sábado, 31 de octubre de 2009

Innovación

Productores mendocinos concretan primera venta de semillas de colza

Participan de un proyecto impulsado desde el INTA de Junín y municipios del Este provincial. El material fue a una planta que elabora aceite en Entre Ríos.


sábado, 31 de octubre de 2009

Un camión con 25 toneladas de semilla de colza partió la semana pasada desde la Municipalidad de Junín hacia Entre Ríos.

La semilla pertenecía a un grupo de pequeños y medianos productores de Rivadavia, San Martín, Santa Rosa y el mismo Junín, y fue adquirida por la Empresa América 2001 para elaborar aceite comestible de colza, un producto que ya ha logrado insertar en su circuito comercial, “al precio del aceite de oliva”, aseguran voceros.

La calidad de la semilla que logró la gente del Este “estuvo a la altura de los requerimientos comerciales”, comentan. Tanto en contenido de aceite (46,4%) como en porcentaje de acidez (1,7%). Inclusive el ácido erúcico, que no debe superar el 2%, dio un valor de 0,1%.

El porcentaje de grasa o aceite que es lo que busca la empresa compradora, es superior a la media de la semilla comercializada en el país. Esto motiva a seguir trabajando con el cultivo ya que lo vendido se produjo en distintos suelos y bajo distintos tratamientos de fertilización, comentaron desde el INTA.

Haciendo números

Aunque quienes están más cerca de los protagonistas prefieren no revelar cifras, aseguran que “el precio pagado al productor fue el del mercado a la fecha de la transacción, quedando el costo del flete a cargo de los vendedores, mientras que otros gastos de comercialización fueron compartidos”.

Se sabe que el valor actual es inferior al vigente en el mercado al momento de ponerse en marcha el proyecto productivo mendocino. Pero vale recordar, en este sentido, que la caída del precio del barril de petróleo arrastró hacia abajo a oleaginosas como la soja y la colza.

De todas formas, el margen logrado en esta venta es variable para cada productor, cada uno tuvo costos de producción y cosecha distintos.

En todos los casos fueron ensayos, aunque se hayan hecho en fincas privadas. “Por ahora lo importante es no perder dinero y seguir cerrando etapas”, rescatan referentes técnicos del proyecto.

Mirando adelante

Una parte de la mercadería vendida fue cobrada con aceite, para seguir con otro objetivo del proyecto que es la elaboración de biodiesel para autoconsumo de productores y municipios. Esta etapa se hará junto con la Universidad Nacional ded Cuyo, en la planta piloto que la Casa de Estudios ha venido desarrollando durante estos años.

El Ing. Agr. Jorge Silva Colomer, coordinador de Desarrollo Rural de la Estación Agropecuaria Junín del INTA, reflexiona que “con el valor actual de mercado de la semilla de colza y el aumento en los precios de fertilizantes y herbicidas, el negocio es elaborar aceite para venta o hacer biodiesel para consumo propio, además de vender la harina proteica a la ganadería local o exportarla a Chile”.

Revela que “desde Cataluña (España) enviaron un representante para comprar 30.000 toneladas de aceite que, al no encontrar aquí, adquirieron en el sur de Chile, país que ha demostrado su eficiente política para exportar y abrir mercados”.

Silva recuerda que en enero del 2010 comienza a regir la ley que obliga al corte en el uso de combustible, e interpreta que “seguramente los municipios y productores preferirán hacer su biodiesel que comprarlo en el surtidor”.

Desarrollo tecnológico local

El proyecto impulsado por el INTA y los municipios del Este tenía una limitante: las pequeñas superficies cultivadas en Mendoza, impedían (al momento de la cosecha) el uso de trilladoras de cereales.

Estas máquinas requieren de mayor espacio, tanto para desplazarse (por sus dimensiones) como para lograr escala y hacer económicamente viable la recolección.

La municipalidad de Junín, comprometida con el proyecto, financió el desarrollo de una trilladora para pequeñas superficies que dos estudiantes de Ingeniería Electrónica del Departamento con el apoyo de su profesor de la UTN San Rafael y el INTA, desarrollaron en meses. La trilladora no sólo cumple la función de trillar colza; es demandada para semilla de cebolla.

Los estudiantes Fernando Ceneri y Luciano Sanchez se convirtierion en ingenieros y presentaron su trilladora al concurso INNOVAR que organiza el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Este año se presentaron 2.630 proyectos. De ellos fueron seleccionaron 400 para la exposición anual en Buenos Aires.

Los profesionales de Junín sacaron el 2º puesto en Innovación para el Agro, obteniendo no solo la distinción sino el apoyo financiero para seguir con su proyecto de convertirse en una PYME industrial.

Fuente: Los Andes Online

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