sábado, 24 de febrero de 2024

A vueltas sobre el arma nuclear antisatélite de Rusia
Por Daniel Marín



El pasado 14 de febrero saltaba la noticia: Rusia estaría desarrollando un arma nuclear antisatélite. El anuncio lo hizo el político republicano Mike Turner al dirigirse públicamente al presidente Biden para que desclasificase la información sobre este misterioso programa y la amenaza se pudiese discutir abiertamente a nivel internacional. Al día siguiente la Casa Blanca confirmó la noticia. A lo largo de los días siguientes se sucedieron rumores y especulaciones de todo tipo, pues estaríamos ante un programa antisatélite (ASAT) ruso totalmente nuevo. Y es que el hecho de que Rusia tenga en servicio sistemas ASAT no es, obviamente, algo novedoso, pero sí lo es que sea un sistema nuclear. Después de todo, recordemos que el 15 de noviembre de 2021 Rusia destruyó el satélite Kosmos 1408 mediante un interceptor Núdol, creando una enorme cantidad de basura espacial en el proceso.


Complejo Orbital Zeus, un remolcador orbital ruso con un reactor de fisión. El reactor nuclear está en el extremo izquierdo. A la derecha se aprecia la carga útil y una etapa propulsiva. En medio la viga con los radiadores. ¿Está este proyecto relacionado de algún modo con el sistema ASAT nuclear que EE.UU. ha denunciado recientemente? (KB Arsenal).

Pero, ¿en qué consistiría esta arma? El 17 de febrero la CNN publicó que el sistema ASAT ruso sería un arma orbital capaz de desactivar otros satélites a distancia mediante un pulso electromagnético (EMP o PEM). El arma no se habría desplegado todavía y se hallaría en fase de desarrollo. Estos detalles, aunque no se han confirmado oficialmente aún, permiten delimitar las características del sistema. Si mencionamos «arma nuclear» y «pulso electromagnético» en la misma frase, lo primero que le viene a uno a la cabeza a uno es un sistema ASAT consistente en detonar armas nucleares en órbita para crear un EMP. Esto no es exactamente nuevo. Como es conocido, entre 1958 y 1963 Estados Unidos y la Unión Soviética efectuaron varias pruebas nucleares de gran altitud, algunas de ellas en el espacio. La más famosa de todas ellas fue Starfish Prime, que se trató de la prueba nuclear más potente (1,4 megatones) en el espacio, a 400 kilómetros de altitud. En estas pruebas los artefactos nucleares no se pusieron en órbita, sino que se siguieron trayectorias balísticas hasta su detonación. En cualquier caso, sirvieron para demostrar que una explosión nuclear era capaz de generar un brutal pulso electromagnético (en realidad son varios pulsos, porque hay que tener en cuenta la respuesta de la magnetosfera terrestre) con unos efectos devastadores sobre las redes de electricidad y otros sistemas y aparatos eléctricos de todo tipo. A partir de entonces la doctrina militar de la Guerra Fría dictaba que cualquier ataque nuclear masivo hacia un oponente debía comenzar una serie de detonaciones en la alta atmósfera para detener toda actividad del país enemigo cortesía de los EMP.


La explosión y la aurora artificial sobre el Pacífico como efecto de la prueba nuclear Starfish Prime en el espacio (USAF).

Un arma ASAT de este tipo es la más sencilla de desarrollar: basta con poner una serie de cabezas nucleares en órbita y esperar al día del juicio final para detonarlas (al menos cuando no pasen por encima del territorio ruso). Es decir, incorporaría ideas de proyectos análogos al sistema FOBS desarrollado por la URSS en los años 60 para poner armas nucleares en órbita. Dejando dilemas morales a un lado, esta técnica tiene varios inconvenientes; el primero, es que, además de los satélites del enemigo, también dejarías fuera de servicio satélites propios (en el caso de Rusia, lo más grave para ellos es que afectaría al sistema GLONASS de navegación y sus satélites de comunicaciones) y de tus aliados o socios (algo me dice que China no estaría muy contenta); el segundo, que estaríamos ante una arma de destrucción masiva espacial que solo tendría sentido en medio de una guerra a gran escala que podría derivar muy fácilmente en un holocausto nuclear (atacar un satélite de otro país constituye un acto de guerra). El tercero, y más directo, que este tipo de sistema contraviene el Tratado del Espacio Exterior de 1967, uno de los grandes éxitos de la diplomacia de la Guerra Fría y que impide situar armas nucleares en el espacio (lo que incluye todo tipo de órbitas y las superficies de otros cuerpos del Sistema Solar).


Efectos de la prueba Hardtack Teak de agosto de 1958, cuando EE.UU. detonó un arma de 3,8 megatones a 77 km de altitud (Wikipedia).

Entonces, ¿está Rusia diseñando un sistema ASAT con armas nucleares en órbita? Por el momento no lo podemos descartar, a pesar de que sea una locura. Y no se puede descartar totalmente, por desquiciada que sea la idea, porque un sistema de este tipo sí presenta una ventaja militar evidente: es ideal contra las megaconstelaciones de satélites. Y es que las megaconstelaciones como Starlink o Starshield han dejado obsoletos a todos los sistemas ASAT en servicio. Puedes destruir unos cuantos satélites enemigos, quizá decenas, pero seguirás teniendo miles en órbita. Sin embargo, los EMP de múltiples detonaciones nucleares sí podrían eliminar, o debilitar seriamente, las megaconstelaciones del rival. El inconveniente, como hemos comentado, es que podrías terminar por llevarte nuestra civilización por delante si el asunto escalase solo un poquito más.


Dos variantes del remolcador TEM Zeus, una con motores iónicos (abajo) y otra con motores de «magnetoplasma» (Roscosmos).

Otra posibilidad es que el proyecto que esté desarrollando Rusia sea nuclear, pero el pulso electromagnético no lo cause una explosión nuclear. Esto puede parecer una contradicción, pero hay que tener en cuenta que un EMP puede ser generado por otros sistemas convencionales. Vale, pero, entonces, ¿por qué el rumor habla de «un arma nuclear rusa»? La conclusión más evidente es que sería un arma ASAT capaz de producir EMP convencionales gracias a la electricidad generada por un reactor nuclear de fisión. Rusia lleva años desarrollando varios proyectos de satélites con reactores nucleares. El más famoso es el Complejo Orbital Zeus (Orbitalni Kompleks Zevs) de KB Arsenal, un sistema que ha sido concebido para transportar cargas a órbitas altas o a otros puntos del Sistema Solar. Zeus (Zevs/Зевс) cuenta con una versión militar clasificada anterior que según los medios rusos se denomina Ekipazh, también de KB Arsenal, aunque se desconoce el estado de este proyecto y sus diferencias precisas con Zeus. El caso es que un satélite equipado con un reactor de fisión de este tipo podría generar EMP que eliminasen total o parcialmente otros satélites. La ventaja de este sistema es que no violaría ningún tratado mientras no se usase con satélites de otras naciones. Si se llegase a usar contra objetivos enemigos y, a pesar de que también estaríamos ante un acto de guerra, obviamente el acto hostil sería más contenido al tratarse de un pulso mucho más débil y apenas afectaría a un satélite enemigo en cada momento (el satélite ruso debería maniobrar hasta estar cerca de su objetivo). En 2021 se publicaron varias noticias sobre las posibles capacidades ASAT de un remolcador nuclear ruso, aunque debía dejar fuera de servicio a los satélites enemigos mediante interferencias radioeléctricas (no pulsos EM) o láseres. Esta semana informaciones en medios rusos desvinculaban el proyecto de remolcador Zeus del nuevo sistema ASAT, una negación que, más allá de si es creíble o no, no tiene mucho sentido porque en todo caso estaríamos hablando de una versión militar de este proyecto, como Ekipazh.


Primera aparición en 2016 del posible diseño del satélite de guerra electrónica Ekipazh de KB Arsenal (Izvestia).

Sea como sea, todo indica que, de ser ciertos los rumores publicados en los medios estadounidenses, estaríamos ante el peor escenario posible, aquel en el que Rusia está desarrollando un sistema ASAT con armas nucleares en órbita, un sistema que violaría tratados internacionales y pondría al mundo más cerca de una guerra nuclear. Por el contrario, el otro escenario, el desarrollo de un «simple» satélite ASAT capaz de dejar fuera de servicio satélites enemigos uno a uno mediante pulsos electromagnéticos generados gracias a un reactor de fisión, no parece que en estos momentos sea el más probable. En cualquiera de los casos, la militarización del espacio nunca es una buena noticia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario