lunes, 30 de mayo de 2016

Mendoza: En Las Heras se puede construir con tierra cruda
El Concejo Deliberante aprobó una ordenanza y desde el Área de Desarrollo Rural del municipio buscan implementar un proyecto de barrios ecoproductivos.

por Sandra Conte 

En Uspallata una casa utiliza la denominada quincha. 

Luego del terremoto de 1985, que causó que muchas viviendas antiguas se vinieran abajo o quedaran seriamente dañadas, se prohibió el uso de adobe. Con el tiempo, distintas investigaciones mostraron que el problema no era el uso de tierra cruda sino el sistema constructivo utilizado en la edificación.

Las Heras es el primer municipio en aprobar una ordenanza que permite la construcción con técnicas mixtas y planean implementarla en las zonas rurales.

Leandro Vélez, quien desde hace unos meses es jefe del Área de Desarrollo Rural del municipio, explicó que presentó el proyecto en el Concejo Deliberante hace cinco años. Es que él, como arquitecto, ha dirigido varias obras construidas con este sistema y destaca que son ecológicas y más económicas que las de construcción tradicional.

Desde la Municipalidad tienen previsto iniciar un plan de descentramiento territorial. Es que 90% de la extensión del departamento es rural y apenas 10% urbana, pero 80% de la población se concentra en esta última. El obstáculo para lograr que más habitantes vivan en la periferia es la infraestructura de servicios.

Vélez resalta que han pensado que las viviendas de barro incorporen el uso de energía solar y la reutilización de efluentes, para lo que ya han tomado contacto con algunas empresas que podrían proveer estos servicios. Además, cuentan con la ventaja de que para construirlas se utilizan materiales de la zona -tierra, paja, madera- y promueven el asociativismo porque es posible la autoconstrucción.

El proyecto contempla crear en Las Heras una "red de barrios ecoproductivos rurales". Para ello, también trabajan en conjunto con el INTA para que los pobladores puedan abocarse a tareas agrícolas, con la finalidad de brindar acompañamiento y lograr que esa producción encuentre mercados. Con esto, señaló Vélez, se pondría un freno a la especulación inmobiliaria y se generarían nuevos cinturones verdes en torno a las áreas urbanas.

El primer distrito en el que desarrollarían esta propuesta es Uspallata. Aunque serían emprendimientos estatales, Vélez resaltó que existen financiamientos nacionales e internacionales para promover la arquitectura bioclimática.

Ante los reparos que muchos tienen al escuchar la palabra “barro”, ya que se lo identifica con el adobe, el arquitecto resalta que los huarpes utilizaban técnicas mixtas y por eso se trata de recuperar saberes ancestrales. Añadió que en el mundo hay unos 60 métodos constructivos con tierra cruda y que se pueden dividir en dos grupos: aquellos en que el sistema es autoportante y los que tienen una estructura independiente.

Las autoportantes, como el adobe y el tapial, son edificaciones que se sostienen a sí mismas sin columnas ni vigas, por el intertrabado de los materiales. De todos modos, detalló Vélez, un relevamiento que se realizó desde la Universidad de Mendoza sobre unos 70 ejemplares antiguos, que han quedado en pie, mostró que en general se trata de edificios que contaban con refuerzos adicionales.

En cambio la técnica mixta combina una estructura independiente, metálica o de madera (flexible), y la quincha - barro con paja de unos 10 centímetros de largo mínimo- se usa únicamente para el cerramiento. Asimismo, se utilizan fundaciones tradicionales.

Vélez destacó que la ordenanza -hay antecedentes en San Carlos y Lavalle- permite que no sólo los particulares construyan de este modo, sino también el Estado.




Ensayos de laboratorio mostraron buena resistencia

Graciela Maldonado, directora del Ceredetec (Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica, de la UTN), comentó que tuvieron una tesista doctoral que realizó estudios de laboratorio sobre el modelo que presentaron y que sirvió de antecedente para la ordenanza de Las Heras.

La ingeniera indicó que tuvo el nivel de resistencia esperado y aceptable, aunque no comparable con una vivienda de construcción tradicional, pero que se compensa con ventajas desde el punto de vista térmico, ya que la quincha es buen aislante y, por eso, puede considerarse una alternativa de construcción sustentable.

Sin embargo, señaló que se utiliza mucha madera que en la provincia es costosa y que deben tenerse ciertos cuidados, como una terminación que proteja la madera de termitas y, a la caña, de vinchucas.  



Fuente: Los Andes

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