domingo, 23 de noviembre de 2025

De no creer: La Universidad Nacional de Córdoba avanza en el campo de diseño de trajes para astronautas

De no creer: La Universidad Nacional de Córdoba avanza en el campo de diseño de trajes para astronautas
La universidad presentó sus avances en ergonomía espacial. Equipos de investigación y estudiantes trabajan en cómo vestir, cuidar y acompañar a los astronautas en misiones extremas.


La UNC mostró sus avances en el campo de diseño de trajes para astronautas..

De Redacción UNCIENCIA (Córdoba) – La Universidad Nacional de Córdoba presentó sus avances en el campo del diseño de trajes para astronautas y en ergonomía espacial durante un “hackatón” organizado por la casa de estudios argentina.

¿Qué necesitan realmente los astronautas para vivir, trabajar y sostener su salud en contextos extremos como la microgravedad o el aislamiento prolongado? ¿Cómo el diseño puede contribuir a mejorar su salud y a ayudarlos a que disfruten el tiempo libre en el espacio?

Aunque suene lejano, estas preguntas ya se están haciendo dentro de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se consolida una nueva área estratégica: el diseño y la ergonomía espacial. El Observatorio de Diseño Industrial para Sistemas Espaciales Habitables de la UNC (ODISEHA) organizó una Hackatón sobre esta temática del 17 al 20 de noviembre de 2025.

Avances en el diseño de trajes para astronautas

Durante toda una semana estudiantes, profesionales, empresas e instituciones de diferentes disciplinas (diseño industrial, ingeniería biomédica, medicina y ergonomía) se animaron a explorar cómo crear indumentaria inteligente, herramientas adaptadas, mobiliarios para microgravedad, dispositivos sensoriales y tecnologías capaces de mejorar la vida humana fuera de la Tierra.

Esta mirada interdisciplinaria busca anticiparse a un escenario en el que las misiones espaciales —y en un futuro, las estadías prolongadas— demandarán soluciones que unan salud, tecnología y creatividad. El desafío no es menor: pensar objetos que funcionen donde no hay arriba ni abajo, donde el cuerpo humano se comporta de otra forma y donde cada gramo, cada movimiento y cada detalle cuentan.

Un nuevo campo para aplicar conocimiento con altísimo valor agregado

Esa complejidad es justamente lo que impulsa a investigadores y estudiantes de la UNC a abrir un camino propio dentro del diseño espacial argentino. La 1° Hackatón ODISEHA de Diseño y Ergonomía Espacial fue un encuentro en el que equipos interdisciplinarios desarrollaron prototipos conceptuales pensados para el espacio.




jueves, 20 de noviembre de 2025

Lanzamiento desde Lobería: La semana que viene pondrán en órbita los primeros nanosatélites de Sudamérica

Lanzamiento desde Lobería: La semana que viene pondrán en órbita los primeros nanosatélites de Sudamérica




La empresa TLON Space está radicada en la costa de Lobería, donde instalaron el Puerto Espacial Malacara, desde el que ya lanzó diez vuelos suborbitales, en la búsqueda de mejorar y desarrollar su vehículo definitivo. Con esta experiencia previa, la empresa prepara el lanzamiento del cohete Aventura 1, que será su primer lanzamiento orbital.

El cohete, que será lanzado a finales de este mes, mide 11 metros de largo y 38 centímetros de diámetro, y es impulsado por un motor ecológico alimentado con alcoholes y peróxido de hidrógeno al 96%. Está construido íntegramente en fibra de carbono y puede alcanzar alturas de entre 500 y 600 kilómetros.

La campaña espacial prevé 6-7 vuelos en 18 meses con un modelo de servicio “puerta a órbita” de bajo costo y alta frecuencia para democratizar el acceso al espacio. El objetivo es alcanzar por primera vez la órbita desde Sudamérica. Cada vuelo durará siete minutos, tiempo estimado para colocar la carga útil en órbita.

En esta ocasión, pondrá en órbita nanosatélites de la empresa Space IA, los cuales podrán brindar servicios en áreas como comunicaciones, meteorología, seguridad, control fotogramétrico y agricultura de precisión, y una obra del artista plástico argentico Eduardo Cuttica.

La firma cuenta con más de 70 inversores argentinos y dos canadienses, y según trascendió, es la única empresa que alcanzó un desarrollo avanzado del vehículo espacial y sus motores. Su objetivo es colocar distintos activos en el espacio, con el propósito de democratizar el acceso al entorno orbital.

Nanosatélites

Durante el primer lanzamiento del mini cohete «Aventura I» se colocará en órbita nanosatélites de la empresa Space IA y una obra plástica del artista Eugenio Cuttica, en un gesto que combina tecnología e identidad cultural.

El presidente y fundador de TLON Space, Pablo Vic, brindo una entrevista con el periodista especializado Manuel Mazzanti y aseguró: “Estamos trabajando para activar la campaña orbital y entregar carga útil a órbitas espaciales bajas”.

Vic explicó que el objetivo de la compañía fue desarrollar un vehículo flexible y competitivo para colocar distintos activos en el espacio, con el propósito de democratizar el acceso al entorno orbital.

“Nuestro modelo es completamente distinto porque mientras todos pujan por volumen y escala, TLON avanza en la demolición de costos. Inauguramos una nueva categoría de vehículo espacial que permitirá dinamizar la digitalización del espacio”, destacó.

Con un peso de 80 kilos en vacío y 900 kilos cargado, Aventura 1 fue diseñado exclusivamente para el lanzamiento de nanosatélites, bajo un modelo de servicio “puerta a puerta”, que va desde el fabricante hasta la colocación en órbita sin intermediarios.

El cohete es un vehículo de dos etapas, también fabricado en fibra de carbono. Su segunda etapa entra en funcionamiento a los 40 kilómetros de altura, completando el trayecto hasta la órbita elegida por cada cliente.

El puerto espacial de TLON Space está ubicado en Lobería, un punto estratégico que permite acceder a una amplia gama de órbitas. Hasta el momento, la empresa realizó diez vuelos suborbitales y alcanzó el desarrollo de su vehículo definitivo, que ahora se prepara para el salto orbital.

Los nanosatélites poseen una gran versatilidad y pueden brindar servicios en áreas como comunicaciones, meteorología, seguridad, control fotogramétrico y agricultura de precisión.

Además de su innovación tecnológica, TLON Space se distingue por su bajo impacto ambiental. “Los motores producen vapor de agua, es un vehículo ecológico”, señalaron desde la empresa. El puerto espacial fue diseñado con mínima intervención ambiental, acorde con la certificación B de la compañía, que la convierte en la única empresa aeroespacial del mundo adscripta a este estándar de sostenibilidad y responsabilidad social.



martes, 18 de noviembre de 2025

Entrevista exclusiva con el brigadier Valverde, jefe de la Fuerza Aérea: “Es un desafío traer los seis aviones F-16”

Entrevista exclusiva con el brigadier Valverde, jefe de la Fuerza Aérea: “Es un desafío traer los seis aviones F-16”
En la Escuela de Aviación, a solo tres semanas para la llegada de los primeros seis F-16 al país, el jefe de la Fuerza Aérea rompió el silencio y habló del arribo de los aviones que, desde el 5 de diciembre, cambiarán a la institución para siempre.
por Patricia Fernández Mainardi




La revolución en la Fuerza Aérea Argentina (FAA) es inminente: en tres semanas llegan los primeros seis aviones F-16 -comprados a Dinamarca– al país y, con ese hito, la institución deberá poner en práctica toda la minuciosa capacitación que, durante largos meses, recibió el personal de pilotos y mecánicos que trabajarán con las aeronaves. 

Desde la Escuela de Aviación Militar, instituto de formación de donde egresan los futuros jefes de la Fuerza Aérea Argentina, DEF mantuvo un diálogo exclusivo con el brigadier general Gustavo Javier Valverde, titular de la institución. Desde Córdoba, el oficial no solo habló de los nuevos aviones, también se refirió a la presencia argentina en el espacio y al futuro de la Fuerza.


Desde la Escuela de Aviación Militar, el brigadier Valverde se refirió a lo que sucede a muy pocos días del arribo de los F-16 (Foto: Fernando Calzada)

-¿Cómo se prepara la Fuerza Aérea para la llegada de los F-16?

–La Fuerza Aérea se prepara para una gran incorporación que nos va a poder posicionar -en materia de defensa- en el cono Sur. Podremos trabajar con las Fuerzas Aéreas de otros países en actividades operativas.

El F-16 que llegará a Argentina, tracciona a todas las especialidades de la FAA, porque todas tienen que integrarse a ese sistema. 

-¿Cómo será esa integración?

-El F-16 tiene una gran capacidad para dialogar con todos los sistemas. Además, operar esta aeronave requiere no solo de un piloto, sino también de un mecánico que lo asiste, un soldado que le brinda seguridad, personal que carga la información necesaria para que todas las librerías de guerra electrónica estén operativas en el avión, gente de comunicaciones informáticas para que el F-16 se pueda comunicar con los radares (y viceversa). Es un sistema muy complejo que se conforma por todas las especialidades, por eso es realmente un gran desafío.


Valverde con el equipo de DEF en uno de los salones más emblemáticos que tiene la Escuela de Aviación Militar: aquel que recuerda a quienes dieron su vida -con verdaderos actos heroicos- en la defensa de las Islas Malvinas, territorio argentino usurpado por Gran Bretaña desde 1833 (Foto: Fernando Calzada)

-¿Por qué, cuando hablan del F-16 en la Fuerza Aérea, todos los especialistas subrayan lo desafiante del sistema?

-Porque la Fuerza Aérea se está posicionando y dando un gran salto, que incluye capacitación muy importante. Y no es porque estaba desactualizada o atrasada, al contrario, la Fuerza venía trabajando en pos de la incorporación de un nuevo sistema de armas.

El F-16 es el sistema que la Fuerza Aérea seleccionó y que el Presidente de la Nación tomó la decisión de comprar. Entonces, nos estamos preparando para ese cambio que no solo incluye al personal que ya estamos formando, sino también al que estamos incorporando, como suboficiales y oficiales.

F-16: 5 de diciembre de 2025, fecha clave para los nuevos aviones

-¿Impacta esta adquisición en los institutos de formación que tiene la Fuerza Aérea?

-Sí, los institutos de formación están cambiando las curriculas para que, cuando egresen, tengan la formación necesaria y, como suelo decir, ese germen interior para que, cuando salgan y estén en las unidades, sepan lo que tienen que hacer y estén preparados para poder operar este gran sistema que vamos a incorporar.


La llegada de los F-16 marcará un antes y un después en lo que respecta a la defensa del territorio argentino (Foto: FAA)

-De acá al 5 de diciembre, que llega el avión, ¿qué es lo más difícil que les va a tocar atravesar?

-Creo que en este momento alcanzamos un 97% de los objetivos vinculados a la estructura y distintas dependencias que hubo que adecuar, remodelar y, algunas, construir a nuevo para que, inicialmente, el F-16 pueda operar en el Área Material Río Cuarto.

Va a ser complicado, por todo lo que supone, traer aviones desde Dinamarca a Argentina porque estamos separados por más de 14.000 kilómetros de distancia y existen, además, condiciones climatológicas opuestas. Para llegar acá, en verano, deberán cruzar el Ecuador y pasar por distintas situaciones de tormenta (que se puedan generar).


El diálogo con Valverde se realizó en el marco de la ceremonia de despedida de los brigadieres de la Fuerza que pasaron a situación de retiro (Foto: Fernando Calzada)

-¿Qué medios se emplearán?

-Es un desafío traer los seis aviones F-16, sobre todo en lo que respecta al apoyo logístico. Vendrán acompañados por un Hércules C-130 en tarea de SAR (Search and Rescue) y, además, participa el Boeing 737 de la Fuerza Argentina, donde irá todo el personal que brindará asistencia en las paradas técnicas. También tendremos otro C-130 alistado, en alerta, por si surge algún inconveniente vinculado a la necesidad de trasladar un repuesto (que ya los tenemos en Argentina). En ese supuesto caso, el avión saldrá al encuentro de los F-16, estén donde estén, y hará los trabajos para que las aeronaves puedan llegar en tiempo y forma. El 5 de diciembre los F-16 van a estar en Argentina.

Operación F-16, sin margen de error

-Por lo que me cuenta, no hay margen de error. ¿Es así?

-Están tomadas todas las previsiones, es parte de la planificación. Puedo asegurar que se calculó hasta el más mínimo detalle, como se hace con todas las operaciones militares. Pero, en este caso, fuimos más allá por lo que representa la llegada de los F-16 para la Nacón argentina: un compromiso asumido por el Presidente, por el Ministerio de Defensa, y por la Fuerza Aérea.

Queremos que la Nación se sienta comprometida, y creo que lo percibimos así: hay euforia por lo que va a recibir el país para la Fuerza Aérea. Así como nosotros nos sentimos orgullosos, también queremos que lo hagan todos los ciudadanos de nuestro querido país.


“Puedo asegurar que se calculó hasta el más mínimo detalle, como se hace con todas las operaciones militares”, reconoció el titular de la Fuerza Aérea (Foto: Fernando Calzada).

-Sobre la recepción de los F-16: ¿va a ser algo grande que, además, se pueda presenciar en distintos lugares?

-Va a ser una recepción importante porque todas las incorporaciones que hace la Fuerza Aérea se hacen con orgullo: supone un gran sacrificio por parte de una gran cantidad de personal. Va a ser una recepción trascendente en Río Cuarto, provincia de Córdoba, donde estarán las autoridades del más alto nivel, nacionales y extranjeras.

Hay que entender que el F-16 es una aeronave que opera en las distintas fuerzas del mundo, incluso en países de la OTAN. Entonces, hay niveles de seguridad que no permiten que todos puedan tener contacto directo con el avión. El país, ahora, tiene la gran responsabilidad de operar este sistema. Y seguramente, si Dios nos ayuda, podemos llegar a tener alguna sorpresa en alguna otra provincia para que se pueda ver algo del F-16. 

-El personal del Programa F-16 es muy reconocido, incluso internacionalmente, por el trabajo realizado, ¿hay algo del ADN nacional en ese logro?

-Sí, toda la Fuerza Aérea Argentina está trabajando con sus distintas especialidades por el sistema de F-16 (y por el resto de los que tiene la Fuerza). O sea, la llegada del avión no significa que la institución deba paralizarse, de hecho, sigue cumpliendo todas sus actividades.

La incorporación nos va a dar un plus de capacidades para seguir creciendo y seguir proyectando a la Fuerza Aérea al futuro. ¿Y cuál es el ADN que tenemos todos los integrantes? El compromiso, el sacrificio, el sentido de pertenencia y, sobre todo, algo que aprendemos desde jovenes, cuando ingresamos a nuestros institutos de formación: el servicio a la Patria y al pueblo argentino. Que, su máxima expresión, se vio en la Guerra de Malvinas, cuando nuestros pilotos, mecánicos y soldados -dentro de los que están nuestros 55 héroes– dieron todo sin pedir nada a cambio. Y lo hicieron con la misma formación que, en el presente, tenemos todos nosotros.


Para Valverde, la incorporación de los F-16 se va a traducir en mayores capacidades para seguir proyectando a la Fuerza Aérea al futuro (Foto: FAA).

-Días atrás lanzaron un nuevo cohete, ¿cómo vive este nuevo hito?

-La Fuerza Argentina, desde siempre, tuvo dos áreas importantes que sustentan la operaciones: una es la que llevamos adelante, día a día, con nuestros sistemas de armas; la otra es la espacial, que es estratégica para el país porque nos proyecta más allá de donde llega la vista.

Consideramos que es importante estar presente en el ámbito espacial porque la tecnología avanza rápidamente y, de acá en adelante, muchas de las acciones en materia de defensa van a pasar por el espacio. Entonces, la Fuerza Aérea Argentina tiene que estar ahí, la República Argentina tiene que tener esa capacidad. Y eso es lo que estamos haciendo: los lanzamientos fueron exitosos, lo que nos permite continuar avanzando en esta campaña espacial para que, en un corto plazo, podamos incluir alguna carga y avancemos en microsatélites de comunicaciones de órbita baja.


Este año la Fuerza Aérea lanzó dos cohetes con éxito. La idea es continuar avanzando en el plan espacial (Foto: Ministerio de Defensa).

-Con esa capacidad, ¿también se puede pensar en la fabricación de misiles?

–La defensa es disuasión. Un país tiene que tener Fuerzas Armadas profesionales y comprometidas para generar ese efecto. Argentina no tiene hipótesis de conflicto, pero tenemos que estar preparados.

En ese sentido, las capacidades que se desarrollan se hacen pensando en el futuro. 

-En esta oportunidad, se trasladó a la Escuela de Aviación para entregar un reconocimiento a los brigadieres que pasaron a situación de retiro, ¿por qué decidieron hacerlo?

-Es importante porque son muy pocos los oficiales de las distintas promociones de la Escuela de Aviación Militar que llegan a ostentar esa jerarquía. Y, en definitiva, es la que tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la Fuerza Aérea Argentina.

Quisimos hacerlo en la Escuela de Aviación Militar porque cuando uno ingresa, llega a este instituto con una valija muy pequeña, cargada de emociones, incertidumbre y anhelo. Pero cuando pasan a retiro, como brigadieres, dejan huellas en la institución, son los más jovenes los responsables de seguirlas para continuar proyectando a la organización hacia el futuro, con el objetivo de ser una Fuerza Aérea presente, operativa, del siglo XXI, y, por sobre todo, preparada para los desafíos.



sábado, 15 de noviembre de 2025

Hito en la Fuerza Aérea: así fue el lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO CRUX

Hito en la Fuerza Aérea: así fue el lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO CRUX
Es el segundo despegue del año. Se realizó en el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA). Qué significa para el programa espacial argentino.
por María Luz Stella




El 13 de noviembre, la Fuerza Aérea Argentina (FAA) volvió a realizar un lanzamiento experimental en la localidad de Mar Chiquita, provincia de Buenos Aires. Al tratarse del despegue de un cohete sonda, su objetivo fue meramente científico y espacial. Ante esto, las autoridades presentes resaltaron la ambiciosa búsqueda por parte de la Fuerza para la exploración más allá de la troposfera.

Este hecho se convirtió en un hito para la Argentina, no solo por ser el segundo lanzamiento de un cohete sonda, con carga útil, sino por la historia del lugar en donde se realizó.

El Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA) vio su máximo esplendor en los años 70 y 80, pero luego quedó en desuso para este tipo de actividades. A partir de entonces, la reserva natural militar se convirtió en un campo de tiro. Recién en 2025 volvió a utilizarse para lanzamientos científicos, lo que evidencia la restauración de una capacidad clave.

Lanzamiento del cohete sonda MET 2-SO CRUX, una prueba clave para avanzar en la exploración espacial

Organizado por la Dirección General de Investigación y Desarrollo (DGID), el despegue buscó calificar en vuelo un turbo motor en su segundo ciclo de utilización, es decir, comprobar en vuelo que un motor recuperado puede volver a funcionar correctamente. De esta manera, se siguió con el concepto de “lanzar y recuperar”, tarea que abarata los costos de manera significativa.

Además, se verificaron parámetros técnicos, sistemas de telemetría, registros ópticos, trayectorias y la predicción del punto de recuperación. Luego, con ayuda de la Armada y Prefectura, se emprendió la misión del salvataje de las partes.


El cohete sonda MET 2-SO “CRUX”.

El ensayo se realizó meses después del exitoso lanzamiento del cohete Sonda Met I-SO “Escorpio”, en mayo, y permite continuar evaluando mejoras y ajustes en cada nueva prueba. Las cargas útiles incluyen sensores científicos que registran temperatura, presión, velocidad y aceleración, insumos clave para perfeccionar futuros desarrollos.

El director general de Investigación y Desarrollo, Alejandro Cristian Gitlin, destacó que este tipo de pruebas permite “ver qué mecanismos funcionan bien y dónde están las oportunidades de mejora”, y subrayó la importancia de la carga útil científica que transportan los cohetes.


El jefe de la Fuerza Aérea, Gustavo Javier Valverde, junto a parte del cuerpo militar presente, y Mario Katzenell, secretario de investigación del Ministerio de Defensa.

Por su parte, el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier mayor Gustavo Javier Valverde, remarcó que incluso las pruebas que no completan la trayectoria prevista representan avances concretos en el desarrollo aeroespacial. “La carrera espacial es prueba, análisis y aprendizaje. Dimos un paso más respecto del lanzamiento de mayo”, subrayó.

Fuerza Aérea: cuáles son las diferencias entre el “CRUX” y el “Escorpio”

El ensayo del MET 2-SO “CRUX” marcó un avance significativo respecto del lanzamiento anterior del MET 1-SO “Escorpio”, concretado el 22 de mayo.

Mientras que Escorpio tuvo como meta principal validar la infraestructura, los procedimientos y la capacidad de realizar un lanzamiento controlado después de años sin actividad, el CRUX se centró en probar en vuelo un motor recuperado, algo clave para avanzar hacia la reutilización y la reducción de costos en futuros desarrollos.

Según explicó Gitlin, la principal diferencia es el nivel de madurez técnica. “En Escorpio verificamos que podíamos integrar, lanzar y seguir un cohete. En CRUX ya estamos viendo cómo se comportan los sistemas cuando empezamos a reutilizar componentes y a exigirlos más”, señaló. Esto, dijo, implicó incorporar una carga útil más completa y optimizar los sistemas de telemetría y registro óptico.


Imágenes de la recuperación de las partes en agua.

Además, el CRUX buscó medir con mayor precisión la predicción del punto de caída, un elemento central para futuros ensayos con mayor alcance.

Así, mientras Escorpio fue la primera validación técnica del sistema, el CRUX representó un avance al incorporar reutilización de componentes y mediciones más complejas, que permiten obtener información clave para los próximos ensayos.

Sin embargo, ambos lanzamientos se enmarcan dentro de un hecho histórico para la Fuerza Aérea: la reutilización de un espacio clave que, por muchos años, permaneció en desuso. El Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA) fue inaugurado en la década de 1960 como uno de los espacios centrales del programa espacial argentino durante el desarrollo de cohetes como el Castor, el Rigel y el Orión. 

Durante años funcionó como un centro de ensayos, integración y pruebas de vuelo, hasta que su actividad comenzó a disminuir en los años noventa, en paralelo con la desarticulación de proyectos nacionales ligados al sector aeroespacial. Desde entonces, el CELPA permaneció prácticamente inactivo por más de tres décadas, con instalaciones y capacidades que quedaron detenidas en el tiempo.

El regreso al predio de este tipo de lanzamientos no solo supone volver a utilizar un lugar histórico, sino también recuperar un espacio clave para el renovado programa espacial argentino.



viernes, 14 de noviembre de 2025

Nueva jornada histórica para Argentina: la Fuerza Aérea realizó un lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO “Crux”

Nueva jornada histórica para Argentina: la Fuerza Aérea realizó un lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO “Crux”



Otra histórica jornada para la Argentina: este 13 de noviembre, la Fuerza Aérea Argentina llevó adelanta un nuevo lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO “CRUX”, continuando el trabajo iniciado en 2024 con el MET 1-SO “Escorpio”.

El lanzamiento se llevó a cabo desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados II (CELPA II ATLÁNTICO), en Mar Chiquita.

El objetivo principal fue la calificación en vuelo de un tubo motor en su segundo ciclo de utilización, bajo el concepto de lanzar y recuperar, optimizando costos y verificando parámetros técnicos, sistemas de telemetría, registros ópticos, trayectoria y predicción del punto de recuperación.

En esta oportunidad, se lograron recuperar de forma simultánea la carga útil y el motor. Esto fue gracias a la puesta a prueba de nuevos sistemas de geolocalización y flotabilidad autónoma.




Trabajo conjunto para el éxito del MET 2-SO “Crux”

Participaron de la prueba la Fuerza Aérea Argentina y organismos del Ministerio de Defensa —CITEDEF, CIA, CITEA, AMRIV y FM— .

Justamente, el ministro de Defensa, Luis Petri, aseguró que “en el Gobierno del Presidente Javier Milei revolucionamos la historia aeroespacial argentina. El futuro de nuestro país es cada vez más grande y alcanza nuevas alturas”.

En el Gobierno del Presidente @JMilei revolucionamos la historia aeroespacial argentina. El futuro de nuestro país es cada vez más grande y alcanza nuevas alturas. Hoy, nuestra @FuerzaAerea_Arg llevó adelante un nuevo lanzamiento experimental del cohete sonda MET 2-SO “CRUX”,… pic.twitter.com/1IIVDFSzVe— Luis Petri (@luispetri) November 13, 2025

La actividad dio continuidad al programa iniciado con el lanzamiento del MET-1 SO “Escorpio”, realizado el 22 de mayo de 2025.



Documentos secretos británicos confirman el apoyo militar de Estados Unidos al Reino Unido durante la Guerra de Malvinas

Documentos secretos británicos confirman el apoyo militar de Estados Unidos al Reino Unido durante la Guerra de Malvinas
Por Alejo Sanchez Piccat




Una nueva serie de documentos clasificados del Ministerio de Defensa británico, revelados por el analista militar Sir Humphrey (@pinstripedline), expone la profundidad de la cooperación entre el Reino Unido y Estados Unidos durante la Guerra de Malvinas.

Los archivos, fechados entre abril y mayo de 1982 y marcados como “SECRET UK EYES A” y “CONFIDENTIAL”, detallan solicitudes urgentes de equipamiento, armas e inteligencia estratégica que Londres elevó a Washington mientras la Task Force avanzaba hacia el Atlántico Sur.

Entre los requerimientos, el documento destaca el pedido de inteligencia satelital en tiempo real, reconocimiento fotográfico y señales (SIGINT) sobre movimientos argentinos, además de comunicaciones encriptadas, municiones y sistemas antiaéreos. Se trataba de una lista de “requerimientos prioritarios” para sostener la operación Corporate, que incluía incluso el pedido de 20 minas lapa (limpet mines) para las unidades de fuerzas especiales SBS (Special Boat Service).

“Las minas actualmente en uso son de la Segunda Guerra Mundial, obsoletas y con tiempos de detonación imprecisos. La provisión desde fuentes estadounidenses daría a la SBS una capacidad de ataque naval más confiable y efectiva”, señala uno de los informes fechados el 28 de abril de 1982 y firmado por el Mayor P. J. Henderson, del Cuerpo Real de Transporte británico.

The April 1982 list of Royal Navy Falklands related urgent requirements for support from the USA. It included intelligence on surface and submarine movements, CIWS for HMS ILLUSTRIOUS and 20 limpet mines for the SBS as "the current mine is obsolete". pic.twitter.com/lYPQVRCTQu— Sir Humphrey (@pinstripedline) November 3, 2025






Armas, inteligencia y apoyo logístico estadounidense

Los documentos incluyen también una solicitud para equipar a los buques de patrulla clase CASTLE con cañones de 76 mm, con el fin de “darles una función de presencia y control” en las islas tras la eventual ocupación.



Otros pedidos abarcaron misiles Sidewinder AIM-9L —misiles aire-aire de última generación en ese momento—, minas antibuque, y apoyo en reabastecimiento y comunicaciones satelitales (FLTSATCOM y Gapfiller). El texto indica además que Washington brindó “considerable apoyo” en materia de inteligencia antes del inicio formal de las operaciones, confirmando que la cooperación militar anglo-estadounidense fue decisiva en la campaña del Atlántico Sur.

“El documento evidencia una cadena directa de coordinación logística, inteligencia y reabastecimiento entre la Marina Real británica y la Armada estadounidense”, subrayó Sir Humphrey en su publicación.



Cooperación encubierta y participación regional

Los documentos filtrados también hacen referencia al uso de instalaciones chilenas y a la provisión de combustible desde Panamá y Chile a buques británicos. Estos vínculos, hoy parcialmente confirmados, refuerzan la hipótesis de que Chile desempeñó un papel logístico clave a favor del Reino Unido, una cuestión que sigue siendo diplomáticamente sensible.

Parte del material continúa clasificado bajo la cláusula de “protección de las relaciones internacionales”, la misma que el Ministerio de Defensa invocó recientemente para mantener en secreto tres de los 14 planes de guerra discutidos por el alto mando británico el 29 de abril de 1982, revelados por Escenario Mundial el mes pasado.


La 1435 Flight mantiene cuatro Typhoon FGR4 en QRA para la defensa del espacio aéreo de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur integrados a la 905 Expeditionary Air Wing. Créditos: Real Fuerza Aérea

En octubre de 2025, Escenario Mundial había informado sobre un conjunto de documentos del MoD británico que detallaban las 14 opciones estratégicas evaluadas por el gobierno de Margaret Thatcher para la guerra, de las cuales tres permanecen clasificadas hasta 2057.

Estos nuevos archivos completan el panorama de una guerra planificada con múltiples capas de coordinación internacional, espionaje y disuasión, en la que Washington habría aportado apoyo tecnológico, logístico y material mucho más amplio de lo admitido públicamente.



Tras el freno de Milei al radiotelescopio CART, académicos bonaerenses salieron en defensa de la ciencia argentina

Tras el freno de Milei al radiotelescopio CART, académicos bonaerenses salieron en defensa de la ciencia argentina
La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, emitieron un comunicado expresando su disconformidad con la decisión del gobierno nacional.


El Radiotelescopio Chino-Argentino.-


La decisión del presidente Javier Milei de frenar la construcción del Radiotelescopio Chino-Argentino (CART) en Calingasta derivó en diferentes opiniones. Este lunes la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que forman parte de la Universidad de Buenos Aires realizó un comunicado en defensa de la ciencia argentina que “a lo largo del tiempo ha crecido, se ha sostenido y enriquecido a través de múltiples colaboraciones con un gran número de naciones del mundo, se ve en la necesidad de destacar el valor científico de la instalación del radiotelescopio CART (China Argentina Radio Telescope), un proyecto de colaboración científica y tecnológica, reconocido como de gran importancia y apoyado por numerosas instituciones del país y del extranjero”, expresa.

A la vez se enumeró cada uno de los puntos en cuestión.

SOBRE EL USO CIENTÍFICO DEL RADIOTELESCOPIO:

El instrumento consiste de una antena de 40 metros de diámetro equipada para operar con receptores entre 1 y 45 GHz. Fue concebido para ser utilizado con dos finalidades: para aplicaciones de geodesia y georreferenciación y para investigaciones astronómicas. Será el mayor radio telescopio de disco simple de Sud América y pasará a operar en red con otros radiotelescopios similares ubicados en el hemisferio sur permitiendo mejorar la determinación de parámetros fundamentales de nuestro planeta y aportar al perfeccionamiento de tecnologías satelitales para navegación (GPS). En astronomía, operando como disco simple permitirá investigar extensamente y con alta sensibilidad nubes interestelares, determinar regiones de posible formación de estrellas, y muchos otros objetivos celestes. A futuro, operando en conjunto con otro radiotelescopio (LLAMA, a instalarse en el norte de Argentina) estará en condiciones de hacer descubrimientos únicos para la humanidad, ya que brindará la posibilidad de explorar fenómenos celestes con una definición espacial nunca alcanzada hasta el presente.

SOBRE LA ELECCIÓN DEL SITIO:

Se ubica en San Juan porque la Universidad de San Juan, con un observatorio pionero en temas de geodesia y Georreferenciación (Observatorio Astronómico Félix Aguilar) viene trabajando con científicos chinos desde hace más de 30 años. Así, en 2012 se firmó un acuerdo de colaboración entre la Universidad de San Juan y el Observatorio Astronómico Nacional de China (NAOC), dependiente de la Academia de Ciencias China, para extender dicha cooperación incorporando instrumentos nuevos. En 2015 se avanzó con la firma un acuerdo cuatripartito (UNSJ, Gobierno de San Juan, CONICET y NAOC) y en 2016 se obtuvo la aprobación de los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Defensa y de Comunicaciones de Argentina, permitiendo avanzar sin objeciones en la construcción del instrumento. En 2018 el Senado de la Nación Argentina aprobó una “Declaración de beneplácito por la construcción del radiotelescopio más grande de América Latina en Barreal, San Juan”.

SOBRE EL SUPUESTO PELIGRO DE USO DE ESTA ANTENA PARA SEGUIMIENTO SATELITAL:

El telescopio ha sido diseñado para observar las fuentes más distantes del Universo. Una antena para rastrear satélites en órbita terrestre baja (LEO) debe poder moverse a altas velocidades, del orden de algunos grados por segundo, para seguir el ritmo de la velocidad del satélite (de unos 28.000 km/h).

La antena de CART se moverá entre 0.003 y 0,3 grados por segundo, o sea de 10 a 1000 veces más lento que lo necesario para seguir satélites.

SOBRE LA DISTRIBUCIÓN DESIGUAL DEL TIEMPO DE ACCESO AL FUTURO RADIOTELESCOPIO:

Así, se negocia en todas las colaboraciones multinacionales que operan grandes facilidades astronómicas. Sin embargo, en este caso Argentina negoció hábilmente los tiempos de acceso por parte de sus científicos y para trabajos en colaboración con científicos chinos obteniendo una proporción de uso muy conveniente en comparación con el aporte monetario. Si en el futuro se demuestra un mayor aporte de parte de Argentina, se ampliará el tiempo de acceso.



martes, 11 de noviembre de 2025

"Elysium" como escenario fáctico: tecnocracia y el rol de los multimillonarios

"Elysium" como escenario fáctico: tecnocracia y el rol de los multimillonarios
por Luis Emilio Annino


Imagen ilustrativa.


Introducción

En un mundo donde la desigualdad económica y las crisis ambientales se agudizan, la película Elysium (2013), dirigida por Neill Blomkamp, se presenta no solo como una obra de ficción científica, sino como un escenario factual que anticipa tendencias actuales. En esta narrativa, la Tierra se ha convertido en un páramo inhabitable para las masas, mientras una élite privilegiada habita una estación espacial utópica, accesible solo para los ultrarricos. Este reporte analiza Elysium como un reflejo de la tecnocracia emergente –un sistema de gobierno donde el conocimiento técnico y la innovación dictan el poder– y el papel central de los multimillonarios en su materialización. Basado en análisis culturales, proyecciones espaciales y críticas contemporáneas, exploraremos cómo este escenario distópico se alinea con realidades de 2025, donde figuras como Elon Musk y Jeff Bezos impulsan visiones de colonización espacial que evocan una segregación clasista.

Elysium como escenario fáctico

Elysium proyecta un futuro (año 2154) donde la sobrepoblación, la contaminación y la pobreza han colapsado la sociedad terrestre. Los pobres sobreviven en un Los Ángeles devastado, mientras los ricos –un 0.01% de la población– residen en Elysium, una estación orbital con jardines exuberantes, gravedad artificial y tecnología médica que cura cualquier enfermedad mediante "pods de regeneración". Esta división no es meramente geográfica, sino existencial: la élite accede a longevidad y prosperidad, financiada por corporaciones que explotan mano de obra barata en la Tierra.

Como escenario factual, Elysium anticipa el "efecto Elysium", un término acuñado para describir la reacción pública contra la colonización espacial elitista, donde los multimillonarios abandonan un planeta en crisis para refugiarse en enclaves orbitales o marcianos. En 2025, con el cambio climático exacerbado y la desigualdad global en máximos históricos, esta visión resuena: informes de la ONU destacan que el 1% más rico emite el doble de carbono que la mitad más pobre de la humanidad, mientras proyectos espaciales privados avanzan sin resolver problemas terrestres. La película, criticada inicialmente por su "mensajería simplista", ahora parece profética, como señalan reseñas recientes que la ven como un "blueprint" para las élites tecnológicas.

El concepto de Tecnocracia y su manifestación en Elysium

La tecnocracia, propuesta originalmente en la década de 1930 por ingenieros como Howard Scott, aboga por un gobierno liderado por expertos técnicos –científicos, ingenieros y tecnólogos– en lugar de políticos o demócratas. En este sistema, las decisiones se basan en eficiencia racional y datos, priorizando la innovación sobre la equidad social. Críticos lo ven como una forma de autoritarismo disfrazado, donde el "conocimiento experto" justifica la exclusión.

En Elysium, esta tecnocracia se materializa en un gobierno orbital "técnico" que administra recursos con precisión algorítmica: drones armados patrullan fronteras invisibles, y la corporación Armadyne –dirigida por un CEO obsesionado con la eficiencia– diseña exoesqueletos y armas para mantener el orden clasista. La Secretario de Defensa, interpretada por Jodie Foster, encarna esta figura tecnocrática: fría, calculadora, delegando en IA y robots para suprimir revueltas terrestres. La película critica cómo la tecnocracia, bajo el pretexto de progreso, perpetúa desigualdades: los "pods médicos" son un avance transhumanista accesible solo a los ricos, simbolizando una inmortalidad selectiva.

Como escenario factual, Elysium ilustra una tecnocracia híbrida en ascenso. En 2025, gobiernos consultan a "expertos" de Silicon Valley para políticas de IA y clima, mientras plataformas como X (ex-Twitter) y algoritmos de Meta influyen en narrativas globales sin responsabilidad democrática. Análisis recientes describen Elysium como una "distopía crítica" que interroga el capitalismo global, donde la tecnología no libera, sino que segrega.

Los multimillonarios como arquitectos de este Nuevo Orden

Los multimillonarios tecnológicos –Musk, Bezos, Branson– son los Delacourt y Dreyfus de la vida real: visionarios que financian escapes espaciales mientras acumulan poder. Elon Musk, con SpaceX, planea colonias en Marte para "salvar la humanidad", pero críticos argumentan que esto es un "colonialismo espacial" que replica desigualdades terrestres, beneficiando solo a una élite. En septiembre de 2025, Musk y Bezos compiten en visiones orbitales, con Blue Origin de Bezos proponiendo hábitats para "millones" en el espacio para 2045, incluyendo robots que "conmuten" a la Luna.

Estos proyectos evocan Elysium: Bezos, en su Blue Origin, invierte en estaciones orbitales lujosas, mientras que Starship de Musk prioriza la eficiencia técnica sobre la accesibilidad. Un ensayo de 2025 califica estas ambiciones como "delirantes", argumentando que ignoran soluciones terrestres como la descarbonización equitativa. Harvard advierte: "Ignoren a estos moguls tecnológicos que promueven la colonización como panacea; es una distracción de la crisis planetaria". En Elysium, el multimillonario John Carlyle codifica datos en su cerebro para hackear el sistema, simbolizando cómo los ricos fusionan capital y tecnología para inmortalidad personal. Hoy, inversiones en longevidad (como Neuralink de Musk) paralelizan esto, creando una tecnocracia donde los multimillonarios deciden el futuro humano.




Conclusión

Tratando Elysium como escenario factual, emerge un panorama alarmante: una tecnocracia impulsada por multimillonarios que prioriza escapes elitistas sobre soluciones inclusivas. Mientras la Tierra enfrenta colapsos inminentes –con sequías y migraciones masivas en 2025–, estos "arquitectos" del futuro proyectan un Elysium real, donde la tecnología justifica la exclusión. La película urge a una reflexión: ¿permitiremos que la tecnocracia se convierta en eugenesia espacial, o demandaremos un progreso compartido? Recomendaciones incluyen regular inversiones espaciales para equidad y fomentar debates globales sobre transhumanismo. En última instancia, Elysium no es advertencia lejana, sino espejo de nuestro presente fracturado.


Referencias Principales:

- Blomkamp, N. (2013). Elysium. Sony Pictures.
- Artículos citados vía búsquedas web (2025).

jueves, 6 de noviembre de 2025

Milei detiene el proyecto del radiotelescopio chino en San Juan: Argentina pierde una gran oportunidad científica

Milei detiene el proyecto del radiotelescopio chino en San Juan: Argentina pierde una gran oportunidad científica
Por Sofía Arocena



El gobierno de Javier Milei decidió no renovar el convenio que permitía la instalación del Radiotelescopio Argentino-Chino (CART) en el paraje El Leoncito, provincia de San Juan. Se trataba de una antena de 40 metros de diámetro, destinada a observaciones astronómicas y espaciales de largo alcance, fruto de más de tres décadas de cooperación entre la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), el CONICET y la Academia China de Ciencias (CAS).

El Ejecutivo justificó la cancelación alegando posibles usos duales de la antena —científicos y militares— y supuestos riesgos para la soberanía nacional. Sin embargo, el argumento resulta poco convincente si se analizan los antecedentes técnicos y los objetivos del proyecto, orientados a la radioastronomía y la observación del espacio profundo.


La antena de observación china que iba a instalarse en El Leoncito, San Juan.

El CART era una oportunidad estratégica para insertar a la Argentina en el mapa de la investigación astronómica internacional. El sitio elegido —en el entorno del complejo astronómico de El Leoncito, con condiciones atmosféricas excepcionales— habría permitido instalar una de las antenas más avanzadas del hemisferio sur.

La Universidad Nacional de San Juan calificó la decisión de “una noticia muy triste para toda la ciencia del mundo”.

El proyecto, estimado en US$ 350 millones, incluía infraestructura civil, instrumentación, operación conjunta y formación de investigadores locales. Además, fortalecía la cooperación científico-técnica entre Argentina y China, un vínculo iniciado en los años 80 y consolidado durante la última década con misiones y proyectos compartidos.

El mito del “uso dual”

El argumento del uso dual, la posibilidad de que un proyecto sirva también para fines militares, se repite frecuentemente cuando se trata de iniciativas chinas. Sin embargo, en el caso del CART, ese señalamiento carece de sustento técnico.

Un radiotelescopio de estas dimensiones no tiene capacidad de vigilancia militar. Su función es captar señales de radio de fuentes astronómicas distantes, no emitir ni rastrear objetivos terrestres. Tampoco puede operar como radar activo, ya que carece de los sistemas de transmisión necesarios para ello.

El razonamiento detrás de las advertencias sobre “seguridad hemisférica”, promovidas por Estados Unidos, se apoya más en la rivalidad geopolítica con China que en un análisis científico real. La Estación de Espacio Lejano china ya operativa en Neuquén, dedicada a misiones de exploración lunar y marciana, es un ejemplo. Desde su inauguración en 2018 no se ha demostrado ningún uso militar ni violación de acuerdos internacionales.

Y no es un caso aislado. La Agencia Espacial Europea (ESA) también posee una estación de espacio profundo en Malargüe, Mendoza, con características técnicas similares y operada por personal extranjero, pero nunca fue objeto de cuestionamientos ni sospechas de uso dual. La diferencia, entonces, no parece radicar en la naturaleza de las instalaciones, sino en el origen de la bandera que ondea sobre ellas.

De hecho, los convenios preveían participación argentina, inspecciones conjuntas y acceso a los datos para la comunidad científica nacional. Si el objetivo era reforzar la transparencia, el gobierno podría haber renegociado los términos en lugar de cancelar el proyecto.


La Estación de Espacio Lejano pertenece a la Administración Espacial Nacional China y forma parte de la Red de Espacio Profundo de China. Opera en Neuquén desde su fundación en 2018.

Soberanía tecnológica: un concepto mal entendido

La decisión de frenar el radiotelescopio se presentó como una defensa de la soberanía nacional. Pero en un mundo donde el conocimiento científico es una herramienta de poder, cerrar la puerta a la cooperación tecnológica puede significar, precisamente, ceder soberanía.

El verdadero desafío para la Argentina no era evitar la presencia de infraestructura extranjera, sino asegurar una participación equitativa, con mayor tiempo de uso, transferencia tecnológica, desarrollo de capacidades locales y control conjunto de la operación.

Renunciar a un proyecto de este tipo no fortalece la independencia del país, sino que lo margina de los grandes programas internacionales de exploración y observación del espacio, donde la colaboración es la norma.

Entre la ciencia y la geopolítica

El contexto internacional también explica la decisión. La estrecha alineación del gobierno oficialista con Estados Unidos y su discurso de distanciamiento respecto de China influyeron directamente en la cancelación. Washington lleva años advirtiendo sobre la “expansión tecnológica” de Beijing en América Latina, y cada proyecto científico o de infraestructura vinculado al gigante asiático es leído como una amenaza estratégica, cuando en realidad es una oportunidad de cooperación.

Los envíos de materiales desde China fueron detenidos en la Aduana, y el convenio con la UNSJ y el CONICET expiró sin renovación. Así se desactivó una iniciativa que había avanzado durante años, incluso con la visita de delegaciones científicas chinas en junio pasado, cuando el proyecto ya estaba prácticamente paralizado.

La medida envía una señal clara a la comunidad internacional: Argentina privilegia los alineamientos políticos sobre la continuidad de sus proyectos científicos. Y esa señal no solo afecta la cooperación con China, sino también la confianza de otros socios potenciales en materia tecnológica.

Un país que mira el cielo… desde el costado

En tiempos en que el conocimiento astronómico y la observación espacial se transforman en motores de innovación —con aplicaciones en comunicaciones, geolocalización, defensa planetaria y cambio climático—, la Argentina eligió bajarse de un proyecto que la hubiera colocado en el mapa global de la radioastronomía. La antena de El Leoncito no era una amenaza militar, era una oportunidad científica. La decisión de frenarla, en cambio, sí puede tener consecuencias estratégicas reales. Porque cada vez que un país renuncia a producir conocimiento, termina dependiendo del de otros.

Evidentemente, el gobierno argentino está más concentrado en alinear su política exterior y tecnológica con los lineamientos de Estados Unidos, que impulsa una narrativa de desconfianza hacia todo proyecto científico vinculado a China. El costo de seguir esa agenda es alto. Se pierden inversiones, se interrumpen vínculos consolidados y se debilita la presencia argentina en los foros internacionales de investigación. En nombre de una prudencia geopolítica que no nos pertenece, terminamos cediendo autonomía científica y capacidad de decisión.

Porque mientras algunos países miran al cielo buscando comprender el universo, otros parecen conformarse con mirar cómo lo hacen los demás. Y ese es, quizá, el precio de confundir soberanía con obediencia.



domingo, 2 de noviembre de 2025

Alexander Dugin: Cómo Rusia planea sorprender a Occidente

Cómo Rusia planea sorprender a Occidente
El miedo se convierte en diplomacia y la escalada en arte.
por Alexander Dugin




Alexander Dugin advierte que solo una campaña de conmoción y pavor puede destrozar la arrogancia occidental y restaurar el poder de Rusia.

Conversación con Alexander Dugin en el programa Escalation de Sputnik TV .

Presentador: Quisiera comenzar con un tema de suma importancia, cuya relevancia es evidente para todos. Ayer, Vladímir Vladímirovich anunció las exitosas pruebas del Burevestnik, un nuevo misil capaz de orbitar el planeta durante meses, manteniendo en vilo a Occidente y a cualquier otro país. Medios occidentales como el New York Times lo han apodado el «Chernóbil volador», afirmando que desestabiliza la situación y complica el control de armamentos. La reacción de Occidente ha sido muy intensa. Me pregunto: ¿cómo afectará este misil al equilibrio de poder? ¿Qué ventajas nos aporta en la coyuntura actual?

Alexander Dugin: Admito desde ya que no soy un experto en armamento y me preocupa parecer un aficionado en ese campo. Soy sociólogo; estudio geopolítica y psicología política, así que analizaré el tema desde esas perspectivas, quizá con un matiz filosófico.

Me parece que, bajo la influencia de los neoconservadores, Trump se ha formado una percepción errónea de la posición de Rusia en el conflicto ucraniano: de nuestras capacidades, intereses, valores, de lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no. Con un Trump así, convencido de que basta con presionar, amenazar o alzar la voz para que termine el conflicto en Ucrania, no encontraremos puntos en común. Hay que hacerle cambiar de opinión; hay que reformular su manera de pensar. Las palabras por sí solas dificultan esto. Hubo negociaciones en Anchorage, conversaciones entre nuestro presidente y Trump. Es un hombre impulsivo, que vive el momento, de temperamento explosivo y agresivo, pero que respeta la firmeza y la respuesta decisiva. Comprendimos que intentamos diferentes enfoques para comunicarnos con él, pero no acepta un tono conciliador. Interpreta toda amabilidad como debilidad.

Cuando decimos: «Estamos abiertos al diálogo», piensa que nos falta fuerza para continuar la guerra. Cuando ofrecemos una solución de compromiso, responde: «Solo en nuestros términos: un alto el fuego, y luego lo arreglamos». Tratar a Rusia —una gran potencia nuclear, militar y económica— como subordinada, como un protectorado al igual que Europa, Ucrania o Israel, es un enfoque fundamentalmente erróneo. Nos dimos cuenta de ello. La cortesía, las declaraciones y las fórmulas razonables no funcionan con él. Percibe la cortesía como debilidad, la razonabilidad como cobardía y la voluntad de compromiso como capitulación. Eso es absolutamente falso y nunca ha sido así. Debemos demostrar fuerza. El presidente Vladímir Vladímirovich habló de esto, mencionando el término «oshelomlenie» («conmoción», «impresionante»): Occidente debe quedar impactado por nuestras acciones. La prueba del Burevestnik, el «Chernóbil volador», es un paso en esa dirección. Pero esto no es suficiente; debemos ir más allá.

Hay que infundir miedo en Occidente, porque los argumentos racionales se han agotado. Solo algo verdaderamente aterrador les obligará a hablar con Rusia de igual a igual.

Presentador: ¿Acaso el mero hecho de que el Burevestnik pueda mantenerse en el aire durante mucho tiempo y sea prácticamente imposible de rastrear o derribar no resulta suficientemente aterrador?

Alexander Dugin: El problema es que Occidente recibe nuestras declaraciones con escepticismo. He estudiado la prensa occidental: muchos tachan al Burevestnik de farol, de arma ficticia; dudan de sus características y confían en encontrar medidas para contrarrestarlo. Siempre será así: nuestras demostraciones de fuerza se topan con desconfianza y acusaciones de engaño. Dmitry Seims subraya acertadamente: se necesita una demostración real de fuerza para dejar de lado el farol.

Occidente farolea con mayor habilidad: sus modestas capacidades se magnifican hasta convertirlas en “grandes avances”. Trump opera con hipérbole: “¡Fantástico! ¡Genial! ¡Absolutamente!”. Su retórica de poder y confianza hipnotiza como una cobra hipnotiza a un conejo. Nuestra diplomacia, durante 35 años, se construyó de forma diferente: “Evitemos los conflictos, busquemos el compromiso, tengamos en cuenta los intereses”. En respuesta: “¡Fantástico, los aplastaremos!”. Los ataques de precisión que no alcanzaron el programa nuclear iraní se presentan como un triunfo. Los medios se hacen eco de ello, y el propio Trump cree que Irán se ha “arrodillado”. Son profecías autocumplidas: declaran un “ataque devastador”, muestran un resultado fabricado, y funciona en la realidad virtual. Nuestras revelaciones y argumentos no impresionan. Los fracasos de Trump se proclaman victorias, que resuenan en todos los medios.

Necesitamos un golpe en un punto sensible que no se pueda ignorar. ¿Cuál es ese punto? No lo sé. El presidente habla de «oshelomlenie»: hay que conmocionar a Occidente. Lanzamos el Burevestnik, pero no hay reacción. Aunque tengan miedo, fingen que Rusia está fanfarroneando, que la economía está débil, que las sanciones son efectivas y que se pueden confiscar los activos. Nos enfrentamos a un infierno. Trump, aunque parezca mejor, en la práctica continúa la guerra de Biden. No dejaba de decir: «Esta no es mi guerra», pero actúa como si lo fuera. Pronto dirá: «Esta es mi guerra, y la ganaré en un día». Debemos endurecer drásticamente nuestro discurso. Ellos no respetan las formalidades, mientras que nosotros seguimos recibiendo los golpes con cortesía. Kirill Dmitriev, al estilo de Gorbachov, intenta normalizar las relaciones con Estados Unidos, pero lo perciben como una rendición, como una capitulación.

Presentador: Más tarde hablaremos de la visita de Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa, y de la normalización, o la falta de ella, en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Quiero retomar su comentario sobre la «Operación Oshelomlenie» . Antes mencionó que esto podría ser el inicio de una «Operación Oshelomlenie» en Ucrania, relacionada con ataques a infraestructuras. ¿Qué es esta «Operación Oshelomlenie»? ¿Se refiere a una demostración de fuerza en el campo de batalla con nuestros misiles?

Alexander Dugin: Repito, no soy experto en armas, pero estudio la conciencia colectiva. A veces, un dron pequeño, lanzado con precisión, produce un mayor efecto que la destrucción de toda la infraestructura ucraniana si esta última pasa desapercibida.

Vivimos en un mundo de símbolos e imágenes, donde no existe una conexión directa entre nuestro poder y su percepción. No estoy diciendo qué atacar; hay que calcular modelos. Por ejemplo, está Zelensky: esa es una realidad; sin él, una muy diferente. Están seguros de que no podemos atraparlo. Su objetivo no es salvar a Ucrania, sino hacernos la guerra por otros. Mientras Zelensky exista, aunque solo esté, está integrado en su propaganda, y todo es «fantástico, maravilloso». Destruyan la infraestructura: la ocultarán. Los militares ven mapas reales e imágenes satelitales, pero al público que decide sobre sanciones o ataques se le muestran imágenes manipuladas. La manipulación de la realidad no es nada nuevo; es el enfoque posmoderno de Occidente de los últimos 30 años. Una operación militar sin apoyo mediático, sin imágenes impactantes, ni siquiera generadas por IA, no se considera exitosa. Se requiere una combinación de acción militar, política, declaraciones, imágenes y demostraciones para convencer al espectador. Si no se muestra, es como si no hubiera ocurrido.

No estábamos preparados para ese tipo de guerra; es un nuevo desafío para nosotros. Medimos el éxito por el número de muertos, el territorio liberado, perdonamos a los enemigos, preparamos un “gesto de buena voluntad” para 20.000 asesinos en un infierno. Lo que se necesita es una acción decisiva que ataque a los adversarios, no a nosotros mismos. Esto requiere no solo estrategia militar, sino también dominio de los medios de comunicación. Para sorprender a Occidente, especialmente en el contexto de la escalada de Trump, hay que lograr que exclamen: “¡Es terriblemente fantástico, los rusos han cruzado todos los límites!”, mientras siguen insistiendo en que somos débiles, que no avanzamos, que evitamos los pasos decisivos y que cedemos ante las presiones.

Pero hay acciones que la retórica no puede distorsionar. Deben llevarse a cabo. Existen métodos.

Presentador: Mencionaste ataques en la calle Bankova. ¿Es ese el factor sorprendente?

Alexander Dugin: Se ha hablado tanto del ataque a Bankova que ha perdido todo sentido. No sé qué será: un pequeño dron, una paloma mensajera, un elemento microscópico escurridizo o un Burevestnik descendiendo como el cielo. Quizás un simple mosquito elimine a Yermak y Budanov, o algo fundamental. No tomo decisiones, desconozco nuestras capacidades y no doy consejos. Quienes tienen el poder deben decidir. Pero: anunciar un ataque y no realizarlo es peligroso.

Nuestro discurso se endurece, demostramos nuestras capacidades y la gente espera un siguiente paso. Necesitamos sorprenderlos para que nuestros adversarios se vean realmente impactados. Observo la reacción de Occidente: guardan silencio sobre Oreshnik y Burevestnik. Trump no muestra señales de inmutarse. Analizo su psicología, sociología, geopolítica, incluso sus gestos más sutiles, en este aterrador juego de escalada donde está en juego el destino de la humanidad. Pero no hay sorpresa.

No hemos terminado la tarea. El objetivo no es convencernos de nuestra propia fuerza, sino sacudirlos. Si Trump dice: «Esta no es mi guerra», corta los canales de apoyo y deja que los europeos lo resuelvan solos, entonces habremos dejado atónitos a algunos. Debemos dejar atónitos a Inglaterra, París, Merz. El ataque con drones desconocidos los alarmó; los inquietó, pero no los conmocionó. Se necesita algo increíble. Basta ya de alimentar ilusiones de que nos tomen en serio. Somos más fuertes, más peligrosos, más poderosos de lo que creen. Eso debe demostrarse; esa es la operación de oshelomlenie. Hasta ahora no hay resultados. Debemos continuar.

Presentador: Permítame aclarar: Kyryll Budanov figura en la lista de terroristas y extremistas. Quisiera añadir algo a lo que usted dijo: Trump afirmó: «No juegan con nosotros, y nosotros no jugamos con ellos». ¿Qué podría significar esa frase?

Alexander Dugin: Nada. Es como una tos leve. Podríamos decir lo mismo: «Nosotros jugamos, ellos juegan». Cuando Trump no tiene nada que decir, suelta un comentario absurdo que suena racional pero carece de sentido. Significa que no lo hemos sorprendido. Cuando lo sorprendamos, hablará con coherencia. Por ahora, es su habitual provocación; interprétenla como quieran; ni él mismo entiende lo que dice. Su determinación de iniciar una nueva escalada nuclear sigue intacta. Lamentablemente.

Presentador: Tengo una última pregunta sobre la “Operación Oshelomlenie”. ¿No cree que, por ejemplo, si, como sugiere, Ermak o Zelensky fueran destituidos, los medios de comunicación y los políticos europeos aprovecharían la situación para crear la imagen de un mártir y explicar a sus ciudadanos que ahora existe una amenaza directa que exige prepararse para una guerra con Rusia? Actualmente, presentan una visión distorsionada, manipulando los hechos, y esto les proporcionaría una herramienta perfecta.

Alexander Dugin: Quizás eso ocurra. Pero si alguien ansía una guerra contra nosotros, la iniciará, con o sin pretexto. No insisto en decisiones concretas. Se ha declarado la «Operación Oshelomlenie», y creo que es oportuna y acertada. Sin embargo, su forma es prerrogativa exclusiva del Comandante en Jefe Supremo y la cúpula político-militar. No propongo ni insinúo nada; solo presento imágenes y ejemplos.

Pero atención: si no los sorprendemos, se prepararán para la guerra con mayor éxito y rapidez. Decimos: «Los sorprenderemos ahora», pero no actuamos. Entonces, ellos mismos provocarán: enviarán un «mosquito» contra Zelensky, culparán a los rusos, nos atribuirán cualquier cosa. Las operaciones de bandera falsa son la norma en la política moderna. Si permanecemos inactivos, lo harán por nosotros y lo usarán en nuestra contra.

La realidad ha perdido credibilidad; simplemente no existe. Las imágenes lo deciden todo. Tenemos una carencia de la imagen de poderío. Dicen: los rusos son peligrosos, pero insignificantes. Amenazamos, pero somos impotentes. Esto prepara el terreno para su agresión: la imagen de un enemigo cruel pero débil, como Sadam Husein o Hamás. Nos empujan a esta trampa y no resistimos. Repetimos: «Somos pacíficos, no buscamos atacar». Ellos responden: «Son débiles, ocultan su amenaza, temen ser descubiertos». Esta es una guerra de información unilateral.

Existen oportunidades excepcionales —pocas, pero existen— que pueden socavar su estrategia de ofensiva informativa. Debemos atacar su burbuja informativa, no a Occidente ni a Ucrania. Esta burbuja es peligrosa: crea una imagen que justifica una guerra real contra nosotros —misiles Tomahawk, submarinos nucleares, como menciona Trump—. Creen que ataques como los de Irán nos obligarán a capitular. Cuanto más proclamemos: «No atacaremos, cumplimos las reglas», más fuerte será la impresión de nuestra debilidad. Capturamos a 20.000 soldados ucranianos, los intercambiamos, creamos las condiciones —eso se percibe como debilidad—. ¿Cómo cambiar eso? —No lo sé. Pero es necesario.

Debemos activar mecanismos que consideren la dimensión informativa. Sus mentiras no son inofensivas: provocan ataques con misiles en nuestro territorio. Entonces tendremos que responder con contundencia. Integran todo —paz, dureza, negociaciones, medidas decisivas— en su narrativa. ¿Cómo desbaratar su guerra de información en este momento crítico? Debemos impedir que Occidente lleve a cabo la agresión a la que se acerca cada vez más. El equilibrio entre la sensatez y la fuerza requiere un ajuste preciso. La escalada o la evasión indefinida equivalen a la capitulación.

Este es el arte de la guerra, de la alta política, de la lucha por la soberanía y los intereses nacionales. La política es una lucha por la existencia, una categoría filosófica. Algunos gobernantes dominan este arte, otros conducen a la ruina. No debemos dormirnos en los laureles: se avecinan tiempos difíciles. Es hora de buscar aliados para una posible guerra.

Propondría una alianza militar con China: si Occidente comprende que un ataque contra nosotros provocará respuestas de sus aliados, eso los disuadirá. Si su atención se centra en Taiwán, debemos apoyar a China. Estamos al borde de ello. Rusia y China, como potencias económicas, geopolíticas y militares, son una fuerza poderosa. Debemos fortalecer los lazos con India y otros países. Una prueba decisiva es la agresión estadounidense contra Venezuela y Colombia. Si logran cambiar los regímenes allí, eso representa una amenaza para nosotros. Es su doctrina Monroe, su «Ucrania», y no se detendrán. El éxito reforzará su confianza en que pueden actuar contra nosotros y China. Debemos intensificar el trabajo geopolítico en América Latina. Si permitimos que Trump cambie los regímenes allí fácilmente, nuestra posición empeorará.

Presentador: ¿Entonces deberíamos suministrar armas?

Alexander Dugin: A todos: Irán, Hezbolá, Venezuela. De forma activa, masiva y sin restricciones, como lo hace Estados Unidos. Y al mismo tiempo, digan: “Estamos a favor de la paz, Trump, eres maravilloso, pero esto son negocios”. Maduro paga por los misiles Oreshnik, por los sistemas de defensa aérea; eso es un trato. Como dice Trump: “Es un trato”. Convivir con lobos, aullar como un lobo. Eso es oshelomlenie.

Y decimos: “No apoyaremos a Hamás ni a Hezbolá, llegaremos a acuerdos en Siria, ayudaremos a Irán desde la distancia, no formaremos alianzas militares dentro de los BRICS”. Eso nos convierte en “Cheburashkas”, no en personajes de dibujos animados aterradores y desquiciados preparando un ataque. Occidente está presentando la guerra contra Rusia como una caricatura.

Debemos desbaratar su plan de guerra caricaturesco ahora mismo. Trump es un firme defensor de la ideología MAGA, pero actúa de forma monstruosa, no a nuestra costa. Lo que está en juego no es solo la línea de contacto, sino la posición global de Rusia. Somos un polo de poder y debemos tener una postura sobre Oriente Medio, amigos y enemigos, formar alianzas, proporcionar ayuda militar y financiera, esperando reciprocidad. Esto concierne a África, Asia y América Latina. Una gran potencia se preocupa por todo, incluso por las Islas Malvinas. ¿Contamos con los recursos necesarios?

Si carecemos de recursos, cada desplazamiento nos costará soberanía. Estamos cercados, y el enemigo exigirá más: la colonización de Rusia. Occidente habla de esto mañana y noche, creando recursos para nuestro colapso: conspiraciones, operaciones de cambio de régimen. Si mostramos debilidad, África, Latinoamérica, Oriente Medio y Asia no serán nuestras. Entonces dirán: «Siberia no es vuestra, el Cáucaso Norte no es vuestro».

La hegemonía occidental es una maquinaria que opera en nuevas realidades interconectadas. La inteligencia artificial es un ejemplo. La adoptamos sin comprender que, en su esencia, como en el caso de Elon Musk, esconde trampas liberales. Puede explotar como los buscapersonas de Hezbolá. No comprendemos la magnitud de la confrontación en la que ya nos encontramos. No entendemos el aspecto técnico, el reclutamiento de nuestra ciencia, cultura y economía mediante subvenciones. Occidente nos penetró, dejando puertas traseras en cada institución: democracia, libre mercado. En los años 90 le entregamos al enemigo las llaves de la ciudad. Y aún no nos hemos liberado por completo. Luchamos en todos los niveles, incluido el informativo, pero no siempre sabemos cómo. Creemos que el conflicto puede ser localizado, pero es global.

Presentador: Pensamos en términos de buena voluntad, pero el mundo no está preparado. Mencionaste a los aliados y a China. Quiero aclarar: ¿Qué podemos esperar del viaje actual de Donald Trump y de la reunión con Xi Jinping el 30 de octubre? Algunos medios afirman que Trump intentará alejar la energía china de Rusia.

Alexander Dugin: Ciertamente, en parte busca eso, pero no solo eso. Trump ha adoptado posturas neoconservadoras, abandonando la filosofía MAGA. Es un instrumento en manos de gente como Lindsey Graham. Su objetivo es crear alianzas en el sudeste asiático mediante la intimidación, el soborno y ofertas que, en su opinión, China no rechazará. Es una guerra. Dice: «Compito con China», pero lucha contra nosotros. Biden, Obama, los neoconservadores: ese es Trump hoy.

Su visita es un paso hostil. Teje intrigas y negocia acuerdos en nuestra contra. Cree controlarlo todo, pero Rusia es un Estado soberano y no le obedece. Se topó con nuestro conflicto esperando una victoria fácil. Europa también se queja, pero sigue a los neoconservadores. Y eso es peligroso.

Trump no se limita a tener disputas con China; busca acuerdos que nos perjudiquen. Es improbable que Xi Jinping tome medidas radicales contra nosotros, pero debemos trabajar para evitarlo. Necesitamos forjar una alianza sólida con China. Nuestro presidente trabaja incansablemente en ello, pero los mecanismos de la política rusa a veces no están a la altura de estos desafíos: son demasiado lentos, burocráticos y engorrosos. Putin actúa como un héroe del que depende el destino de la humanidad, pero sus directivas se pierden en papeleo; lo vertical se vuelve horizontal. Debemos acelerar el ritmo: en alianzas militares, económicas y estratégicas, con aquellos que comparten una agenda multipolar. La «Operación Oshelomlenie» tiene diferentes niveles, incluyendo avances positivos en la política mundial, la captación de nuevos aliados y el apoyo a los existentes.