domingo, 13 de mayo de 2012

Conciencia pura: recicla el agua que usa en casa

Lucas Bianchini es profesor de Biología. Implementó un biofiltro natural que puede ser utilizado en cualquier vivienda.

Carla Romanello - cromanello@losandes.com.ar

Conciencia pura: recicla el agua que usa en casa
La pileta donde recupera las aguas filtradas del lavatorio y el lavarropas. (Fotos:Claudio Gutiérrez)

Lavarse las manos y cepillarse los dientes sin cerrar la canilla: 30 litros; una ducha de 15 minutos: 249 litros; regar el jardín durante una hora: 1.000 litros. Si al menos por un día fuésemos conscientes de las enormes cantidades de agua potable que gastamos en nuestra actividades cotidianas tal vez trabajaríamos más para preservar este líquido vital. Una manera de hacerlo es reducir al máximo su uso y la otra es reutilizar la máxima cantidad de agua que sea posible.

Lucas Bianchini, un profesor de Biología notablemente preocupado por el tema, decidió hacer hincapié en esta segunda opción e implementó en su vivienda de Guaymallén un sistema de depuración de aguas grises, a las que luego emplea para riego.

“Cuando empecé a construir mi casa me encontré con una dificultad con las cloacas y, como estaba trabajando con una planta de depuración a nivel industrial, empecé a investigar sobre los sistemas naturales de depuración para adaptar a mi jardín”, relató el docente a Los Andes desde su verde jardín a pocos kilómetros del centro de la ciudad.

Bianchini pretende que su iniciativa sea imitada por toda la población: “Trato de propagar una manera de vivir con más responsabilidad ambiental para que no se agoten los recursos”, destacó. Y continuó con su mensaje de concientización: “Mucha gente sostiene que eso es incómodo, pero en realidad desconoce cómo hacerlo”.

Filtro natural

Instalar un sistema para reutilizar aguas grises -que provienen del lavatorio, del lavarropas y de lavandería- no conlleva demasiadas complicaciones y aporta múltiples ventajas: ahorro de este recurso vital (lo que se traduce en una reducción de los costos del servicio); mínimo gasto energético; e integración estética a cualquier jardín.

“Para aplicarlo en una vivienda es necesario contar con un espacio para realizar una excavación alargada de 50 centímetros de espesor, que luego se recubre con una geo membrana o nylon negro y se rellena con algún material poroso como piedra o ripio”, comenzó a explicar este experto y autodidacta en el tema, que decidió usar piedra pómez por su bajo costo y prestaciones. 



Para completar la estructura hay que sembrarle plantas macrófitas, que son las que viven con sus raíces sumergidas en el medio líquido. “Fui probando distintas y las que mejor me resultaron fueron las totoras, juncos, cyperus y lirios, porque son autóctonas y soportan muy bien las bajas temperaturas del invierno”, detalló Bianchini.

Una vez terminado, este hábitat funcionará como biofiltro por el cual circulará el agua y se irá purificando hasta finalizar en un estanque, que debería tener unos 2 metros cúbicos de capacidad, de donde el agua puede ser extraída mediante una pequeña bomba de riego. El único cuidado que requiere es la poda oportuna de la vegetación que lo compone. 

Este sistema emula la actividad de los humedales naturales, que comenzaron a ser estudiados en el siglo pasado por ser depuradores. “Lo que se hace actualmente es aportarle herramientas tecnológicas para mejorar su eficiencia”, señaló Lucas.

Un detalle importante es que con este tipo de biofiltro no se pueden tratar las aguas negras, que son las que provienen del inodoro.

“En muchas casas ambas aguas de desecho vienen juntas, por lo que es importante planificar el procedimiento desde la construcción”, aclaró Bianchini, que ya ha emprendido una búsqueda para solucionar este problema: “Estoy probando un filtro vertical más complejo, que está relleno con una serie de capas de distinta granulometría de piedras, atravesadas por caños perforados, que podría resolver el inconveniente”, indicó.

Difusión social

Como profesor, Lucas Bianchini tiene la firme intención de difundir este tipo de sistemas: “Les doy clases a los chicos que van a ser docentes de Biología, porque ellos van a ser promotores en las aulas, un espacio fundamental desde donde se puede producir un cambio”, manifestó con optimismo.

Además, brinda charlas en todo tipo de instituciones educativas: “Reconozco que también sería necesario meterse a nivel político, pero lamentablemente no es mi fuerte”, admitió el profesional.

Una posibilidad de extender su utilización es aplicar el sistema en barrios: “Que todas las casas tengan es complicado, pero también se puede utilizar a nivel barrial para que se encargue una sola persona”, expuso, y comentó la idea que tiene hace tiempo de implementarlo en un lugar público donde pueda recibir visitas y se muestre que realmente funciona.

“A muchos les cuesta entender la importancia del cuidado del agua y no logran dimensionar su verdadero valor porque aún no les toca el bolsillo. Pero si seguimos así, el día de mañana va a ser un recurso sólo para unos pocos”, reflexionó. 

Plantas autóctonas

Una forma de minimizar el uso de agua para riego es diseñar un jardín con plantas autóctonas de bajo consumo de líquido, como el algarrobo, diferentes tipo de arbustos y los cactus. A la vez, colocar grandes áreas de piedras de distintos tamaños pare reducir el sector de pasto.

Este tipo de vegetación también aporta otras ventajas, como no requerir cuidados especiales porque se adaptan perfectamente al suelo, son poco propensas a apestarse y le dan un aspecto llamativo al lugar.
 
Fuente: Los Andes Online

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