sábado, 25 de julio de 2015

El lugar donde duermen los volcanes
Desde septiembre hasta abril es el mejor momento para visitar esta región única de Mendoza. Hoy, un recorrido por La Payunia.

por Flavia Noceti

(Foto www.payuniapatrimonio.com.ar)

Payunia, Payún o Payén palabras con las que fue nombrado esta porción del sur de Malargüe: en la lengua nativa significan sitio donde se halla el cobre. El nombre le fue dado por los pehuenches, aquellos antiguos habitantes que hicieron de esa geografía de coirones, ceniza volcánica y escoriales su casa. En 1982, con el nombre de El Payén, el territorio fue declarado Reserva Natural.

Sus campos de lava, que conforman un paisaje único con aproximadamente 800 conos volcánicos en una superficie de 450 mil hectáreas, dan muestra de la intensa actividad que alguna vez tuvo esta región. Esta zona posee todas las variedades volcánicas expuestas y es el único lugar donde se concentran las erupciones más jóvenes, menores a diez mil años de antigüedad.

Por su variedad de especies animales y vegetales la región pertenece a la provincia biogeográfica de Patagonia y en ella reina el guanaco: camélido que se alimenta de hierbas y tuvo la capacidad para adueñarse de esa tierra y convertirla en el mayor reservorio de la especie en la región cuyana. Se calcula que la población supera los 11 mil ejemplares, que van y vienen en busca de franjas más ricas en alimentos. Esta gran comunidad comparte la región con choiques, piches, vizcachas, zorros y maras, que apenas pueden esconderse entre los arenales y los arbustos en un suelo poblado de jarillas y junquillos.

Los volcanes de La Payunia

De todos los volcanes identificados en estas tierras, sólo unos pocos tienen nombre. El más emblemático y elevado es el Payún Liso, de 3.680 metros. Con su forma cónica perfecta, apenas nevada, es el que más se acerca a la popular representación de volcán.

El otro famoso es el Payún Matrú. Lo impactante de este volcán es su caldera de nueve kilómetros de diámetro, que se produjo luego de que una erupción lo hiciera colapsar. Se quedó sin pico, y en su interior se formó una laguna de aguas cristalinas que es meta de escaladores.

Pero hay muchos otros, anchos y chatos, deformes y ondulados, tan dispares como los tonos ocres, lilas y rojos que marcan los valles y colinas, producto de la oxidación de los minerales.

El volcán Morado es muy atractivo, porque permite caminar hacia el cráter. Sus bordes perdieron filo y quedó abierto, como una gran depresión.

La ciencia considera que estos volcanes están activos porque han tenido movimiento en los últimos diez mil años. En 1932 el volcán Quizapo –cerca del límite con Chile– entró en erupción y los puesteros creyeron que llegaba el fin del mundo por lo negro que se puso el cielo. Desde aquella vez no se sienten rugidos y lo que abunda es el silencio y las huellas del fuego: grandes extensiones de lava endurecida aparecen cada tanto y a veces parecen cintas que dividen los valles.

Tips

*Es imprescindible que el vehículo sea alto y tenga un buen despegue del suelo. No es necesario que sea 4x4 pero sí bien alto. También se recomienda llevar un bidón de nafta, porque en la ruta no hay donde reabastecerse.

*Llevar agua, comida, abrigo, protector solar, gorro y zapatillas de trekking. Dentro de la Reserva no existe ningún servicio.


Fuente: payuniapatrimonio.com.ar

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