miércoles, 31 de agosto de 2011

Chile: purga policial por el asesinato de un joven

Se comprobó que un carabinero fue quien mató de un tiro en el pecho a Manuel Gutiérrez (16), que presenciaba la protesta del viernes en Santiago. Echaron a un jefe y 4 efectivos.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Agencia Télam

Chile: purga policial por el asesinato de un joven
En los últimos meses, hubo numerosas protestas con incidentes, daños y heridos, pero no había muerto nadie hasta el viernes pasado. (AFP)



El director de Carabineros de Chile, general Eduardo Gordon, inició el trámite de retiro del segundo jefe de la zona metropolitana, Sergio Gajardo, y de otros cuatro miembros del cuerpo por distintos niveles de responsabilidad en la muerte del joven Manuel Gutiérrez, abatido por el disparo de un agente de esa fuerza policial, según se confirmó ayer.

Gordon anunció ayer que inició el trámite de retiro de Gajardo por haber descartado en primera instancia la participación de funcionarios policiales en la muerte de Gutiérrez, informaron la agencia de noticia Prensa Latina y los diarios El Mercurio y La Nación.

El joven fue asesinado el viernes pasado a la madrugada cuando observaba algunos de los desmanes que se produjeron tras la desmovilización de las marchas con que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) cerró un paro nacional de 48 horas.

En esa línea, la máxima autoridad de la policía uniformada señaló que también inició el trámite de retiro por la "responsabilidad de mando" del coronel de la Prefectura Cordillera, Sergio Uribe; el mayor de la Comisaría 43, Roberto Contreras; el capitán de la subcomisaria de Peñalolén, Carlos Castillo; y la subteniente Claudia Iglesias Luz.

Estas sanciones se suman al pase a retiro y detención del carabinero Miguel Millacura, autor del disparo que mató a Gutiérrez, según confirmaron las pericias dadas a conocer ayer por el fiscal Jorge Martínez, quien ordenó la prisión preventiva del imputado por considerarlo "un peligro para la sociedad y para el desarrollo de la investigación".

"Aquí ha fallado la verdad. Nos han traicionado con la verdad, por eso lo repudiamos", sostuvo el jefe de policía, en alusión al ex sargento segundo Millacura, que después de haber accionado su arma, la recargó y la limpió y luego confesó que había hecho disparos al aire.

Gordon, quien pidió disculpas en persona a la familia del adolescente, hizo un llamado a los carabineros que quieran usar "malamente" el uniforme "que no nos dañen más, no nos merecemos ser más dañados. Los carabineros buenos estarán preocupados para que no nos hagan daño".

En tanto, el diputado del Partido Comunista Hugo Gutiérrez, presentó ayer ante la Fiscalía Militar de Santiago una denuncia criminal contra el cuerpo de Carabineros por el delito de violencia policial innecesaria.

El caso agudizó la crisis entre el gobierno y la oposición, que cuestionó la institucionalidad del país y, en particular, la credibilidad de la fuerza policial.

El presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Sergio Ojeda, consideró que es sospechoso e inaceptable que la institución policial descartara en un primer momento realizar una investigación judicial en ese cuerpo, a pesar de enfáticos testimonios que apuntaban a uniformados como los responsables del crimen.

A juicio del parlamentario hay también responsabilidades políticas en el hecho que comprenden sobre todo al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, cuya renuncia solicitaron las federaciones estudiantiles y referentes de la oposición como el Partido Socialista.

El gobierno, en cambio, salió ayer en defensa del titular del Interior a través del vocero presidencial, Andrés Chadwick, quien aseguró que su colega en el gabinete "cumple su labor con absoluto apego y exigencia a la ley" y criticó a quienes "buscan generar situaciones de responsabilidad política".

A las críticas se sumó el vocero de la Corte Suprema de Justicia, Jaime Rodríguez, quien opinó que "no es nada tranquilizador que los carabineros estén usando el armamento contra la población civil".

La muerte del adolescente se produjo en medio de los prolongados reclamos, con eje en el movimiento estudiantil, que vienen haciendo varios sectores para una amplia reforma política, económica y social en Chile, y que llevaron la imagen presidencial a su piso histórico. 

Las universidades argentinas, refugio de chicos trasandinos

Aquí estudian unos 5.000 chilenos, que emigraron por las facilidades que ofrecen nuestras universidades públicas, incluida la UNCuyo. 

AFP

Las universidades argentinas, refugio de chicos trasandinos
Estudiantes chilenos de la UNCuyo manifestaron en Peatonal y SanMartín. (Orlando Pelichotti / Los Andes)

El alto costo de la educación en Chile ha provocado que miles de jóvenes de ese país decidan cruzar los Andes para estudiar en nuestro país, donde aprovechan los cursos gratuitos que ofrecen las universidades públicas.

Unos 5.000 chilenos estudian actualmente en Argentina, entre Buenos Aires, Mendoza, Rosario y Córdoba, según datos de la organización "Asamblea de estudiantes chilenos exiliados por la educación".

"En Chile para estudiar te tienes que endeudar por 20 años y por eso vine acá. En mi país está todo privatizado. Las políticas neoliberales acabaron con el sector público", señala Pablo Cossio, un santiaguino de 21 años que quiere ser sociólogo, en un aparte de una reunión de la Asamblea.

Muchos integrantes de esa Asamblea y de organizaciones universitarias locales salieron a la calle en distintas ciudades argentinas, entre ellas Mendoza, para apoyar las movilizaciones en Chile en favor de una reforma profunda del sistema educativo.

"La educación es muy cara en mi país y las carreras se manejan de acuerdo a la oferta y la demanda", se queja Daniela Poblete, una estudiante chilena que como miles de sus compatriotas se vio obligada a emigrar en busca de formación profesional.

Daniela es una actriz de 30 años que nació en un pequeño y pintoresco pueblo del sur chileno y a los 22 se fue a Santiago en busca de un futuro mejor. Sin embargo, al no poder hacer frente al costo de su formación, se vio obligada a cruzar la frontera.

"Quería estudiar Dirección de teatro, una carrera que en Chile es carísima porque es un posgrado. Entonces, el año pasado decidí irme a Buenos Aires", cuenta y explica que en su país "no se invierte en carreras artísticas porque no son lucrativas. Todo se maneja por la ley de la oferta y la demanda".

La grave situación por la que atraviesa la educación en Chile ganó visibilidad en los últimos meses por las masivas manifestaciones de estudiantes secundarios y universitarios en ese país, que fueron severamente reprimidas con un saldo de un muerto la semana pasada, en el marco de un paro general convocado por la central de trabajadores.

"La familia chilena tiene que volver a desmembrarse. Durante el pinochetismo por razones políticas, ahora por razones económicas", se lamenta Daniela y revela que "hay hogares en los que los padres tienen que decidir si estudia el hijo varón o la hija mujer. O el hijo mayor solamente".

A los 20 años, Xiomara Espinoza Rodríguez, oriunda de Puerto Montt (sur de Chile), se enteró a través de una profesora de que estudiar en la Universidad de Buenos Aires era gratis y no dudó en hacer las maletas.

"Decidí partir porque la educación en mi país es imposiblemente cara y de mala calidad, pero además porque soy muy patiperra (aventurera)", dice entre risas y apunta que su mamá "es profesora de Historia y siempre fue muy crítica del modelo chileno".

La joven, ahora una estudiante de Arte de 23 años, abunda en las críticas contra el sistema de pruebas y de puntajes para el ingreso a las universidades de su país, tanto públicas como privadas, y destaca que en Argentina no hay exámenes de ingreso, sino "un curso en el que sólo tienes que estudiar para nivelar conocimientos.

"Argentina es un país amable para estudiar y la integración es bien simple porque hay muchos latinoamericanos en la mayoría de las universidades" dice, y admite que al principio había pensado "que tenía que pagar un arancel porque era extranjera, pero no hacen ninguna distinción".

Su compatriota Cossio reconoce las bondades de la gratuidad de la enseñanza en Argentina, pero asegura que lo decepcionó que no haya una presencia masiva de hijos de trabajadores en la universidad.

"Pensé que la sociedad argentina era mucho más igualitaria, más consciente, pero es tan elitista y diferenciada como la chilena. Y la Universidad de Buenos Aires, donde yo estudio, por más gratuita que dice ser, es igual de clasista", denuncia el joven, que dice posicionarse lejos de los partidos políticos y cerca de las bases estudiantiles.

Cossio está convencido de que "la educación pública está en riesgo en toda América Latina" y, si bien agradece "al país que nos recibió y nos está dando educación", aclara que "no es el Gobierno, sino los argentinos los que están pagando con sus impuestos nuestras carreras".

Actualmente se realiza un censo en las universidades argentinas que permitirá contar, entre otros datos, con el total de extranjeros que cursan en ellas. 

Fuente: Los Andes Online

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