Scott Mathis: “Estamos aquí para crear un proyecto de largo plazo”
Trabajó con grandes compañías como Merryl Lynch. Sueña con dejar negocios en Nueva York para poder instalarse, algún día, en la propiedad de San Rafael. Mathis, enamorado de Argentina, invirtió 25 millones de dólares en los negocios que tiene en el país.
sábado, 05 de septiembre de 2009
En Cuadro Benegas, a 15 kilómetros de la ciudad de San Rafael, se ubica un amplio terreno de 825 hectáreas bautizado como Algodon Wine Estates. Con 122 hectáreas de viñedos, frutales, nogales y olivos, esta generosa propiedad atrajo a un grupo de inversores norteamericanos, liderados por Scott Mathis, quienes la compraron en 2005.
Mathis, quien se inició en el negocio de las finanzas 25 años atrás, trabajando para compañías famosas como Meryl Lynch o Lehman Brothers, fundó en 1999 su propia compañía, una empresa de biotecnología que investiga drogas para la cura de diferentes enfermedades, como el cáncer y el Alzheimer. En diálogo con FINCAS, durante su última visita a Mendoza, donde presentó a sus asesores, el Master of Wine inglés Anthony Foster y el norteamericano N. Lee Lacy; Mathis relató cómo nació su vínculo con la propiedad que hoy es Algodon.
- ¿De dónde proviene el nombre Algodon?
- Mis abuelos cultivaban algodón en Mississippi pero en Harlem, Nueva York, existía un lugar llamado Cotton Club, un lugar divertido, vivaz, que solía reunir a gente de todo tipo. Ésta es la clase de sentimiento que queremos crear aquí, por eso lo llamamos Algodon.
- ¿Cuál es la historia de Scott Mathis?
- Me gradué en la Mississippi State University, mi primer trabajo fue con Merryl Linch y por varios años participé de los negocios de inversión bancaria. Diez años atrás creé mi propia firma que se especializa en biotecnología, invirtiendo en investigación de curas para el cáncer, Alzeheimer pancreático y leucemia. Tenemos varias drogas en fase de investigación.
En esta empresa invertimos un cuarto de millón de dólares. La biotecnología es un área de negocios de alto riesgo, uno cree que el vino lo es, pero en verdad esto es mucho peor. Por eso quise volcarme un poco más hacia el negocio inmobiliario. Yo soy un “contra” por naturaleza, si alguien no quiere algo, yo entro. Si alguien se va del negocio, es porque hay una oportunidad para entrar. Por eso vine a Argentina, llegué a Buenos Aires hace cuatro años y medio. Como soy un fanático del tenis, me instalé en el Buenos Aires Lawn & Racket club y empecé a buscar una casa porque pensé, “aquí quiero quedarme, es una hermosa ciudad, el París de Sudamérica”.
Allí compré Algodon Mansión, una propiedad en Recoleta que convertimos en un hotel de lujo. Mucho antes de escuchar sobre el Malbec ya quería encontrar una propiedad de 40 acres -que terminó siendo más extensa- y construir una bodega boutique en Mendoza. Pasé varias semanas buscando diferentes propiedades y cuando llegué a San Rafael dije, “aquí me quedo”, me enamoré del lugar.
- ¿Cuál es el monto de la inversión en el proyecto Algodon?
- Hasta ahora hemos invertido más de 25 millones de dólares entre Algodon Mendoza y la propiedad de Buenos Aires.
- ¿Ésta ha sido su mayor inversión en un negocio inmobiliario?
- Es nuestro mayor desarrollo inmobiliario hasta el momento, pero también construimos residencias privadas y edificios en California, Nueva York y Mississippi.
- ¿El grupo está proyectando invertir en otros negocios en Argentina?
- Estoy buscando un lugar en Bariloche para el turismo y la pesca tal vez. Hoy, el mundo está redescubriendo Argentina. Hace 50 años atrás, los únicos vinos que se querían beber en Estados Unidos eran franceses e italianos. Luego fueron australianos, españoles y ahora se quieren beber Malbec y Bonarda. Por eso buscamos generar nuestro espacio en el mundo del vino y ahora que llegamos, nos gustaría tener un lugar en Bariloche.
- ¿Cuán seguido viene aquí?
- Vengo al menos una vez al mes pero estoy viviendo en Nueva York, aunque tengo un departamento en Buenos Aires. Podría vivir aquí, me encantaría, pero por ahora tengo muchos negocios que atender en Nueva York.
- ¿Cómo fue el negocio inmobiliario tras la crisis financiera en Nueva York?
- Los dos últimos meses han sido los más difíciles que he tenido que vivir en mi carrera, mucho más duros que los de la crisis de 1987. Esta vez no fue sólo la bolsa, sufrió el negocio inmobiliario y el financiero. Por primera vez, en Estados Unidos la gente fue a los bancos a retirar su efectivo y muchos tuvieron miedo de perder sus trabajos. La crisis golpeó fuertemente a los inversores quienes han tenido que despertar y darse cuenta de que Estados Unidos no es una isla. Han debido preguntarse por el dólar versus el euro o la libra británica y lo que pasa fuera del país.
Hoy, el mercado es 100% más difícil y muchos están empezando a entender que es necesario diversificar sus inversiones fuera de la economía y el dólar norteamericano. Hace 9 meses la gente hablaba de una gran depresión en Estados Unidos, todavía duele, pero se está abriendo.
- ¿En qué medida la crisis afectó al proyecto inmobiliario?
- Todavía no estamos construyendo casas. Hoy estamos tratando de crear valor con las ammenities, el vino, las canchas de golf y el hotel. Todo es cuestión de tiempo y creo que antes de mejorar, la situación se pondrá todavía peor.
- ¿De qué manera incide la incertidumbre política argentina como factor de decisión para invertir aquí y permanecer?
- Ésta es la primera pregunta que nos hacen nuestros inversores cuando vienen aquí y yo les digo: “éste es el riesgo”. Es bueno saber cuáles son los riesgos de cada inversión y que los mismos estén a la vista, así uno puede decidir si afrontarlos o no. Además, desde hace un año, la incertidumbre política en Estados Unidos nos ha enseñado que no hay seguridad en ningún lugar del mundo.
- ¿Tuvieron que despedir personal por la crisis?
En realidad contratamos nueve personas en Buenos Aires para la mansión -un hotel de lujo con restaurante, bar, cava- y dos personas más para el hotel de Mendoza.
- Si el panorama cambiara y Argentina dejara de ser una oportunidad, ¿continuaría la inversión?
- Sin duda. Estamos aquí para un proyecto de largo plazo y queremos crear el mejor vino.
Fuente: Los Andes Online
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