Narcos estadounidenses
Los verdaderos "Amos del paraíso"
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
Mientras crece el recuento de víctimas en todo México, toneladas de drogas siguen fluyendo a través de la frontera.
A
pesar de la evidente desconexión –una “guerra” contra las drogas que
aumenta el suministro mientras reduce el precio, en la mejor tradición
de nuestra reinante ideología de “libre mercado”– los medios
estadounidenses ofrecen al público cuentos de hadas sobre heroicos
“guerreros” que se enfrentan a gángsteres asesinos llamados "Joaquín",
"Jorge" y "Amado".
El hecho es que lo más probable sea que los
verdaderos narcos que obtienen la mayor ganancia desde lo profundo del
hediondo matadero de ese espantoso comercio tengan nombres mucho menos
prosaicos como "Brett", "Ethan" o "Jason".
"El único capital líquido de inversión"
A principios de este mes, The Observer
informó de que “la nueva investigación ha revelado que los vastos
beneficios obtenidos de la producción y tráfico de drogas se recogen en
ricos países ‘consumidores’ –sobre todo en Europa y en EE.UU.– en lugar
de países ‘productores’ desgarrados por la guerra como Colombia y
México”.
El periodista Ed Vulliamy nos informó de que los autores
de ese informe presentan una evidencia de que “los reguladores
financieros en Occidente son renuentes a ir en pos de bancos
occidentales en busca de la masiva cantidad de dinero de la droga que se
lava a través de sus sistemas”.
Por cierto, durante el clímax de
la crisis financiera global, Antonio Maria Costa, entonces jefe de la
Oficina de la ONU sobre Drogas y Crimen dijo a The Observer que
“ha comprobado que los ingresos del crimen organizado eran ‘el único
capital líquido de inversión’ disponible en algunos bancos al borde del
colapso el año pasado. Dijo que como resultado la mayor parte de los
352.000 millones de dólares de beneficios de las drogas fueron
absorbidos por el sistema económico”.
“En muchos casos”, dijo
Costa, “el dinero de las drogas era el único capital líquido de
inversión. En la segunda mitad de 2008, la liquidez fue el principal
problema del sistema bancario y por ello el capital líquido se convirtió
en un factor importante”.
“Los préstamos interbancarios se financieran con dinero originado por el narcotráfico y otras actividades ilegales… Hubo señales de que algunos bancos fueron rescatados de esa manera.” Aunque Costa “se negó a identificar países o bancos que puedan haber recibido dinero de las drogas, dijo que el dinero forma ahora parte del sistema oficial y se ha lavado efectivamente”.
En otras palabras, para los
banqueros sospechosos fueron “cuentas equilibradas” y una excusa para
uno o dos trajes de Armani, una caja de whiskey de malta de 20 años o
esa casa de vacaciones para la mujer objeto, sin preguntar.
Acusaciones selectivas
En fuerte contraste con la impunidad de la que gozan nuestros jefes supremos capitalistas, The Wall Street Journal
informó de que el Departamento del Tesoro de EE.UU. “impuso sanciones a
dos operativos claves del cártel de la droga Sinaloa” el jueves pasado.
The Journal nos informo de que “se impusieron sanciones
según la Ley Kingpin a Maria Alajandrina Salazar Hernández y Jesús
Alfredo Guzmán Salazar, esposa e hijo de Joaquín "Chapo" Guzmán, el
señor de la droga fugitivo que dirige el Cartel Sinaloa”.
También la semana pasada, Associated Press
informó de que Sandra Ávila Beltrán, a quien los medios apodaron "La
Reina del Pacífico", puede ser extraditada a EE.UU. “donde se enfrenta
a acusaciones relacionadas con la cocaína”. Ávila fue arrestada en la
Ciudad de México en 2007 y espera su procesamiento por acusaciones de
lavado de dinero.
Narcotraficante de tercera generación, Ávila es
sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo, otrora padrino del cártel
Guadalajara, que ahora cumple una condena de prisión de 40 años por el
asesinato en 1984 del agente de la DEA Enrique Camarena. Camarena fue
secuestrado y torturado hasta la muerte después de descubrir la
vinculación entre la CIA y la sórdida “Enterprise” de Oliver North con
narcotraficantes contras nicaragüenses durante el gobierno de Reagan.
Y precisamente esta semana, The Guardian
informó de que dos parientes del expresidente colombiano Álvaro Uribe”,
esperan la extradición a EE.UU. por acusaciones de vínculos con el
señor de la droga más buscado del mundo”.
"Ana Maria Uribe Cifuentes y su madre, Dolly Cifuentes Villa, fueron arrestadas el año pasado después de una solicitud de un tribunal federal de EE.UU. por presuntos vínculos con el jefe del cártel de Sinaloa de México, Joaquín 'El Chapo' Guzmán."
Según la
Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA), “se
afirma que ambas mujeres pertenecen al clan Cifuentes Villa”, que según
la DEA, “traficó por lo menos 30 toneladas de cocaína a EE.UU. entre
2009 y 2011, y lavaron los ingresos en varios países latinoamericanos,
incluida Colombia”.
Hace tiempo que hay afirmaciones de
narcotráfico en relación con la familia Uribe. Un informe de 1991 de la
Agencia de Inteligencia de la Defensa publicado por el Archivo de
Seguridad Nacional declara explícitamente que durante su período en el
Senado colombiano, Uribe fue “amigo personal de Pablo Escobar" y estuvo
“dedicado a colaborar con el cártel Medellín [de la droga] a altos
niveles gubernamentales”.
El documento afirma a continuación que
antes de convertirse en un “socio clave de EE.UU. en la guerra de la
droga”, y de recibir la recompensa de unos 3.000 millones de dólares
bajo el Plan Colombia para “combatir las drogas”, Uribe “estuvo
vinculado a un negocio involucrado en actividades de narcóticos en
EE.UU.” y “ha trabajado para el cártel de Medellín”.
Aunque el
gobierno de EE.UU. desautorizó ese informe, diría que por razones
puramente políticas, varios miembros de la familia de Uribe, incluido el
primo del presidente, Mario Uribe Escobar, expresidente del Congreso
colombiano, fue condenado y apartado de su puesto por sus estrechos
vínculos con la extrema derecha, un escuadrón de la muerte paramilitar
narcotraficante, las Autodefensas Unidas de Colombia, o AUC.
Al
anunciar las sanciones contra el clan Guzmán, Adam Szubin, director de
la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro, dijo en una
declaración: “Esta acción se basa en los agresivos esfuerzos del Tesoro,
junto a socios en el mantenimiento del orden, por apuntar a individuos
que facilitan las operaciones de narcotráfico de Chapo Guzmán y para
buscar el eventual desmantelamiento de su organización, culpable de
indecible violencia”.
Mientras Chapo Inc., obtuvo una honorable
mención como Nº 1153 en la “Lista de Multimillonarios del Mundo” de
Forbes, es posible que sea responsable por un 25% de las drogas ilegales
traficadas en EE.UU. como afirma la DEA; su sitio Nº 55 en la lista de
Forbes de “Las Personas más Poderosas del Mundo”, ubicado entre el
fundador de PIMCO y “Rey de los Bonos” Bill Gross y Ahmed Shuja Pasha,
director general de la agencia Inteligencia Inter-Servicios de Pakistán,
dice mucho sobre las interesantes yuxtaposiciones (es decir ¡hablando
parapolíticamente!) entre los mundos de las finanzas, del crimen y de
las operaciones encubiertas.
Citando conclusiones de dos académicos colombianos, Alejandro Gaviria y Daniel Mejía en su estudio Políticas antidroga en Colombia: éxitos, fracasos y extravíos,
Ed Vulliamy reveló que “un 2,6% del valor en la calle de la cocaína
producida queda dentro del país, mientras un sorprendente 97,4% de los
beneficios son obtenidos por sindicatos criminales y lavados por los
bancos, en países consumidores del primer mundo”.
Gaviria dijo a The Observer,
“La sociedad colombiana no ha obtenido casi ninguna ventaja económica
del narcotráfico, mientras las redes criminales de distribución en los
países consumidores obtienen inmensos beneficios que son reciclados por
bancos que operan sin que exista nada que se parezca a las restricciones
a las que está sometido el propio sistema bancario de Colombia”.
El
coautor Daniel Mejía agregó: “Todo el sistema operado por las
autoridades en las naciones consumidoras se basa en perseguir al sujeto
pequeño, el eslabón más débil de la cadena, y nunca a las grandes
empresas o sistemas financieros donde está el gran dinero”.
Una
mente inquisitiva no puede dejar de preguntar dónde están los “esfuerzos
agresivos” del Tesoro cuando se trata de esos hechos simples y
fácilmente demostrables.
Pero como los cárteles de la droga, los
bancos y las redes de “antiguos compañeros” que los dirigen tienen
nombres, os daré una pista: no son autoproclamados “Señores del Cielo”,
aunque es posible que piensen en sí mismos como proverbiales “Amos del
Universo”.
Un ejemplo claro. En el año 2000, cuando el editor de Narco News Al Giordano y Mario Menéndez, periodista del periódico mexicano ¡Por Esto!
fueron enjuiciados por difamación en Nueva York por Banamex-Citigroup,
Giordano escribió que “Los verdaderos jefes del narcotráfico ilegal no
aparecen en la lista de los “Más Buscados” del FBI.
No, afirma
Giordano, “Los Jefes Operativos del narcotráfico no son mexicanos ni
colombianos: son banqueros estadounidenses y europeos, los que lavan los
ingresos ilícitos del narcotráfico. Instituciones como Citibank de
Nueva York –como documenta este informe– son las verdaderas
beneficiarias de la prohibición de las drogas y sus beneficios
ilegales”.
Mientras los familiares de Chapo Guzmán son ahora
objetivo de las sanciones del Departamento del Tesoro, ¿qué podemos
aprender de los recientes informes sobre la inacción del Departamento de
Justicia cuando se trató del procesamiento de funcionarios del cuarto
banco estadounidense, Wachovia, comprado por Wells Fargo & Co. en
2008 durante el clímax de la catástrofe financiera capitalista?
Charlotte: ¿capital mundial del narco?
En unas trascendentales revelaciones de codicia, criminalidad y corrupción corporativa, Bloomberg Markets Magazine y The Observer
revelaron en 2010 y 2011 respectivamente que Wachovia estaba hasta el
cuello en el lavado de dinero caliente para los cárteles colombianos y
mexicanos de la droga.
Como ya informó en 2010 sobre las
correrías de Wachovia en el lavado de dinero para el cártel Sinaloa de
Chapo Guzmán (vea: "All in the 'Family.' Global Drug Trade Fueled by
Capitalist Elites," Antifascist Calling, July 20, 2010) el entonces
director ejecutivo, G. Kennedy "Ken" Thompson, expresidente del Comité
Consultivo del Consejo de la Reserva Federal, y Ranger de Bush que
reunió unos 200.000 dólares para la campaña presidencial de Bush en
2004, estaba comprando bancos competidores más rápido de lo que tarda
decir “seguros de riesgo de la deuda”.
Para cuando Wells Fargo
compró Wachovia al precio de remate de 12.800 millones de dólares, el
banco y Thompson, que se había “retirado a pedido del consejo”, estaban
en profundas dificultades.
Antes de la adquisición, Wachovia se
había lanzado a una verdadera ofensiva de compras. Después de la fusión
en 2001 de la firma con First Union Bank, Wachovia se fusionó con la
división Prudential Securities de Prudential Financial, Inc., con
control por Wachovia de la mayor parte de los 532.100 millones de
dólares en activos. Después del golpe, el banco pasó a adquirir
Metropolitan West Securities, agregando un portafolio de 50.000 millones
de dólares en valores y préstamos a su división de Préstamos. En 2004,
Wachovia pasó a otra etapa con la adquisición por 14.300 millones de
SouthTrust Corporation.
Aparentemente cargado de dinero y de
nuevo poder de mercado, Wachovia se dispuso a adquirir Golden West
Financial basada en California. Golden West operaba filiales bajo el
nombre de World Savings Bank y era la segunda mayor empresa de ahorros y
préstamos de la nación. Cuando tuvo lugar la adquisición, Goldman West
tenía más de 125.000 millones de dólares en activos. Para Wachovia y
Thompson, fue ir demasiado lejos.
Pronto vino una escasez de
dinero. Expuestos a préstamos riesgosos, incluyendo hipotecas tóxicas
con tasas de interés ajustables adquiridas como resultado del acuerdo de
Golden West, que Thompson había descrito como la “joya en la corona” de
Wachovia, los portafolios de préstamos de la firma fueron afectados por
fuertes pérdidas durante la catástrofe de las hipotecas de alto riesgo.
Aunque el banco había informado de 2.300 millones de dólares en
beneficios durante el primer trimestre de 2007, en 2008 hablaba de
fuertes pérdidas que llegaron a 8.900 millones de dólares en el cuarto
trimestre. Fue tiempo de pánico en Charlotte.
¿Y de dónde salió parte de ese “capital líquido” que posibilitó la temeraria expansión de Wachovia?
“Un cliente que Wachovia adquirió en 2004 fue Casa de Cambio Puebla SA,” informó Bloomberg Markets . La casa de cambios de Puebla, México, fue la idea genial de Pedro Alatorre Damy, un “empresario” que “había creado compañías de fachada para cárteles”.
Alatorre y
otros 70 conectados a su red fueron arrestados en 2007 por
los funcionarios del mantenimiento del orden mexicanos. Las autoridades
descubrieron que el presunto lavador de dinero y agente aéreo del cártel
Sinaloa controlaba 23 cuentas en la filial del Banco Wachovia en Miami y
poseía unos 11 millones de dólares, posteriormente congelados por los
reguladores estadounidenses.
En 2008, un gran jurado federal de
Miami imputó a Alatorre, que ahora espera juicio en México con otros
tres ejecutivos, acusándoles de narcotráfico y lavado de dinero,
acusando a la compañía de utilizar “firmas ficticias para lavar 720
millones de dólares a través de bancos en EE.UU.” El Departamento de
Justicia solicita actualmente la extradición de México de Alatorre.
A
pesar de que la oficina de Wachovia en Miami ha sido calificada por
los investigadores federales de “área de alta intensidad en el lavado de
dinero y otros crímenes financieros”, en un “área de narcotráfico de
alta intensidad”, The Observer informó de que incluso ante
advertencias internas de sus propios investigadores contra el lavado de
dinero, Wachovia no hizo nada para detener el flujo ilícito de dinero
caliente.
Con la burbuja de la vivienda de EE.UU. totalmente
inflada y las señales de que el auge especulativo estaba a punto de
terminar, solo se puede conjeturar que la necesidad de obtener liquidez a
cualquier precio, había llevado a Wachovia a hacer la vista gorda
cuando se trataba de “arreglos” tenebrosos, pero muy lucrativos con Casa
de Cambio Puebla SA.
Perdiendo dinero más rápido de lo que se
tarda en decir “valores respaldados por hipotecas” Wachovia se
encontraba en un atolladero por su compra en 2006 por 26.000 millones de
dólares de Golden West Financial durante el clímax de la burbuja, una
acción que según informes de Bloomberg Businessweek generó “resistencia
en su propio equipo de administración” y que fue ignorada por Thompson.
¿Por
qué? “Porque nadie aparte de Thompson y el director ejecutivo de Golden
West, Herb Sandler, parecía aprobar el trato desde el momento en que se
anunció”, dijo una persona de confianza de la compañía a Businessweek.
(Un
lector alerta señaló cuando mi artículo apareció en 2010, que Herb
Sandler, que vendió Golden West durante la mejor situación del mercado
para dedicarse a la “filantropía”, “actualmnente es dueño de ProPublica,
una publicación investigadora que se ocupa de objetivos fáciles como
policías racistas… pero que no examina el ala de Sandler de la elite del
poder. Michael Barker escribió una gran serie sobre ese organismo y sus
contactos con el Establishment titulada “Investigando a los
investigadores – Una mirada crítica a ProPublica”).
Mientras la
adquisición puede haber dado a Thompson “la cabeza de puente en
California que había deseado desde hace tiempo… la tinta apenas se había
secado en el trato de Golden West cuando la burbuja de la vivienda en
mercados como California y Florida se comenzó a desinflar”.
Afectado
por el desplome del mercado inmobiliario, el precio de la acción de
Wachovia, que había aumentado a 70,51 dólares por acción cuando se
anunció el trato de Golden West había caído a 5,71 por acción en octubre
de 2008. En otras palabras, Wachovia, junto al resto de la economía
mundial se iba por el caño.
En su Acuerdo de Procesamiento
Postergado con el Departamento de Justicia, Wells Fargo aceptó no
disputar las imputaciones presentadas contra Wachovia en la acusación
federal.
El gigante bancario Wells se vio obligado a admitir: “En
numerosas ocasiones, los dineros fueron depositados en una Casa de
Cambio (CDC) por una organización de narcotráfico. Utilizando
identidades falsas, la CDC entonces transfería ese dinero a través de su
banco corresponsal de Wachovia para la compra de aviones para
organizaciones del narcotráfico. En diversas fechas entre 2004 y 2007,
por lo menos cuatro de esos aviones fueron requisados por agencias
extranjeras de mantenimiento del orden en cooperación con EE.UU. y se
descubrió que contenían grandes cantidades de cocaína”.
Como informó en The Observer
Ed Vulliamy, aunque los investigadores de la DEA y del IRS
descubrieron que Wachovia había lavado hasta 378.400 millones de dólares
“una suma equivalente a un tercio del producto nacional bruto de México
a cuentas en dólares de las denominadas casas de cambio en México, “y
después pagaron 110 millones de dólares de confiscación, incluida una
multa de 50 millones de dólares “por no controlar dinero utilizado para
el embarque de 22 toneladas de cocaína”, nunca se presentaron
procedimientos penales contra funcionarios del banco.
“La
conclusión del caso”, escribió Vulliamy, “fue solo la punta de un
iceberg que demostró el papel del sector bancario ‘legal’ en el lavado
de cientos de miles de millones de dólares –el dinero manchado de sangre
del narcotráfico asesino en México y otros lugares del mundo– en sus
operaciones globales, rescatadas ahora por el contribuyente”.
Mientras
Chapo Guzmán y otros dirigentes de las organizaciones mexicanas de
narcotraficantes enfrentan acusaciones federales que podrían llevarlos a
la prisión el resto de sus vidas, hay que contrastarlo con el trato con
guantes de seda usado por el gobierno cuando se trata de
narcotraficantes estadounidenses.
A pesar de serias acusaciones
federales de lavado de dinero contra el “hombre más listo de la sala”
Thompson de Wachovia recibió del consejo 15,6 millones de dólares en
compensación total en 2007, todo un año después que se suspendió ese
fatal acuerdo Golden West. Las pérdidas subsiguientes y una inminente
acusación penal (contra el banco, no contra sus funcionarios), tampoco
impidieron que Wachovia premiara a Thompson con una indemnización por
cese de casi 8 millones de dólares.
"Cocaína aérea"
Después de años de amplia información en MadCow Morning News del periodista de investigación Daniel Hopsicker y de Bill Conroy de Narco News,
sobre los orígenes de dos aviones requisados en México con unas diez
toneladas de cocaína a bordo, nos informaron de que hasta 100 aviones
habían sido comprados con dinero caliente lavado a través de Wachovia
Bank.
Y cuando los periodistas “de la línea dominante” Michael
Smith y Ed Vulliamy siguieron la pista asiduamente dejada por Hopsicker y
Conroy (siempre sin atribuirles crédito), presentaron, no obstante,
algunos hechos previamente desconocidos en relación con este sórdido
caso.
“Justo antes del
anochecer del 10 de abril de 2006”, informó Michael Smith de Bloomberg,
“un jet DC-9 aterrizó en el aeropuerto internacional de Ciudad del
Carmen, a 500 millas al este de Ciudad de México”.
Cuando las
tropas del ejército sospecharon después que la tripulación trató de
“apartarlos, diciendo que había una peligrosa filtración de aceite”,
hicieron lo que los buenos funcionarios de mantenimiento del orden deben
hacer: registraron el avión.
A bordo encontraron 128 maletas
negras idénticas, “llenas con 5,7 toneladas de cocaína, valoradas en 100
millones de dólares. Los fiscales mexicanos establecieron
posteriormente que el contrabando se entregaría desde Caracas a
narcotraficantes en Toluca, cerca de Ciudad de México. Los funcionarios
de mantenimiento del orden también descubrieron otra cosa”.
“Los contrabandistas”, escribió Smith, “habían comprado el DC-9 con fondos lavados que transfirieron a través de dos de los principales bancos de EE.UU.: Wachovia Corp. Y Bank of America Corp".
Pero al publicar esa historia hace seis años, (mucho antes de que Bloomberg y The Observer
se unieran a la caza), Hopsicker reveló que “Uno de los dos
propietarios del DC-9 (número de cola N900SA) capturado en un aeropuerto
de Ciudad del Carmen en el Estado de Campeche, México, la semana pasada
cargado con 5,5 toneladas de cocaína había sido nombrado en 2003 al
Consejo Consultor Empresarial del Comité Nacional Republicano del
Congreso por el entonces Líder de la Mayoría del Congreso Tom Delay,
puede informar exclusivamente The MadCow Morning News".
Ese
avión, reveló Hopsicker, fue adaptado por el propietario Brent Kovar
para que se hiciera pasar por un jet de de la Administración de
Seguridad del Transporte de EE.UU. Un sello con apariencia oficial decía
“"Sky Way Aircraft, Protección de los Cielos de EE.UU.," completo, con
la “imagen de un águila federal sujetando la familiar rama de olivo en
sus garras”.
Y cuando investigó en los registros de la FAA
(Administración Federal de Aviación de EE.UU.) y corporativos, Hopsicker
descubrió que “una mirada más de cerca a la [compañía ficticia] Royal
Sons revela que la empresa forma parte de un grupo de firmas de chárter
aéreo relacionadas que se utilizan como fachada para suministrar
‘cobertura’ a vuelos de la CIA”.
“Las compañías involucradas”,
afirma Hopsicker, “incluyen a Royal Sons, Express One International,
Genesis Aviation y United Flite Inc."
“Las cuatro compañías parecen estar involucradas en un plan entrelazado y consagrado de la Agencia que se remonta a 50 años: utilizando frecuentes transferencias de títulos de posesión de aviones para dificultar al máximo la identificación de la propiedad de un avión dado en todo momento”.
Informes subsiguientes de Hopsicker
revelaron que el segundo avión, un jet de negocios Gulfstream II
(N987SA) que hizo un aterrizaje forzoso en la península de Yucatán con
cuatro toneladas de cocaína a bordo, estaba registrado a nombre
de "Donna Blue Aircraft, Inc." (DBA, o “doing business as” [activo
como]) y fue empleado previamente como “chárter privado” que hacía
vuelos de entrega de “terroristas” para, ¿quién iba a ser?, ¡la CIA!
Como reveló Bill Conroy, periodista de Narco News, en
2008: “En el centro de esa controversia hay afirmaciones de que el jet
con cocaína caído formaba parte de una operación de narcotráfico
respaldada por la CIA”.
Según Conroy, la clave del desafortunado
embarque de cocaína en el Gulfstream II, es un prolífico narcotraficante
colombiano e informante del gobierno de EE.UU. llamado Jose Nelson
Urrego Cardenas, recientemente arrestado por la policía en Panamá. Según
se informa, Urrego jugó un rol importante en la organización del
embarque de cocaína como parte de la operación Mayan Express [del
Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. [ICE]”.
“Para los que se pregunten por qué el ICE realiza una operación como Mayan Express”, escribió Conroy, “vale la pena tener en cuenta que Charles E. Allen, subsecretario de la Oficina de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad Interior (DHS) también es, por casualidad, veterano de la CIA y fue un importante protagonista en el escándalo Irán-Contra que se desarrolló durante el gobierno de Reagan”.
“Una
faceta de Irán-Contra, recordaréis, involucró supuestamente el uso de
recursos de la CIA para transportar drogas a fin de reunir dinero para
financiar la compra de armas para los rebeldes de la Contra que trataban
de derrocar el gobierno sandinista en Nicaragua”.
“Para que el
ICE contara con aprobación para operar una misión de alto perfil en el
exterior como Mayan Express, que supuestamente involucraba coordinación
con la CIA, es muy probable que Allen, gurú en jefe de inteligencia del
DHS, tuviera que ser incluido en la operación, ya que el ICE forma parte
del DHS”.
Más recientemente, continuando la sucia historia del
papel de la CIA en la administración, no eliminando el narcotráfico
global, Narco News reveló que la Agencia tenía un acuerdo quid-pro-quo con
los dirigentes de Sinaloa Corporation de Chapo Guzmán “y agencias del
gobierno de EE.UU. para obtener información sobre organizaciones rivales
del narcotráfico”.
De hecho, como Narco News reveló el
pasado mes de abril, la acusación federal contra Jesús Vicente Zambada
Niebla afirma que “sirvió de coordinador logístico” para el “cártel”,
ayudando a supervisar una operación que importaba a EE.UU. “muchas
toneladas de cocaína… utilizando diversos medios, incluyendo, pero no
solo, aviones de carga Boeing 747, aviones privados… autobuses, vagones
de tren, remolques de tractores y automóviles”.
Por cierto, uno
de los “aviones privados” utilizados por los planes de importación de
drogas de Chapo Guzmán no fue otro que el desafortunado Gulfstream II
(N987SA) que sufrió el aterrizaje forzoso en Yucatán en 2007. Comprado
con fondos lavados a través de Wachobia Bank, el jet de negocios
posteriormente fue relacionado por los investigadores del Consejo de
Europa con vuelos fantasma de la CIA.
A pesar de los hechos
presentados en la imputación federal de Zambada, el “supuesto negocio”,
escribió Conroy, “aseguraba la protección de las operaciones de negocios
del cártel Sinaloa mientras debilitaba a su competencia, como la
organización de Vicente Carrillo Fuentes desde Juárez, México, capital
de asesinatos del mundo”.
“Al mismo tiempo”, informó Narco News,
“la información suministrada por el cártel Sinaloa a los organismos
estadounidenses contra sus rivales asegura un continuo flujo de redadas
antidrogas y victorias de las agencias estadounidenses y del gobierno
mexicano en los titulares de los medios de comunicación”.
Conroy
señaló: “Esa propaganda es necesaria para engatusar a los ciudadanos a
fin de que crean que se hacen progresos en la guerra contra las drogas,
asegurando así el continuo financiamiento de presupuestos inflados para
la guerra contra las drogas y el apoyo para políticas fallidas que han
costado las vidas de unos 50.000 ciudadanos mexicanos desde finales de
2006 y han terminado con cualquier esperanza de una vida productiva para
cientos de miles de ciudadanos estadounidenses, muchos de ellos
desperdiciando sus vidas en prisiones de EE.UU., y una cantidad
importante de víctimas de homicidios callejeros vinculados a negocios de
drogas fracasados”.
Llamadlo negocios como si tal cosa en el “país de Dios”, esa “ciudad brillante sobre una colina”.
El pasado como prólogo
Si
la historia es una guía para las actuales prácticas, la CIA se ha
basado desde hace tiempo en el financiamiento de operaciones
clandestinas de la Agencia a través de bancos sospechosos y de los
banqueros que los dirigen.
Entre los timadores que se han
beneficiado de confortables relaciones con la Agencia, los lectores
seguramente recordarán a Castle Bank Bank & Trust de Paul Helliwell;
Nugan-Hand Bank de Michael Hand, Frank Nugan y Bernie Houghton; Bank of
Credit and Commerce International (BCCI) de Agha Hasan Abedi; o más
recientemente, como Antifascist Calling reveló hace dos años,
el timo Ponzi del estafador multimillonario condenado R. Allen Stanford,
disfrazado como “banco de servicio completo”, Stanford International.
El
hecho de que los cuatro bancos que colapsaron en ignominia y escándalos
mientras a los inversores les escamoteaban miles de millones de dólares
en depósitos en medio de acusaciones de que esos agujeros negros
financieros eran poco más que conductos para el crimen organizado y
operaciones de inteligencia, solo subraya el hecho indiscutible de que
el crimen paga a órganos secretos del Estado como la CIA.
Dos
años después del estallido del escándalo Wachovia en medio del
ensordecedor silencio de los medios de EE.UU., Daniel Mejía dijo a The Observer:
“En general, existe considerable renuencia de ir en pos del gran
dinero. No apuntan a las partes de la cadena donde existe un gran valor
agregado. En Europa y EE.UU. el dinero se dispersa, una vez que llega al
país consumidor entra en el sistema, en cada ciudad y Estado. Prefieren
ir en pos de la pequeña economía, la gente humilde y los cultivos de
coca en Colombia, a pesar de que la economía es ínfima”.
“Es una
extensión de la forma de operar interna”, dijo Mejía. “Van en pos de las
clases bajas, el eslabón débil de la cadena, el sujeto común y
corriente, para mostrar resultados. Otra vz transfieren el coste de la
guerra de las drogas a los más pobres, pero no al sistema financiero y
al gran dinero que mueve todo el asunto”.
En vista de la corrupta
trayectoria de la “Guerra contra las Drogas”, esto no debiera
sorprender a nadie. Como escribió Peter Dale Scott en Deep Events and the CIA's Global Drug Connection:
“La conexión global de la droga no es solo una conexión lateral entre
agentes de la CIA en el terreno y sus contactos en el narcotráfico. Es
de modo más significativo un complejo financiero global de dinero
caliente que une a destacadas empresas, las finanzas y el gobierno, así
como personajes del hampa”.
Según Scott, este nexo global
criminal-elite “mantiene su propia influencia política mediante el
suministro sistemático de finanzas ilícitas, favores e incluso sexo a
políticos en todo el mundo, incluidos dirigentes de ambos partidos en
EE.UU. El resultado es un sistema que podría drnominarse 'imperio
indirecto', un imperio que, en su búsqueda de mercados y recursos
extranjeros, se da por satisfecho con la subversión de la gobernanza
existente sin imponer una alternativa progresista”.
El análisis de Scott ha sido ciertamente confirmado por funcionarios honestos del mantenimiento del orden.
Martin
Woods, eximportante detective de la brigada antidrogas de la policía
metropolitana de Londres se sumó a Wachovia en 2005 como principal
investigador contra el lavado de dinero y pagó un duro precio por su
diligencia.
Expulsado de su puesto después de negarse a dejar de
presentar informes sobre actividades sospechosas a la sede central en
Charlotte, sobre prácticas de depósitos sospechosas de filiales de
Wachovia en Londres y Miami, Woods dijo a The Observer: “Nueva
York y Londres se han convertido en las dos mayores lavanderías de
dinero criminal y de la droga y en paraísos fiscales. No las Islas
Caimán, no la Isla de Man o Jersey. El gran lavado tiene lugar
directamente a través de la City de Londres y Wall Street".
“Entre
tanto”, dijo Woods, “la industria de la droga tiene dos productos:
dinero y sufrimiento. Por una parte masivos beneficios y
enriquecimiento. Por la otra masivos sufrimientos, miseria y muerte. No
se pueden separar unos de otros.
Con cientos de miles de millones
de dólares lavados por el sistema cada año, no existen muchos
incentivos para echar el guante a los peces gordos. Y de eso no cabe la
menor duda.
Tom Burghardt es un investigador y activista basado en San Francisco Bay Area. Aparte de publicar en Covert Action Quarterly y Global Research, es editor colaborador en Cyrano's Journal Today. Sus artículos aparecen en: Dissident Voice, Pacific Free Press, Uncommon Thought Journal y en WikiLeaks. Es editor de Police State America: U.S. Military "Civil Disturbance" Planning, distribuido por AK Press y ha colaborado en el nuevo libro de Global Research: The Global Economic Crisis: The Great Depression of the XXI Century.
Fuente: Rebelion.org
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