De Breivik y Le Pen a Hrysi Avgi
La Edad Media europea
Mediterráneo Sur
Aunque con retraso, Hrysi Avgi empezó hace
pocos días su campaña preelectoral: en Atenas prometieron
molerle a palos al "neocomunista" y "soso" Alexis Tsipras
[presidente del partido Syriza, izquierda radical], después de
la formación del nuevo Parlamento, mientras que en la ciudad de
Livadia aparecieron —¿y cómo?, en Livadia no existe Hrysi
Avgi— armados de porras, en la plaza central. Así, para no
olvidar su pasado.
De todas formas, parece que los neonazis griegos
tienen una memoria fuerte: ahora en su punto de mira está
“el viejo atontado Manolis Glezos [periodista, político de la
Izquierda y héroe de la Resistencia Nacional], elogiador
vomitivo del opresor de los griegos del Epiro del Norte Enver
Hoxha, que por setenta años sigue mofándose del pueblo
griego con su supuesta acción de resistencia nacional”. Breivik afirma que es una "víctima de conducta racista", porque el juez ordenó su revisión psiquiátrica
Ya han pasado 71 años desde el día que bajó la bandera de
los nazis del Partenón y aún esta cosa no la pueden
asimilar.
Todo esto y muchas cosas más se parecen a una
pesadilla, pero desafortunadamente esta es la realidad. Durante
su juicio en Oslo, Breivik, el asesino de 77 personas
inocentes, protesta afirmando que es una "víctima de conducta
racista", porque el juez ordenó su revisión psiquiátrica, algo
que según él no habría hecho si hubiera sido "¨un miembro
barbudo de la yihad".
Como un "luchador nacionalista", insiste en que
sus víctimas, adolescentes la mayoría de ellos, eran
"traidores", puesto que sus opiniones multiculturales contribuían
a la entrada de los musulmanes en Europa. Y aclara que
eligió matar a los que se parecían a "marxistas", mientras
que eligió perdonarle la vida a un joven que parecía más
conservador.
En Francia, no es la Izquierda de las ideas,
del humanismo y de la solidaridad que va a ganar las
elecciones. La sorpresa del primer turno de las elecciones fue
la hija de Le Pen, heredera del odio por todo lo que es
diferente y por la gente extranjera que su padre sembró, y
sus votantes van a determinar los resultados del segundo
turno."Les he escuchado a ustedes", les dirá Sarkozy,
adulándoles, al día siguiente de las elecciones. Las elecciones en Grecia presagian más sorpresas, aparte de la entrada de los neonazis en el Parlamento.
Y el 6 de mayo, el mismo día que en Francia
se decide el oficio presidencial, las elecciones en Grecia,
las más calladas e imprevistas de los últimos años, presagian
más sorpresas dolorosas, aparte de la simple entrada de los
neonazis en el Parlamento.
¿Cómo es posible que pase todo
esto justo doce años después de las celebraciones por el auge
de un nuevo siglo, que prometía más prosperidad, civilizacíon
y tolerancia que los cien años anteriores, los años de las
guerras y de los crematorios? La respuesta está en la
propaganda de la nueva ultraderecha, que sube en toda Europa,
propaganda que se vuelve contra lo establecido político y
social, propaganda de esta "camarilla de los cuatro" (de los
dos partidos de la Izquierda y de los dos de la Derecha
tradicional y de la centro-derecha) que Marine Le Pen fulmina
los últimos años.
"Los franceses están invitados esta noche a la
cena de las élites", decía emocionada de los resultados. "El
primer turno es el inicio de una gran reunión de los
patriotas de la Derecha y de la Izquierda. Unidos, hemos
hecho estallar los partidos de los bancos y del capital".
Le Pen ha ganado los votos "de la gente que
sufre", dijo Sarkozy para atraerlos. Todas las clases bajas
que están sufriendo, debido a la crisis, encuentran en la
retórica de la ultraderecha la fuerza que va a evitar la
gran degeneración social y que va a echar al chivo expiatorio
de todos los malos: a los emigrantes de Agios Panteleimonas
[barrio de inmigración de Atenas], o de Marsella, al extranjero
que está amenazando la pureza nacional de los noruegos. Las
clases bajas que están sufriendo encuentran en la
ultraderecha la fuerza que va a evitar la degeneración social.
Pero, en realidad, lo que es foráneo, es la
Edad Media en la que vivimos: el sistema económico y
neoliberalista que se impuso en los Estados Unidos hace
treinta años, para servir a los intereses de una oligarquía
económica y política, aunque al final adoptó las teorías del
éxito individual y del "sueño americano".
De todas formas, no es fortuito el
hecho que incluso la masacre de Breivik es importado: en el
nombre del mismo odio por el gobierno central y por lo
establecido, su predecesor americano Timothy Macveigh había
asesinado a 168 ciudadanos americanos el año 1995 en Oklahoma
y entre ellos había 19 niños "culpables", con menos de seis
años de edad.
Lo que vivimos hoy es la consecuencia de la
importación de este sistema en Europa y los enanos indígenas
están completando el desastre: los 'sarkozys' franceses llevaron
a la vida diaria la islamofobia y el odio por todo lo que
es diferente, demolieron los campamentos de los roma, los
desterraron y prohibieron la circulación de las mujeres con la
cara cubierta. Sus homólogos griegos están preparando unos
¨centros de hospitalidad¨ preelectorales para los emigrantes.
Desde Noruega y Francia hasta Grecia, bienvenidos a la Edad
Media europea.
Fuente: Rebelion.org


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