jueves, 19 de enero de 2017

Mendocinas premiadas en investigación de energías limpias
Fabiana Gennari y su equipo de investigadores del Centro Atómico Bariloche diseñaron un método para producir y almacenar hidrógeno y capturar el dióxido de carbono. Del grupo ganador participaron dos científicas de la provincia.

por Zulema Usach 


El trabajo de la ingeniera Gennari y de su equipo ganó el premio “L'Oréal-Unesco por las Mujeres en la Ciencia”. | Gentileza CONICET


Frente a un contexto mundial y nacional que exige cambios tendientes a controlar el efecto invernadero y sus problemáticas asociadas, como el calentamiento global y el cambio climático, la investigación de un grupo de científicos del Centro Atómico Bariloche de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), tiene una doble propuesta: generar y preservar energía a base de hidrógeno, por un lado, y captar el dióxido de carbono, por el otro.

El equipo de investigadores es liderado por la ingeniera química y doctora en ingeniería Fabiana Gennari. Su trabajo mereció hace unos días el premio “L'Oréal -Unesco por las Mujeres en la Ciencia”, un reconocimiento que se entrega cada dos años en el país e implica la entrega de 250 mil pesos que serán destinados a reforzar la formación y la compra de recursos destinados a la ciencia.

Vale decir que el hidrógeno no puede ser hallado en forma suelta o directa en la naturaleza y si bien es utilizado en diferentes procesos industriales, para producirlo se recurre a combustibles de origen fósil. En ese sentido, los hallazgos de Gennari y su grupo de colaboradores, buscan aportar una salida viable para evitar que la contaminación continúe con su impacto devastador en el planeta, no son menores.

De hecho, se trata de una investigación profunda que la experta comenzó hace más de una década y que propone entre otros aspectos, utilizar agua y etanol, (obtenido a partir de la fermentación de residuos orgánicos o biomasa) para producir hidrógeno. Este a su vez, se almacena en “esponjas” nanoestructuradas; matrices sólidas de compuestos denominados “hidruros”.





“De este modo, la energía queda conservada para cuando sea necesario utilizarla”, explica Gennari e ilustra que en lugar de utilizar combustibles derivados de fósiles de este modo es posible además, optimizar energías renovables, como el sol o el viento.

Pero para que el círculo de producción de energía limpia quede completado, el grupo de científicos pertenecientes a diferentes especialidades diseñó la construcción de un catalizador nanoestructurado destinado a utilizar y almacenar el hidrógeno hasta el momento de su demanda.

Aparejado a este proceso, se puso en marcha una investigación paralela que descubrió la forma de captar el dióxido de carbono, que además de estar presente en la atmósfera, podría derivar del proceso de producción de hidrógeno.

“Como el objetivo final es justamente evitar que haya fuentes de contaminación con dióxido de carbono, fue muy importante elaborar un método para captarlo”, detalla la investigadora principal del Conicet y docente del Instituto Balseiro.

Fue así como, movilizado por encontrar la respuesta, el equipo logró desarrollar materiales nanométricos que permiten capturar el dióxido de carbono en el sitio donde se genera para transformarlos luego en precursores químicos (metanol) que luego podrán ser reutilizados por la industria (la del plástico, es una). Este último proceso, detalla, también se logra mediante la puesta en marcha de los catalizadores.

Para explicar la sustentabilidad de los descubrimientos, Gennari detalla que por ejemplo, la propiedad para producir hidrógeno podría aplicarse en una primera instancia en aquellas localidades que no cuentan con tendido eléctrico. En tanto que la captura y reconversión del dióxido de carbono se realiza mediante “óxidos mixtos”, que son como “caracolas” factibles de emitirse a la atmósfera en forma de polvo.

Justamente, fueron dos mendocinas quienes pusieron todo de sí para formar parte del equipo de Gennari y aportar sus conocimientos a la investigación general. Alejandra Carbajal Ramos -doctora en Ciencias de la Ingeniería del Instituto Balseiro- y María Laura Grasso -licenciada en Ciencias Básicas con Orientación en Química y becaria del Conicet- viven actualmente en el Instituto Balseiro (San Carlos de Bariloche).

Mientras que la primera fue quien llevó adelante los estudios para fabricar el catalizador destinado a producir hidrógeno, la segunda desarrolló la experiencia de captar el dióxido de carbono.

“Es fundamental y urgente que Argentina y todos los países del mundo disminuyan sus emisiones de dióxido de carbono. por eso lo que buscamos es lograr una independencia respecto de su utilización apelando a otras fuentes de energía”, expresa la mendocina egresada de la Facultad de Ciencias Aplicadas de la UNCuyo.

María Laura Grasso, por su parte, ha focalizado su tesis doctoral en la captura del dióxido de carbono. “Mi preocupación está centrada en los gases de efecto invernadero”, destaca. 
 
 
 
 
Fuente:  Los Andes

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