miércoles, 2 de julio de 2014

Defensa: avanza en el país la fabricación de sofisticados drones
Por Martín Dinatale
 
 
Crédito: defensasur.com.ar

El Gobierno avanza sigilosamente en el desarrollo de drones o aviones no tripulados de industria nacional mucho más sofisticados que los fabricados hasta ahora y, pese al carácter reservado, el proyecto ya activó algunas alarmas entre especialistas.

Las fuentes oficiales dicen que los aparatos tendrán fines pacíficos: harán tareas de monitoreo en todo el territorio nacional bajo la dirección del Ministerio de Defensa, la empresa estatal Invap y, en menor medida, la Cancillería.

En la Casa Rosada y en el Palacio San Martín dijeron a LA NACION que los planes de fabricación de drones "son un hecho" y que no participarán otros países, salvo que se necesite algún componente importado.

La intención del Gobierno es desarrollarlos para tareas científicas y de vigilancia en las fronteras y en otros lugares del país. De todos modos, no está claro el uso específico que se les daría y hubo advertencias a Defensa de parte de especialistas por la falta de regulaciones y por el alcance real que puedan tener estos planes.

En el Gobierno aseguran que la fabricación de drones categorías 2, 3 y 4 serán "sólo para uso pacífico".

Por el nivel de categoría que tendrán estos drones de fabricación militar no podrían transportar misiles o armamentos sofisticados, como lo hacen algunos países desarrollados en zonas de conflicto de Medio Oriente o de Asia.

No obstante, serán aviones no tripulados más complejos que los EA Lipan M3 para tareas de vigilancia que se desarrollaron en 2007, el Lipan XM4 que usó el Ejército en 2012, el PAE 22365 o el Ara Guardián elaborado por la Armada Argentina.

Según pudo reconstruir LA NACION de diversas fuentes oficiales, el proyecto del Ministerio de Defensa y el Invap para la fabricación de drones es a largo plazo y como "estrategia de defensa nacional". Los funcionarios consultados aducen que se podrán usar para "monitoreo de fronteras, pandeos fotográficos y búsqueda de materiales diversos".

Los drones de fabricación nacional bajo Categorías 2, 3 y 4 se ajustarán al régimen internacional de tecnología misilística que la Argentina suscribió en 1993. Este tipo de aviones no tripulados cumplirían así los estándares permitidos internacionalmente y serían legales, según destacan en la Casa Rosada.

No obstante, en la Argentina no existe una ley que regule la fabricación y el uso de drones. Por esto el control y destino de estos artefactos hoy es materia de discusión.

"Es importante abrir un debate sobre el uso de este tipo de tecnologías. Pero también hay que tener en claro que no podemos permitir que la imposición de un discurso de algunos países desarrollados termine jugando en contra de los proyectos nacionales de cada país", dijo a LA NACION el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Así, el jefe de la cartera de Defensa confirmó la decisión del Gobierno y del Invap de desarrollar drones más sofisticados en lo inmediato. La empresa Invap es una sociedad del Estado creada en 1970 a partir de un convenio firmado entre la Comisión Nacional de Energía Atómica de la Argentina y el gobierno de Río Negro.
 
Advertencias

Los dichos de Rossi sobre la necesidad de generar un debate desde el plano de los países no desarrollados no fueron pronunciados al azar. Es que hace un mes se dio a conocer un documento que elaboró un grupo de 40 académicos y especialistas en defensa y política internacional, en el que advirtieron al Consejo de Defensa Sudamericano y al propio Rossi sobre los peligros del uso de aviones no tripulados para la región sin regulaciones.

En ese documento, que este diario publicó, los firmantes señalaron que en el mundo "los drones se han convertido en un recurso letal para llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales, afectando notoriamente el Estado de Derecho en los países que recurren a ese medio". El texto, que llegó a manos del ministro de Defensa, lo firmaron, entre otros, Juan Gabriel Tokatlian, Fabián Bosoer, Agustín Colombo Sierra, Nicolás Comini, Carlos Gabetta, Verónica Giordano, Fabián Lavallen, Daniel Romano, Mirka Seitz, Manuel Ugarte y Horacio Verbitsky.

Allí destacaban que estos aviones no tripulados ya son parte de una "lucrativa y poco transparente industria militar que carece de controles internacionales" y que apunta a la masificación de sus ventas. El negocio de los drones crece cada año. Según las publicaciones especializadas en defensa, entre 2014 y 2015 se invertirán más de US$ 81.000 millones en ese mercado.

Tokatlian expresó a LA NACION que si el proyecto de fabricación de drones se realiza bajo la supervisión del Invap y no con empresas privadas sería una garantía de seriedad. No obstante, opinó que "hay que seguir bien de cerca este tipo de iniciativas y generar un debate".

Al parecer, la discusión sobre la utilización de aviones no tripulados en América latina no se dará en la cumbre de ministros de Defensa de la Unasur que se hará en agosto en Perú. "No está en el temario y no creo que lo esté por ahora", dijo tajante Rossi.

En países como México, Perú o Colombia el uso de drones ha llamado la atención de organismos de derechos humanos.En la Argentina, el debate sobre el uso de drones es incipiente. El diputado nacional Agustín Portela (UCR-Corrientes) presentó un proyecto de ley para modificar el artículo 36 de la ley del Código Aeronáutico Nº 17.285, a fin de regular el uso de los drones, con el fin de preservar la seguridad. Pero por ahora no se pasó de ese debate.


Con los drones, la ciencia ficción llegó para monitorear los cultivos
Se incorporan plataformas volantes no tripuladas montadas con cámaras fotográficas para conocer mejor la variabilidad de los lotes; también detectan rápidamente ataques de plagas y enfermedades
Por Andrés Méndez
 



Desde que empezaron a utilizarse las herramientas de agricultura de precisión, las imágenes satelitales tomaron protagonismo.

Al principio se usaban aquellas imágenes que no tenían un costo tan elevado (Landsat 7 o Landsat 5), la información relevada era muy útil, pero la captura de imágenes se hacía cada 8 días dado que el satélite demoraba esa cantidad de días para regresar al mismo punto y muchas veces el factor climático no permitía buenas tomas para definir manejos en los cultivos.

Dada la problemática de conseguir las imágenes en el momento oportuno es que surgieron algunas empresas que comenzaron a sacar fotografías aéreas desde aviones tripulados y entregando la información ya procesada para poder realizar el análisis agronómico correspondiente. Esta actividad fue desarrollada y dio buenos resultados agronómicos, pero en algunos casos el factor costo y logística para sacar las fotografías en vuelos programados era una limitante que aún se incrementaba cuando se quería hacer un seguimiento de los cultivos haciendo varios relevamientos en su ciclo.

Posteriormente surgieron las plataformas no tripuladas UAV o también equipamientos que hoy conocemos como drones, que son equipos propulsados por varias hélices y que pueden montar diversos tipos de cámaras fotográficas y filmadoras de alta definición que, dependiendo de lo que se desee realizar, deberían tener mejores prestaciones.

Otro avance importante se dio cuando a estas plataformas se les integro un GPS que permite direccionarlas bajo un recorrido preestablecido que se desee realizar en el campo y no estar dependiendo del buen manejo del piloto que la comanda desde tierra con un control remoto.

Dentro de las plataformas de trabajo se desprendieron varias opciones que van desde los aviones a los cuadricópteros, pasando por zeppelin con motor, helicópteros, entre otros. Es un factor muy importante lograr estabilidad en el vuelo y en la cámara filmadora o fotográfica para que las imágenes salgan con la mayor calidad posible para su análisis.

Actualmente hay dos grandes limitantes para esta tecnología: en primer lugar, los pilotos que deben estar capacitados para hacer que el equipo vuele de la mejor manera, para lo cual empieza a tener mayor importancia un sistema totalmente automatizado, y la otra limitante es el procesamiento de los datos según lo que se desee hacer posteriormente en el campo.

Existen sistemas de drones equipados con GPS que pueden salir desde una base, realizar el vuelo ya prefijado con un software y una vez terminada la tarea, pueden volver a la base para cargar nuevamente la batería y quedar listos para el próximo vuelo. A su vez los vuelos pueden estar prefijados en día y hora para la próxima salida y hasta contemplar los datos de alguna estación meteorológica que habilite el vuelo en tiempo real según condiciones del clima.

Todos estos equipos son muy llamativos y generan cierto marketing para las empresas que lo poseen, pero lo más importante es que su utilidad aún no está del todo definida y eso abre muchas posibilidades y potencialidades futuras.

Muchas de las empresas del sector agropecuario adquirieron drones para dar resultados agronómicos en lo que puede referirse a conocer mejor la variabilidad de los lotes, realizar un seguimiento de los cultivos de mejor manera y con mayor posibilidades de encontrar problemas rápidamente como puede ser un ataque de plagas y enfermedades, sectorizar ambientes de malezas, detectar fallas de siembra o fertilización si las hubiese, o para hacer una simple recorrida a campo desde la altura en momentos donde es difícil caminar por los cultivos.

Actualmente muchas de las empresas que los compraron, además de ofrecer estos servicios agronómicos, están amortizando el equipamiento realizando filmaciones en deportes, eventos, trabajos para empresas petroleras y planificación de barrios.

En lo que se refiere a usos agronómicos, todavía no hay un uso masivo de estas tecnologías montadas en drones, pero si se logra abaratar el proceso, mejorar los diagnósticos y actuar en consecuencia, seguramente se harán más masivos en el corto plazo.

Ante la posibilidad de adquirir una herramienta de estas características, es importante saber qué equipamiento debería ir montado en los drones, dado que de eso dependerá la decisión agronómica a seguir con la información recolectada.

En un trabajo realizado por INTA Manfredi se pudo detectar una muy buena correlación entre el dato logrado en la medición por una cámara multiespectral montada en un avión con respecto a la medición tomada con el sensor activo Green Seeker montado en una pulverizadora.

Eso estaría indicando que con el uso de un dron, en menor tiempo se podría relevar un área y estar aplicando una fertilización, ya sea promedio a nivel de lote o variable según ambientes en momentos más avanzados de los cultivos, lo cual empieza a ser una alternativa más respecto al manejo de los insumos en tiempo y forma.
 
Drones para todos los gustos

¿Cuánto cuesta un dron?

Puede costar desde 500 hasta 70.000 dólares, dependiendo del peso y estabilidad que se quiera tener. Por lo general en los drones el precio aumenta según la cantidad de motores que posee. Si tiene cuatro motores sustenta un peso determinado, y si tiene ocho motores el peso será mayor y logrará más estabilidad.

¿De qué está hecho el dron?

Pueden ser de plástico, fibra de vidrio, aluminio, hasta de una especie de gomaespuma densa.

¿Qué tecnología usa para movilizarse?

Depende de la plataforma que se utilice, pero está basado en motores eléctricos que hacen girar las hélices.

¿Qué tipo de cámara suele incorporar?

Las cámaras que se les pueden montar pueden ser desde las básicas tipo Go Pro, a cámaras de fotos comunes o pasando a cámaras multiespectrales, térmicas, según lo que se desee lograr procesar y conocer de los cultivos en el caso que se use con fines agrícolas.

¿Cómo toma la foto?

A las fotos las toma mediante sincronización con un GPS y quedan todas las fotografías geoposicionadas y formando mosaicos, con lo cual se logran mapas. Posteriormente se baja en una PC con un software y se las van juntando una con otra.
 
El autor es técnico del INTA Manfredi


La recorrida por el lote ahora se puede hacer desde el aire
Dos empresas ya ofrecen múltiples servicios para la agricultura con el uso de drones
Por Fernando Bertello
 
 

Esta semana, una pizzería del noroeste de Rusia dio la nota. Para hacer sus entregas, utiliza drones, las plataformas no tripuladas que van desde aviones hasta equipos con varias hélices. Las pizzas llegan a los clientes literalmente desde el cielo. Aquí, por ahora no se conoce que una pizzería haga lo mismo. Pero hay empresas que tomaron la delantera para brindar servicios en agricultura. Y la tradicional recorrida a pie por un lote para evaluar el cultivo ahora se puede hacer virtualmente desde el aire.

Una de las firmas que prestan servicios es Estudio G&D. Esta empresa ensambló un dron comprando las partes en varios países y desarrolló un software propio. Además, adquirió listo para usar un cuadricóptero.

A partir del dron esta empresa brinda los siguientes servicios: detección de malezas sobre rastrojos, estimación de rinde, seguimiento del cultivo a partir de imágenes multiespectrales (NDVI), estimación de daños climáticos (heladas, granizo, viento), detección de enfermedades, insectos y malezas en el cultivo.

Por otra parte, hace vuelos para obtener videos full HD o ahora llamados 4K. Esta alternativa tiene por objetivo reemplazar la tradicional recorrida a campo para realizarla desde el aire.

"Esto permite tener una visión extremadamente detallista donde podemos evaluar muchos aspectos del cultivo, tales como malezas, calidad de la emergencia, fallas, problemas de enfermedades o insectos, calidad de siembra, áreas anegadas, entre otras cosas, con la posibilidad de pausar el video y analizar todo esto con detenimiento, y volver para atrás para ver áreas donde nos quedan dudas. A su vez, el video está georeferenciado, por lo que todos los problemas que detectemos luego pueden ser reconocidos a campo para su corrección", dijo Mariano Delbuono, de Estudio G&D.
 
Otro caso

Otra de las empresas que hicieron punta es Aerial 360 Studio. Su propietario, Gonzalo Saleme, compró un octocóptero en los Estados Unidos a través de un importador y un hexacóptero vía Internet por partes.

"Está en nuestros planes adquirir una cámara termográfica para ofrecer a productores un servicio de agricultura de precisión o manejo localizado. La idea es utilizar los drones para obtener imágenes térmicas y también imágenes multiespectrales de los cultivos con una definición muy superior a la que ofrecen los satélites", contó Saleme.

Con esta tecnología se pueden generar mapas de diversas variables agronómicas para evaluar el estado hídrico, enfermedades, malezas, etcétera.

"Esto le permite al productor elaborar estrategias eficientes dependiendo de las necesidades reales de cada zona de cultivo para ahorrar en insumos, aplicar dosis adecuadas de fertilizantes o para conservar el agua de riego y evitar el deterioro de los campos", agregó.

A Saleme lo comenzaron a llamar productores que primero necesitaban fotografías aéreas de sus campos pero que ahora están viendo la veta de la tecnología para otros usos. Cree que es una herramienta que ayudará a optimizar la producción.
 
El costo de tener el servicio

Valores según lo que se pretenda contratarEl motovelero dron logra sobrevolar unas 1000 hectáreas por vuelo. El costo para quien contrate la tecnología varía según el servicio. No obstante, la realización de video full HD más imágenes de alta resolución tiene un costo de US$ 1,5/ha más IVA. En tanto, la detección de malezas está en el orden de los 4 a 5 dólares/ha más IVA, dependiendo de la superficie a volar.
 
Fuente: lanacion.com

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