Kabul: escándalo en la embajada norteamericana
Las imágenes dadas a conocer muestran a hombres en estado de embriaguez, muchos de ellos desnudos, en posiciones comprometidas. En su mayoría son agentes privados encargados de la seguridad. También denuncian abusos.
Crédito: Imágenes de Gawker, desveladas por la organización POGO.
Las fotos fueron reveladas por la organización no gubernamental Proyecto Para la Supervisión del Gobierno (POGO), que enviaron una carta formal de protesta a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.
Las fotos son sólo uno de los indicios del comportamiento disparatado de los agentes de seguridad de la empresa privada ArmorGroup, subsidiaria de Wackenhut Services, soldados mercenarios contratados para proteger la seguridad de la embajada en Kabul.
En uno de los episodios destacados, uno de los empleados afganos fue acosado por uno de los supervisores, quien, acompañado por otros empleados, entró en el comedor en calzoncillos y visiblemente borracho, botella de alcohol en mano. El supervisor le insulto y le dijo, "[los afganos] sólo sirven para ser abusados". Luego, un guardia le orinó encima a otro empleado.
También se relatan las quejas de los propios agentes ante los vejámenes que imponen algunos de los supervisores. Un agente denunció que los supervisores "obligan a que orines sobre otros, a comer patatas fritas o tomar sorbos de vodka de entre las nalgas de otros agentes...".
Reclaman que dentro de la embajada existe "un ambiente de miedo y coerción entre los empleados, que son divididos entre aquellos que consienten a las actividades y aquellos que rehúsan participar, y por tanto son ridiculizados, humillados, degradados o incluso despedidos".
Cuentan del estado casi constante de embriaguez entre algunos guardias y las constantes peleas, puertas rotas, e intimidación hacia quienes rehúsan participar. También se alega que, en más de una ocasión, los guardias trajeron prostitutas a fiestas privadas dentro de la embajada.
La investigación del POGO se produjo después de que un número notable de agentes de la embajada se comunicara con la organización para denunciar lo que consideraban "un patrón de violaciones flagrantes de las normas de seguridad".
ArmorGroup lleva operando en Afganistán desde 2007, año en el cual ganó un contrato para llevar la seguridad de la embajada, valorado en 189 millones de dólares anuales.
"Lo increíble es que el Departamento de Estado conoce que hay problemas con ArmorGroup y Wackenhut desde el principio", dice Cowart.
En junio de 2009 el Departamento de Estado decidió extender el contrato de seguridad con Wackenhut hasta 2010, con opción de ampliarlo incluso hasta 2012.
La decisión de ampliar el contrato de los agentes indigna a Cowart ante los ataques sostenidos por la embajada durante las últimas semanas, en las cuales la situación de las tropas norteamericanas en Afganistán se ha llegado a calificar de "grave" por parte del Presidente del Estado Mayor Conjunto almirante Michael Mullen.
"Hace escasas semanas hubo un ataque suicida dirigido en contra de la embajada, y aunque no llegó a los edificios en si, el estallido mató a siete personas y 91 resultaron heridas", recuerda Cowart. "Es increíble que estos payasos sigan encargados de la defensa de nuestro cuerpo diplomático".
Cowart y POGO también denuncian graves deficiencias en el desempeño de la seguridad del complejo de la embajada, entre ellas el número insuficiente de guardias y la calidad inadecuada de los que tienen.
Se destaca la dependencia sobre Gurkas (mercenarios nepaleses), quienes componen dos terceras partes de los guardias de la embajada, y quienes no hablan inglés y por tanto no entienden las órdenes de sus superiores.
Según el diario El Mundo, a pesar de la falta de acción relativa a ArmorGroup por parte del Departamento de Estado hasta la actualidad, la carta de POGO produjo reacción casi inmediata.
"La Oficina del Inspector General abrió una investigación", confirma Lasch, aunque apuntó que este proceso puede llegar a durar meses.
Mientras se sigue investigando, ArmorGroup sigue encargado de la protección del cuerpo diplomático en Kabul. La situación preocupante la deja claro uno de los agentes cuyas declaraciones se recogen en la carta, que insiste en que, dado la situación actual, "la seguridad de la Embajada de EEUU en Kabul está claramente en peligro..."
Fuente: Infobae.com
Las fotos son sólo uno de los indicios del comportamiento disparatado de los agentes de seguridad de la empresa privada ArmorGroup, subsidiaria de Wackenhut Services, soldados mercenarios contratados para proteger la seguridad de la embajada en Kabul.
En uno de los episodios destacados, uno de los empleados afganos fue acosado por uno de los supervisores, quien, acompañado por otros empleados, entró en el comedor en calzoncillos y visiblemente borracho, botella de alcohol en mano. El supervisor le insulto y le dijo, "[los afganos] sólo sirven para ser abusados". Luego, un guardia le orinó encima a otro empleado.
También se relatan las quejas de los propios agentes ante los vejámenes que imponen algunos de los supervisores. Un agente denunció que los supervisores "obligan a que orines sobre otros, a comer patatas fritas o tomar sorbos de vodka de entre las nalgas de otros agentes...".
Reclaman que dentro de la embajada existe "un ambiente de miedo y coerción entre los empleados, que son divididos entre aquellos que consienten a las actividades y aquellos que rehúsan participar, y por tanto son ridiculizados, humillados, degradados o incluso despedidos".
Cuentan del estado casi constante de embriaguez entre algunos guardias y las constantes peleas, puertas rotas, e intimidación hacia quienes rehúsan participar. También se alega que, en más de una ocasión, los guardias trajeron prostitutas a fiestas privadas dentro de la embajada.
La investigación del POGO se produjo después de que un número notable de agentes de la embajada se comunicara con la organización para denunciar lo que consideraban "un patrón de violaciones flagrantes de las normas de seguridad".
ArmorGroup lleva operando en Afganistán desde 2007, año en el cual ganó un contrato para llevar la seguridad de la embajada, valorado en 189 millones de dólares anuales.
"Lo increíble es que el Departamento de Estado conoce que hay problemas con ArmorGroup y Wackenhut desde el principio", dice Cowart.
En junio de 2009 el Departamento de Estado decidió extender el contrato de seguridad con Wackenhut hasta 2010, con opción de ampliarlo incluso hasta 2012.
La decisión de ampliar el contrato de los agentes indigna a Cowart ante los ataques sostenidos por la embajada durante las últimas semanas, en las cuales la situación de las tropas norteamericanas en Afganistán se ha llegado a calificar de "grave" por parte del Presidente del Estado Mayor Conjunto almirante Michael Mullen.
"Hace escasas semanas hubo un ataque suicida dirigido en contra de la embajada, y aunque no llegó a los edificios en si, el estallido mató a siete personas y 91 resultaron heridas", recuerda Cowart. "Es increíble que estos payasos sigan encargados de la defensa de nuestro cuerpo diplomático".
Cowart y POGO también denuncian graves deficiencias en el desempeño de la seguridad del complejo de la embajada, entre ellas el número insuficiente de guardias y la calidad inadecuada de los que tienen.
Se destaca la dependencia sobre Gurkas (mercenarios nepaleses), quienes componen dos terceras partes de los guardias de la embajada, y quienes no hablan inglés y por tanto no entienden las órdenes de sus superiores.
Según el diario El Mundo, a pesar de la falta de acción relativa a ArmorGroup por parte del Departamento de Estado hasta la actualidad, la carta de POGO produjo reacción casi inmediata.
"La Oficina del Inspector General abrió una investigación", confirma Lasch, aunque apuntó que este proceso puede llegar a durar meses.
Mientras se sigue investigando, ArmorGroup sigue encargado de la protección del cuerpo diplomático en Kabul. La situación preocupante la deja claro uno de los agentes cuyas declaraciones se recogen en la carta, que insiste en que, dado la situación actual, "la seguridad de la Embajada de EEUU en Kabul está claramente en peligro..."
Fuente: Infobae.com
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