domingo, 2 de julio de 2017

Gran Bretaña enfrenta dificultades económicas por el Brexit
Por Peter S. Goodman


Los precios aumentan y los salarios siguen estancados. La calle Oxford Street, en Londres. (Jack Taylor/Getty Images)

Más o menos en estas fechas, Eddie Stamton, un trabajador de la construcción, normalmente estaría haciendo preparativos para volar a un tramo arenoso del Mediterráneo para sus vacaciones de verano. No así este año.

En el año tras el impactante voto de Gran Bretaña para abandonar la Unión Europea, la libra británica ha perdido el 13 por ciento de su valor contra el euro, elevando el costo de las preciadas vacaciones europeas. Los alimentos de otros países —carne, queso, vino— también son más caros, al igual que la gasolina.

La inflación cada vez más acelerada puede ayudar a explicar la asombrosa reprimenda electoral a la Primera Ministra Theresa May y su Partido Conservador gobernante, así como el inesperado fortalecimiento del Partido Laborista en las elecciones parlamentarias. Los consumidores lidian con precios en alza y los salarios no han mantenido el mismo ritmo. La economía se debilita.

El gasto de consumo conforma casi dos tercios de la actividad económica británica, lo que significa que los problemas de las personas comunes pueden tener una influencia decisiva sobre la economía —y la política.

En la docena de años desde que Vaidas Zelskis llegó a Gran Bretaña de su Lituania natal para trabajar como carpintero, su salario ha crecido de unas 120 libras al día (unos 224 dólares a las tasas de cambio de ese entonces) a unas 180 libras hoy, o 233 dólares. Pero en el mismo lapso, sus expensas se han disparado de unas 50 libras por semana a unas 120 libras. 

Más británicos prescindirán de vacaciones europeas al caer la libra. Parques de diversiones en Blackpool. (Andrew Testa para The New York Times)

“Los ricos siempre pueden darse el lujo de comprar lo que quieren”, dijo Zelskis. “Pero la clase media realmente lo siente”.

El salario semanal promedio de Gran Bretaña es más bajo hoy que hace una década después de tomar en cuenta la inflación, señaló Martin Beck, principal economista británico en Oxford Economics, en Londres. Esto es a pesar del hecho de que la tasa de desempleo de Gran Bretaña cayó al 4.6 por ciento en abril, un nivel visto por última vez en 1975.

“Para la mayoría de la gente no ha habido una verdadera recuperación en años”, dijo Beck.

Los sindicatos están debilitados. La economía del trabajo eventual ha reemplazado los empleos de tiempo completo con puestos de medio tiempo y temporales, diluyendo el poder de los trabajadores de exigir salarios más altos. Un exceso de incertidumbres globales —el Brexit, las amenazas del presidente Donald J. Trump de desmantelar instituciones que están en el centro del orden global— pueden haber hecho que las compañías estén renuentes a agregar costos.

La libra más débil le brindó un estímulo a las exportaciones británicas, ya que sus precios se redujeron en comparación a los de sus competidores europeos y estadounidenses. El whisky, el salmón y el chocolate británicos aumentaron sus volumenes de ventas.

Pero Gran Bretaña importa más alimentos de los que exporta. Muchas de las industrias de exportación claves —la automotriz, la aeroespacial y la de los dispositivos médicos— utilizan a proveedores en Europa para componentes. Mientras que la libra débil hace que los precios de sus productos terminados sean más competitivos, también eleva sus costos. 

La libra debilitada ha elevado la demanda de alimentos exportados por GB. Pescado y callo de hacha en Brixham. (Andrew Testa para The New York Times)

La economía también enfrenta la pérdida de empleos bancarios de alto nivel al tiempo que el estatus de Londres como un centro financiero internacional líder confronta los retos presentados por el Brexit. Alrededor de una tercera parte del negocio de la industria involucra manejar transacciones para clientes en Europa. Cuando Gran Bretaña esté fuera de la UE, gran parte de ese comercio podría ser efectivamente ilegal.

Los bancos globales ya están preparando planes para reubicar empleos en otras ciudades de la UE. Gran Bretaña podría sufrir pérdidas de entre 15 mil a 80 mil empleos en los próximos dos años, según estudios.

Jennifer Corbin, una madre de 48 años de cinco hijos que vive en Wembley, en el noroeste de Londres, indicó que su familia recortó gastos, al prescindir su viaje de cada verano a las Islas Canarias, donde el sol es abundante.

“La comida, la vivienda, los viajes. Todo es más caro ahora”, dijo al inicio de un fin de semana de tres días reciente, mientras ella y su familia esperaban un tren a un destino costero más a la mano: la playa de Brighton, en la costa sur de Inglaterra.

Stamton, de 51 años, que vive en el noreste de Londres, votaba tradicionalmente a los conservadores, pero esta vez dio su apoyo al Partido de la Independencia del Reino Unido, que aboga por que Gran Bretaña abandone Europa. Ahora, debido a la caída de la libra, personas como él están cambiando las playas de Grecia por los parques de Londres.  



Fuente: Clarin.com

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