sábado, 25 de agosto de 2012

Murió Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna

El astronauta estadounidense falleció a los 82 años como consecuencia de las complicaciones derivadas de una operación cardíaca.

Télam

Murió Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna
Junto al astronauta Buzz Aldrin a bordo de la nave Apollo 11, Armstrong se convirtió en el primer ser humano en caminar en suelo extraterrestre (AFP).

El astronauta Neil Armstrong, el primer hombre en llegar a la Luna el 20 de julio de 1969 al mando de una misión espacial estadounidense, murió hoy a los 82 años a causa de complicaciones sufridas tras una reciente operación del corazón, confirmaron sus familiares a la prensa.

Armstrong fue el histórico protagonista del alunizaje que fue visto por millones de espectadores en una transmisión a escala mundial -la primera vía satélite que se vio en la Argentina-, el 20 de julio de 1969, cuando pisó el suelo polvoriento del satélite terrestre comandando una expedición espacial de su país.

"Es un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad" fue la frase conceptual que se atribuyó al astronauta desde el comando de la NASA en Houston, y con la que quedó para siempre en los libros de historia.

Armstrong nació el 5 de agosto de 1930 en una granja en Ohio; se interesó tempranamente por la aviación y a los 16 años logró su licencia de vuelo. Tras graduarse de los estudios secundarios recibió una beca de la Marina de Estados Unidos para estudiar ingeniería aeronáutica.

Durante la guerra de Corea voló como piloto de combate en 78 misiones; una vez le salvó la vida el asiento eyectable, y tras la guerra fue piloto de pruebas.

En septiembre de 1962 la agencia estadounidense espacial NASA lo presentó como futuro astronauta, y en marzo de 1966 -como comandante del "Geminis 8"- logró por primera vez el exitoso acoplamiento de esta nave con un satélite.

La misión tuvo luego problemas técnicos y Armstrong debió hacer un amerizaje de emergencia en el Pacífico, pero tres años más tarde, con 38 años, cumpliría el sueño de comandar la misión de alunizaje "Apollo 11", junto a sus compañeros de vuelo Michael Collins y Buzz Aldrin.

Armstrong pasó a ser entonces uno de los seres más populares de la Tierra, eternizado con silueta engordada por un grueso traje espacial, descendiendo en la desolada superficie lunar, casi flotando por la falta de gravedad, y plantando la bandera del país que financió la expedición apenas cuatro años después de lanzada la carrera espacial con la entonces Unión Soviética.

Tras retirarse de la NASA, Armstrong enseñó entre 1971 y 1979 como profesor de Ingeniería Aeroespacial en su Ohio natal, a lo cual siguieron trabajos en las empresas Chrysler, Marathon Oil, Learjet y United Airlines.

En noviembre de 2011 recibió junto a su colega del "Apollo 11" Buzz Aldrin -ambos pisaron la luna en esa misión, ya que Collins quedó al mando del módulo orbitando el satélite- la máxima distinción del Congreso estadounidense, la Medalla de Oro del Parlamento, en una ceremonia en el Capitolio.

La agencia alemana DPA consignó que, cuando el presidente estadounidense Barack Obama anunció hace dos años la cancelación del nuevo plan lunar de la agencia espacial estadounidense NASA, Armstrong lamentó en una carta abierta la "caída de Estados Unidos a la segunda clase" de la navegación espacial. 

Los primeros pasos lunares de Armstrong, un revés para la URSS

La Unión Soviética, que había triunfado al enviar al espacio el primer Sputnik en 1957 y luego al primer hombre en 1961, debió inclinarse ante Estados Unidos, cuando Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en pisar la Luna.


Los primeros pasos lunares de Armstrong, un revés para la URSS
La tripulación de la misión Apolo 11 (AP / NASA).

La Unión Soviética, que había triunfado al enviar al espacio el primer Sputnik en 1957, y luego al primer hombre, Yuri Gagarin, en 1961, debió inclinarse ante su rival, Estados Unidos, cuando Neil Armstrong se convirtió hace 43 años en el primer hombre que pisaba la Luna.

Minimizado durante años por las autoridades soviéticas, en plena Guerra Fría con Estados Unidos, el fracaso lunar de la URSS refleja su incapacidad para captar una etapa en la conquista del espacio mucho más compleja que la que permitió sus éxitos iniciales, señalan los expertos.

"El objetivo principal de los estadounidenses fue competir con los soviéticos en torno al programa lunar. La victoria en esta carrera fue sin duda un acontecimiento muy importante en la competencia entre los dos sistemas", dijo Igor Lissov en 2009 al cumplirse 40 años del alunizaje, entonces redactor de la revista rusa Noticias de Astronáutica.

"Lamentablemente, subestimamos a los estadounidenses y empezamos demasiado tarde y con falta de personal", precisa.

Los rusos se enfrentaban a problemas de gran calado como un programa tecnológico demasiado poco ambicioso, una administración "barroca" de subcontratistas y, en particular, una "batalla de responsables que las autoridades políticas nunca moderaron", afirmó en 2009 Jacques Blamont, asesor de la dirección del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés (CNES).

Mientras los estadounidenses fueron capaces de diseñar "un programa que se mantenía en pie", la URSS "no tenía una verdadera dirección estratégica nacional y terminó con dos concepciones rivales del programa lunar, una que preveía un aterrizaje y otra un simple viaje de circunvalación", relató.

Peor aún, este revés se agravó rápidamente con los sufridos por los llamados programas "globales" de la URSS, orientados a la exploración de Venus y Marte. El programa marciano fue interrumpido tras una serie de fracasos, recordó Blamont.

El público soviético, adormecido por las hazañas de su héroe Gagarin y de otros cosmonautas convertidos en mitos, no se enteró de todo esto.

Konstantin Indukaev, director de investigación en un pequeño laboratorio de óptica de precisión, tenía 27 años en el momento de la conquista de la Luna y recordó muy bien que, si bien no hubo censura, "la información era escasa" en la URSS sobre los primeros pasos de Armstrong.

"Esa no fue noticia de primera, apareció en las páginas interiores de los periódicos", dice. "Las personas que habían estudiado y se interesaban por el espacio comprendían muy bien que se trataba de un gran acontecimiento", pero no era el caso de la mayoría de la población, dice.

"Hoy, pocas personas se interesan por todo esto y hay dos campos: los que aún creen que perdimos y que es muy triste, y otros que se consuelan con la versión de que los estadounidenses nunca pisaron la Luna", señaló por su lado Igor Lissov, refiriéndose a gran número de libros y sitios de internet que hablan de un engaño.

Aunque las cosas han cambiado y ahora los rusos cooperan estrechamente con los estadounidenses a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). 

Fuente: Los Andes Online

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