La del limón más grande
El fondo del jardín de Gladis Sueldo tiene algo especial, en él han crecido frutas y verduras súper desarrolladas. Enterate su secreto.
01 de septiembre de 2009
Ahora un limón de 785 gramos, el año pasado un zapallo de 28 kilos y el verano anterior un tomate de casi un kilo. Semejante producción es la que obtiene en su patio hogareño Gladis Sueldo, reina de los Adultos Mayores de Junín y vecina de La Colonia. “Yo digo que ésta es tierra bendita”, asegura.
El limonero tiene 18 años y hace un par de temporadas que apenas sobrevive la mitad del árbol, ya que la otra fue víctima de una impiadosa helada que la secó y la mató.
“Fue como un regalo. Algo muy especial. Pensábamos que el limonero se iba a morir y ahora nos dio semejante limón”, dice Gladis.
Al árbol no sólo le sobraron energías para dar un limón de 785g sino que además su parte viva está repleta de frutos. “Yo amo la tierra y quizá esto es una retribución”, dice la mujer.
Gladis Sueldo es simpática, amable y desborda vitalidad y optimismo. Por su belleza la han coronado reina de los Adultos Mayores.
Nació en Córdoba pero “me considero mendocina de pura cepa ya que mis padres me trajeron a Mendoza cuando tenía apenas un año”. Tiene dos hijos y cuatro nietos y hoy convive con su segundo marido.
La tierra del patio de Gladis no tiene nada especial, según dice su dueña. No había allí corrales o gallineros que justifiquen una riqueza del suelo poco habitual. Tampoco es abonada especialmente por la mujer o su marido.
“Ésta es tierra bendita”, sostiene Gladis. Y cuando dice esto no se refiere sólo al suelo de su patio, sino a la del territorio mendocino. “La tierra es generosa, simplemente hay que cuidarla. Me duele mucho cuando veo que solamente se le saca provecho y se la olvida, en vez de agradecerle”, dice. Y asegura que “me molesta cuando también se trata mal y se le paga poco a la gente que trabaja en ella. Esas personas son las que deben ser valoradas, porque con su trabajo enriquecen el suelo”.
Pese a que el patio no es amplio la pareja cultiva lo que le permite la superficie. “Donde hay lugar, yo pongo una maceta”, asegura Gladis, y subraya: “Si tuviéramos más terreno seguro que tendríamos todo sembrado”.
Entre los registros más asombrosos sobre cosecha de limones de tamaño extraordinario figura la obtenida en abril de 2006 en Chuquisaca, Bolivia, por el agricultor Rolando Guzmán. Uno de los cítricos pesó 3,52 kilos, midió 33 centímetros de altura y 65 de ancho y completó su maduración en el suelo, ya que la rama que lo sostenía no resistió.
La tierra de Junín parece estar dotada de cualidades particulares. Al menos así puede suponerse si se recuerda que el año pasado en el patio de una casa de ese departamento se cosecharon 25 zapallos criollos que promediaban los 40 kilos cada uno. Las plantas habían sido sembradas por José Escudero. En ese mismo patio el hombre ya había logrado cosechar el año anterior un tomate que pesó 1,820kg. En este caso la explicación fue que en el lugar de la siembra años atrás la familia criaba gallinas y conejos.
Fuente: diariouno.com.ar
El limonero tiene 18 años y hace un par de temporadas que apenas sobrevive la mitad del árbol, ya que la otra fue víctima de una impiadosa helada que la secó y la mató.
“Fue como un regalo. Algo muy especial. Pensábamos que el limonero se iba a morir y ahora nos dio semejante limón”, dice Gladis.
Al árbol no sólo le sobraron energías para dar un limón de 785g sino que además su parte viva está repleta de frutos. “Yo amo la tierra y quizá esto es una retribución”, dice la mujer.
Gladis Sueldo es simpática, amable y desborda vitalidad y optimismo. Por su belleza la han coronado reina de los Adultos Mayores.
Nació en Córdoba pero “me considero mendocina de pura cepa ya que mis padres me trajeron a Mendoza cuando tenía apenas un año”. Tiene dos hijos y cuatro nietos y hoy convive con su segundo marido.
La tierra del patio de Gladis no tiene nada especial, según dice su dueña. No había allí corrales o gallineros que justifiquen una riqueza del suelo poco habitual. Tampoco es abonada especialmente por la mujer o su marido.
“Ésta es tierra bendita”, sostiene Gladis. Y cuando dice esto no se refiere sólo al suelo de su patio, sino a la del territorio mendocino. “La tierra es generosa, simplemente hay que cuidarla. Me duele mucho cuando veo que solamente se le saca provecho y se la olvida, en vez de agradecerle”, dice. Y asegura que “me molesta cuando también se trata mal y se le paga poco a la gente que trabaja en ella. Esas personas son las que deben ser valoradas, porque con su trabajo enriquecen el suelo”.
Pese a que el patio no es amplio la pareja cultiva lo que le permite la superficie. “Donde hay lugar, yo pongo una maceta”, asegura Gladis, y subraya: “Si tuviéramos más terreno seguro que tendríamos todo sembrado”.
Entre los registros más asombrosos sobre cosecha de limones de tamaño extraordinario figura la obtenida en abril de 2006 en Chuquisaca, Bolivia, por el agricultor Rolando Guzmán. Uno de los cítricos pesó 3,52 kilos, midió 33 centímetros de altura y 65 de ancho y completó su maduración en el suelo, ya que la rama que lo sostenía no resistió.
La tierra de Junín parece estar dotada de cualidades particulares. Al menos así puede suponerse si se recuerda que el año pasado en el patio de una casa de ese departamento se cosecharon 25 zapallos criollos que promediaban los 40 kilos cada uno. Las plantas habían sido sembradas por José Escudero. En ese mismo patio el hombre ya había logrado cosechar el año anterior un tomate que pesó 1,820kg. En este caso la explicación fue que en el lugar de la siembra años atrás la familia criaba gallinas y conejos.
Fuente: diariouno.com.ar
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