Golpe de Estado
En Honduras el clima electoral está signado por el temor y los atentados
Unos 4,6 millones de hondureños están llamados a votar, en unas elecciones donde el nivel de participación será clave para aislar o legitimar al gobierno de facto.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Vigilancia. Con un fuerte despliegue de más de 15.000 soldados, las autoridades de facto en Honduras custodiarán los comicios de hoy. AP
Los hondureños tienen frente a sí unas elecciones cuya legitimidad es puesta en duda por muchos dentro y fuera del país debido al golpe de Estado que las precedió, pero la participación en las votaciones de hoy quizás disipe ese velo que las empaña.
Mientras el presidente depuesto en junio Manuel Zelaya y sus partidarios llaman a la población a abstenerse de participar en el acto electoral, las autoridades afinan los últimos detalles.
"Hoy (ayer) por la mañana repartimos el material electoral en la capital y con eso queda todo distribuido en todo el país... sólo queda esperar a que la gente llegue a los centros de votación", dijo el director electoral encargado de la logística del Tribunal Supremo Electoral, Carlos Romero.
Unos 4,6 millones de hondureños están llamados a elegir presidente, diputados y alcaldes. Una encuesta de finales de octubre daba una cómoda ventaja de 16 puntos a Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, sobre Elvin Santos, del Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y su sucesor de facto Roberto Micheletti.
En tanto, ayer en la madrugada un pequeño artefacto estalló en las oficinas de Radio América y otro en el bulevar Morazán, uno de los principales de la capital. Durante casi todas las noches de la semana antes de los comicios, hubo explosiones como éstas en la capital, que aparte de daños menores no han dejado víctimas.
El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, que se organizó desde el mismo 28 de junio en que Zelaya fue defenestrado, convocó a un "toque de queda popular" en el que llama a la población a no salir de casa entre las seis de la mañana y las seis de la tarde. En Honduras hay pena de prisión de 4 a 6 años por incitar a no votar.
"¿Vale la pena perder la vida por mancharse el dedo (con tinta, la marca que reciben quienes han votado) para avalar este golpe de Estado y blanquear las elecciones? Claro que no", dijo Rafael Alegría en un comunicado de la Resistencia.
La población hondureña está dividida entre quienes simpatizan con el gobierno de facto instalado a partir del golpe y los que no. Ambos bandos se acusan de estar detrás de las explosiones.
Micheletti, quien temporalmente se ha alejado de la vida pública para no interferir con el proceso electoral, pidió explícitamente a la Resistencia, atribuyéndole los atentados, que "no pongan bombas que maten a la gente porque eso no lo merece este país que sólo quiere paz y vivir en democracia".
El líder de la Resistencia, Juan Barahona, acusó al gobierno de facto de las explosiones. "Si hay bombas y otros atentados serán de los militares y la policía porque la gente de la Resistencia estará en sus casas", sentenció.
Zelaya ha calificado las elecciones como "ilegales" y como un intento de legitimar el golpe de Estado. "El que salga electo en unas elecciones ilegales será igual de ilegal", dijo desde la embajada de Brasil, donde está encerrado desde el 21 de setiembre.
Lobo, quien busca presentarse como opositor, asegura que tanto Zelaya como Micheletti forman parte "del gobierno del partido liberal".
Santos aseguró ayer que Lobo "ha sido uno de los principales actores, gestores y protagonistas de la situación política vernácula", para luego añadir que las elecciones "son el centro de la solución a la crisis política". Y se quejó que "la comunidad internacional ha tomado como rehén el proceso eleccionario".
El próximo presidente encontrará un país dividido y aislado por varias naciones que repudiaron el golpe militar y se rehúsan a reconocer los comicios. Sin embargo, esta semana Estados Unidos, Costa Rica y Perú anunciaron abiertamente que reconocerán las elecciones. Agencia AP
Fuente: Los Andes Online
Mientras el presidente depuesto en junio Manuel Zelaya y sus partidarios llaman a la población a abstenerse de participar en el acto electoral, las autoridades afinan los últimos detalles.
"Hoy (ayer) por la mañana repartimos el material electoral en la capital y con eso queda todo distribuido en todo el país... sólo queda esperar a que la gente llegue a los centros de votación", dijo el director electoral encargado de la logística del Tribunal Supremo Electoral, Carlos Romero.
Unos 4,6 millones de hondureños están llamados a elegir presidente, diputados y alcaldes. Una encuesta de finales de octubre daba una cómoda ventaja de 16 puntos a Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, sobre Elvin Santos, del Partido Liberal, al que pertenecen Zelaya y su sucesor de facto Roberto Micheletti.
En tanto, ayer en la madrugada un pequeño artefacto estalló en las oficinas de Radio América y otro en el bulevar Morazán, uno de los principales de la capital. Durante casi todas las noches de la semana antes de los comicios, hubo explosiones como éstas en la capital, que aparte de daños menores no han dejado víctimas.
El Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, que se organizó desde el mismo 28 de junio en que Zelaya fue defenestrado, convocó a un "toque de queda popular" en el que llama a la población a no salir de casa entre las seis de la mañana y las seis de la tarde. En Honduras hay pena de prisión de 4 a 6 años por incitar a no votar.
"¿Vale la pena perder la vida por mancharse el dedo (con tinta, la marca que reciben quienes han votado) para avalar este golpe de Estado y blanquear las elecciones? Claro que no", dijo Rafael Alegría en un comunicado de la Resistencia.
La población hondureña está dividida entre quienes simpatizan con el gobierno de facto instalado a partir del golpe y los que no. Ambos bandos se acusan de estar detrás de las explosiones.
Micheletti, quien temporalmente se ha alejado de la vida pública para no interferir con el proceso electoral, pidió explícitamente a la Resistencia, atribuyéndole los atentados, que "no pongan bombas que maten a la gente porque eso no lo merece este país que sólo quiere paz y vivir en democracia".
El líder de la Resistencia, Juan Barahona, acusó al gobierno de facto de las explosiones. "Si hay bombas y otros atentados serán de los militares y la policía porque la gente de la Resistencia estará en sus casas", sentenció.
Zelaya ha calificado las elecciones como "ilegales" y como un intento de legitimar el golpe de Estado. "El que salga electo en unas elecciones ilegales será igual de ilegal", dijo desde la embajada de Brasil, donde está encerrado desde el 21 de setiembre.
Lobo, quien busca presentarse como opositor, asegura que tanto Zelaya como Micheletti forman parte "del gobierno del partido liberal".
Santos aseguró ayer que Lobo "ha sido uno de los principales actores, gestores y protagonistas de la situación política vernácula", para luego añadir que las elecciones "son el centro de la solución a la crisis política". Y se quejó que "la comunidad internacional ha tomado como rehén el proceso eleccionario".
El próximo presidente encontrará un país dividido y aislado por varias naciones que repudiaron el golpe militar y se rehúsan a reconocer los comicios. Sin embargo, esta semana Estados Unidos, Costa Rica y Perú anunciaron abiertamente que reconocerán las elecciones. Agencia AP
Fuente: Los Andes Online
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