MERCOSUR sigue adelante
Barómetro Internacional
El 20 de noviembre de 2012 el alto representante del MERCOSUR, Iván Ramalho, presentó formalmente ante el gobierno de Bolivia la invitación a que este país se convierta en un miembro pleno del bloque, al cual actualmente pertenece en calidad de miembro asociado. David Choquehuanca, canciller de Bolivia, declaró que "vamos a procesar la invitación, la vamos a analizar" y consideró que sería posible discutirlo en la próxima cumbre presidencial del MERCOSUR, que tendrá lugar en Brasilia el 6 y 7 de diciembre y en la que participará el presidente Evo Morales, "ya iniciaremos un proceso de diálogo, un proceso de trabajo, si es que Bolivia toma la decisión de incluirse", agregó.
Un par de días
después el propio presidente Evo Morales declaraba el interés de su país
en integrar definitivamente el grupo, ya que el MERCOSUR “no tiene
conexión con los Estados Unidos y los Tratados de Libre Comercio con los
cuales se benefician las grandes empresas transnacionales…” Dijo además
que Bolivia como miembro pleno podrá “unir una nueva mentalidad para
nuestro principio de completentariedad y no de competitividad”
Esta
invitación y la buena disposición de las autoridades bolivianas
constituyen un paso más en el nuevo camino emprendido por el MERCOSUR,
sobre todo a partir de la incorporación de Venezuela como miembro pleno
en Julio de 2012.
La unión de Bolivia proporcionaría un nuevo
crecimiento geopolítico de cara hacia el Centro-Oeste de Sudamérica, y
aportaría un nuevo refuerzo en la disponibilidad del bloque, de la
energía derivada de combustibles fósiles. Bolivia dispone de una
importante reserva de gas natural, pero lo más importante es que en la
actualidad realiza una substancial producción de este hidrocarburo que
le permite no sólo autoabastecer sus propias necesidades energéticas,
sino exportarlo en importantes volúmenes a Argentina y Brasil. Sin
contar además con que se trata de un país de gran capacidad agrícola, y
con reservas minerales muy importantes, que también pasarían a engrosar
los activos potenciales del MERCOSUR.
Así, las impresionantes
cifras del nuevo MERCOSUR se verían reforzadas. Será entonces un bloque
regional que constituye la quinta economía del planeta, siendo el mayor
productor de alimentos del mundo, contando con las terceras reservas de
agua potable (sobre todo con el Acuífero Guaraní), abarca catorce
millones de quilómetros cuadrados de extensión, con una población del
orden de los trescientos millones de habitantes. Dispondrá de las
mayores reservas probadas de petróleo y de las cuartas de gas natural,
así como de un inmenso potencial hidroeléctrico que incluye algunas de
las más grandes e importantes represas del mundo (como Itaipú, Guri o
Salto Grande).
Pero lo más importante, como ya analizáramos en un anterior trabajoi es el significado que tiene el MERCOSUR y su proceso de crecimiento para la integración del continente.
Lo que naciera veintiún años atrás como una alianza puramente
arancelaria se está convirtiendo paulatina y rápidamente en una tupida
red que abarca todos los demás aspectos de una verdadera e integrada
alianza regional, los culturales, los políticos y los sociales. En ese
sentido el MERCOSUR se va perfilando como la herramienta más eficaz para
ir acercándonos al sueño planteado en la Independencia hace ya
doscientos años: Una Patria Grande integrada por todos los Sudamericanos
(y aún por todos los latinoamericanos) y que fuera intentado por Simón
Bolívar con el llamado al Congreso Anfictiónico de Panamá, y llevado al
fracaso por los oscuros intereses tanto imperiales como de las
oligarquías criollas.
En este sentido, si bien existe ya la
UNASUR que abarca a todos los gobiernos sudamericanos, y que ha
respondido con sorprendente unanimidad ante algunas crisis regionales,
esta es una alianza realizada sobre todo a nivel político por los
gobiernos y que está lejos de atender las otras áreas de integración.
Mientras
tanto el otro posible miembro de pronta incorporación al bloque parece
ser Ecuador. Si Rafael Correa vuelve a ser elegido presidente y consigue
en su Congreso una mayoría importante que respalde su futura gestión,
es muy probable que se pliegue a la expansión del bloque regional.
Los
tres restantes países asociados, Chile, Colombia y Perú es poco
probable que en un futuro cercano puedan se considerados candidatos
idóneos para seguir el mismo camino. Los tres países son hoy parte de la
“Alianza del Pacífico“, una agrupación regional promovida por el
Gobierno de los Estados Unidos (a la cual sorprendentemente quiere
plegarse el quebrado reino de España), bajo la tutela imperial y
amarrada a los leoninos Tratados de Libre Comercio. Están bajo gobiernos
de clara orientación neoliberal y por tanto no sólo es poco probable
que les interese integrar definitivamente al MERCOSUR, sino que para
éste constituyen candidatos muy poco confiables.
Como ya lo
dijimos, el camino por delante no será un lecho de rosas. Además de las
presiones externas, tanto de los gobiernos centrales a quienes la
soberanía del MERCOSUR perjudica en sus intereses, como de las grandes
corporaciones transnacionales que son el poder oculto tras esos
gobiernos, el bloque tiene sus propios problemas internos a resolver.
Las asimetrías económicas entre sus miembros es uno de los más notorios,
así como las históricas ambiciones imperiales de sus miembros mayores, y
por supuesto la tendencia tan bien implantada a la balcanización,
impuesta en la región y en sus oligarquías dominantes por sucesivos
imperios, son algunos de los serios factores a superar para seguir
adelante.
Sin embargo es hora de ser optimistas. Este Siglo XXI
nos encuentra a los latinoamericanos en un proceso de grandes cambios,
en un mundo que también está cambiando aceleradamente. Si como se está
perfilando somos capaces de orientar esos cambios hacia los mejores
intereses comunes, estaremos nuevamente conquistando nuestro derecho a
forjar por nuestra cuenta nuestro propio futuro.
Fuente: Rebelion.org
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