domingo, 11 de diciembre de 2011

Mendocinos dan nuevo paso en la batalla contra el cáncer

Ignacio Cebrián (30) y Ariel Savina (42) trabajan en el prestigioso Instituto Curie, de París. Allí descifraron el mecanismo de ciertas células inmunológicas que se activan ante los tumores. El trabajo fue publicado por la célebre revista Cell. 

Federico Fayad - ffayad@losandes.com.ar

Mendocinos dan nuevo paso en la batalla contra el cáncer
Savina (42) e Ignacio Cebrián (30), delante del busto que recuerda a Marie y Pierre Curie en el Instituto homónimo.

Dice una frase que el reloj es el grillete del tiempo. Atados a ese tiempo, algunos se pasan la vida negando posibilidades. Cómodos en la seguridad de las certezas impuestas se conforman con la realidad que les tocó vivir. Y listo.

Otros, en cambio, se dedican a buscar llaves. Invierten sus horas, presentes y futuras, pensando en sí mismos -profesionalmente hablando- y en los otros -humanitariamente hablando-.

El doctor Ariel Savina (42) y su estudiante de doctorado Ignacio Cebrián (30) son dos mendocinos que hace mucho tiempo comprendieron esto último, lo tomaron como su forma de vida y hoy triunfan investigando en el prestigioso Instituto Curie, en el corazón de París, Francia.

Cada mañana, ellos trabajan en el departamento de Inmunología y Cáncer. Allí Savina dirige, desde hace algunos años, diferentes proyectos focalizados en entender cómo las células dendríticas generan inmunidad ante células enemigas. Las primeras, que aportan antígenos a nuestro organismo, fueron descubiertas hace unos 30 años por el premio Nobel Ralph Steinman.

Bajo la dirección de Savina y durante cinco años, Cebrián realizó su trabajo de tesis doctoral en el Instituto Curie. Allí hicieron su gran descubrimiento: descifraron un mecanismo que utilizan ciertas células del sistema inmunológico para la lucha contra células enemigas, entre ella las tumorales.

Este trabajo de investigación fue publicado el viernes pasado en Cell, la revista científica más prestigiosa y crítica del mundo en el ámbito de la Biología Celular. Un gran logro para ambos que también les valió el reconocimiento de la Sociedad Francesa de Inmunología, la cual distinguió hace unas semanas este trabajo como la mejor tesis en Francia en este campo.

Desde París, Savina dio a Los Andes más detalles de su elogiada investigación y agradeció a este medio la posibilidad de dar a conocer el trabajo a sus comprovincianos.

El descubrimiento

Bien acomodado en su departamento de la capital francesa, este bioquímico que ya es parte de la elite científica mundial explicó teléfono en mano que el trabajo principal que hacen las células dendríticas en el organismo es el de transitar por todo el cuerpo para detectar y capturar, por un mecanismo que se llama fagocitosis, todo lo que parezca extraño, o sea "el enemigo"; una célula tumoral, una bacteria o una célula infectada con virus, por ejemplo.

Luego de la captura, las células dendríticas digieren este material enemigo, procesan ciertas partes de él (lo que se llama antígenos') en su superficie y alertan a los linfocitos, que son los que finalmente van a reconocer esas partes procesadas y se van a multiplicar en los ganglios, para después distribuirse por todo el cuerpo buscando nuevos enemigos para destruir. Es así como el organismo establece una respuesta inmune adaptativa.

Dentro de los mecanismos que las células dendríticas utilizan para capturar y procesar los antígenos está la llamada "presentación cruzada", que permite una estimulación específica de los linfocitos llamados "citotóxicos", cuya función es la destrucción directa del enemigo. Los mecanismos por los cuales las células dendríticas hacen esto eran hasta ahora desconocidos.

"Nuestro descubrimiento publicado ha descifrado parte de los mecanismos intracelulares por los cuales las células dendríticas realizan esta ‘presentación cruzada’ y a través de la cual se estimulan estos linfocitos”, detalló el científico.

Aplicación concreta

El descubrimiento tiene un impacto muy importante en el ámbito de la salud, porque implica un mayor conocimiento de estas células y de cómo trabajan para llevar a cabo la presentación de antígenos.

“Se sabe que estas células dendríticas no sólo son importantes para controlar las infecciones sino que se ha visto que juegan un rol fundamental tratando de controlar el crecimiento tumoral en la patogénesis del cáncer, es decir, en la generación y establecimiento en el organismo de un grupo de células totalmente anormales y descontroladas que llamamos ‘células tumorales o cancerígenas’”, indicó Savina.

“Es una verdadera batalla lo que las células dendríticas pueden hacer para poder contrarrestar lo que el tumor hace contra el organismo”, agregó.

Gracias al trabajo de Savina y Cebrián, ahora se sabe que a través de la presentación cruzada que hacen estas células, los antígenos tumorales pueden ser reconocidos más eficazmente y atacados directamente por los linfocitos citotóxicos. Según los científicos, el hecho de ir dilucidando cómo estas células hacen esto “puede ayudar a entender mejor como ‘manipularlas’ para que hagan mucho mejor su trabajo y se pueda contar con un arma propia del organismo -como estrategia terapéutica- para atacar células peligrosas como las cancerígenas”.

Tratamiento anticáncer

Una de las alternativas vislumbradas para la terapia contra el cáncer son las llamadas vacunas antitumorales. Si bien este término es amplio y admite muchas variables, una de las posibilidades consistiría básicamente en introducir en el paciente una “armada” de células dendríticas (que previamente fueron obtenidas de la misma persona) y que ya han comido y procesado los antígenos de un determinado tumor para que hagan un trabajo directo en la eliminación de mismos tumores, informó el investigador del Instituto Curie.

De todas formas, advirtió que este tipo de tratamiento es todavía muy ineficiente, sobretodo porque está en etapas de experimentación en algunos centros de investigación clínica ya que justamente no se conoce bien cómo manipular mejor estas células.

Por ello, Savina predijo: “Seguramente en los años venideros lograremos hacer un mejor uso de estas células para encontrar alternativas en la terapia anticáncer, que puedan ayudar a las actuales y con menos efectos colaterales”. 

Vecinos de Madame Curie

El Instituto Curie fue creado por la propia Marie Curie (al principio se llamaba Instituto de Radio). Fue donde ella realizó gran parte de sus descubrimientos a principios del siglo XX y que le dieron los premios Nobel de Física y Química.

En base a la aplicación médica que se le dio a la radiactividad (el gran descubrimiento de Madame Curie), el instituto se convirtió en un centro de investigación en Física y Química, aunque hoy se dedica casi exclusivamente a la investigación en cáncer.

El laboratorio de los mendocinos está frente al lugar donde Curie trabajó, un sitio que sigue intacto (hoy es un pequeño museo) al igual que el jardín (al lado de su laboratorio) que ella creó y cuidaba. Allí están los bustos recordatorios del matrimonio de científicos que formaron Pierre y Marie Curie. 

El hombre detrás del científico

Ariel Savina se quita el guardapolvo y se convierte en un hombre común y corriente rodeado de realidad. O tal vez no. Tal vez nunca deja de ser ninguna de las dos cosas. Así lo ve él: "Vivimos la vida como cualquier persona, con fanatismos".

Se reconoce amante de los deportes de montaña y además, del buen vino. Qué mejor lugar para sacarle punta a sus hobbies que Francia. "Es el paraíso de la vitivinicultura, pero además puedo comparar los vinos de ellos con los nuestros. He crecido mucho en este conocimiento y es una de las actividades que me permiten pensar en otra cosa. Sirve para equilibrar la balanza", admitió.

Durante la charla con Los Andes, Savina sostuvo un tema recurrente, el sentimiento de estar haciendo patria. Por un lado, reconoció cierta culpa por haberse llevado sus conocimientos fuera del país, pero por otro lado opinó que en estos casos hay que ser pragmático: "Allá (en Argentina) hay investigación que no se puede hacer. Estamos a años luz y van a pasar muchos más para que tengamos el más alto nivel".

Por ello es que destaca la actitud de Cebrián, quien a fin de mes regresa a nuestra provincia para concursar la entrada al Conicet y para sumarse al instituto de investigación en la facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo.

"Ignacio está haciendo el camino inverso al que yo hice, porque en vez de volver me quedé. Eso implica que él llevará ideas para abrir nuevas líneas de investigación en Mendoza. Esto le permitirá insertarse en un medio local de cierto prestigio, que a su vez encontrará en él un aporte importante por haber pasado por una experiencia en el exterior", detalló.

Continuando con sus sentimientos encontrados, Savina indicó que trabajar e investigar en el extranjero es su granito de arena para que no se vincule a la Argentina con clichés característicos como Maradona, el fútbol o las crisis económicas.

Para cerrar, tiró un concepto por demás interesante: "Cuando hacés ciencia médica no tenés fronteras, porque lo que hacés lo hacés en beneficio de la humanidad". Y es esta última frase la que acorta sus distancias. La que lo pone cerca de Argentina y de su gente. 

Perfiles

Ariel Savina: nació en Luján de Cuyo. Estudió las carreras de Farmacia y la de Bioquímica en la Universidad Maza. Trabajó en el laboratorio de Biología Celular de la Facultad de Medicina de la UNCuyo y también se dedicó a la docencia.

En 2003 se trasladó a París para realizar su post doctorado en el Instituto Curie. Ha publicado sus trabajos de investigación en revistas científico-médicas como Cell, Immunity y Nature Cell Biology.

Actualmente trabaja en el departamento de Inmunología y Cáncer del Instituto Curie que dirige otro argentino, Sebastián Amigorena.

Ignacio Cebrián: nació en San Rafael. Estudió la Licenciatura en Genética en la Universidad Nacional de Misiones. Trabajó en el Instituto de Virología del INTA en Castelar, Buenos Aires y, tras entrar en contacto con Savina, en 2007 se incorporó al Instituto Curie para hacer su tesis de doctorado.

El 8 de noviembre pasado la Sociedad Francesa de Inmunología le otorgó el premio a la mejor tesis doctoral en Francia. Su objetivo es incorporarse en 2012 al IHEM (Instituto de Histología y Embriología de Mendoza) de la Universidad Nacional de Cuyo. 

Fuente: Los Andes Online

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