Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
Dos meses después del octavo aniversario de la invasión de Afganistán por EE.UU. y del comienzo de la primera guerra terrestre en la historia de la OTAN, el mundo presencia un interminable conflicto armado del Siglo XXI librado por la mayor coalición militar de la historia.
Con recientes anuncios de que tropas de naciones tan diversas como Colombia, Mongolia, Armenia, Japón, Corea del Sur, Ucrania y Montenegro se han unido o pueden unirse a unos otros 45 países que sirven bajo el comando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) dirigida por la OTAN, pronto habrá personal militar de cincuenta naciones en cinco continentes y en Oriente Próximo sirviendo bajo una estructura unificada de comando.
Nunca antes han servido soldados de tantos Estados en el mismo teatro de operaciones, mucho menos en el mismo país.
A modo de comparación, hubo veintiséis (cálculos superiores, y más imprecisos, llegan a hasta 34) contingentes nacionales en la así llamada coalición de los dispuestos en Iraq en 2006. En el ínterin entre ahora y entonces tropas de todas las naciones contribuidoras con la excepción de EE.UU. y Gran Bretaña han sido retiradas y en la mayor parte reenviadas a Afganistán.
En 1999, la cumbre del cincuenta aniversario de la OTAN en Washington, D.C., saludó la primera expansión del único bloque militar en la era posterior a la Guerra Fría, en la que absorbió a los antiguos miembros del Pacto de Varsovia: República Checa, Hungría y Polonia, durante la conducción de la primera guerra de la OTAN, el incesante bombardeo durante 78 días de Yugoslavia, la Operación Fuerza Aliada.
Dos años más tarde, después de los ataques del 11-S en Nueva York y Washington, D.C., la OTAN activó su Artículo 5 – “Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas en Europa o Norteamérica será considerado un ataque contra todas ellas” – por primera vez en la historia del bloque y lanzó una serie de operaciones, desde el despliegue de AWACS alemanes para patrullar la Costa Atlántica de EE.UU. al lanzamiento de la Operación Esfuerzo Activo, un programa de vigilancia e interdicción en todo el mar Mediterráneo que continúa hasta la fecha.
Pero el efecto principal, y el propósito esencial de la invocación de la cláusula de ayuda militar mutua de la OTAN fue unir al bloque militar de entonces 19 miembros para la invasión y ocupación de Afganistán y el estacionamiento de tropas, aviones de guerra y bases en toda Asia del Sur y Central, incluidos Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán. También se acordaron derechos de sobrevuelo con Kazajstán y Turkmenistán y bases recientemente adquiridas en Bulgaria y Rumania han sido utilizadas desde entonces para el tránsito de tropas y armas a la zona de la guerra de Afganistán.
Si la guerra de 1999 contra Yugoslavia fue la primera operación “fuera del área” de la OTAN – es decir, fuera de Norteamérica y de aquellas partes de Europa que participan en la Alianza – la guerra en Afganistán marcó la transformación de la OTAN en una maquinaria bélica global. En los años entre la invasión de Afganistán de octubre de 2001 y ahora, funcionarios y propugnadores de la OTAN han llegado a emplear términos como Global, Expedicionaria, y OTAN del Siglo XXI. Afganistán dio a la Alianza la oportunidad de agregar Europa Oriental a su expansión previa con sus operaciones militares acompañantes en los Balcanes estableciéndose como la primera fuerza militar global del mundo.
Como dijo en 2006 el Secretario Adjunto de Estado para Asuntos Europeos del Departamento de Estado de EE.UU., Kurt Volker (posteriormente embajador de EE.UU. ante la OTAN): “En 1994 la OTAN era una alianza de 16 [países], sin socios, que nunca había realizado una operación militar. En 2005, la OTAN se había convertido en una alianza, involucrada en ocho operaciones simultáneas en cuatro continentes con la ayuda de 20 socios en Eurasia, siete en el Mediterráneo, cuatro en el Golfo Pérsico, y un puñado de contribuidores capaces en nuestra periferia.” [1]
Los detalles actualizados de los hechos a los que se refería son los siguientes:
De 1999 hasta este año, la OTAN ha sumado doce nuevos miembros: Albania, Bulgaria, Croacia, la República Checa,, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia – todos ellos en Europa Oriental, nueve de ellos ex miembros del Pacto de Varsovia y tres ex repúblicas soviéticas y dos ex repúblicas yugoslavas.
Todos los nuevos miembros fueron preparados para su acceso pleno a la OTAN bajo el programa Cooperación por la Paz (PfP), que primero exige interoperabilidad de las armas (desecho de las armas rusas contemporáneas y de antiguas armas del Pacto de Varsovia a favor de armas occidentales), aumento de los gastos militares de los futuros miembros a un 2% del presupuesto nacional sin importar lo afectada que esté la nación desde el colapso del bloque oriental, la purga de personal “políticamente poco confiable” de puestos militares, de la defensa y la seguridad, entrenamiento en el extranjero en academias militares de la OTAN, realización en su territorio de ejercicios EE.UU.-Alianza, e instrucción del cuerpo de oficiales en un lenguaje común – inglés – para operaciones conjuntas en el extranjero.
Doce graduados del PfP son ahora miembros plenos de la OTAN y han desplegado tropas a Afganistán, – Bulgaria, la República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumania también fueron reclutados para enviar tropas a Iraq – la cooperación todavía incluye todas las antiguas repúblicas soviéticas que no están todavía en la OTAN con la excepción de Rusia: – Armenia, Azerbaiyán, Belarús, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Moldavia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán – y diez naciones europeas que nunca han formado parte de un bloque militar: Austria, Bosnia, Finlandia, Irlanda, Macedonia, Malta, Montenegro, Serbia, Suecia y Suiza.
Todas estas últimas con la excepción de Malta y Serbia han enviado soldados a Afganistán. Los 28 miembros plenos de la OTAN también tienen tropas en ese país. De las antiguas repúblicas soviéticas, tropas de Armenia, Azerbaiyán, Estonia, Georgia, Kazajstán, Letonia, Lituania, Moldavia y Ucrania sirvieron en Iraq bajo obligaciones del PfP. Durante la guerra del Sur del Cáucaso en agosto pasado, Georgia tenía el tercer contingente nacional por su tamaño en Iraq – 2.000 soldados desplegados cerca de la frontera iraní – que EE.UU. envió rápidamente de vuelta a su país en aviones de transporte para la guerra con Rusia.
La OTAN también actualizó su Diálogo Mediterráneo, cuyos socios son Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez, en la cumbre de 2004 de la OTAN en Estambul, Turquía, con la así llamada Iniciativa de Cooperación de Estambul, que también creó la base para la integración militar de los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo: Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Hasta la fecha este último es el único Estado árabe con soldados en Afganistán.
La guerra afgana ha llevado a otra categoría de cooperación de la OTAN, la de los Países de Contacto, que hasta ahora incluyen oficialmente a Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur.
La Alianza también tiene una Comisión Tripartita con Afganistán y Pakistán para la continuación de la guerra en peligro expansión en Asia del Sir, y dirigentes de la defensa, militares y políticos de ambas naciones son convocados regularmente a la central de la OTAN en Bélgica para reuniones y líneas directivas.
Soldados afganos y paquistaníes son entrenados en bases de la OTAN en Europa
Aunque no son miembros de asociaciones formales, naciones con tropas que sirven bajo la OTAN en Afganistán como Singapur y Mongolia han sido incorporadas al nexo global del bloque y adoptan necesariamente doctrinas militares y estructuras en línea con estándares de la OTAN.
Otro componente de la decisión en 2001 de activar la provisión del Artículo 5 de la Alianza fue desplegar fuerzas de la OTAN al Cuerno de África, primordialmente al Campo Lemonier en Djibouti, donde han realizado operaciones de vigilancia marítima y abordaje desde entonces. En otoño pasado la OTAN desplegó su primera fuerza de tareas naval frente a las costas de Somalia.
Aparte de las cinco naciones africanas en el Diálogo Mediterráneo, la OTAN ha expandido su penetración del continente durante los últimos ocho años: Un grupo naval de la Alianza ha atracado en Kenia. La OTAN ha realizado maniobras militares en Sudáfrica. Incluso Libia ha iniciado una cooperación con la OTAN en el Mediterráneo.
Con el lanzamiento del Comando África del Pentágono (AFRICOM) el año pasado – y AFRICOM es el proyecto personal del general de marines en retiro James Jones, de 2003 a 2006 máximo comandante militar de la OTAN y del Comando Europeo de EE.UU. donde fue incubado AFRICOM, y ahora Consejero Nacional de Seguridad de EE.UU. – la distinción entre las operaciones del Pentágono y de la OTAN en África será en gran parte académica y todas las 53 naciones de África, con la excepción de Eritrea, Sudán y Zimbabue, son potenciales socios de la Alianza.
El foco central de la operacionalización de los planes mundiales de la OTAN es Afganistán y las naciones vecinas
En el noveno año calendario de la guerra en esa nación y ahora con su expansión a Pakistán, la OTAN se ha basado en previos y actuales despliegues militares en Bosnia, Albania, Kosovo, Macedonia, Djibouti, Iraq, Kuwait, Jordania, Sudán y frente a las costas de Somalia y asegurado un laboratorio a largo plazo, por cierto permanente, para moldear la primera fuerza militar internacional de rápido despliegue, combate y ocupación; un campo de tiro y de prueba de armas de 650.000 kilómetros cuadrados; una cadena de bases aéreas al centro del cual convergen intereses regionales rusos, chinos, indios e iraníes; un campamento militar para entrenar las fuerzas armadas de docenas de naciones programadas para ser miembro de la OTAN.
Como tales, las discusiones sobre la posibilidad de ganar la actual guerra son irrelevantes.
Aunque actualmente hay más de 100.00 soldados que sirven bajo el comando de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán, muchos de ellos así llamadas fuerzas especiales de despliegue con función específica, soldados de montaña y aerotransportados y otras unidades ordenadas por la OTAN de naciones miembro y candidatas, el recién instalado Secretario General de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, emitió un “llamado abierto por más tropas” que “fue tal vez la indicación más clara hasta ahora de que una gran escalada de la guerra ordenada este año por el nuevo presidente de EE.UU., Barack Obama, está lejos de ser terminada.”
En las palabras de Rasmussen: “Hablando honestamente, pienso que necesitamos más tropas.” [2]
Dos días después de haber sido juramentado como jefe de la OTAN el 1 de agosto, Rasmussen “excluyó la fijación de un plazo para el retiro de las fuerzas internacionales de Afganistán, y dijo que la alianza occidental permanecerá allí ‘todo el tiempo necesario’” [3]
El nuevo secretario general no tuvo el tiempo necesario para establecerse en su nuevo puesto antes de volar a Kabul dos días después con el Comandante Supremo Aliado de la OTAN, James Stavridis, en una visita no programada “para obtener una idea exhaustiva del esfuerzo internacional.” [4]
El 7 de agosto el general británico David Richards, quien se convertirá en Jefe del Estado Mayor General el 28 de agosto, declaró que: “No existe absolutamente ninguna posibilidad de que la OTAN se retire” [5] de Afganistán y que el papel de su propia nación allí “podría durar hasta 30 o 40 años.” [6]
Ocho días antes, el embajador británico en EE.UU., Sir Nigel Sheinwald, se anticipó a Richards al decir sobre el papel británico – y por implicación de la OTAN – en Asia del Sur y Central que “Va a tardar décadas…” [7]
A fines de agosto el embajador afgano en EE.UU. también reveló que no existía ninguna esperanza de una inminente desescalada de la guerra en su país, para no mencionar su posible fin, al revelar que “los países de la OTAN suministrarán entre 8.000 y 10.000 soldados adicionales para permitir que los afganos voten en seguridad” [8] en las elecciones nacionales de este mes. La explicación oficial de EE.UU. y de la OTAN del aumento de su despliegue de soldados en Afganistán es que se trata de un esfuerzo ad hoc para asegurar que las elecciones en ese país procedan sin interrupción, pero ha habido elecciones antes y los combates han aumentado con la introducción por los occidentales de más y más soldados, tanques y otros vehículos blindados, helicópteros artillados, aviones de guerra y ofensivas militares en gran escala.
De hecho, agosto es un buen mes para una ofensiva de verano de la OTAN y la preocupación por las elecciones constituye una táctica de relaciones públicas.
El día antes de que el enviado británico en EE.UU. reconociera los planes de décadas de duración de su país, su país anfitrión y de la OTAN, el ministro de exteriores británico, David Miliband realizó una conferencia de prensa conjunta en Washington con su homóloga estadounidense Hillary Clinton, en la cual declaró que a pesar de sondeos en Gran Bretaña y EE.UU. que muestran la oposición mayoritaria a la continuación de la guerra afgana “quiero ser absolutamente claro de que nosotros (EE.UU. y el Reino Unido) entramos en esto juntos, y seguiremos haciéndolo juntos, porque somos más fuertes juntos.” [9]
El que los públicos británico y estadounidense estén tan ansiosos de que las tropas de la OTAN se vayan de Afganistán como los propios afganos, no significa nada para las elites políticas occidentales para las cuales hay mucho más en juego que la suerte de Afganistán, la que no les importa un comino.
Como reflejo de la urgencia que el Pentágono y la OTAN otorgan al deterioro de la situación de la seguridad en la nación, se realizó un cónclave de emergencia en una base aérea cercana a la central de la OTAN en Bélgica, con la participación del secretario de defensa estadounidense, Robert Gates, el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullins, el comandante de las fuerzas de la OTAN y de EE.UU. en Afganistán, general Stanley A. McChrystal, el comandante adjunto de las fuerzas de EE.UU. en Afganistán, general David Rodriguez, el comandante supremo aliado de la OTAN, almirante James Stavridis y el jefe del Comando Central, David Petraeus.
Dos días después, el cuerpo gobernante de la OTAN, el Consejo Noratlántico, anunció planes “para reorganizar la estructura de comando de la alianza en Afganistán estableciendo una nueva central” que será llamada Central Conjunta Intermedia, comandada por el general Rodriguez de EE.UU.
Un informe noticioso sobre la decisión de la OTAN dijo que “Es similar al modelo utilizado en Iraq, donde el comando general de las fuerzas multinacionales está bajo un general estadounidense de cuatro estrellas, mientras un general de tres estrellas dirige las operaciones diarias.” [10]
Afganistán no es el único campo de batalla en el teatro de operaciones surasiático
Desde el 20 al 24 de julio altos dirigentes de las fuerzas armadas estadounidenses y paquistaníes se reunieron en Atlanta, Georgia, en un seminario de contrainsurgencia.
El director del Centro de Contrainsurgencia del Ejército y del Cuerpo de Marines de EE.UU., coronel Daniel Roper, dijo sobre las reuniones: “Esta semana presentamos algunas lecciones aprendidas en la contrainsurgencia. Utilizamos esas lecciones para estimular la conversación y tomamos nuestras experiencias previas en Iraq y las aplicamos a nuestra condición actual. Intercambiamos nuestros puntos de vista sobre los desafíos en Afganistán, Pakistán y el Sur de Asia en general.”
Sur de Asia en general incluye no sólo a Afganistán y Pakistán sino a India, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka.
Otro funcionario militar de EE.UU. presente en el taller de cuatro días de duración dijo: “Pakistán es un país fundamental en nuestras actuales operaciones. Los militares paquistaníes realmente acaban de salir de la lucha contra la insurgencia en ese país para traernos sus conocimientos y para que nosotros hablemos sobre ciertas prácticas que hemos utilizado históricamente y más recientemente en Iraq y Afganistán.” [11]
A comienzos de agosto el comandante de las tropas de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán, Stanley McChrystal, y el representante especial para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, hablaron con el experto en la Guerra de Vietnam, Stanley Karnow, en un “esfuerzo por aplicar las lecciones del pasado conflicto a la lucha contra los talibanes.”
“Holbrooke confirmó a The Associated Press que los tres discutieron las similitudes entre las dos guerras. [Karnow] dice que el enviado Richard Holbrooke lo llamó y le pasó el teléfono al general Stanley McChrystal." [12]
La Gran Guerra Afgana de Occidente no sólo incluye a “Asia del Sur en general” sino también Asia Central y la Cuenca del Mar Caspio. En ambos casos se está atrayendo más profundamente a la red de la OTAN a naciones que ya están involucradas en el suministro de bases para las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN (Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán) y las que suministran tropas y servicios auxiliares.
En enero pasado, el jefe del Comando Central de EE.UU., David Petraeus, visitó Kazajstán que al igual que Mongolia, de la que hablaremos más adelante, está entre los únicos tres países con fronteras tanto con Rusia como con China. Corea del Norte es el tercero. Petraeus presionó para que su país anfitrión abriera sus bases aéreas para el tránsito a Afganistán y más tarde se reveló que también tuvieron lugar conversaciones sobre el reclutamiento de tropas kazajas para el frente de guerra.
Kazajstán es miembro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO) dirigida por Rusia y de la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) junto con tres de sus cuatro vecinos centroasiáticos [ [Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), Rusia y China.
También es la nación del Caspio con los mayores depósitos de petróleo y gas natural y una nación clave en los planes occidentales de dominar el transporte de hidrocarburos a Europa y Asia.
La penetración de Kazajstán, miembro de la Cooperación por la Paz de la OTAN, por el Pentágono y la OTAN insertará simultáneamente una presencia militar hostil occidental en las fronteras de Rusia y China y debilitará la existencia misma de la CSTO y de la SCO. Parte del propósito de la guerra en Afganistán, que fue iniciada cuatro meses después de la fundación de la Organización de Cooperación en junio de 2001, es precisamente la instalación de fuerzas militares de EE.UU. y de la OTAN en Asia Central para sabotear los intentos de China y Rusia de desarrollar la seguridad, energía y transporte comunes y otros proyectos.
El 7 de agosto el embajador estadounidense en Kazajstán, Richard Hoagland, se reunió con el ministro de defensa de esa nación para expandir la colaboración militar.
“Durante la reunión el ministro de defensa kazajo, Dzhaksybekov, prestó especial atención al aumento de la cantidad de acciones bajo el plan de contactos militares… [y el] estudio de la experiencia avanzada y la organización del ejército de EE.UU., así como el intercambio de experiencia.” El intercambio de experiencias ya ha incluido a “más de 320 militares kazajos… entrenados dentro del programa de educación militar internacional y en entrenamiento en centros educacionales de las fuerzas armadas de EE.UU.” [13]
El mismo 7 de agosto, el jefe del Pentágono, Robert Gates, expresó su satisfacción porque Kirguistán, que anteriormente en este año había expulsado a las tropas de EE.UU. y la OTAN de la base aérea en Manas, se había mostrado susceptible al soborno y había permitido que los militares de EE.UU. volvieran a transitar a través de la misma base. El nuevo acuerdo “permitirá que EE.UU. y Kirguistán continúen sus relaciones militares altamente productivas creadas anteriormente…” [14]
Kirguistán, como Kazajstán, es miembro de la CSTO y de la SCO, aunque no se sabe por cuánto tiempo.
El Pentágono no se ha mostrado menos activo últimamente en Turkmenistán, el vecino caspio al sur de Kazajstán. A fines de julio el subsecretario de Estado para asuntos políticos William Burns anunció planes para lo que fue descrito como una comisión intergubernamental para consultas regulares con Turkmenistán que “marca el progreso en… la contribución a la estabilidad en Afganistán y en toda la región…” [15]
Una información de dos semanas antes reveló que “Turkmenistán se está convirtiendo silenciosamente en un centro importante de transporte para la red de aprovisionamiento norte, que está siendo utilizado para hacer pasar suministros no-letales a las fuerzas de EE.UU. y de la OTAN en Afganistán. El Pentágono ha confirmado que un pequeño contingente de personal militar de EE.UU. opera ahora en Ashgabat para ayudar en operaciones de abastecimiento de combustible.” [16]
Procesos semejantes están ocurriendo en el lado occidental del Caspio con Azerbaiyán y sus vecinos en el Sur del Cáucaso. Con el masivo aumento de tropas y equipos y la escalada de las operaciones de combate en Afganistán, los socios de la OTAN están siendo incorporados no sólo al suministro de más tropas sino para que pongan a disposición su espacio aéreo y bases aéreas para el tránsito de soldados, armas y suministros. Existen planes para emplear bases aéreas adquiridas en los últimos años en Bulgaria y Rumania como bases avanzadas de operación para EE.UU. y la OTAN a fin de conectar con bases en Georgia y Azerbaiyán y de ahí a Asia Central y Afganistán.
El mes pasado la primera base global estratégica de aerotransporte, en la base aérea en Papa, Hungría – “el mayor proyecto de la OTAN en 40 años” [17] – fue puesta en operación para la guerra en el Sur de Asia y futuros conflictos en Oriente. Las doce naciones participantes son los miembros de la OTAN Bulgaria, Rumania, Eslovenia, Polonia, Hungría, Letonia, Lituania, Holanda, Noruega y EE.UU., así como dos Estados de la Cooperación por la Paz, Finlandia y Suecia.
Después de la reunión de los presidentes ruso y estadounidense en Moscú del mes pasado, Rusia aceptó permitir al Pentágono hasta 4.500 vuelos militares anuales sin cobro sobre su territorio, ahorrando a EE.UU. hasta 133 millones de dólares al año en costes de tránsito.
Un análisis de un escritor estadounidense, Alfred Ross, en Russia Profile advirtió hace algunos días ante las consecuencias de una acomodación de Rusia a los planes de guerra estadounidenses en el Sur de Asia:
“Bajo Obama, la presencia militar de EE.UU. en el flanco centroasiático de Rusia procede a un ritmo feroz. El nombramiento como enviado a la región de Richard Holbrooke, el ex embajador de la OTAN que orquestó el ataque de la OTAN contra Yugoslavia es indicativo de las intenciones de Obama. Ninguna área es más importante desde el punto de vista estratégico que el proyecto ‘Af-Pak’ que posiciona a tropas de EE.UU. dentro de la zona fronteriza con Irán, China y Asia Central rusa.
“Para el nuevo enfoque estadounidense de guerra irregular, la capacidad de trazar el mapa de terreno pequeño, de analizar modelos de tránsito civil y de leer sistemas locales de radar que serán esenciales para la próxima vuelta de operaciones de EE.UU. a lo largo del flanco sur de Rusia, de Crimea a Kirguistán.” [18]
Para demostrar aún mejor la exactitud de su preocupación se anunció recientemente que Mongolia, que linda directamente con Rusia así como con China, envía un contingente inicial de 130 soldados para que sirvan bajo la OTAN en Afganistán.
Una noticia sobre la oferta señaló que “La participación de Mongolia en Iraq y Afganistán ha ayudado a reforzar su alianza con EE.UU.” y que facilitará la política de “tercer vecino” de la nación para “acercarse a otros aliados que China y Rusia.” [19] Junto con Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán, la guerra surasiática está siendo explotada por Washington y Bruselas para introducir sus estructuras militares dentro de naciones fronterizas con Rusia y China, reorganizar sus fuerzas armadas, así como cambiar sus lealtades interestatales y cercar aún más a los dos principales competidores de Occidente en la región y en el mundo.
Corea del Sur también discute la vuelta a enviar tropas a Afganistán. Singapur tiene ahora una unidad que sirve con la ISAF de la OTAN, y el posible próximo ministro de defensa de Japón, Keiichiro Asao del Partido Democrático, recientemente afirmó que su nación consideraría por primera vez el envío de tropas terrestres a Afganistán. [20]
La guerra afgana también ha permitido que Occidente consolide la creación de una OTAN asiática, con fuerzas armadas de los países arriba mencionados para que se unan a las de Australia y Nueva Zelanda que ya se encuentran allí.
Respecto al otro extremo de Eurasia, la antigua Unión Soviética, a mediados de julio un helicóptero moldavo que operaba bajo contrato con la OTAN fue derribado en Afganistán, matando a los seis miembros de la tripulación ucraniana.
En el Sur del Cáucaso, Armenia anunció hace dos semanas que planifica el envío de tropas a Afganistán “para fines de año.” Un analista de ese país dijo que “Aparte de que EE.UU. quiere que Armenia lo haga, Armenia también quiere jugar un rol más importante, un papel en Afganistán también se basa en la fuerza de la experiencia de mantenedores de la paz armenios que han servido en Iraq y en Kosovo.” [21]
Armenia, como todas las antiguas centroasiáticas de la Unión Soviética, con la excepción de Turkmenistán, es miembro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva con Rusia y Belarús, y como los otros cuatro está siendo tentada por Occidente para que transfiera su lealtad a la OTAN.
Georgia acaba de anunciar que ha asignado un batallón de soldados entrenados por EE.UU. a Afganistán y el vecino Azerbaiyán recientemente duplicó sus tropas en ese país.
Respecto a la nación anteriormente mencionada: “Georgia ha estado involucrada en operaciones de la OTAN en los Balcanes durante nueve años, y durante cinco años en Iraq, junto con EE.UU. y otros miembros de la OTAN.”
“Georgia ha demostrado su lealtad a Occidente en sus acciones desde 1999. Más de 10.000 militares han participado en operaciones de mantenimiento de la paz primero en Kosovo, luego en Iraq, y brevemente en Afganistán durante 2005 y 2006.” [22]
La misma fuente señaló que “La participación en operaciones de combate real junto a unidades militares de países tan poderosos enriquecerá a los soldados georgianos con una sustantiva experiencia operacional.”
Su experiencia en el combate fue aplicada hace un año en su guerra de cinco días contra Rusia. Hace tres días el vicepresidente del comité de asuntos exteriores del parlamento georgiano, Georgy Kandelaki, dijo a reporteros que su gobierno derivará dos importantes beneficios del envío de soldados adicionales a Afganistán:
“Ante todo, nuestros soldados obtendrán experiencia de combate porque estarán en medio de acción de combate y es una experiencia verdaderamente invaluable.
“En segundo lugar, será un fuerte argumento para apoyar las aspiraciones de Georgia en la OTAN.” [23]
La obtención de experiencia de combate en tiempos de guerra en la campaña afgana para actuar en su frontera con Rusia no es exclusiva para Georgia.
Un antiguo comandante de tropas finlandesas en el país, que en las últimas semanas ha estado involucrado en operaciones de combate activo en el norte de Afganistán, dijo que: “Es una situación única para nosotros, porque podremos entrenar a parte de nuestras fuerzas de tiempo de guerra. Esa parte estará en condiciones de operar en condiciones lo más aproximadas a operaciones de tiempo de guerra como sea posible.” [24]
Finlandia tiene una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia y está en camino a moverse hacia la membrecía plena en la OTAN a pesar de la oposición de la mayoría de sus ciudadanos. La OTAN se está estableciendo progresivamente en las fronteras de Rusia desde casi todas las direcciones y la guerra afgana está entrenando a los ejércitos que algún día podrían participar en combates mucho más cerca de sus países.
La guerra en Afganistán y al otro lado de la frontera en Pakistán ha llegado a su máximo grado de intensidad hasta la fecha y las muertes de civiles afganos llegan a más de 1.000 en este año y EE.UU. y la OTAN sufren su mayor cantidad de bajas mortales en casi ocho años de guerra.
Gran Bretaña ha anunciado que enviará 2.000 soldados más y más drones Predator, helicópteros Chinook y Merlin y vehículos blindados.
Italia, Francia, Alemania, Rumania, Turquía, Portugal, España, los nuevos miembros de la OTAN Albania y Croacia, y los socios de Contact Country Australia y Nueva Zelanda han desplegado, y han sido presionados para que suministren, más soldados, incluyendo unidades de fuerzas especiales, aviones de guerra, helicópteros artillados y vehículos blindados para la guerra.
Es una guerra que se ha expandido hasta ser una campaña militar de 50 naciones y que se ha ampliado para incluir incursiones militares de EE.UU. y de la OTAN a Asia del Sur y Central y a la región del Mar Caspio.
Una guerra que sirve como un horno para forjar una fuerza militar internacional integrada y curtida en el combate que puede ser desplegada dondequiera en el mundo si Bruselas y Washington deciden utilizarla en el futuro.
La guerra afgana, por lo tanto, no es una guerra común por abominable que sea toda guerra.
Sólo se expandirá en su tamaño y en la cantidad de sangre derramada, pero ya se distingue por varios eventos:
· Es la primera guerra de EE.UU. en Asia y la más prolongada desde Vietnam.
· Es la primera guerra terrestre de la OTAN y su primera campaña militar en Asia.
· El ejército alemán se ha involucrado en sus primeras operaciones de combate desde la derrota del Tercer Reich en 1945.
· Los soldados finlandeses se han involucrado en combates por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial y las fuerzas suecas en caso 200 años.
· Canadá ha perdido sus primeros soldados en combate, 127, desde la Guerra de Corea.
· Australia ha registrado sus primeros muertos en combate desde la Guerra de Vietnam.
· Han muerto más soldados británicos, 191, que en ningún momento desde la guerra de las Malvinas en 1982.
· Una nación que limita con Pakistán, Irán, China y dos naciones centroasiáticas ha sido sumida en el caos. Las siete naciones nucleares oficiales del mundo son o vecinas – China, Pakistán, India y Rusia – o participan en hostilidades – EE.UU., Gran Bretaña y Francia.
El único beneficiario de esta conflagración es una OTAN Global en rápida emergencia.
NOTAS
1) Washington File, U.S. Department of State, May 4, 2006
2) Reuters, August 7, 2009
3) Bloomberg News, August 3, 2009
4) NATO International, August 5, 2009
5) BBC News, August 8, 2009
6) The Times, August 7, 2009
7) Boston Globe, July 30, 2009
8) Zee News (India), July 24, 2009
9) Press TV, July 29, 2009
10) Associated Press, August 4, 2009
11) United States Army, Army News Service, July 30, 2009
12) Associated Press, August 6, 2009
13) Trend News Agency, August 7, 2009
14) Interfax, August 7, 2009
15) Trend News Agency, July 24, 2009
16) EurasiaNet, July 8, 2009
17) Hungary Around The Clock, July 28, 2009
18) Russia Profile, July 31, 2009
19) Trend News Agency, July 22, 2009
20) Stars and Stripes, July 21, 2009
21) ArmeniaLiberty, July 23, 2009
22) Eurasia Daily Monitor, July 20, 2009
23) Russian Information Agency Novosti, August 6, 2009
24) Helsingin Sanomat, June 19, 2009
© Copyright Rick Rozoff, Stop NATO, 2009
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