domingo, 30 de diciembre de 2018

Cuatro modelos de ciudades futuristas: inteligentes, ecológicas e hiperconectadas
Una flotará en el agua y otra quedará rodeada de vegetación. También proyectan una sin contaminación y otra súper tecno. 
por Marcelo Bellucci


Torres tapizadas de árboles en todos sus pisos el italiano Stefano Boeri.


En el siglo XVIII, solamente el 13% de la población mundial residía en grandes metrópolis. Para 2008, el porcentaje se elevó al 55% y las previsiones para 2050, según un documento de la ONU, es que alcancen el 68%. En vista de esta concentración civil en espacios cada vez más reducidos, muchos expertos comienzan a imaginar cómo será la geografía urbana para este siglo. Así, cuatro modelos de centros futuristas, con edificios hiperconectados, que son respetuosos del medio ambiente y también, son sustentables.


Sobre el agua. El grupo lo define como una "ciudad startup" que impulse el crecimiento económico y que se autorregule.


Las grandes capitales se preparan para recibir en los próximos años cerca de 2.500 millones de personas. Así, para 2030, el planeta tendrá 43 mega ciudades con más de 10 millones de habitantes cada una. En este sentido, la urbanización debe ser un proceso que se apoye en los tres pilares del desarrollo sostenible: el económico, el social y el ambiental.

Como el 71% de la superficie de la Tierra está cubierta por el agua, y los océanos contienen alrededor del 96,5% de toda el agua del planeta, no sería inverosímil el concepto de una nación flotante. Y ese es el reto que afronta la organización Seasteading Institute, crear viviendas sostenibles en aguas internacionales. Este proyecto - fundado por Patri Friedman, nieto del famoso economista Milton Friedman- comenzará a gestarse en aguas próximas a la isla de Tahití, en la Polinesia francesa.

La iniciativa, además de un plan arquitectónico para cimentar sobre el océano, también tiene parte de utopía. Su intención es convertirse en una ciudad hiperconectada pero a la vez, independizarse del resto del continente. Un espacio para crear innovación social y experimentar con nuevos estilos de vida, en un entorno respetuoso con el medio ambiente y sin una autoridad central.


Polución en la ciudad de Lyon.

Por ello, dispondrá de domos hidropónicos para cultivar y cosechar sus propios alimentos y desalinizadores para potabilizar el agua. Los residuos orgánicos serán recolectados por buques cisterna y trasladados a una zona de compostaje externa, explican sus creadores en el sitio web del proyecto. Además, estará circundada por un murallón que la protegerá de los fuertes vientos y olas que puedan ponerla en peligro.

La meta es erigir cerca de una docena de estructuras para 2020, incluidas casas, hoteles, oficinas y restaurantes, con un costo cercano a 60 millones de dólares. Para costear esta inversión, el ala financiera del Silicon Valley creó una moneda digital llamada 'coin offering'.


Actualmente, el 55 % de las personas en el mundo vive en ciudades. Foto: AFP

La firma de innovación urbana Sidewalk Labs, subsidiaria de Alphabet (Google), está ultimando detalles para iniciar la edificación de una ciudad digital con base ecológica, a orillas del lago Ontario, en Toronto, Canadá. Considerada como la primera urbe del siglo XXI, este emprendimiento inmobiliario es también un banco de pruebas tecnológico y de procesos emergentes que se propone revolucionar los estándares de construcción actual.


La ciudad digital que Alphabet prepara en Canadá.

La intención es crear viviendas prefabricadas de madera ya que tiene ventajas en materia de ahorro, velocidad de construcción e impacto ambiental. Además, contarán con sensores para recopilar datos sobre la calidad del aire, los niveles de ruido, el tráfico, la recolección de residuos y el rendimiento de la red eléctrica.

Con una inversión inicial de 50 millones de dólares para repartir en 300 hectáreas de terreno, el objetivo secundario es también experimentar la conducción autónoma, métodos reutilizables del agua y sistemas para generar energía solar y eólica, para alcanzar estándares de movilidad y sostenibilidad.


La visión del arquitecto italiano Stefano Boeri, denominada Vertical ForestING (forestación vertical), edificando torres elevadas fusionadas con árboles y una línea ferroviaria.

La primera ciudad forestal china, que acogerá a unos 30.000 residentes, está a punto de convertirse en realidad. La visión del arquitecto italiano Stefano Boeri, denominada Vertical ForestING (forestación vertical), apunta a que oficinas, casas, torres, hoteles, hospitales y escuelas estén revestidas por plantas y árboles. Un concepto que comienza a expandirse por el mundo.

Este complejo residencial se levantará en el norte de Liuzhou, en la región de Guangxi, al sur del país. Una ubicación perfecta para cumplir el desafío de crear ciudades sostenibles, ya que dispondrá de energía geotérmica para su climatización interior, así como paneles solares sobre sus techos. Los vehículos que circulen deberán ser eléctricos y se conectarán con otras localidades mediante una moderna línea ferroviaria.

En total, habrá unos 40.000 árboles y casi un millón de plantas de más de 100 especies. Esta cubierta vegetal contribuirá a mejorar la calidad del aire y disminuirá la temperatura media, creando barreras naturales contra el ruido y mejorando también la biodiversidad de la fauna, al proporcionar un nuevo hábitat para las distintas especies de aves, insectos y animales.

Manila es una de las ciudades con mayor cantidad de vehículos por habitante, lo que suscita un elevado nivel de polución. El Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Filipinas reveló que los niveles anuales de smog en el aire eran un 70% más alto de lo recomendado. Por eso, el gobierno decidió fundar New Clark City, la primer metrópoli libre de contaminación atmosférica.

Esta ciudad gemela a Manila se ubicará a 100 kilómetros de distancia, en la provincia de Tarlac. Tendrá una extensión de aproximadamente 9.450 hectáreas y será habitada por dos millones de personas. Para ayudar a estar libre de contaminación, dos tercios serán espacios verdes y granjas para ayudar a compensar las emisiones de dióxido de carbono.

Además, los inmuebles incorporarán diferentes sensores ambientales para evaluar los niveles de contaminación y mediante tecnología que ayuda a optimizar los recursos, regular el consumo de energía y agua.



Fuente: Clarín

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