martes, 28 de noviembre de 2017

Submarino: tambalean recortes de Macri a FF.AA.
Reproches cruzados entre oficialismo y oposición por recortes presupuestarios y dudas sobre la reparación de media vida. El incidente obliga a pensar la Defensa por fuera del Excell de Gustavo Lopetegui. Hace menos de un mes se aplicó un recorte de $300 millones a los fondos para gastos operativos de este año.
por Edgardo Aguilera


Rescate. En Comodoro Rivadavia, el general Daniel Brigrada, jefe de la novena brigada, momentos antes de la partida del Sophie Siem, que lleva a bordo el minisubmarino que salió a la búsqueda del ARA San Juan.


La decisión de Mauricio Macri de reformar (ajustar, achicar o recortar caben en la misma acción) a las FF.AA. con la única vara del equilibrio fiscal encontró un obstáculo en la tragedia del ARA San Juan. 

El 30 de octubre pasado la secretaria de Servicios Logísticos y Coordinación Militar para la Emergencia del Ministerio de Defensa, Graciela Villata, envió una nota a los directores de Planes, Programas y Presupuestos (DG3P) de las tres fuerzas armadas. 

En un solo párrafo les trasmitió un recorte de más de $300 millones que se aplicó a la cuarta cuota del presupuesto para funcionamiento y gastos operativos de 2017. El brigadier Alejandro Amoros, el contralmirante Francisco Medrano y el general de brigada Federico Sidders fueron los destinatarios de la mala noticia. 

Son los encargados de los números y su aplicación para que los medios de las tres fuerzas -aviones, buques, submarinos, tanques, helicópteros, batallones de infantería, etc.- puedan operar y adiestrarse de la manera más eficiente y segura. 

"Garantizar y salvaguardar de modo permanente los intereses vitales de la Nación, cuales son los de su soberanía, independencia y autodeterminación, su integridad territorial y la vida y libertad de sus habitantes" para decirlo según la misión que establece la ley a las fuerzas. 

La directiva de Villata tuvo un impacto directo en la operatividad de las tres fuerzas hasta fin de año. ¿Alcanzó a comprometer la travesía que cumplió el ARA San Juan que había zarpado a ejercitaciones con la Flota de Mar? El interrogante pone en jaque a la conducción política del Ministerio de Defensa. Quienes manejan los números dicen que esta 4ª cuota, en rigor, cubriría pagos de facturas de gastos ya efectuados. Graficaron con el ejemplo del combustible: las unidades cargan, lo consumen en las operaciones y se paga con la cuota presupuestaria siguiente. 

Antes, el ministro Oscar Aguad había recibido instrucciones de Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación de Políticas Públicas de la Jefatura de Gabinete: "Tenés que recortar $1.000 millones". 

Astilla del mismo palo, Nilda Garré, presidenta de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y exministra de esa cartera, solicitó una reunión informativa de Aguad con los legisladores para el 6 diciembre. Está en juego la responsabilidad política (puede mutar en penal) de la avería seguida de siniestro con pérdida de vidas sufrida por el ARA San Juan. De un lado dicen que hubo desinversión y siembran la sospecha sobre la reparación de media vida que se hizo en la gestión kirchnerista; del otro que se afectó el mantenimiento por recortes presupuestarios.

Arduo, desvincular la duda sobre la reparación y el mantenimiento del San Juan (si hubo irregularidades) de la guadaña presupuestaria a que fue sometida la Armada al igual que la Fuerza Aérea y el Ejército durante décadas. Al decir de la diputada Elisa Carrió, "la corrupción mata" puede agregarse: "La errónea decisión política también". 

Del 2,5% del PBI en tiempos de Raúl Alfonsín, el presupuesto de Defensa bajó a 1.0% en 2016 y ahora a 0,9% según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). 

La cuestión de la poda se había masajeado en la última reunión de seguimiento de rutina de los temas de defensa que encabezó Macri. Entre las sugerencias para cerrar el grifo y ahorrar, Aguad propuso disminuir la asignación destinada a la logística de las bases antárticas (combustibles, alimentos, herramientas, pertrechos, etc.). De todos los insumos que abastecen las instalaciones antárticas hay dos gravitantes: víveres y combustible (usado para calefacción). También enajenar bienes inmuebles en especial del Ejército, la fuerza que por su despliegue a lo largo del territorio nacional dispone de más instalaciones que la Armada y la Fuerza Aérea. El ojo rematador cayó, entre otros, en el predio aledaño al Regimiento I Patricios donde se ubica un hipermercado. Esbozó la teoría de vender el rezago militar que quede desafectado por obsoleto. Uno no imagina qué país podría interesarse en Mirages desprogramados, en fusiles y ametralladoras agotados de tiros, o en el casco del reflotado y radiado destructor ARA Santísima Trinidad. 

La directriz de la reforma en Defensa pasó por sanear el gasto como si se tratase del balance de una empresa. 

El ministro y los oyentes rara vez vinculan la defensa y su implicancia con los recursos e intereses del país, la mirada estratégica y la conflictividad del tablero global. Frases como "¿para qué quieren aviones para una guerra que no vamos a tener?" o "cuando pidan dinero, piensen que construir un jardín de infantes le cuesta $40 millones al Estado" ilustran el nivel del debate. Una voz que gana espacio en el oído del Presidente suele poner la pica en Flandes, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo. Aunque formado en la Ciencia Política, su aporte pone cierta racionalidad sobre la misión de las fuerzas. 

Pompeo calibró el momento para llamar al embajador de la Federación Rusa y trasmitir la aceptación del Gobierno al ofrecimiento de equipos que alcanzan profundidades de más de 1.000 metros ante la presunción de que el San Juan podría estar asentado a ese nivel en el lecho oceánico.


“Argentina dejó de ser una fuerza militar capaz”, dice una publicación británica
El medio UK Defence Journal destacó en un reciente informe los problemas de las fuerzas armadas argentinas. Qué dijo sobre la práctica de los submarinistas.


Reporte británico sobre el estado de las fuerzas armadas argentinas. Foto:Cedoc

Una publicación británica conocida a nivel internacional en el área de Defensa, UK Defence Journal, destacó en un reciente informe los problemas de las fuerzas armadas de Argentina y sentenció que nuestro país “dejó de ser un fuerza militar capaz”.

El reporte firmado por el analista y consultor Tom Dunlop releva datos propios y de una consultora de inteligencia llamada “IHS Janes”.

En el comienzo del informe destaca que “la Fuerza Aérea Argentina recientemente retiró sus cazas Mirage, manteniendo solo un puñado de ellos volando. También se confirmó que todos los cazas Lockheed Martin A-4AR Skyhawk han sido dados de baja y no serán reemplazados en un futuro próximo. Los problemas no se detienen allí. Las tripulaciones submarinas necesitan al menos 190 días de práctica de inmersión y en 2014 solo pasaron 19 horas sumergidas. Una situación similar enfrentan sus cuatro destructores que no tienen ningún armamento útil”.

En cuanto a las fuerzas terrestres, opinó: “Raramente tienen los recursos para entrenar y están muy poco equipadas, sus kit de armamentos data de los años 70 y es muy escaso. En esta línea, la Fuerza Aérea Argentina consiste en gran parte en una colección de aviones obsoletos que se remonta principalmente a la década del ’70”.

La consultora IHS Janes reveló que “la Fuerza Aérea Argentina está recortando drásticamente las horas de trabajo del personal y está desmantelando su último avión de combate en medio de continuos problemas presupuestarios. Reciente reportes indican que las horas de trabajo del servicio se han reducido significativamente. (…)”. Al analizar esta información, Dunlop subrayó que “esto deja a los militares argentinos con solo un tipo de avión, el IA-63 que es subsónico, de décadas de antigüedad y apenas útil”.

Por último, el documento repasa los intentos de compras de nuevo equipamiento por parte de Argentina.

“Argentina había intentado comprar nuevos Gripen desde Suecia a través de Brasil, pero el Reino Unido lo vetó dado que fabrica una gran cantidad de componentes internos para el avión. También habían estudiado la compra de los JF-17 de China, pero los JF-17 resultaron demasiado caros de modificar. Cuando Barack Obama visitó Argentina en marzo de 2016, Air Force One estuvo acompañado por los F-16 de la Fuerza Aérea de los EE. UU. porque Argentina solo podía ofrecer Pucarás y Pampas para su defensa aérea”, consigna el texto.

Y concluye: “Recientemente, Argentina ha decidido suspender los planes de renovación de los A-4AR Fightinghawks hasta que mejoren los asuntos financieros del país. Citando problemas económicos, el Ministro de Defensa (en ese momento Julio Martínez) dejó en claro que no habría nuevos aviones de combate comprados con el clima económico actual. Esto ha anulado la especulación reciente de que Argentina estaba en conversaciones con Rusia para comprar varios Mig-29”.

La crítica situación en materia de Defensa y Armas de nuestro país no sólo preocupa a los analistas locales sino también, como se evidencia con esta nota, represente sumo interés para los países más lejanos, entre ellos, Reino Unido, con quien Argentina ya tuvo un conflicto bélico.


Cada vez hay más riesgos y deterioro en las FF.AA.
El país tiene hoy la inversión más baja desde el retorno de la democracia; en los últimos años hubo varios casos de averías, en un equipamiento de casi 40 años
por Mariano De Vedia


Un avión Hércules C130 de la Fuerza Aérea Argentina.

Cuando el Ministerio de Defensa estaba en manos de Nilda Garré, a fines de 2008, un suboficial de la unidad de buzos tácticos de la Armada murió durante una práctica de saltos de adiestramiento. El ejercicio había comenzado mal: eran 45 buzos y sólo había 15 paracaídas. Se arrojaron por turnos, plegando los paracaídas para volver a utilizarlos, y uno falló. Quedó flotando la sospecha de si no estaba vencido.

Son riesgos cada vez más cotidianos en las Fuerzas Armadas, que sólo destinan el 4,5% de sus recursos al mantenimiento y reparación de unidades y armas diseñadas, en su mayoría, hace más de 40 años.

La estrechez de fondos para mantenimiento de sus equipos y entrenamiento del personal es un problema que viene de arrastre. Los submarinistas que se forman en Mar del Plata necesitan 190 días de prácticas por año de inmersión y en 2012 -uno de los años más críticos para la Fuerza Naval- apenas estuvieron 19 horas bajo la superficie.

Según datos a los que accedió LA NACION, el armamento y el material bélico de las unidades del Ejército tienen una edad promedio de 38 años. "La mayoría de los vehículos no cumplen las condiciones legales requeridas para circular por una ruta y muchos no pasarían una verificación técnica vehicular", se sinceró una de las fuentes consultadas.

Para 2018, el presupuesto de la Armada crecerá un 40% y llegará a $ 14.989 millones, pero el 87% se consume en sueldos y las partidas para mantenimiento, reparación y bienes de uso, como informó LA NACION el miércoles pasado, decrece.

La Argentina prevé destinar en 2018 al área de Defensa $ 81.522 millones, el 0,9% del PBI. Con esa inversión, según un informe del Banco Mundial, se ubica en el puesto 150, cerca de Eslovenia y Macedonia, en una clasificación de 179 países. Es uno de los porcentajes más bajos de la región y lo superan Paraguay (1,2%), Brasil (1,3%), Bolivia (1,6%) y Venezuela (1,4%), entre otros.




Es el indicador más bajo desde 1983. Con Raúl Alfonsín, cuando el país salía de la dictadura militar, la inversión en Defensa varió entre 2% y 2,5% del PBI; en la presidencia de Carlos Menem bajó a 1,5%, con Néstor Kirchner llegó al 1% y Cristina Kirchner bajó ese umbral.

La falta de inversión genera inquietud por el compromiso asumido por la Argentina para garantizar la custodia del espacio aéreo frente a la cumbre del G-20 prevista para fines del año próximo.

Fuentes castrenses estiman que a fines de 2015 la cobertura de la frontera con un sistema de radarización primaria 3D llegaba al 20% del territorio, cuando Paraguay tenía protegido el 50%, Chile y Uruguay el 90% y Brasil el 95 por ciento.




Navegación y vuelos

Hoy el presupuesto le asigna a la Armada recursos para navegar el tiempo equivalente a 399 días para todas sus embarcaciones. Los especialistas indican que el adiestramiento adecuado del personal naval exige unos 90 días en cada barco. Si la Armada tiene cuatro destructores, nueve corbetas, cuatro avisos, tres transportes, tres buques multipropósitos, dos oceanográficos, dos hidrográficos, una fragata y un rompehielos, tendría que reunir el equivalente a casi 2700 días de navegación. Pero no todas las unidades están en condiciones.

En los últimos cinco años los cuatro destructores -Almirante Brown, Heroína, La Argentina y Sarandí- presentaron problemas de máquinas, la corbeta Espora quedó varada tres meses en Sudáfrica por un desperfecto en tres generadores; la corbeta Spiro sufrió una rotura al tropezar con un banco de arena en Mar del Plata, la Gómez Roca tuvo una avería en la línea de eje cuando se dirigía a participar de una operación en Brasil. Y el destructor Santísima Trinidad se hundió en enero de 2013, por daños en una tubería, mientras estaba amarrado en la Base Naval Puerto Belgrano.




Aunque no hubo casos para lamentar, la Fuerza Aérea tuvo bajas de material y éxodo de personas.

Al finalizar la guerra de Malvinas, contaba con 14 escuadrones de combate: Mirage III E, Mirage 5, Mirage M III C, A4, Pucará, Morane Saulnier, Pampa I, F-86 F Sabre (cada uno formado por 12 aeronaves) y un escuadrón reducido de F-86. En los últimos años se desprogramaron los Mirage y la mayoría de los otros escuadrones y hoy la aviación de combate de la Fuerza Aérea está reducida a escuadrones disminuidos de Pampa II, Pucará y Tucano y una escuadrilla de A4-AR.

"De las 34 aeronaves A4 modernizados en 1996 sólo quedan tres operativos", admitió una fuente .

La escasez de medios en condiciones genera desaliento en el ámbito castrense, como lo muestra el éxodo de casi 400 pilotos en los últimos diez años por los bajos salarios y escasos incentivos en el entrenamiento profesional, ante las dificultades para volar.

Incluso, generó sorpresa la decisión del Gobierno de ceder a la Policía Federal y no a la Fuerza Aérea el avión Lear Jet incautado a Lázaro Báez, teniendo en cuenta el escuadrón especializado que tiene la comunidad aeronáutica.



Fuente: ambito.com, perfil.com y lanacion.com.ar

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