Tras la derrota, se agudiza la crisis en la derecha chilena
Siguen las renuncias de militantes del partido del presidente Piñera, quien querría postularse para otro mandato en 2017.
Marianela Jarroud -Agencia AFP - Especial para Los Andes
Sebastián Piñera. |
La crisis de la derecha chilena,
profundizada por la derrota electoral en las presidenciales de
diciembre, se agudizó con la renuncia de un grupo de militantes de
Renovación Nacional, el partido del presidente Sebastián Piñera.
Analistas consultados por The Associated Press coincidieron en que esta fuga es funcional y útil para el mandatario, quien no esconde su interés en postularse a una nueva elección en 2017.
En medio de un tenso Consejo Nacional de Renovación Nacional, que se realizaba ayer en Santiago, el recién electo senador de Renovación Nacional Manuel José Ossandón dijo que "dejar una institución es un error político inmenso. Esto es claramente Piñera 2017", señaló.
Ossandón ha criticado al mandatario por su interés en postularse para las próximas elecciones presidenciales.
El analista Guillermo Holzmann afirmó que si bien la crisis afecta a los dos partidos que componen el oficialismo, en Renovación Nacional es más pública y, por lo tanto, se hace más evidente.
La ultraderechista Unión Demócrata Independiente, en cambio, "es mucho más hegemónica", por lo que su crisis se debate en ciertas esferas internas, explicó la especialista en ciencia política Francisca Quiroga, de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales.
Cuando faltan menos de dos meses para el término del primer gobierno de derecha democráticamente electo desde 1958, las críticas cruzadas entre la administración de Piñera y algunas figuras destacadas de su coalición política se han desatado en los medios y la prensa.
Los cuestionamientos apuntan a que el mandatario, con su estilo personalista de gobernar, no contribuyó lo necesario para que el oficialismo obtuviera un mejor resultado en las elecciones presidenciales de diciembre en las que la candidata Evelyn Matthei, de la Unión Demócrata Independiente, obtuvo un 37,83% de los votos contra 62,16% de la socialista Michelle Bachelet.
En el parlamento, no fue distinto: la derecha perdió 500.000 votos y nueve diputados.
El propio Piñera anticipó "cuchillos afilados'' en su sector tras la elección y el presidente de la Unión Demócrata Independiente, Patricio Melero, calificó al mandatario y a su gobierno de "cómplices'' de la derrota electoral.
En medio de la polémica, tres parlamentarios renunciaron a Renovación Nacional para formar el movimiento Amplitud y el viernes hizo lo propio la diputada Lily Pérez, quien fuera la vocera de la campaña de Matthei y una histórica militante de la colectividad.
Anteriormente, resonó el éxodo de otros dirigentes como Antonio Horvath, quien manifestó su cercanía con el programa de Bachelet.
Según analistas, al menos cuatro ministros del gabinete de Piñera esperan que culmine el gobierno para renunciar también a la colectividad.
Para Holzmann, quienes renunciaron a Renovación Nacional son disidentes del partido, pero principalmente cercanos a Piñera, que lo apoyan frente a las críticas.
Por un nuevo referente
Afirmó que los éxodos apuntan a la generación de un nuevo referente de derecha, que será la oposición al gobierno de Bachelet, y cuyo centro ideológico será "de liberalismo cristiano con base en el modelo económico''.
A juicio de Quiroga, en tanto, esta fuga es útil para el mandatario aunque Amplitud sea todavía "un movimiento instrumental cuyo destino político se desconoce''.
Sin embargo, precisó que la crisis también radica en que Renovación Nacional "es una colectividad que se construye en base a personalismos y con una visión conservadora que no incorporó los cambios que la sociedad ha plasmado en los últimos años".
Con todo, la aparición de un nuevo referente de derecha posibilita un cambio en el sistema de partidos chileno que, por primera vez en décadas, podría retornar al multipartidismo tradicional en Chile hasta antes de la dictadura militar (1973-1990).
A esto contribuiría una eventual reforma de la constitución y el sistema electoral binominal, uno de los puntos centrales del programa de gobierno de Michelle Bachelet. El sistema binominal, que data de la dictadura de Augusto Pinochet, ha consagrado la formación de dos grandes bloques políticos en los que virtualmente ninguno de ellos puede imponerse al otro y que dificulta la elección de sectores minoritarios e independientes.
Analistas consultados por The Associated Press coincidieron en que esta fuga es funcional y útil para el mandatario, quien no esconde su interés en postularse a una nueva elección en 2017.
En medio de un tenso Consejo Nacional de Renovación Nacional, que se realizaba ayer en Santiago, el recién electo senador de Renovación Nacional Manuel José Ossandón dijo que "dejar una institución es un error político inmenso. Esto es claramente Piñera 2017", señaló.
Ossandón ha criticado al mandatario por su interés en postularse para las próximas elecciones presidenciales.
El analista Guillermo Holzmann afirmó que si bien la crisis afecta a los dos partidos que componen el oficialismo, en Renovación Nacional es más pública y, por lo tanto, se hace más evidente.
La ultraderechista Unión Demócrata Independiente, en cambio, "es mucho más hegemónica", por lo que su crisis se debate en ciertas esferas internas, explicó la especialista en ciencia política Francisca Quiroga, de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales.
Cuando faltan menos de dos meses para el término del primer gobierno de derecha democráticamente electo desde 1958, las críticas cruzadas entre la administración de Piñera y algunas figuras destacadas de su coalición política se han desatado en los medios y la prensa.
Los cuestionamientos apuntan a que el mandatario, con su estilo personalista de gobernar, no contribuyó lo necesario para que el oficialismo obtuviera un mejor resultado en las elecciones presidenciales de diciembre en las que la candidata Evelyn Matthei, de la Unión Demócrata Independiente, obtuvo un 37,83% de los votos contra 62,16% de la socialista Michelle Bachelet.
En el parlamento, no fue distinto: la derecha perdió 500.000 votos y nueve diputados.
El propio Piñera anticipó "cuchillos afilados'' en su sector tras la elección y el presidente de la Unión Demócrata Independiente, Patricio Melero, calificó al mandatario y a su gobierno de "cómplices'' de la derrota electoral.
En medio de la polémica, tres parlamentarios renunciaron a Renovación Nacional para formar el movimiento Amplitud y el viernes hizo lo propio la diputada Lily Pérez, quien fuera la vocera de la campaña de Matthei y una histórica militante de la colectividad.
Anteriormente, resonó el éxodo de otros dirigentes como Antonio Horvath, quien manifestó su cercanía con el programa de Bachelet.
Según analistas, al menos cuatro ministros del gabinete de Piñera esperan que culmine el gobierno para renunciar también a la colectividad.
Para Holzmann, quienes renunciaron a Renovación Nacional son disidentes del partido, pero principalmente cercanos a Piñera, que lo apoyan frente a las críticas.
Por un nuevo referente
Afirmó que los éxodos apuntan a la generación de un nuevo referente de derecha, que será la oposición al gobierno de Bachelet, y cuyo centro ideológico será "de liberalismo cristiano con base en el modelo económico''.
A juicio de Quiroga, en tanto, esta fuga es útil para el mandatario aunque Amplitud sea todavía "un movimiento instrumental cuyo destino político se desconoce''.
Sin embargo, precisó que la crisis también radica en que Renovación Nacional "es una colectividad que se construye en base a personalismos y con una visión conservadora que no incorporó los cambios que la sociedad ha plasmado en los últimos años".
Con todo, la aparición de un nuevo referente de derecha posibilita un cambio en el sistema de partidos chileno que, por primera vez en décadas, podría retornar al multipartidismo tradicional en Chile hasta antes de la dictadura militar (1973-1990).
A esto contribuiría una eventual reforma de la constitución y el sistema electoral binominal, uno de los puntos centrales del programa de gobierno de Michelle Bachelet. El sistema binominal, que data de la dictadura de Augusto Pinochet, ha consagrado la formación de dos grandes bloques políticos en los que virtualmente ninguno de ellos puede imponerse al otro y que dificulta la elección de sectores minoritarios e independientes.
Fuente: Los Andes Online
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