jueves, 29 de marzo de 2018

El James Webb se retrasa a 2020
por Daniel Marín



Se veía venir, pero no por ello es menos grave. Hace menos de un mes anunciábamos por aquí los retrasos y sobrecostes del proyecto astronómico más caro y complejo de la historia, el telescopio espacial James Webb (JWST). Ahora la NASA confirma los peores temores y retrasa el lanzamiento a mayo de 2020. Como mínimo. Recordemos que el James Webb fue inicialmente concebido durante la pasada década como una misión con un coste de unos mil millones de dólares. El proyecto pronto pulverizó estas estimaciones y se colocó en los 3.300 millones. En 2011 el programa había alcanzado la asombrosa cifra de 6.500 millones y seguía subiendo. Ante tamaño desbarajuste el telescopio estuvo a punto de ser cancelado, pero finalmente siguió adelante. Eso sí, el Congreso intervino y fijó un tope legal de 8.000 millones, a los que hay que añadió 800 millones destinados a las operaciones del telescopio una vez en órbita. La fecha de lanzamiento se fijó después para octubre de 2018. El lanzador sería el Ariane 5, no solo por ser un cohete increíblemente fiable, sino porque este vector sería parte de la contribución europea al proyecto.


Telescopio espacial JWST (NASA).

Durante los últimos años el James Webb ha progresado sin sobresaltos, hasta que en septiembre de 2017 se hizo público que se retrasaba el lanzamiento a junio de 2019. La culpa del retraso la tiene una serie de incidentes técnicos que van desde desgarros en el escudo solar a problemas con las válvulas de los propulsores del vehículo y picos de tensión que han frito varios componentes de la aviónica. También se supo que las reservas de tiempo del proyecto casi se habían agotado y solo quedaba un mes y medio de margen, una cifra a todas luces insuficiente y que hacía prácticamente inevitable un nuevo retraso, como finalmente así ha sido. El traslado de la fecha de lanzamiento a mayo de 2020 significa casi con toda seguridad que el James Webb superará la línea roja de los ocho mil millones impuesta por el Congreso (el proyecto ya lleva gastados 7.300 millones).


Secuencia de despliegue del JWST (NASA).

Como ya ha ocurrido a lo largo de esta última década, el retraso del James Webb tendrá sin duda un devastador efecto dominó en otros proyectos astronómicos de la NASA. Varias misiones ya han sido canceladas por culpa del agujero negro presupuestario en el que se ha convertido el JWST, una tendencia que tristemente parece que va a continuar. El principal afectado es, obviamente, el telescopio WFIRST, un observatorio dotado de una óptica con un espejo principal de 2,4 metros de diámetro donado a la NASA por el Pentágono. El WFIRST es un verdadero sucesor del telescopio Hubble —el JWST trabajará en el infrarrojo medio, así que es un observatorio muy distinto al Hubble— y promete revolucionar nuestros conocimientos sobre la energía oscura y los exoplanetas.


Diseño actual del telescopio espacial WFIRST (NASA).

El WFIRST ha sufrido en los últimos años su propia cuota de sobrecostes y ha superado ampliamente la previsión de dos mil millones de dólares de la NASA. La última estimación del año pasado es que el observatorio costará cerca de 3.800 millones, una cifra que la NASA no puede asumir. El proyecto se ha descontrolado hasta tal punto que la administración Trump quiere cancelarlo, aunque, a pesar de lo que han publicado muchos medios, la decisión no ha sido tomada aún. Los presupuestos de la NASA para el año fiscal 2018 incluyen 150 millones para el WFIRST, una cifra muy baja, pero que mantiene al proyecto con vida. La decisión sobre la cancelación del WFIRST tendrá lugar en el debate de los presupuestos de 2019. Para reducir el coste del WFIRST se ha propuesto eliminar el coronógrafo para el estudio de exoplanetas y ahorrar así unos 400 millones, aunque en este caso el telescopio perderá gran parte de su potencial científico. El gran problema con el que no contaba la NASA es el nuevo retraso del JWST, que se puede convertir en el hacha del verdugo para el WFIRST. Efectivamente, el dinero extra para el James Webb debe salir de la división de astrofísica, así que el WFIRST tiene todas las papeletas para desaparecer.

De hecho, las señales que llegan de la NASA indican que la agencia estaría dispuesta a sacrificar el WFIRST si eso supone aclarar el camino para recibir fondos adicionales del JWST, un dinero extra que parece que rondará los mil millones de dólares aproximadamente. En cualquier caso, la NASA lo tendrá difícil para conseguirlo, ya que necesitará una nueva autorización del Congreso que, visto lo visto, no será tan fácil de obtener. Sobre todo porque la NASA y el contratista principal del JWST, Northrop Grumman, han demostrado repetidamente su incapacidad para calcular una fecha de lanzamiento creíble. ¿Por qué debería creerles nadie en esta ocasión?¿Acaso no se podría volver a retrasar el proyecto más allá de 2020? No olvidemos que la fecha original para el lanzamiento del JWST era 2007. Para complicar las cosas el retraso abre un nuevo frente: el Ariane 6 debe sustituir al Ariane 5 a partir de 2020. Si el JWST se vuelve a retrasar la ESA se vería obligada a mantener la infraestructura del Ariane 5 durante más tiempo si quiere usar este lanzador (el Ariane 6 tardará varios años en alcanzar la fiabilidad de su hermano mayor).

El James Webb tendrá más de trescientas partes que se deben desplegar después del lanzamiento. Y una vez en órbita no podrá ser reparado. No es de extrañar que este origami espacial será el telescopio más asombroso jamás concebido por la mente humana. Lástima que su precio vaya a ser igualmente asombroso.


Óptica principal del James Webb (NASA).



Fuente: danielmarin.naukas.com

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