viernes, 31 de julio de 2009

La casa más antigua vuelve a relucir

El frente de una vivienda que fue de los Civit fue restaurado. La construcción data de 1873 y desde 1961 reúne al Museo del Pasado Cuyano y la Junta de Estudios Históricos.

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Hoy. Además de la pintura, se consolidaron las partes constitutivas de los muros exteriores del edificio.

La fachada de la casa más antigua de Ciudad vuelve a lucir como nueva. Se trata de la sede del Museo del Pasado Cuyano y Junta de Estudios Históricos (JEHM), ubicada en Montevideo 544, que luego de tres meses de trabajos de pintura muestra un aspecto cercano al que tuvo hacia 1873, cuando fue inaugurada.

La casona perteneció al gobernador Francisco Civit (al lado, hacia el este y en la esquina, hoy una vinería ocupa la que fuera propiedad de su hijo, Emilio). Se trató de toda una novedad hace 136 años, cuando se levantó en el sector residencial que comenzaba a formarse alrededor de la plaza Lima (hoy Italia). Es que no sólo fue una de las primeras de la llamada Nueva Ciudad, que surgió tras el terremoto de 1861, sino que también fue construida usando un sistema de hierros entrecruzados que hacían sismorresistentes sus paredes.

Desde 1961es sede de la JEHM, que en 1967 instaló, en parte de sus 22 habitaciones, un museo. Todo el conjunto fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1970, pero eso no sirvió para detener el azote del tiempo, los sismos y la falta de mantenimiento, lo cual a simple vista se notaba en las paredes que dan a la calle y al patio de ingreso.

Luego de años durante los cuales se fueron acentuando las grietas y la pintura se descascaraba, se pudo encargar la renovación del frente por un costo total de $105.120, otorgados en 2007 por el Fondo Patrimonial de la Provincia. La obra tuvo su primera etapa "en el papel" el año pasado, cuando una empresa rosarina realizó el estudio técnico al que se sumó una memoria realizada por la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos

A partir de eso, en marzo se pasó a la segunda parte, que ya involucró los trabajos en sí mismos -a un costo de $93.000-. Para ello, la Junta contrató a la firma local CIMET, la cual a su vez convocó al restaurador mendocino Andrés Sansoni, quien explicó ayer que "no es una restauración, ya que eso implicaba conservar la pintura que había, pero como se volvió a pintar todo se trata de una puesta en valor".

Sin embargo, añadió que "lo que más costó fue lo que menos se ve: la consolidación superficial, media y profunda de las partes constitutivas del muro, lo cual se hizo con resina acrílica acuosa en diferentes concentraciones, de acuerdo con el deterioro, colocada mediante aspersión, impregnación e inyección cada 10 centímetros de partes".

El experto detalló que, cuando comenzaron a escarbar la pintura de las paredes, descubrieron que había hasta siete estratos diferentes. "Nos dimos cuenta de que había dos etapas constructivas, cada una pintada originalmente de un color distinto. La primera parte, que involucra las paredes del patio y los dos módulos del costado de la fachada estaban en un celeste muy claro; la segunda parte, conformada por tres módulos y el portón hacia el oeste, fueron inicialmente pintados en amarillo ocre", apuntó.

Celeste que parece blanco

En base a esos tonos, se le presentó una propuesta de color a los miembros de la Junta y ellos se decidieron por un celeste muy suavecito que parece blanco. Cumplida la obra en la fachada, Sansoni señaló que "ahora se está trabajando en las paredes del patio de acceso, de las cuales se están retirando las capas de pintura para comenzar a cubrirlas con ese mismo color".

No pudo determinar el tiempo en que se terminará esa parte, ya que se está haciendo lentamente. Ello se debe a que el subsidio que se le otorgó a la entidad para esta obra solamente alcanzó, en parte, para el frente, debido a que estaba calculado para costos al 2007 y ahora son necesarios más recursos.

Fuente: diariouno.com.ar

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