyección para ver la altura a la que llega. Fue una experiencia que nos permitió reforzar un montón de contenidos, aprender otros e involucrarnos en algo que de otra forma no podríamos haber experimentado”.

Desde su mirada como profesor y coordinador del proyecto “Novationes” de Córdoba, Matías Leuci amplía: “El aprendizaje alrededor de un proyecto es distinto al que se da en el aula, sobre todo si tenemos en cuenta la exigencia y duración del mismo. Requiere compromiso, tolerancia a la frustración y cultivar el espíritu del grupo. Así, empezamos a compartir horas de trabajo, asados en familia, cumpleaños, fui dejando de ser el profesor para pasar a ser el hermano mayor”. También estuvieron los proyectos “Cóndor Salvaje” de Tucumán y “ConcorSat” de Entre Ríos.

Argentina en la mesa chica espacial

En el mismo sentido que el Plan Nacional Espacial que prioriza actividades de educación y formación, la competencia de CanSat incentiva a los y las jóvenes a reproducir a escala el proceso por el cual se diseña, construye, prueba, lanza y opera un satélite.

La importancia de la experiencia es central y radica principalmente en el lugar que ocupa Argentina en la industria aeroespacial: se trata del primer país de la región con presencia en el espacio, uno de los diez del mundo con capacidad para construir un satélite desde cero y el onceavo con mayor número de satélites espaciales.


Foto: Prensa CANSAT

Entre ellos, se destacan ARSAT-1 (primer satélite de tipo geoestacionario diseñado, construido y testeado íntegramente en Argentina) y ARSAT-2 que ofrecen cobertura de telecomunicaciones a los sectores más alejados, así también están los SAOCOM que son satélites de observación terrestre.

Así lo manifiesta el titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación: “Argentina es uno de los pocos países que puede sentarse en la mesa chica de la discusión aeroespacial en el mundo. Nos hemos reunido con las instituciones del sector en India, China y en Estados Unidos y este país puede sentarse de igual a igual a hablar”.

Actualmente, también avanza el desarrollo del Tronador II, el lanzador de satélites, y de SABIA-MAR, una misión que se enfocará en el estudio de las regiones costeras argentinas y de Sudamérica.


Foto: Prensa CANSAT




Estudiantes secundarios lanzaron sus satélites en busca de información ambiental
Es parte de la competencia CANSAT para que alumnos de escuelas de todo el país diseñen pequeños satélites. Los dispositivos realizan mediciones y caen a Tierra. El rol de la CONAE.


CANSAT llegó a su etapa de lanzamiento.

Satélites del tamaño de una lata de gaseosa realizados por cinco equipos de estudiantes secundarios provenientes de diferentes provincias fueron lanzados hoy desde el Centro Espacial Teófilo Tabanera, en Falda del Cañete, Córdoba, para recabar información sobre problemáticas ambientales en el marco de la competencia Cansat Argentina.

“Nuestra misión consiste en detectar microplásticos en el aire. La idea surgió porque en Argentina no hay mediciones de cuánto microplástico hay en el aire, como sí hay en México o Inglaterra”, contó luego del lanzamiento a la prensa Santiago Giacolla, estudiante de la Escuela de Educación Técnico Profesional Nº 643 Granaderos de San Lorenzo de la localidad de Roldán, Santa Fe.

Nervioso y emocionado, como el resto de los integrantes de su equipo “Roldán 2” y de todas las personas presentes, Santiago aguarda ahora el análisis de laboratorio de la muestra de aire que logró capturar el satélite mediante un preciso sistema que abrió una compuerta cuando estaba en el aire y la cerró antes de que cayera.

Contaminación

Para Mateo Moraga, estudiante del Colegio León XIII de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e integrante del equipo Hyperion, “la experiencia fue algo distinto a todo lo que había hecho antes; fue un proceso largo y logramos el primer objetivo que fue lanzarlo exitosamente”.

Pero, además, el joven también está satisfecho con los primeros resultados que observaron: el objetivo de esta misión, que bautizaron Luminet, era medir “los índices de contaminación lumínica y posterior a eso llegar a un halo de proyección de hasta qué altura llega esta contaminación; lo que logramos es un registro de referencia en una zona lejana a una ciudad, ahora hay que continuar midiendo para establecer comparaciones”.

“Esta experiencia fue muy importante porque pudimos involucrar distintas áreas que ven por separado en la escuela; esto hace que ellos puedan unificar esos contenidos y encontrarle un sentido”, indicó por su parte Marcelo D’Andraia, docente de la León XIII.

De todo el país

En la misma línea, Matías Leuci, profesor del Colegio Nacional de Monserrat de Córdoba capital e integrante del equipo Novationes, sostuvo que “lo que propone CanSat gira en torno al aprendizaje basado en proyectos, que es diferente al que se da en el aula y con un nivel de exigencia y duración que requieren un nivel de compromiso muy alto y un gran ejercicio de tolerancia a la frustración”.

La misión de Novationes se llama Dustbusters y apunta a medir la contaminación ambiental por polvo, a partir de sensores que viajan a bordo del satélite. Por su parte, Baltazar Lescano estudiante del Instituto Técnico de Aguilares, en la localidad tucumana de Concepción e integrante del equipo “Cóndor Salvaje”, contó que la misión de su satélite, que bautizaron como “Ojo de Cóndor”, era medir la calidad del aire y la contaminación que produce la quema de caña de azúcar y los basurales a cielo abierto.

“Nos habíamos propuesta un tercer desafío que era que el satélite tuviera un descenso guiado, pero no lo logramos como lo habíamos previsto, probablemente por el viento”, contó, aunque manifestó que eso no les quito la emoción del lanzamiento.

Por último, el equipo Concorsat, de la Escuela San Roque González de Santa Cruz (Concordia, Entre Ríos) lanzó su satélite para la misión Saint-Exupéry con el objetivo de medir la contaminación auditiva y se llevan 20 segundos de grabación que analizaron para compararlo luego con otros entornos.

Cansat es una competencia internacional impulsada por varias agencias espaciales del mundo, entre ellas la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa.

La propuesta es que los y las estudiantes puedan construir una carga útil, cuyo tamaño no supere el de una lata de gaseosa, y lanzarla en un cohete; de allí el término Can (lata) y Sat (satélite), por sus siglas en inglés.

Ida y vuelta

Una vez lanzado, el satélite llega a una altura de unos 400 metros, realiza las mediciones para las que fue programado, y cae. Tras recibir capacitaciones por parte de especialistas para adquirir los conocimientos, herramientas y materiales necesarios para llevar adelante el desarrollo del proyecto, cada equipo realizó su misión Cansat, y luego de diferentes instancias de trabajo y evaluación, el 22 de agosto pasado se conocieron los cinco equipos que lanzaron hoy sus pequeños satélites desde Centro Espacial de la Conae.

“La educación se trata de abrir caminos y oportunidades, y es muy emocionante ver que la escuela, que a veces parece aburrida, puede generar esta pasión y voluntad por aprender”, señaló en diálogo virtual el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, luego de dialogar con cada uno de los cinco equipos.

Y continuó: “Los cambios que vienen son enormes y cada vez son más acelerados. La posibilidad de estudiar y capacitarse para esto será fundamental, para ustedes y para el país”.

Valores

Por su parte Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de la CONAE, destacó que más allá de los conocimientos técnicos, quienes participan de la competencia se llevan otros valores como “el trabajo en equipo y no bajar los brazos: hubo dos equipos que el año pasado no lograron los objetivos y no se rindieron, eso habla de la pasión de los jóvenes que están aquí”, sostuvo.

“Cansat tiene muchas aristas; una es lo federal, acá tenemos escuelas de cinco punto del país lo que demuestra que para hacer estas actividades no hay que vivir sólo en una ciudad; también los temas que eligieron, todas misiones importantes en términos ambientales que es una problemática que tiene cada vez más relevancia”, continuó.

Por último, el ministro Filmus destacó el rol cada vez más importante que viene tienen Argentina en materia aeroespacial. “Somos un país líder en Latinoamérica en el desarrollo y construcción de satélites, y también estamos trabajando en poder ponerlos en órbita; es decir que somos un país que puede sentarse en la mesa chica con los más avanzados en la materia”, dijo Filmus.

CANSAT

La competencia Cansat 2023 es la segunda edición realizada en Argentina. Se inscribieron 490 equipos de 23 jurisdicciones y estuvo y continúa apoyada por las empresas VENG, INVAP y SpaceSur, la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia de Córdoba.

Entre sus dos ediciones, Cansat Argentina convocó a más de 1.400 equipos de colegios secundarios de todo el país, con una participación total de 7.000 alumnas y alumnos.



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