Proyectan aeropuerto en Tupungato para incentivar el turismo extranjero
Empresarios de la región, la mayoría de los dedicados a emprendimientos vitivinícolas, han realizado las primeras inversiones en esta iniciativa. Gualtallary es el sitio elegido.
Gisela Manoni - gmanoni@losandes.com.ar
Los grandes emprendimientos vitivinícolas del
Valle de Uco se entusiasman con el potencial turístico que podría
alcanzar la región de concretarse la construcción del aeropuerto en
Tupungato. El municipio ya cuenta con el dinero para la inversión,
gracias al aporte de grupos empresariales del lugar, y está a punto de
cerrar la compra de las tierras en el distrito de Gualtallary para tal
fin.
Contar con el título de propiedad es crucial para la comuna pues lo necesita para avanzar con los trámites legales en el ANAC, entidad que regula la actividad aeroportuaria en el país. Aunque hay quienes aseguran que se ha sometido la zona en cuestión a varios estudios, este organismo nacional exige cumplir con un gran número de requisitos antes de habilitar una pista de aterrizaje, más aún si en un futuro pretende trabajar con aviones de gran porte.
En los últimos años, el Valle de Uco ha evolucionado a grandes pasos en oferta turística relacionada con el vino: bodegas con posadas, con espacios culturales o de arte, con lagos, con restaurantes, con canchas de golf o de polo, etc. La distancia de más de 80 kilómetros respecto de la aeroestación Francisco Gabrielli es el primer obstáculo a sortear en la negociación con turistas extranjeros, señalan desde las empresas.
De allí que aseguren que un aeropuerto regional posicionaría al Valle como destino internacional directo, no el pasajero que constituye en la actualidad. De todos modos, advierten también que una obra de esta magnitud desafía a la zona a diversificar y elevar la calidad y cantidad de su oferta turística.
Exigencias
Uno de los principales condicionantes es el largo de la pista. De ahí que el sitio elegido sea un predio de 102 por 3 mil metros que se encuentra a unos 5 kilómetros al suroeste de la villa cabecera de Tupungato. "Estamos resolviendo algunas cuestiones sobre la documentación de la propiedad, para firmar definitivamente los papeles de compra", apuntó el intendente Joaquín Rodríguez, quien explicó que para cualquier tipo de aeropuerto se necesita ese largo de terreno.
Respecto de la elección de Gualtallary como base para este ambicioso proyecto (un distrito que alberga importantes emprendimientos como Tupungato Winelands o Altus, entre otros); el intendente destacó que "no fue fácil encontrar en el departamento un superficie de 3 mil metros que no estuviera atravesada por fincas o calles".
Además, "existen campos aledaños que un futuro se podrían adquirir para la construcción de hangares y otras dependencias", aseguró Rodríguez.
La inversión en gran medida ha sido gestionada por el sector privado. Por ello, el proyecto marca que la explotación comercial del aeropuerto será compartida entre la comuna y los empresarios.
Aunque no es un tema resuelto, todo indica que la aeroestación en un principio trabajaría con avionetas y aeronaves chicas para luego operar con aviones de gran porte. La infraestructura además sería ocupada por el Aeroclub Tupungato, cuyos miembros ven en el proyecto la posibilidad de reflotar su vieja escuela de pilotos.
"Estamos muy interesados, hemos participado de numerosas reuniones para avanzar con la compra del terreno", apuntó el presidente del aeroclub departamental, Carlos Frizón. Según el hombre, varios estudios han determinado que el escenario elegido es óptimo para el desarrollo de la actividad aeroportuaria.
En la jefatura del aeropuerto El Plumerillo no se ha iniciado ningún trámite respecto del proyecto tupungatino. "Sólo recibimos alguna información al respecto meses atrás, pero no ha ingresado por aquí ningún proyecto", manifestó Alejandro Barrionuevo, jefe de Aeropuertos en Mendoza, aunque destacó que el mismo quizá se haya tramitado directamente en la sede porteña del ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil)
El gerente de operaciones del aeropuerto local sostuvo que "depende la utilidad que se le vaya a dar, serán la normativa y documentación que deberá cumplir para que sea habilitado por esta entidad. Además de los papeles que acrediten la propiedad del terreno, se exige estudios de impacto ambiental y diversas evaluaciones de factibilidad (nivel de altura, superficie, vientos, etc.); entre otras tantas cosas.
Contar con el título de propiedad es crucial para la comuna pues lo necesita para avanzar con los trámites legales en el ANAC, entidad que regula la actividad aeroportuaria en el país. Aunque hay quienes aseguran que se ha sometido la zona en cuestión a varios estudios, este organismo nacional exige cumplir con un gran número de requisitos antes de habilitar una pista de aterrizaje, más aún si en un futuro pretende trabajar con aviones de gran porte.
En los últimos años, el Valle de Uco ha evolucionado a grandes pasos en oferta turística relacionada con el vino: bodegas con posadas, con espacios culturales o de arte, con lagos, con restaurantes, con canchas de golf o de polo, etc. La distancia de más de 80 kilómetros respecto de la aeroestación Francisco Gabrielli es el primer obstáculo a sortear en la negociación con turistas extranjeros, señalan desde las empresas.
De allí que aseguren que un aeropuerto regional posicionaría al Valle como destino internacional directo, no el pasajero que constituye en la actualidad. De todos modos, advierten también que una obra de esta magnitud desafía a la zona a diversificar y elevar la calidad y cantidad de su oferta turística.
Exigencias
Uno de los principales condicionantes es el largo de la pista. De ahí que el sitio elegido sea un predio de 102 por 3 mil metros que se encuentra a unos 5 kilómetros al suroeste de la villa cabecera de Tupungato. "Estamos resolviendo algunas cuestiones sobre la documentación de la propiedad, para firmar definitivamente los papeles de compra", apuntó el intendente Joaquín Rodríguez, quien explicó que para cualquier tipo de aeropuerto se necesita ese largo de terreno.
Respecto de la elección de Gualtallary como base para este ambicioso proyecto (un distrito que alberga importantes emprendimientos como Tupungato Winelands o Altus, entre otros); el intendente destacó que "no fue fácil encontrar en el departamento un superficie de 3 mil metros que no estuviera atravesada por fincas o calles".
Además, "existen campos aledaños que un futuro se podrían adquirir para la construcción de hangares y otras dependencias", aseguró Rodríguez.
La inversión en gran medida ha sido gestionada por el sector privado. Por ello, el proyecto marca que la explotación comercial del aeropuerto será compartida entre la comuna y los empresarios.
Aunque no es un tema resuelto, todo indica que la aeroestación en un principio trabajaría con avionetas y aeronaves chicas para luego operar con aviones de gran porte. La infraestructura además sería ocupada por el Aeroclub Tupungato, cuyos miembros ven en el proyecto la posibilidad de reflotar su vieja escuela de pilotos.
"Estamos muy interesados, hemos participado de numerosas reuniones para avanzar con la compra del terreno", apuntó el presidente del aeroclub departamental, Carlos Frizón. Según el hombre, varios estudios han determinado que el escenario elegido es óptimo para el desarrollo de la actividad aeroportuaria.
En la jefatura del aeropuerto El Plumerillo no se ha iniciado ningún trámite respecto del proyecto tupungatino. "Sólo recibimos alguna información al respecto meses atrás, pero no ha ingresado por aquí ningún proyecto", manifestó Alejandro Barrionuevo, jefe de Aeropuertos en Mendoza, aunque destacó que el mismo quizá se haya tramitado directamente en la sede porteña del ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil)
El gerente de operaciones del aeropuerto local sostuvo que "depende la utilidad que se le vaya a dar, serán la normativa y documentación que deberá cumplir para que sea habilitado por esta entidad. Además de los papeles que acrediten la propiedad del terreno, se exige estudios de impacto ambiental y diversas evaluaciones de factibilidad (nivel de altura, superficie, vientos, etc.); entre otras tantas cosas.
Remontar un vuelo trunco
La explotación deportiva del futuro
aeropuerto estaría a cargo del Aeroclub Tupungato, que planea remontar
allí su antigua Escuela de Aviación.
La entidad nació en 1961 y formó a muchos pilotos de la zona. Sin embargo, un accidente la obligó a dejar de funcionar hace unos doce años.
Por eso, esta iniciativa actuó como una inyección de vitalidad para la comisión conformada por unos doce miembros. "Queremos volver a poner en funcionamiento nuestra escuela. Ya tenemos más de diez personas interesadas en aprender aviación", apuntó su presidente, Carlos Frizón, quien se recibió de piloto civil en la misma sede.
Frizón adelantó que el Aeroclub planea vender un terreno de once hectáreas que mantiene cerca del barrio que lleva su nombre (en la zona norte del departamento) para comprar modernas naves de vuelo y poder construir un hangar. "Contamos con una sola avioneta, que ya está muy vieja", expuso el piloto.
La entidad nació en 1961 y formó a muchos pilotos de la zona. Sin embargo, un accidente la obligó a dejar de funcionar hace unos doce años.
Por eso, esta iniciativa actuó como una inyección de vitalidad para la comisión conformada por unos doce miembros. "Queremos volver a poner en funcionamiento nuestra escuela. Ya tenemos más de diez personas interesadas en aprender aviación", apuntó su presidente, Carlos Frizón, quien se recibió de piloto civil en la misma sede.
Frizón adelantó que el Aeroclub planea vender un terreno de once hectáreas que mantiene cerca del barrio que lleva su nombre (en la zona norte del departamento) para comprar modernas naves de vuelo y poder construir un hangar. "Contamos con una sola avioneta, que ya está muy vieja", expuso el piloto.
Ruta del vino
"El impacto turístico para la región será muy grande. El hecho de que el turista deba llegar con las aerolíneas hasta Mendoza y de allí buscar en qué viajar hasta Tupungato genera cierto escollo. Funcionar como destino aéreo le daría un auge al Valle de Uco que la gente del lugar ni siquiera imagina", sostiene Laura Luconi, la directora de Turismo de Atamisque.
Vale recordar que este emprendimiento francés en Tupungato (750 hectáreas de viñedos con bodega, restaurante, criadero de truchas y canchas de golf) recibió hace unos días la medalla de oro por su oferta turística en la asamblea anual e internacional de las Capitales del Vino, celebrada en Alemania. El año que viene ampliará su propuesta con alojamiento.
"Nos permitiría recibir más visitantes europeos y americanos. Estar a una hora y cuarto de la ciudad es un factor negativo. Los transfers les cobran como 400 pesos por llegar hasta aquí", expuso Anabel Simionato, coordinadora del espacio de arte de Killka. Desde bodega Salentein, creen que el aeropuerto los beneficiará no sólo en las visitas diarias sino en los días de alojamiento en su posada.
Del total de 25 mil visitantes que pasan por Salentein al año, aproximadamente el 50 por ciento son extranjeros. "La mayor parte del turismo que recibimos proviene de Brasil y Chile, después de Estados Unidos y por último de Europa", indicó Simionato, quien destacó la relevancia a nivel internacional que tiene hoy la ruta del vino, que conecta a Tupungato con el Manzano Histórico y donde se encuentran muchos de los grandes emprendimientos.
"El turismo que tenemos hoy es pasajero. La gente no se queda, viene por el día", apunta Luconi de Atamisque. Para la mujer, esta situación podría revertirse con el aeropuerto pero "desafiará a los prestadores locales a ofrecer nuevas propuestas y elevar la calidad del servicio turístico", dijo.
Fuente: Los Andes Online
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