Elecciones legislativas en Grecia
Lo que no predijeron las encuestas
Los resultados electorales han puesto difícil revalidar el gobierno de coalición que continúe con el programa exigido por los acreedores internacionales que, por su parte, rechazan que Grecia tenga libertad para renegociarlo. Nueva Democracia y Pasok ya apelan a la creación urgente de un gobierno de concertación nacional que continúe la política de recortes, tarea para la que se han quedado solos.
En las elecciones
legislativas celebradas ayer en Grecia, Nueva Democracia consiguió el
18,88%, equivalentes a 108 escaños, mientras que el PASOK se adjudicó el
13,19 por ciento de las papeletas, es decir, 41 diputados. Ambos,
sumarían 149 escaños, por lo que se quedarían a dos de alcanzar la
mayoría absoluta en el Parlamento de Grecia y allanar el camino para
formar un gobierno de coalición favorable al plan de ajustes exigido a
cambio del rescate.
Por su parte, la Coalición de la
Izquierda Radical (SYRIZA) consiguió un histórico segundo lugar, ya que
cuadriplica el resultado obtenido en los comicios legislativos de 2009,
con el 16,76 por ciento de los votos y 52 diputados. SYRIZA podría tomar
la iniciativa y proponer a los partidos de izquierda la formación de un
gobierno de coalición que sirva para superar el marco político impuesto
por la 'troika', formada por la Comisión Europea, el Banco Central
Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Por detrás se
sitúan, Griegos Independientes, con el 10,60 por ciento de los votos y
33 diputados; el Partido Comunista de Grecia (KKE), con el 8,47 por
ciento de las papeletas y 26 legisladores; el ultraderechista Amanecer
Dorado, con el 6,97 por ciento de los sufragios y 21 escaños; e
Izquierda Democrática, con el 6,1 por ciento de los votos y 19
diputados.
Transcurrida la jornada
electoral con relativa calma, los primeros avisos llegaron con los
sondeos a pie de urna a los que siguieron la confirmación de los
resultados definitivos. Los electores griegos confirmaban la
fragmentación del voto vaticinada por las encuestas de opinión previas
al inicio de la campaña electoral, pero la sorpresa venía por el
fulgurante ascenso de la Coalición de Izquierda Radical (Syriza) y el
serio revés recibido en las urnas de Nueva Democracia (ND) y sobre todo
de los socialistas del Pasok.
Todas las opiniones coincidían en
señalar lo reñido de unas elecciones en las que se dilucidaba la
continuidad de las políticas impuestas desde Bruselas o el freno a un
memorando de préstamo que ha sumido la economía griega en una crisis sin
precedentes.
Pero parecía que los dos partidos mayoritarios, que
durante décadas mantuvieron un respaldo electoral del 80 % no tendrían
dificultad para revalidar su gobierno de coalición y de ese modo poder
continuar con el programa exigido por los acreedores internacionales. La
situación resultante no ha sido, sin embargo, tan halagüeña para los
intereses de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
Lo ocurrido durante la campaña dejó fuera de pronóstico el
impacto de los nuevos, y urgentes, recortes exigidos desde Bruselas, y
supusieron un jarro de agua fría para los partidos favorables al
memorando de préstamo.
Todo parece indicar que la presión de
determinadas instituciones financieras internacionales y gobiernos
europeos han sido contraproducentes para el resultado final de las
elecciones.
Los ciudadanos, afectados por un drástico descenso de
sus ingresos y el aumento récord del desempleo, han optado por a
favorecer a pequeños partidos (algunos de ellos de reciente creación)
que durante la campaña se mostraron contrarios a continuar con las
políticas de recortes impuestas desde el exterior. Las consecuencias se
verán en los próximos días, pero por lo pronto ND y Pasok ya apelan a un
gobierno de concentración nacional con partidos favorables al memorando
de préstamo. Reconociendo su derrota electoral el líder socialista,
Evangelios Venizelos, pidió anoche de manera urgente la creación de una
amplia coalición que continúe la política de recortes. Tarea para la que
se han quedado solos.
El resto de grupos parlamentarios no
quiere ni oír hablar del nuevo programa de recortes, anunciado días
atrás por la UE y el FMI, que afectaría otra vez a los salarios de los
funcionarios, al presupuesto de sanidad, incluiría la supresión de 150
mil puestos de trabajo en el sector público y pondría a la venta la
totalidad de las empresas del Estado. Un paquete de medidas encaminado a
reducir en 11.500 millones de euros el presupuesto público y que
debería ser aprobado el próximo mes de junio.
El posible traspiés
de los partidos pro-memorando ya fue anunciado el pasado viernes por el
Instituto Internacional de Finanzas (IIF) -la patronal mundial de la
banca- al hacer público un informe en el que exigía que ante un
resultado electoral que provocara la formación de un gobierno de
coalición débil, se designara «una administración de tecnócratas para
hacerse cargo de la dirección del país a fin de garantizar la
estabilidad».
A su vez un documento emitido por la Unión de
Bancos Suizos desmentía la posibilidad de renegociar los acuerdos del
préstamo, defendida por alguno de los partidos políticos durante la
campaña, asegurando que ello «sugería un grado de libertad que [Grecia]
no tiene».
También el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang
Schaeuble, entró en la campaña electoral griega para presionar a los
votantes en favor de las medidas de austeridad, advirtiendo que en caso
contrario el país podía ser forzado a salir de la zona euro, y retornar
al dracma.
Un escenario que para muchos analistas supondría para
Grecia una catástrofe sin precedentes mientras que otros calificaron
tales declaraciones como un chantaje político inaceptable.
La situación hoy en Grecia está a un paso de confirmar los peores augurios de los denominados «mercados».
http://www.gara.net/paperezkoa/20120507/339303/es/Lo-que-no-predijeron--encuestas
Fuente: Rebelion.org


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