Los mercados tratan a Italia como si estuviera en default
Crece la desconfianza sobre el futuro económico de la península. Ayer, el nuevo gobierno de Monti debió pagar intereses “insostenibles” de 7,8 % para poder afrontar sus pagos.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Agencias AP y AFP
![]() |
| Michel Barnier, alto funcionario de la Unión Europea, visitó en Roma al primer ministro italiano Mario Monti. (AFP) |
La crisis de la deuda en la Eurozona encendió
ayer nuevas alarmas con el disparo de las tasas de las obligaciones de
Italia a niveles récord y la degradación de la nota de Bélgica por la
agencia Standard & Poors.
Italia captó 8.000 millones de euros con una emisión de letras a seis meses a un interés de 6,504%, frente a 3,535% en la última emisión similar del 26 de octubre. Otra emisión a dos años, por 2.000 millones, tendrán un rendimiento de 7,814%, frente a 4,628% en la operación anterior.
Este costo de financiación se considera insostenible para la tercera mayor economía de la Eurozona, agobiada por una deuda pública de 1,9 billones de euros (120% del PBI). En 2012, el Tesoro italiano tiene un programa de emisiones de deuda de 400.000 millones de euros.
La tensión en los mercados hace el equilibrio de la deuda “precario” y “alimenta las dudas” sobre la solvencia del país, reconoció el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco.
“Si los rendimientos siguen así de altos mucho tiempo, tendrán un impacto negativo en el sector financiero, en la economía real y por tanto en el crecimiento económico”, dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, de visita en Roma.
Rehn admitió que el alto costo de la financiación es “un fenómeno sistémico creciente” en Europa, que requiere soluciones vigorosas.
El comisario quiso sin embargo infundir calma, asegurando que no ve un “derrumbe del euro” y que Italia “puede superar la crisis”, ya que las bases de su economía “son sólidas”.
La Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) vigilan el cumplimiento de los compromisos de rigor fiscal y reformas estructurales contraídos por el flamante gobierno del tecnócrata Mario Monti.
Bélgica en la mira
En una acumulación de malas noticias, la agencia Standard and Poor's rebajó ayer un escalón la calificación crediticia de Bélgica, de “AA+” a “AA”, con perspectiva negativa (lo cual significa que contempla volver a degradarla), a causa del riesgo de que el país, ya muy endeudado, vuelva a emplear dinero público para apoyar su sector financiero.
Si Bélgica tuviera que volver a rescatar a su sector bancario, como en 2008, su deuda, que a fines de 2011 será de 97% del PBI, podría superar el límite de 100%, indicó la agencia de calificación.
Eso tendrá como consecuencia aumentar más el déficit presupuestario del país, cuya economía, “entre las más abiertas de la Zona Euro”, es “vulnerable a cualquier debilitamiento de la demanda exterior”, agregó.
La bolsa de Milán ganó pese a todo ayer un 0,12%, recuperándose de una caída de más de 2% tras la emisión de bonos.
Las otras grandes bolsas europeas aprovecharon un rebote técnico después de varios días a la baja y cerraron con ganancias tras operar en rojo de mañana. Frankfurt ganó 1,19%, París 1,23%, Londres 0,72% y Madrid 0,54%.
El euro seguía debilitándose, y se cotizaba por primera vez desde fines de octubre a menos de 1,33 unidades por dólar.
La emisión de deuda italiana tuvo lugar al día siguiente de una reunión en Estrasburgo entre Monti, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy. Estos dos últimos “confirmaron su apoyo a Italia y aseguraron que son conscientes de que un derrumbe de Italia provocaría inevitablemente el fin del euro”, indicó en una nota la jefatura de gobierno italiano.
Los mercados juzgaron decepcionante ese encuentro, dado que Alemania, principal economía europea, se mantuvo intransigente en su negativa a ampliar las competencias del Banco Central Europeo (BCE) para que compre mucha más deuda de países del bloque amenazados por la crisis, como Italia, para contribuir a reducir los intereses exigidos.
Merkel mantuvo igualmente su oposición a la emisión de eurobonos, pero obtuvo el respaldo francés a una revisión de los tratados europeos para permitir una mayor vigilancia presupuestaria de los 17 Estados miembros de la Eurozona.
Italia captó 8.000 millones de euros con una emisión de letras a seis meses a un interés de 6,504%, frente a 3,535% en la última emisión similar del 26 de octubre. Otra emisión a dos años, por 2.000 millones, tendrán un rendimiento de 7,814%, frente a 4,628% en la operación anterior.
Este costo de financiación se considera insostenible para la tercera mayor economía de la Eurozona, agobiada por una deuda pública de 1,9 billones de euros (120% del PBI). En 2012, el Tesoro italiano tiene un programa de emisiones de deuda de 400.000 millones de euros.
La tensión en los mercados hace el equilibrio de la deuda “precario” y “alimenta las dudas” sobre la solvencia del país, reconoció el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco.
“Si los rendimientos siguen así de altos mucho tiempo, tendrán un impacto negativo en el sector financiero, en la economía real y por tanto en el crecimiento económico”, dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, de visita en Roma.
Rehn admitió que el alto costo de la financiación es “un fenómeno sistémico creciente” en Europa, que requiere soluciones vigorosas.
El comisario quiso sin embargo infundir calma, asegurando que no ve un “derrumbe del euro” y que Italia “puede superar la crisis”, ya que las bases de su economía “son sólidas”.
La Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) vigilan el cumplimiento de los compromisos de rigor fiscal y reformas estructurales contraídos por el flamante gobierno del tecnócrata Mario Monti.
Bélgica en la mira
En una acumulación de malas noticias, la agencia Standard and Poor's rebajó ayer un escalón la calificación crediticia de Bélgica, de “AA+” a “AA”, con perspectiva negativa (lo cual significa que contempla volver a degradarla), a causa del riesgo de que el país, ya muy endeudado, vuelva a emplear dinero público para apoyar su sector financiero.
Si Bélgica tuviera que volver a rescatar a su sector bancario, como en 2008, su deuda, que a fines de 2011 será de 97% del PBI, podría superar el límite de 100%, indicó la agencia de calificación.
Eso tendrá como consecuencia aumentar más el déficit presupuestario del país, cuya economía, “entre las más abiertas de la Zona Euro”, es “vulnerable a cualquier debilitamiento de la demanda exterior”, agregó.
La bolsa de Milán ganó pese a todo ayer un 0,12%, recuperándose de una caída de más de 2% tras la emisión de bonos.
Las otras grandes bolsas europeas aprovecharon un rebote técnico después de varios días a la baja y cerraron con ganancias tras operar en rojo de mañana. Frankfurt ganó 1,19%, París 1,23%, Londres 0,72% y Madrid 0,54%.
El euro seguía debilitándose, y se cotizaba por primera vez desde fines de octubre a menos de 1,33 unidades por dólar.
La emisión de deuda italiana tuvo lugar al día siguiente de una reunión en Estrasburgo entre Monti, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy. Estos dos últimos “confirmaron su apoyo a Italia y aseguraron que son conscientes de que un derrumbe de Italia provocaría inevitablemente el fin del euro”, indicó en una nota la jefatura de gobierno italiano.
Los mercados juzgaron decepcionante ese encuentro, dado que Alemania, principal economía europea, se mantuvo intransigente en su negativa a ampliar las competencias del Banco Central Europeo (BCE) para que compre mucha más deuda de países del bloque amenazados por la crisis, como Italia, para contribuir a reducir los intereses exigidos.
Merkel mantuvo igualmente su oposición a la emisión de eurobonos, pero obtuvo el respaldo francés a una revisión de los tratados europeos para permitir una mayor vigilancia presupuestaria de los 17 Estados miembros de la Eurozona.
Se multiplican las malas señales
Por Francesco Fontemaggi - De la Agencia AFP - Especial para Los Andes
Estados Unidos y Europa fueron esta semana incapaces de encontrar
soluciones a la crisis de la deuda, añadiendo inquietud a las señales
preocupantes sobre el crecimiento chino y las advertencias lanzadas por
las agencias calificadoras.
En la Zona Euro, la enésima cumbre franco-alemana celebrada el jueves en Estrasburgo, Francia, a la que fue invitado el nuevo primer ministro italiano Mario Monti, no sirvió para que la canciller Angela Merkel se plegara a las presiones de Nicolas Sarkozy sobre el papel del Banco Central Europeo en la crisis de la deuda.
El presidente francés anunció que en nombre de la independencia del BCE, los Estados se abstendrán de pedirle nada. Este compromiso pírrico permite que sea el consejo de gobernadores, no obstante reticente, el que decida si interviene comprando masivamente deuda de países bajo presión para reducir sus intereses.
De la misma manera, la canciller alemana reiteró su oposición a los eurobonos, que permitirían compartir los riesgos de la deuda en Europa. La única decisión tomada por París y Berlín es la revisión de los tratados europeos, para reforzar la disciplina fiscal, una exigencia alemana que suscita escepticismo y desconfianza en muchos países de la Unión.
Pero Europa no es la única que sufre dificultades. En Estados Unidos, la “supercomisión” de demócratas y republicanos del Congreso fue incapaz de alcanzar un acuerdo para reducir la deuda.
La deuda pública de Estados Unidos, que superó recientemente los 15 billones de dólares, aún no es una gran inquietud para los mercados, pero será uno de los grandes temas de la presidencial de 2012.
En agosto, la agencia Standard and Poor’s retiró a EEUU su máxima calificación crediticia (AAA), causando una tormenta bursátil. Otra agencia, Fitch, se pronunciará este mes sobre las consecuencias del fracaso de la “supercomisión”, y la tercera gran agencia calificadora, Moody’s, confirmó su triple A, aunque no descarta rebajarla en el futuro.
La incertidumbre política ante la crisis ha dejado el terreno libre a las agencias calificadoras, que lanzaron numerosas advertencias.
Esta semana, Fitch rebajó a la categoría de “bono basura” la calificación de Portugal, uno de los tres países de la Eurozona que necesitó un rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional para seguir financiando su deuda y no suspender pagos.
Los inversores parecen poner sus esperanzas en los países emergentes, que tampoco están a salvo de dificultades. La actividad manufacturera de China, segunda economía del mundo, sufrió en noviembre su mayor caída desde marzo de 2009, reavivando las inquietudes sobre el crecimiento mundial.
Los ministros de Economía y presidentes de bancos centrales del bloque sudamericano Unasur se reunían este viernes en Buenos Aires para hablar de cómo protegerse de una crisis europea que amenaza con reducir el crecimiento en China, comprador clave de sus materias primas.
En vísperas de la reunión ministerial, la secretaria general de Unasur, la colombiana María Emma Mejía, dijo que los ministros adoptarán medidas destinadas a “salvaguardar las reservas monetarias, que alcanzan los 600.000 millones de dólares; fortalecer el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) para que sea más robusto en caso de emergencia, y aumentar el intercambio en monedas locales, como ya lo hacen Brasil y Argentina”.
En la Zona Euro, la enésima cumbre franco-alemana celebrada el jueves en Estrasburgo, Francia, a la que fue invitado el nuevo primer ministro italiano Mario Monti, no sirvió para que la canciller Angela Merkel se plegara a las presiones de Nicolas Sarkozy sobre el papel del Banco Central Europeo en la crisis de la deuda.
El presidente francés anunció que en nombre de la independencia del BCE, los Estados se abstendrán de pedirle nada. Este compromiso pírrico permite que sea el consejo de gobernadores, no obstante reticente, el que decida si interviene comprando masivamente deuda de países bajo presión para reducir sus intereses.
De la misma manera, la canciller alemana reiteró su oposición a los eurobonos, que permitirían compartir los riesgos de la deuda en Europa. La única decisión tomada por París y Berlín es la revisión de los tratados europeos, para reforzar la disciplina fiscal, una exigencia alemana que suscita escepticismo y desconfianza en muchos países de la Unión.
Pero Europa no es la única que sufre dificultades. En Estados Unidos, la “supercomisión” de demócratas y republicanos del Congreso fue incapaz de alcanzar un acuerdo para reducir la deuda.
La deuda pública de Estados Unidos, que superó recientemente los 15 billones de dólares, aún no es una gran inquietud para los mercados, pero será uno de los grandes temas de la presidencial de 2012.
En agosto, la agencia Standard and Poor’s retiró a EEUU su máxima calificación crediticia (AAA), causando una tormenta bursátil. Otra agencia, Fitch, se pronunciará este mes sobre las consecuencias del fracaso de la “supercomisión”, y la tercera gran agencia calificadora, Moody’s, confirmó su triple A, aunque no descarta rebajarla en el futuro.
La incertidumbre política ante la crisis ha dejado el terreno libre a las agencias calificadoras, que lanzaron numerosas advertencias.
Esta semana, Fitch rebajó a la categoría de “bono basura” la calificación de Portugal, uno de los tres países de la Eurozona que necesitó un rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional para seguir financiando su deuda y no suspender pagos.
Los inversores parecen poner sus esperanzas en los países emergentes, que tampoco están a salvo de dificultades. La actividad manufacturera de China, segunda economía del mundo, sufrió en noviembre su mayor caída desde marzo de 2009, reavivando las inquietudes sobre el crecimiento mundial.
Los ministros de Economía y presidentes de bancos centrales del bloque sudamericano Unasur se reunían este viernes en Buenos Aires para hablar de cómo protegerse de una crisis europea que amenaza con reducir el crecimiento en China, comprador clave de sus materias primas.
En vísperas de la reunión ministerial, la secretaria general de Unasur, la colombiana María Emma Mejía, dijo que los ministros adoptarán medidas destinadas a “salvaguardar las reservas monetarias, que alcanzan los 600.000 millones de dólares; fortalecer el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) para que sea más robusto en caso de emergencia, y aumentar el intercambio en monedas locales, como ya lo hacen Brasil y Argentina”.
Fuente: Los Andes Online



No hay comentarios:
Publicar un comentario