Italia planea adquirir 131 cazabombarderos por valor de 20.000 millones de euros
En pleno ajuste, Monti compra armamento
Página 12
La paciencia de los
italianos llegó al límite cuando se supo que el gobierno tiene planeado
comprar los 131 cazabombarderos F35 –que costarían nada menos que entre
15.000 y 20.000 millones de euros– que habían sido ordenados a la
empresa estadounidense Lockheed hace algunos años. La polémica se
reavivó en estos últimos días, especialmente en Internet, donde la gente
ha mostrado toda su furia. “Nosotros pagamos y ellos siguen comprando
armas inútiles”, fue una de las frases más suaves. En este punto de los
hechos y después de que la noticia se difundió como reguero de pólvora
despertando indignación y rabia, varios partidos políticos salieron a
enfrentar al gobierno de Mario Monti. En este momento particularmente
delicado, en el que Italia se prepara para afrontar uno de los años más
duros económicamente de su historia de posguerra, el coro de las
condenas apunta al hecho de que esos aviones costarán al país como un
nuevo plan de recortes económicos.
A decir verdad, las polémicas
habían comenzado hace algunos años, con las primeras advertencias de
parte de grupos pacifistas. Pero aquellas protestas quedaron en la nada y
distintos gobiernos, incluido el de Silvio Berlusconi y el precedente
de centroizquierda liderado por Romano Prodi, confirmaron la compra de
los aviones. Ha llegado el momento de recortar también los gastos
militares, dicen los indignados, sabiendo que Italia mantiene más de 15
misiones de paz en varios países, entre ellos Irak, Afganistán,
República Democrática del Congo, Haití, aguas somalíes (contra la
piratería) y Gaza.
Gastar todo este dinero ¿con qué objetivo?, se
preguntan otros. No sólo está en cuestión el sentido de ese gasto, sino
la utilidad de ese tipo de aviones para el tipo de actividades que
llevan adelante los militares italianos. Se habla, por otro lado, de
muchos otros gastos en armamentos. ¿Tiene acaso intenciones Italia de
iniciar o de participar activamente de alguna guerra? Nadie cree que
esto sea posible y más bien se sospechan negocios poco claros y
compromisos internacionales con los países fabricantes. Todas las
misiones militares de Italia en el exterior son de paz. Además está
prevista la reducción del número de hombres enviados en esas misiones a
partir de los próximos meses.
“Es hora de recortar de una buena
vez esos gastos. El presupuesto militar es escandaloso”, dice Antonio Di
Pietro, líder de Italia de los Valores (IDV). Y su portavoz, Leoluca
Orlando, advierte que IDV ya presentó una interpelación parlamentaria
pidiendo al gobierno que rescinda el contrato de compra de los cazas
F35. ¿No sería mejor que parte de ese dinero se destinara a ayudar a la
gente que no tiene trabajo, a la investigación o a la reactivación
económica? Esas compras “son incompatibles con la emergencia económica
que vive Italia”, comentó por su parte el presidente de los Verdes
(ecologistas), Angelo Bonelli, calificando asimismo de “inmoral” el
hecho de hacerlo cuando se han infligido duros golpes a los jubilados,
al servicio de salud y al de transporte público. Y agregó que “los
fabricantes de armamentos no pagan ni un centavo y siguen sacando
provecho”, como lo demuestra el gasto militar per cápita que en Italia
ha llegado a 598 dólares, contra los 550 de Alemania y los 441 de Japón.
Según el dirigente ecologista, no se trata sólo de los aviones F35,
sino que están programados muchos otros gastos en armamentos, incluidas
10 fragatas Fremm (por valor de 6000 millones de euros), la última parte
del pago de algunos cazas Eurofighter (5000 millones), la compra de
ocho aviones sin piloto (1300 millones), 100 nuevos helicópteros NH-90
(4000 millones), dos submarinos (1000 millones) y un sistema
digitalizado para el ejército (12.000 millones). “Pedimos que el
gobierno de Monti corte inmediatamente los gastos en armamentos”,
concluyó.
“Esos aviones son completamente inútiles”, apuntó por su
parte el Partido Democrático, añadiendo, por boca de los senadores
Roberto Della Seta y Francesco Ferrante, que según el texto del acuerdo
con la Lockheed para la compra de los F35, Italia no debería pagar
ninguna multa si renuncia y por eso lo han hecho ya países como Noruega,
Canadá, Australia y Turquía. Pero Italia podría perder los poco más de
2500 millones de euros ya invertidos. Curiosamente, cuando buena parte
de esos gastos militares fueron decididos, el actual ministro de
Defensa, general Giampaolo Di Paola, formaba parte de la cúpula de las
fuerzas armadas. Algunas versiones aseguran que ciertas partes de los
aviones en cuestión, como las alas o partes del fuselaje, serán
fabricadas y luego montadas en Italia, lo que podría generar trabajo
para algunos cientos de personas. Pero este argumento no parece ser lo
suficientemente fuerte como para parar las críticas.
Fuente: Rebelion.org
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