Un gobernador alineado con la estrategia estadounidense
Washington clava sus garras también en el Chaco argentino
América XXI
Penetración: el Comando Sur hizo pie en la provincia argentina de Chaco. Por intermedio de su “misión humanitaria”, Washington instaló un Centro para Emergencias en Resistencia, la capital provincial. Ubicada en el aeropuerto internacional de la ciudad, la edificación será equipada tecnológicamente para que comience a operar en junio. El gobierno local afirma que el centro fue donado por la embajada de Estados Unidos y niega la existencia de algún acuerdo, vínculo o documento. Pero la versión oficial es insostenible. A contramano de una política de unión latinoamericana y soberanía nacional, un gobernador habilita la entrada del Comando Sur del ejército estadounidense al territorio argentino.
Con
motivo de la conmemoración del trigésimo aniversario de la guerra de
Malvinas, el pasado 2 de abril, el histórico reclamo por la soberanía
argentina sobre las islas tuvo en Resistencia, capital de la provincia
de Chaco, en el noreste argentino, un agregado particular. Una masiva
marcha “por la soberanía” transitó los 10 kilómetros que separan la Casa
de Gobierno del Aeropuerto, para culminar con un acto en el que
tronaron consignas de rechazo al acuerdo del gobierno provincial con el
Comando Sur de Estados Unidos.
¿Qué motivó esta masiva
demostración popular? El gobernador chaqueño Jorge Capitanich asegura
que Estados Unidos le donó un Centro de Operaciones para Emergencias por
intermedio de su Embajada en Buenos Aires. Son 6 millones de pesos
–dice el gobierno– otorgados sin mediar acuerdo, convenio ni firma de
documentos públicos. El motivo: que el personal provincial de Defensa
Civil esté capacitado, equipado y tenga un lugar físico para actuar ante
eventuales situaciones de emergencias o catástrofes. Todo en beneficio
de la provincia y sin ninguna concesión a cambio para con aquel país,
cuyos objetivos humanitarios y solidarios explicarían por sí mismos las
donaciones y las capacitaciones gratuitas realizadas en el marco de un
“programa civil de asistencia humanitaria” que se destina también a seis
municipios de Chaco: San Martín, Sauzalito, Villa Ángela, Puerto Tirol,
Barranqueras y Tres Isletas.
El primer inconveniente de la
versión oficial es lo que comunicó la propia embajada de Estados Unidos.
El ex embajador Earl Anthony Wayne afirmó la existencia de un “convenio
de cooperación” bajo el cual el Comando Sur –y no la propia embajada–
financia la creación de un Centro de Operaciones para Emergencias por un
valor de 3 millones de dólares (más de 12 millones de pesos en lugar de
los 6 anunciados por el Gobierno).
El Comando Sur no es
precisamente una organización solidaria sin fines de lucro. Como unidad
militar dependiente del Ministerio de Defensa estadounidense enfoca su
acción en el continente latinoamericano, con excepción de México. En su
país nunca participó en políticas de prevención, mitigación o respuesta
ante situaciones de emergencias naturales o sanitarias, tareas que en
Estados Unidos corresponden a la Agencia Federal para el Manejo de
Emergencia, sin vínculos con este comando.
Como expresó en 2004
el General James Hill, entonces jefe del Comando Sur, ante el Congreso
de Estados Unidos, una de sus preocupaciones principales es la amenaza
planteada por “el populismo radical” en la región, cuyos líderes
“inflaman el sentimiento anti-estadounidense”, en referencia a gobiernos
que se oponen a las políticas de Washington. Su estrategia –publicada
en diversos informes propios– se apoya en “la inteligencia, el
monitoreo, el reconocimiento” y plasma en instalaciones de centros
regionales con diversos fines, entre ellos la ayuda humanitaria ante
desastres naturales.
Con un personal permanente de tres mil
militares y civiles, esta unidad ha tenido en el último tiempo mayor
presencia en la región que los propios funcionarios del Departamento de
Estado. Según indica el documento “Estrategia del Comando Sur de Estados
Unidos 2018 Amistad y Cooperación por las Américas”, su misión
principal es “proteger nuestra (su) patria”, para lo cual necesitan
“mantener nuestra (su) capacidad de operar en los espacios, aguas
internacionales, aire y ciberespacio comunes mundiales y desde ellos”.
¿Cómo? Mediante satélites, flotas navales y aéreas y centros dotados con
equipos informáticos.
Quien ha visitado al gobernador de Chaco
en representación del Comando Sur en 2011 es el comandante Edwin
Passmore, con antecedentes no precisamente vinculados a la “ayuda
humanitaria”: trabajó en Afganistán, fue asesor de inteligencia en Irak y
terminó expulsado de Venezuela en 2008 por actividades de espionaje.
También fue denunciado por el gobierno de Argentina tras el ingreso no
declarado al país –vía aérea– de equipamientos y drogas en el aeropuerto
de Ezeiza, traídos para una jornada de capacitación a la Policía
Federal en febrero de 2011.
Cómo llega la “donación”
Entre
el 26 y 27 de marzo de 2008 se llevó adelante en Resistencia una
jornada de capacitación para el personal de Defensa Civil de la
provincia bajo el rótulo oficial de “Taller de Identificación de
Problemas Generales por Escenarios de Riesgo y Áreas Críticas Para
Desarrollar una Organización de Comando de Operaciones en Emergencia”.
Impartida por “consultores profesionales designados por la Embajada de
Estados Unidos”, según informó el gobierno dos meses después, se realizó
bajo el marco del Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de
Emergencias, totalmente financiado por la embajada y aprobado a nivel
nacional en 2006 por el ex ministro del Interior Aníbal Fernández. El
programa depende en realidad de la unidad de Asistencia Humanitaria del
Comando Sur y las jornadas de capacitación en Chaco se habían producido
por primera vez en agosto de 2006.
Luego de estas actividades, el
entonces embajador Wayne visitó la provincia el 13 de agosto de 2008
para terminar de cerrar el proyecto preparado por el Comando Sur, cuyo
siguiente paso fue la construcción del Centro de Operaciones para
Emergencias en las inmediaciones del aeropuerto internacional de
Resistencia. Se reunió con el gobernador Capitanich, conversaron en
fluido inglés y antes de su partida pronunció un discurso en
agradecimiento “por la oportunidad” que le fue brindada para participar
en el “excepcional proyecto”. Y remató: “Amistades de éste tipo
continúan demostrando el compromiso del gobierno de Estados Unidos de
trabajar con nuestros amigos”. Ningún documento escrito trascendió luego
de la visita, que fue la primera de un embajador estadounidense a la
provincia desde 1979, en ese entonces bajo la dictadura militar.
Tras
un largo período de silencio, Capitanich se reunió con representantes
del Comando Sur el 4 de noviembre de 2011. En la Casa de Gobierno
provincial, el comandante Passmore y el consejero de la embajada
Jefferson Brown se reunieron con el gobernador. Éste último declaró que
la construcción del Centro de Operaciones para Emergencias “es uno de
los proyectos más importantes que el gobierno norteamericano tiene con
Argentina”. Tras el encuentro, la oficina de prensa de la gobernación
publicó un cable titulado “La construcción del centro de emergencias
donado por Estados Unidos cerca de finalizarse”. Se admitió allí por
primera vez que el Comando Sur, bajo su programa de Asistencia
Humanitaria, es el órgano que financia esta supuesta “donación” que
incluye “el inmueble y sus equipamientos (informáticos)”.
Una vez
finalizada la edificación de este centro de operaciones el gobierno
provincial se vio obligado a dar una explicación pública a fines de
marzo: “Nosotros hemos tenido la donación de una central de emergencias
provista por la embajada de Estados Unidos (…) que la provincia la puede
recepcionar claramente por gestiones y directivas emanadas de la
cancillería argentina”, explicó el jefe de Estado chaqueño visiblemente
incómodo. Plantear una simple “donación” le permite al gobierno eludir
la intervención de la Legislatura provincial.
Al día siguiente,
el ministro de Gobierno –cartera de la que depende la Dirección de
Defensa Civil, Juan Manuel Pedrini, recorrió con periodistas el Centro
para Emergencias. “Es imposible que el Comando Sur se instale en la
provincia”, aseguró. Y al relato oficial se agregó que las instalaciones
son el fruto de una exploración en “el ámbito nacional e internacional”
que implicó “comunicarse con diversas embajadas”.
La tercera y
última declaración pública sobre el tema por parte del gobierno chaqueño
estuvo a cargo de la diputada provincial y ex secretaria general de la
Gobernación, Elda Pértile, en un programa radial de Resistencia. La
legisladora argumentó que la construcción del edificio responde al
Programa nacional aprobado en 2006, el cual Capitanich únicamente
“continuó” al asumir en diciembre de 2007. Pértile aseguró que la obra
fue ejecutada tras autorizaciones de factibilidad realizadas por
distintos organismos técnicos de la provincia, como la Secretaría de
Medio Ambiente y Producción y las empresas estatales de servicios
energéticos y agua. También se hicieron –dijo– trámites ante el
municipio de Resistencia y la Administración Nacional de Aviación Civil
(Anac). Y aseguró que el Gobierno recibió la obra, pero no dinero. Lo
cierto es que el gobierno provincial no presentó ningún documento para
respaldar estas afirmaciones. Y la propia embajada de Estados Unidos
explicita una financiación directa del Comando Sur a Chaco, sin la
necesaria intervención del gobierno nacional, que tampoco se pronunció
sobre este asunto.
Rechazo popular y silencio mediático
Además
de la escasa y contradictoria comunicación oficial sobre la instalación
del llamado Centro de Operaciones para Emergencias, dos hechos llaman
la atención en este caso. Uno, la nula difusión del asunto por parte de
los medios masivos de comunicación a nivel nacional. El otro, la férrea
oposición de amplios sectores de la población de Resistencia y
alrededores al ingreso del Comando Sur a la provincia. Un rechazo que
incluye pero excede largamente a los partidos políticos de izquierda. Se
percibe en la capital chaqueña un sentimiento antiestadounidense
generalizado incluso en sectores liberales, pero sobre todo en la amplia
mayoría de las organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos
que tienen presencia en la ciudad capital de Chaco y no creen en la
donación con fines humanitarios del Comando Sur.
Si bien no
siempre en forma de rechazo frontal, al menos una profunda desconfianza
invade también a aliados y miembros del Gobierno, que se muestran
visiblemente incómodos cuando se menciona el tema. Todos ellos esperan
aún mayores explicaciones por parte del gobernador Jorge Capitanich o de
su entorno cercano, que ha manejado el tema con un alto grado de
hermetismo, silencios prolongados e incongruentes comunicaciones
oficiales.
Clarín y La Nación –los principales diarios del país–
así como el conjunto de medios establecidos, han seguido de cerca la
gestión del gobernador Jorge Capitanich, al que califican como
“kirchnerista”. Aprovecharon cada medida polémica de su gestión para
arremeter contra su figura. Y explotaron sus desventuras familiares para
atacarlo. Pero no esta vez. Capitanich pertenece al Partido
Justicialista (ver Quién es…) y su conducta podría ser endosada por esa
vía al gobierno nacional. No obstante los medios han desestimado y
acallado esta información. Lo mismo ocurre por el lado de la prensa afín
al Gobierno, aunque en su mayoría adopta un discurso
latinoamericanista.
A contramano, la población de Resistencia
siguió otro camino. “Rechazamos el acuerdo del gobierno de Chaco con el
Comando Sur de Estados Unidos para la construcción de un supuesto
‘Centro Anti-Catástrofe y de Ayuda Humanitaria’, financiado por el
principal aliado de los ingleses”, se pronunciaron decenas de
organizaciones políticas, sociales y sindicales de Chaco, nucleadas en
la denominada Asamblea Popular.
“Con un ropaje de ‘ayuda
humanitaria’, que todos los pueblos del mundo desconocen en el
imperialismo yanqui, se le abren las puertas a una base militar de
control y monitoreo”, denunciaron. La convocatoria alcanzada y la
respuesta espontánea de ciudadanos chaqueños durante la marcha
sorprendió a los propios organizadores, cuyas protestas no recibían
semejantes muestras de apoyo popular desde 2001 y 2002, durante el peor
momento de la última crisis económica argentina.
Llamado a la “Unión Americana”
En
medio de este proceso el gobernador Capitanich recibió en septiembre de
2011 a una delegación de legisladores y funcionarios estadounidenses
traídos al país por la Fundación Construir, dirigida por la Unión Cívica
Radical (UCR) y cuya cara más visible es la actual intendente de
Resistencia, Aída Ayala, probable candidata a la gobernación en 2015,
con buenas expectativas de devolverle el poder provincial a su partido.
Erigiéndose
como portavoz de la región el gobernador arengó a los jóvenes
republicanos y demócratas: “Desde América del Sur vemos con tristeza que
Estados Unidos no nos considere un aliado”. Llamó a potenciar estas
relaciones, en defensa de “una alianza estratégica”, y remató: “estoy
dispuesto a luchar por esa idea”. En la reunión también les manifestó a
los estadounidenses la supuesta importancia de actuar en conjunto ante
la actual situación mundial, rememorando los tiempos del Alca: “Juntos
seremos la mayor reserva de minería, agua dulce, alimentos, energía,
industria cultural, atractivos turísticos, talentos de recursos humanos y
tecnología vinculada a procesos productivos”. El gobernador de Chaco no
se privó de recomendar a Estados Unidos, a través de sus visitantes,
que tenga como estrategia “la unión americana” para reposicionarse y
“convertir al continente en una potencia mundial”.
Esta línea de
acción del gobernador Capitanich puede en realidad remontarse a las
semanas previas a su elección como gobernador en 2007, cuando fue
visitado por primera vez por el embajador Wayne. Según cables revelados
por Wikileaks, el encuentro se produjo por invitación de Capitanich,
quien aseguró que “de ser elegido gobernador, le gustaría aumentar los
lazos entre la provincia y Estados Unidos”, en términos de intercambios
de estudiantes y profesores, comerciales, deportivos, culturales y de
biocombustibles.
El cable señala una confesión reveladora y nunca
desmentida por Capitanich: “Dijo que tiene una visión diferente de
Estados Unidos que la mayoría de los argentinos en este momento (al
parecer refiriéndose al alto –informó– sentimiento anti-estadounidense),
creyendo que Estados Unidos debería ser el principal socio de Argentina
en el desarrollo. Dijo que él conoce que este punto de vista no siempre
gana votos, pero cree que una alianza estratégica con Estados Unidos
sería bueno para el futuro de Argentina”.
Las alianzas del gobernador
Presidente
del Partido Justicialista en la provincia, Capitanich gobierna con el
apoyo de un conjunto de agrupaciones que conforman el frente Chaco
Merece Más, bajo el cual logró la reelección en 2011. La alianza de
partidos que lo sostiene va desde sectores de centroizquierda hasta
liberales y conservadores a ultranza. Los primeros tuvieron una fuerte
presencia en el período de gobierno 2007-2011, pero ya pocos lo
acompañan en la actualidad, disconformes con el rumbo que han tomado sus
políticas. A contramano, liberales-conservadores tienen cada vez más
poder en el entorno del gobierno. Tal es el caso de Propuesta
Republicana (PRO), partido dirigido a nivel nacional por el empresario
Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Enemigo del gobierno nacional en todo el país, el PRO forma parte del
gobierno de Capitanich desde 2007. Sus posiciones políticas son claras:
ortodoxia liberal en materia económica, alianza con Washington para la
política exterior y conservadurismo católico en el plano social, con
fuertes vínculos con la Iglesia y tintes xenófobos. Esa expresión de la
extrema derecha nacional es aliada del gobernador chaqueño. Dirigentes
como Pedro Augusto Miró, subsecretario de Legal y Técnica de la
Gobernación y hombre de extrema confianza del gobernador, o Patricio
Florito, ex subsecretario de gobierno y actual Presidente del Directorio
de la Fiduciaria del Norte, son algunos de los hombres claves del PRO
en el Gobierno. Florito fue quien informó a la Legislatura, tras un
pedido expreso de la Cámara, sobre las jornadas de capacitación
ofrecidas en marzo de 2008 a personal de Defensa Civil con el patrocinio
de la embajada estadounidense, una actividad que no había sido
difundida oficialmente y que este funcionario del PRO conocía
detalladamente. En Resistencia muchos afirman que el propio Florito es
quien mantiene el contacto más fluido con la embajada.
Por qué Chaco
La
provincia de Chaco limita con Paraguay y con cinco provincias
importantes de Argentina. Su ciudad capital, Resistencia, está además en
la costa del río Paraná. Y en el Noreste argentino está la mayor
reserva subterránea de agua dulce de Suramérica y una de las principales
a nivel mundial: el Acuífero Guaraní.
Un objetivo histórico de
Washington es instalarse en la Triple Frontera, compartida por
Argentina, Brasil y Paraguay, con el argumento habitual del combate al
terrorismo. Allí hay un tráfico permanente de mercancías importadas, con
eje en Ciudad del Este, Paraguay.
El informe del Centro de
Militares para la Democracia Argentina (Cemida) presentado a raíz de la
construcción del Centro de Operaciones para Emergencias asegura que
Estados Unidos presionó históricamente a diferentes gobiernos argentinos
para lograr instalar una base militar en San Ignacio, provincia de
Misiones, a escasa distancia de la triple frontera. Algo que nunca logró
concretar. Resistencia está ubicada a 600 kilómetros de allí.
En
este marco, el aeropuerto internacional de la ciudad capital ofrece
además características particulares. Allí pueden aterrizar también
aviones militares con cargas pesadas, como los C-130 Hércules, C-17
Globemaster III y C-5 Galaxy, según estudios del Cemida. Las
construcciones financiadas por el Comando Sur están ubicadas a unos 500
metros de las torres de control del aeropuerto y a unos 700 del edificio
donde funciona el sistema nacional de radares, de una complejidad
excepcional para el Noreste argentino. Un lugar considerado estratégico
también por ser “un nodo informativo importante”, como asegura Rolando
Núñez, de la organización Centro Mandela.
Cómo sigue
La
Legislatura provincial aprobó un pedido de informes por unanimidad
solicitando al Poder Ejecutivo la presentación de toda la documentación
existente en lo relativo a la creación del Centro de Operaciones para
Emergencias, incluidos los “convenios o acuerdos supuestamente
concluidos con la embajada estadounidense en Argentina y/o el Comando
Sur”, según el texto presentado por el legislador Carlos Martínez, del
agrupamiento Libres del Sur.
Capitanich deberá en algún momento
dar también una explicación al Mercosur, que desde julio de 2009 fijó un
mecanismo de cooperación y asistencia en materia de emergencias y ayuda
humanitaria a través de la creación de la Reunión Especializada de
Reducción de Riesgos de Desastres Socionaturales, la Defensa Civil, la
Protección y la Asistencia Humanitaria del Mercosur, que establece una
estrategia de trabajo común para estas situaciones.
Para el
Cemida, una de las metas de las “operaciones de Inteligencia de Estados
Unidos en Argentina” apunta a “materializar, poco a poco, una progresiva
presencia en el país que no necesariamente significa permanencia desde
el inicio, ya que normalmente es un nivel cooperativo y humanitario con
bajo perfil; pero luego y en el momento oportuno, se transforma en una
intervención militar negociada”, tal como ha ocurrido en otros puntos de
América Latina. Ese posible recorrido, de centro para la ayuda
humanitaria a base de operaciones militares, es lo que preocupa a
chaqueños, argentinos y latinoamericanos, quienes –como aseguró
Capitanich– tienen un sentimiento antiestadounidense mayoritario, fruto
de la historia reciente de intervenciones de Estados Unidos en la región
y el mundo.
Quién es Jorge Capitanich
El actual
gobernador de Chaco realizó toda su carrera política dentro del Partido
Justicialista (PJ). Tras ocupar distintos cargos como funcionario
provincial en los años 1990, fue primer candidato a senador nacional por
el PJ en 2001, puesto que asumió por muy poco tiempo para ocupar en
2002 nada menos que la Jefatura de Gabinete nacional durante el gobierno
provisional de Eduardo Duhalde. Contador público con diversos estudios
en materia económica, Capitanich fue becado en 1996 por la embajada
británica en Argentina. Quienes lo conocen en Chaco aseguran que su
temprana carrera política le debe mucho al papel de su ex esposa, Sandra
Mendoza, de quien se divorció –escándalo público mediante– en 2009. El
padre de su “madre política” es Guillermo Mendoza, histórico miembro del
Supremo Tribunal de Justicia y figura principal del PJ chaqueño. De su
mano Capitanich escaló rápidamente posiciones en el partido, incluso a
nivel nacional. Ya a los 23 años fue nombrado secretario privado del
gobernador en 1987. Veinte años después alcanzó su logro político más
importante al ganar las elecciones a la gobernación, aunque fuera por
sólo 1.176 votos de diferencia (0,23%) sobre el ex gobernador radical
Ángel Rozas (1995-2003), quien había concentrado un enorme poder en la
provincia. Con un frente electoral que incluyó desde la centroizquierda
hasta el liberalismo ortodoxo, Capitanich alcanzó el poder y mantuvo un
fuerte estilo personalista. Cuatro años después fue reelegido por un
contundente 66,56% de los votos, con fuerte apoyo del gobierno nacional.
Si
bien es considerado uno de los principales “gobernadores kirchneristas”
del país y alguien muy cercano a la presidente Cristina Fernández,
Capitanich expandió notablemente sus vínculos con el PRO, partido de
derecha encabezado por el empresario y jefe de Gobierno porteño Mauricio
Macri, y con sectores disidentes del PJ. Apenas asumió, en diciembre de
2007, puso en marcha una línea aerocomercial estatal cuya explotación y
comercialización recayó en la compañía Fiduciaria del Norte, presidida
por Patricio Florito, ex funcionario y dirigente del PRO, en una
operación dirigida por el grupo Socma, encabezado por Franco Macri,
padre del Jefe de Gobierno porteño. Con millones de dólares invertidos
Aerochaco no logró consolidar ninguno de sus objetivos comerciales,
turísticos y sociales, a la vez que adeuda más de 10 millones de pesos
al grupo económico de Macri. Lo concreto es que Capitanich mantiene muy
buenas relaciones con otros gobernadores del PJ, sectores liberales,
duhaldistas y la propia embajada de Estados Unidos. El Gobernador dibuja
un perfil notablemente diferente al que expresa el gobierno nacional.
Aunque no sin dar algunos gestos “por izquierda”, como la reciente
invitación oficial a Cuba a la Feria del Libro provincial 2011. Hay
quienes afirman que está evaluando sus posibilidades de presentarse como
candidato a presidente en 2015 y se prepara para el “poskirchnerismo”.
El aporte nacional
Numerosos
son los acuerdos de cooperación que el gobierno argentino mantiene con
Estados Unidos en el plano civil y militar, especialmente en materia de
capacitación. Programas para Educación, Entrenamiento Militar, Seguridad
de Fronteras, Control de Exportaciones y Asistencia Antiterrorista son
algunos de los convenios entre ambos países. El Programa de
Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias es el instrumento
legal bajo el cual el gobierno de Chaco se ampara para legitimar la
apertura del Centro de Operaciones de Emergencia y recibir el
financiamiento y la entrada del Comando Sur con fines de “capacitación”.
Fuente: Rebelion.org


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