Cambio climático: un dramático desafío
Quieren que en la gran cita de París dentro de dos años se selle un convenio para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, que permita que las temperaturas no suban más de 2°C con respecto a la era preindustrial.
Agencia AFP
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Para las Naciones Unidas hay que actuar ahora contra el cambio climático y evitar el aumento de la temperatura global. (AP) |
Cerca de 190 países se reúnen a partir de
mañana en Varsovia, bajo la égida de Naciones Unidas, para dar el
pistoletazo de salida a dos años de duras negociaciones con vistas a un
acuerdo sobre el clima en 2015.
El objetivo es lograr que, en la gran cita de París dentro de dos años sobre el cambio climático, se selle un acuerdo para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) lo suficientemente ambicioso que permita que las temperaturas no suban más de 2ºC con respecto a la era preindustrial, después del fracaso en Copenhague en 2009.
"Debemos actuar ahora" contra el cambio climático y "Varsovia tiene que demostrar que hemos comprendido el mensaje", dijo recientemente la responsable del clima de la ONU, la costarricense Christiana Figueres.
La temperatura ya ha aumentado 0,8°C en un siglo y podría seguir subiendo cerca de 5º para 2100 si el mundo no realiza una urgente transición energética, recordaron en setiembre los expertos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Las emisiones de GEI no paran de crecer. Y lo que es peor, el carbón, el combustible fósil más contaminante, se convertirá en 2020 en la primera fuente energética de la economía mundial debido al consumo de los grandes emergentes.
El objetivo es lograr que, en la gran cita de París dentro de dos años sobre el cambio climático, se selle un acuerdo para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero (GEI) lo suficientemente ambicioso que permita que las temperaturas no suban más de 2ºC con respecto a la era preindustrial, después del fracaso en Copenhague en 2009.
"Debemos actuar ahora" contra el cambio climático y "Varsovia tiene que demostrar que hemos comprendido el mensaje", dijo recientemente la responsable del clima de la ONU, la costarricense Christiana Figueres.
La temperatura ya ha aumentado 0,8°C en un siglo y podría seguir subiendo cerca de 5º para 2100 si el mundo no realiza una urgente transición energética, recordaron en setiembre los expertos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Las emisiones de GEI no paran de crecer. Y lo que es peor, el carbón, el combustible fósil más contaminante, se convertirá en 2020 en la primera fuente energética de la economía mundial debido al consumo de los grandes emergentes.

Por tanto, el cálculo es simple. Para limitar el aumento de las temperaturas a 2ºC, las emisiones deberían reducirse para 2020 a 44 gigatoneladas frente a las 50 gt anuales actuales, y después dividirlas por dos para 2050, recordó esta semana el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Lo que se pretende en estas negociaciones es repartir el esfuerzo entre los principales contaminantes: China (23% de las emisiones de GEI mundiales), Estados Unidos (15%), la Unión Europea (11%), India y Rusia (5%).
Desafíos gigantescos
"Es una negociación extraordinariamente difícil", según el embajador para el clima de Francia, Jacques Lapouge. "Hay casi 200 países que tienen que decidir por consenso sobre desafíos de competitividad, poder, principios, un lugar en la gobernanza mundial que son absolutamente gigantescos".
Por decisión de la conferencia de Durban en 2011, en el acuerdo de 2015 todos los países tendrán que comprometerse, a diferencia del protocolo de Kyoto que sólo afectaba a los países industrializados, y ser legalmente vinculante. Las discusiones se anuncian arduas en lo que respecta al grado de vinculación legal del texto, un asunto particularmente sensible para los estadounidenses que son muy reticentes a ratificar un tratado internacional.
Otro punto de fricción es el grado de compromiso que están dispuestas a asumir las economías emergentes, que enarbolan su derecho al desarrollo y la responsabilidad de los países industrializados en el calentamiento del planeta.
Aunque no se espera ninguna decisión definitiva en la capital polaca, "es importante que logremos allanar las divergencias y tener mayor claridad sobre lo que las partes tratarán de obtener en París", dice Alden Meyer de la ONG estadounidense Union of Concerned Scientists.

Los puntos calientes
La hoja de ruta de la conferencia de París en 2015, la ayuda
financiera a los países del sur o las indemnizaciones por el
calentamiento, son algunos de los principales puntos de fricción en las
negociaciones sobre el clima en Varsovia.
- Sentar las bases del ambicioso acuerdo esperado en 2015: La
comunidad internacional se comprometió, en la conferencia de Durban de
2011, a adoptar en 2015 un acuerdo global legalmente vinculante también
para los mayores contaminadores como China o Estados Unidos, para
reducir las emisiones de gas de efecto invernadero que entraría en vigor
a partir de 2020. Los puntos espinosos abundan: ¿cuál será el grado de vinculación legal
del acuerdo? ¿Debería contener cifras concretas para reducir las
emisiones? ¿Qué es un acuerdo ‘equitativo’? ¿Se tiene que exigir lo
mismo a las economías emergentes que a los países desarrollados? ¿Cómo
hacer para que el acuerdo sea suficiente para limitar el calentamiento
en 2ºC?
- Ayuda financiera a los países del sur para hacer frente a los
cambios climáticos: Se trata de uno de los grandes puntos de crispación
en estas negociaciones internacionales. En Copenhague en 2009, los
países del norte se comprometieron a desembolsar 100.000 millones de
dólares por año de aquí a 2020. Pero los países del sur no han visto nada todavía y algunos desearían
un objetivo intermedio de 60.000 millones para 2015. Esta demanda fue
rechazada en la última reunión sobre el clima de la ONU en Doha, pues
los principales donantes, con Estados Unidos y la Unión Europea a la
cabeza, alegaron sus dificultades presupuestarias.
- Indemnizaciones por las “pérdidas y daños”: Los países del sur, con
los Estados insulares y menos desarrollados en cabeza, se consideran
víctimas de la actividad del Norte que ha provocado esta situación en el
clima, y quieren que se establezca un “mecanismo” que abra la puerta a
indemnizaciones. Los países ricos rechazan de plano esta posibilidad, entre ellos
Estados Unidos, pues temen las acciones judiciales y no quiere
desembolsar más de lo que está previsto en materia de ayuda a la
adaptación al cambio climático. Éste fue uno de los puntos más disputados en Doha donde se decidió que
en Varsovia se creen “acuerdos institucionales” sobre el asunto, una
fórmula suficientemente imprecisa para satisfacer al mundo.
Los textos en las negociaciones climáticas se adoptan por “consenso” de más de 190 países presentes, una noción vaga que ningún texto define claramente.
Los textos en las negociaciones climáticas se adoptan por “consenso” de más de 190 países presentes, una noción vaga que ningún texto define claramente.
Fuente: Los Andes Online
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