sábado, 6 de mayo de 2017

¿Qué diferencia hay entre meditación y mindfulness?
EFEsalud explora qué es la meditación y para qué sirve y analiza sus diferencias con el mindfulness desde la experiencia de Lama Tashi Lhamo, una maestra inscrita en el linaje Kagyu del budismo tibetano, que este fin de semana imparte un seminario en Madrid. En él explica las bases de la práctica de la meditación Shamata-Mahamudra desde su propia metodología, encaminada a estabilizar la mente para alcanzar la claridad o lucidez y la apertura, a través del autodescubrimiento

por Javier Tovar 

Lama Tashi Lhamo imparte uno de sus seminarios/Foto facilitada por la maestra

La meditación es un nombre general que engloba muy diversas técnicas: se pueden usar visualizaciones, la mente analítica, procesos de pensamiento positivo, y trabajos de estabilización mental o indagación sobre los procesos de la conciencia. El mindfulness o atención plena es un tipo de meditación.

Dos precisiones iniciales: “el budismo sigue una línea más de investigación que de creencia”; y “no hay que confundir el budismo con la psicología, aunque tienen cosas en común”, según recogen los documentos con los que se trabajará en el seminario.

“Los lamas, al llegar a Occidente hace muchos años, comentaban que les era mucho más fácil entenderse con los psicólogos que con los sacerdotes, porque los psicólogos se acercaban al conocimiento del individuo a través del estudio de las emociones, de cómo funciona la mente, de los estados de conciencia y demás, que son también el campo de exploración de la tradición budista”, se aclara en estos documentos. “No obstante, aunque ambas disciplinas exploran el mismo campo, la finalidad del budismo es que la persona descubra su naturaleza esencial, despierta o búdica, que está ahí desde el principio”, se añade.

Lama Tashi Lhamo, española, maestra de meditación, realizó bajo la dirección de Kalu Rinpoché el retiro tradicional en clausura de tres años, tres meses y tres días, en Francia, entre 1984 y 1988, necesario para alcanzar la categoría de lama. Desde entonces ha continuado perfeccionando sus conocimientos e impartiendo sus enseñanzas, dirigida por su maestro principal, Khenpo Tsültrim Gyamtso Rinpoché. 

Meditación y mindfulness

Esta maestra nos explica los fundamentos de la meditación y sus claves, pero responde con gran interés a nuestra curiosidad por conocer la relación que tiene con el mindfulness, una práctica que en los últimos años se ha abierto paso como técnica muy popular en Occidente y que se ha situado como un vector en las escuelas de psicología.

“El mindfulness —dice Lama Tashi Lhamo— es meditación, y está tanto en el budismo como en el hinduismo. Es la primera técnica de meditación que se aprende, a la que se llama ´shamata´ en sánscrito o ´shiné´ en tibetano, y tras la que se va hacia prácticas más avanzadas. Se ha extraído del contexto espiritual y se ha acercado con un lenguaje psicológico a Occidente. Se ha hecho muy accesible porque se ha sabido presentar bien”.

Lama Tashi Lhamo/ Foto facilitada por la maestra


Tras esta primera apreciación, entra más a fondo en su evaluación: “El asunto, para mí delicado, es que el mindfulness se entiende en algunos ámbitos de un modo únicamente materialista. En ellos se aplica la atención plena a la eficacia y a automatizar procesos. Y es triste que se popularice más para sacar un rendimiento y como un producto de consumo, que para estar al servicio del desarrollo pleno de la persona”.

Para esta lama, que valora la influencia positiva que el mindfulness está ejerciendo en la difusión de la meditación, a esta práctica “se le está pidiendo demasiado. Parece que vale para todo. Es un globo que explotará, pero está ayudando a que la gente supere los estereotipos y resistencias que tiene ante la meditación”.

“Cuando se exagera algo, luego se degrada si las expectativas son muy altas. El mindfulness está dirigido al mercado como producto de consumo. Cuidado con exagerar: una cosa es descubrir que el mindfulness puede ser estupendo, y otra pensar que es la solución para todo”, matiza. “Hay una diferencia importante entre el mindfulness que se ha extendido en Occidente y el mindfulnes de la meditación. Este último requiere una actitud altruista y busca el despertar espiritual”. 

Meditación: los marines y el ejemplo de la serpiente y la soga

Los tiempos que se manejan en la meditación son lentos, sus objetivos no se dirigen al mercado y su centro es el conocimiento de la persona. “¿Qué es entonces la meditación?”, preguntamos a Lama Tashi Lhamo.

“La meditación comienza con una práctica de atención plena en la que la persona toma contacto en el aquí y ahora con su pensamiento y percepción, con el objetivo de estabilizar la claridad y la apertura de la mente con independencia de la agitación mental, sin coacción alguna”, responde.

Meditación. EFE/Raminder Pal Singh
Y pone un símil para contrastar: “Los marines también tienen una atención plena en lo que hacen, pero su atención plena es coactiva y no está al servicio del pleno desarrollo de la persona”.

La maestra prosigue en sus explicaciones sobre la meditación: “La meditación nos hace descubrir cómo somos en realidad, desde un ángulo pleno de paz y bienestar, sin confrontación, sin coacciones, desde la vía del autodescubrimiento. Actualmente estamos confundidos, y la meditación nos ayuda a descubrir ese hecho y cómo sucede”.

Lama Tashi Lhamo pone este ejemplo tradicional: “Atardece. Hay un sendero, y una soga al final del camino. Pero estamos lejos y es casi de noche. Lo que ves parece una serpiente y reaccionas como si lo fuera. En tanto que pasas miedo, la serpiente existe para ti. No es real, pero para ti sí, es virtualmente real. Tiene la virtud de provocar un efecto en ti sin ser real. Es una percepción errónea”.

“La meditación —prosigue esta maestra— sería acercarte con un palo e investigar si realmente es una serpiente, hasta ver que en realidad es una simple soga”.

“Este descubrimiento no se hace a través del pensamiento. Necesitas un elemento que no sea pensamiento para descubrir la presencia del pensamiento”, añade.

“Para ello al principio hay que fijar la atención en un punto concreto de referencia, como el tacto de los dedos o la respiración, y evitar la distracción del pensamiento”, expone respecto a la manera de meditar. 

Sensibilidad, ternura, apaciguamiento, flexibilidad

Le planteamos a Lama Tashi Lhamo estas palabras y alguna otra, como generosidad o tolerancia, para que establezca la relación que pueden tener o tienen con la meditación.

“Están desvalorizadas, pero una práctica profunda de la meditación no se puede desvincular de ellas. Son palabras que volverán”, pronostica.

En el seminario, la maestra ancla su metodología en el desarrollo de tres aspectos: apertura, claridad y no obstrucción, para hacer frente a otros tres elementos, “los tres velos”, que nublan y hay que despejar: ignorancia, apego y rechazo.

“Al principio, en su confusión, el estudiante concibe que tiene que fomentar su parte buena, y eliminar la mala. Sin embargo, hay que recoger tanto lo que te gusta como lo que no te gusta de ti o de una situación, sin lucha, pero sin eludir el conflicto; y esto permite que la conciencia vea las cosas con más claridad y de forma más limpia”, expone. 

Afinar el instrumento 

EFE/EVERETT KENNEDY BROWN
“La meditación no es crear un estado ideal con el que te identificas, no se puede eludir la confusión. Se trata de despertar a ti mismo, tanto en situaciones gratas como ingratas. Es afinar el instrumento. O mejor, descubrir que no estaba afinado. La afinación real es la capacidad receptiva y perceptiva. La sabiduría no está en el afinado, sino en el proceso de descubrimiento que te lleva al afinado”, sintetiza.

Según explica, “en la meditación no conviene ser autodidacta; hace falta una vía de transmisión con maestros cualificados que ya han recorrido ese camino, han visto que cada cual lo experimenta con constantes comunes, pero con tonalidades distintas, y saben apreciar las señales adecuadas para guiar al estudiante”.

“La meditación es un camino espiritual, pero no es una vía de creencia, sino una vía de conocimiento. No da algo que no tienes, no son cosas aprendidas. Son cualidades que tienes, y que desarrollas o descubres de ti mismo. Te da pautas, pero sale lo que tú eres”, afirma.

“Conviene meditar todos los días, empezando por media hora, mejor por las mañanas”, aconseja.
¿Cuánto tiempo hace falta para que la meditación ofrezca resultados?

A esta pregunta, Lama Tashi Lhamo contesta: “Además del tiempo que se le aplique, tiene que ver con la perseverancia y la confianza de la persona. Es un proceso orgánico, y la práctica ha de acomodarse a las circunstancias de cada cual. Unos van más lentos y a la vez más estables; otros parece que van más rápido, pero luego aflojan, y burbujean, y aflojan y burbujean…”.

La meditación es investigación, exploración, autoconocimiento. La maestra pone otro ejemplo: “Salimos de viaje, y vamos a París. Es crucial saber dónde está París. Pero igual de importante es saber de dónde sales. Si sales de Huesca, o de Berlín, o de Madrid. París está donde está y el destino no cambia, pero la ruta sí. Mucha gente se acerca a la meditación y le importa saber dónde está París, pero no se preocupa de saber su punto de partida. Por eso es tan importante el autoconocimiento para poder alcanzar el destino”.

Lama Tashi Lhamo está convencida de que la meditación irá ganando seguidores con el paso del tiempo y tendrá un efecto positivo en quienes la practiquen y en las personas y situaciones de su entorno. 



Fuente:  efesalud.com

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