Maña, ingenio y sentido común, los ejes para construir una casa piloto bioclimáticas en Gutiérrez, Maipú
Mejora en 5 grados la
temperatura interior en invierno y en verano, lo que permite ahorrar en
calefacción y refrigeración. Por las reformas mínimas y determinados
ajustes es más confortable.
Por Alejandro Gamero
Maña, ingenio y sentido común son los ejes que primaron para
construir una casa piloto en Gutiérrez, Maipú, entregada a sus nuevos
poseedores el último martes y que es parte de un experimento de
viviendas bioclimáticas, un proyecto con el que el Instituto Provincial
de la Vivienda (IPV) ambiciona cambiar el concepto de construcción en
Mendoza.
El prototipo es una típica casa de barrio, que a la vista parece solamente eso.
Sin embargo, la inclusión de equipamiento, innovaciones en la
construcción y el diseño la convierten en una casa poco común, que
promete ser más confortable y con menos gasto de energía.
“Pensamos que con esas condiciones esta vivienda tendrá una mejora en
su temperatura interna de 5 grados, tanto en verano como en invierno”,
destacó a Diario UNO el arquitecto Edgardo Gargiulo, miembro del
directorio del IPV y al frente del proyecto.
Aprovechar la luz solar
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Fuente: Maxi Ríos / Diario UNO |
Esta diferencia de temperatura no sólo la hará más agradable para sus moradores, sino que reducirá varias horas de consumo de calefacción y refrigeración de la vivienda.
Como consecuencia de su orientación cardinal, la ubicación de las ventanas permitirá aprovechar mejor la luz solar.
Gargiulo aclara que “esta no es una casa bioclimática. Ese tipo de
vivienda que construiremos el año que viene en San Martín tiene una
proyección de ahorro de hasta el 30% de energía y son solo el 10% más
caras en el costo de obra”.
No obstante, rescató que el prototipo de Maipú es la idea básica y la
esencia: se construyó a partir de un plan de mitigación de los efectos
climáticos.
Detalles que la hacen mejor
El arquitecto Gargiulo explica: “La vivienda posee un colector solar, que no es un calefón como lo llaman habitualmente y que tiene la función de calentar el agua que ingresa al termotanque, lo que permite prescindir del uso del gas natural para esto”.
Detalla que “cuenta con un revoque térmico en las paredes que neutraliza el paso del calor y del frío”.
Y detalla: “Concretamente es una aislación a partir de la mezcla de
concreto y perlitas de telgopor (poliestireno expandido es la
denominación técnica del material) que logran este fin porque, este
último por sus características moleculares, impide que la temperatura
pase de un lado hacia el otro”.
Con telgopor en láminas y paños de nailon se recubrió también toda la
superficie en la que se volcó el contrapiso sobre el que se levantó la
vivienda: “Es otro método de aislamiento que permitirá que la casa
conserve mejor su temperatura interna”, puntualizó el profesional.
Ventanas y puertas: la clave
Pero lo crucial en estas estrategias de mitigación son las aberturas: “El diseño de las puertas y las ventanas es fundamental para lograr el objetivo y lo que hicimos aquí fue buscar un diseño que nos diera un perfecto cierre de estas para que la vivienda no pierda calorías o frigorías”.
Asimismo, Gargiulo indicó que “las ventanas se diseñaron apuntando a
ciertos puntos cardinales y de una forma que permitirá una circulación
fluida del aire”.
Así, este bosquejo de vivienda bioclimática tiene ventanas doble hoja
corredizas en los sectores que dan al norte y al este de la vivienda,
pero en cambio se colocaron ventanas pequeñas y con doble vidriado en el
sector que da al sur.
“Ventilación cruzada”
El doble vidriado impide que el vidrio trasmita el frío al interior de la casa, pero esas ventanas que no son fijas “se pueden abrir cuando haga falta, permitiendo una ventilación cruzada que compensa la circulación de aire en el interior de la vivienda dándole chances de refrescarla en las noches de verano”.
Una pérgola con techo de caña desmontable es el último artilugio con el que se completa el experimento en marcha.
El arquitecto Gargiulo dio cuenta de que “la caña es muy beneficiosa
en el verano porque da sombra pero a la vez al ser hueca dispersa el
calor y por lo tanto no refracta la temperatura que recibe”.
El profesional aseguró que “este techo está pensado para que le dé
sombra al frente de la vivienda el verano protegiéndola del rayo del
sol, mientras que en invierno, el mismo se desmonta y el frente queda
libre para ser asoleado y que el interior de la casa gane temperatura”.
Fuente: diariouno.com.ar
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