lunes, 14 de junio de 2010

Violencia étnica

Kirguistán al borde de la guerra civil

Las autoridades movilizaron milicias y ordenaron "disparar a discreción" para intentar poner fin al grave conflicto interétnico en este estratégico país del AsiaCentral. Hay al menos 105 muertos y 1.200 heridos. Preocupación de los gobiernos ruso y norteamericano.

lunes, 14 de junio de 2010

Kirguistán al borde de la guerra civil
Residentes de Uzbekistán se sientan frente a algunas de las víctimas de los enfrentamientos en el suburbio de Osh. (AFP)

Kirguistán extendió ayer el estado de emergencia en el sur y ordenó a sus fuerzas "disparar a discreción" para tratar de detener los enfrentamientos étnicos que dejaron al menos 104 muertos y echaron a las rutas a decenas de miles de refugiados en este estratégico país de Asia Central que se halla al borde de la guerra civil.

La gravedad de la situación, llevó a que el presidente ruso Dimitri Medvedev pidiera que se "restablezca el orden lo antes posible" y que se "ponga fin al conflicto interétnico". Por su parte, la embajada de Estados Unidos, país que dispone de una base aérea en Kirguistán, dio a conocer nuevamente su "gran preocupación" y llamó a las partes a "renunciar a la violencia".

Unos 32.000 refugiados fueron registrados en la vecina Uzbekistán, la mayoría acompañados por niños que no pudieron contabilizar las autoridades uzbekas, declaró un responsable del ministerio uzbeko de Situaciones de Emergencia, Abror Kossimov.

Un policía uzbeko en el puesto fronterizo de Iorkishlok indicó que 125.000 personas huyeron de las violencias entre kirguisos y la minoría uzbeka del sur de Kirguistán. En Biskek, capital del país, el ministerio de Defensa anunció la movilización de los reservistas del ejército. Desde ahora los policías deben "recurrir a sus armas de servicio y disparar a discreción", indicó el ministro interino de Interior, Bolot Cher.

Desde el sábado las fuerzas del orden fueron autorizadas a disparar sin previo aviso para intentar restablecer el orden tras la escalada de tensión en esta ex república soviética. Los enfrentamientos entre kirguisos y la minoría uzbeka (entre 15% y 20% de la población de Kirguistán) son cada vez más intensos.

El último balance provisorio es de 104 muertos y más de 1.200 heridos.

El gobierno decretó un toque de queda de 24 horas en Osh, segunda ciudad del país, y los distritos vecinos. El estado de emergencia fue también extendido al conjunto de la región vecina de Djalal-Abad, bastión del presidente depuesto en abril Kurmanbek Bakiyev, en donde las violencias estallaron el sábado.

En la ciudad de Djalal-Abad se registraron ayer intensos tiroteos y numerosos incendios, según los testimonios y los relatos de la prensa local, pero la situación se estabilizó al llegar la noche, indicó por su parte el gobernador de la región, Bektur Assanov.

Alarma en la ONU

Ayer el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declaró "alarmado por la amplitud de los enfrentamientos, la naturaleza interétnica de las violencias y la cantidad de víctimas y desplazados" y pidió una respuesta internacional coordinada a la crisis.

Rusia, que también utiliza para sus fuerzas una base militar situada en Kant, en el norte, envió tropas al país, que llegaron para reforzar la protección de las instalaciones y del personal militar ruso.

Estos son los peores enfrentamientos desde la revolución de abril pasado (87 muertos), que derrocó al presidente Kurmanbek Bakiyev y llevó al poder al actual gobierno provisorio y se producen a dos semanas del referéndum sobre la nueva Constitución previsto para el 27 de junio.

Históricamente, las relaciones entre la minoría uzbeka y los kirguisos son tensas, fundamentalmente a causa de las disparidades económicas, que encolerizan a los uzbekos. Por otra parte, en la región hay poderosos grupos mafiosos. Agencia AFP

Fuente: Los Andes Online

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