domingo, 20 de octubre de 2013

La batalla entre robots rápidos y furiosos

De distintas provincias llegaron a Mendoza para poner en la (mini) pista sus mutantes, construidos con algo de tecnología y mucho de ingenio.

Carla Romanello

La batalla entre robots rápidos y furiosos
“Castor”, allá adelante, corre veloz hacia el triunfo. Fue construido por un estudiante sanjuanino. (Marcos García / Los Andes)

“Castor” sale de la largada con paso firme y sostenido. Va siguiendo las líneas blancas que marcan la pista y pasa sin dificultades un puente, varias curvas y un zig zag distribuidos a lo largo de 30 metros. La mínima diferencia con su oponente llama la atención de los espectadores, que gritan en conjunto cuando aquel despista dejando que Castor salga victorioso.

Con alegría inevitable, Pablo Aguado (22) apaga su robot y se dirige junto a sus compañeros para festejar el triunfo en la carrera. El joven de San Juan llegó a la provincia para participar de la Tercera Competencia Nacional de Robótica, que se realizó ayer en el Campus Ejército de los Andes de la Universidad de Mendoza, institución que organizó el certamen.

En total fueron 38 los equipos formados por estudiantes secundarios y de distintas ingenierías que llevaron a la realidad un dispositivo de 20 centímetros para disputar las categorías “Carreras” y “Minisumo”.

“Creamos un programa para manejar el robot que fuese fácilmente modificable para poder arreglarle ciertas variables después de cada carrera”, contó Pablo en el sector de “boxes”, que constó de varias mesas con computadoras y algunas herramientas para que los asistentes pudieran mejorar aspectos de sus creaciones tras cada enfrentamiento. Pablo, alumno de Ingeniería en electrónica en la Universidad de San Juan, confesó no haber dormido en una semana para dejar todo listo para el evento.

Con tan sólo 15 años, Josefina Ferreyra también integró la lista de competidores. Estudiante de la escuela Tomás Alva Edison, comentó que se enteró “del mundo de los robots” en un taller que le dieron en la institución.

“La verdad es que me llamó bastante la atención y me puse a aprender un montón para poder concursar”, dijo la chica dueña de “Caico 2.0”, dispositivo que realizó con elementos reciclados. “Lo más importante fue que mi robot salió de la línea de partida. Aunque sé que me queda mucho por aprender para volver otro año”, destacó acompañada de su orgullosa mamá.

Inspirado en la película protagonizada por Vin Diesel y Paul Walker, Jorge Hegel (22) decidió llamar a su autómata “Rápido y Furioso”. Llegado desde Bahía Blanca, el joven explicó el funcionamiento de su equipo: “Tiene sensores que detectan el blanco y el negro y va calculando la posición de la línea blanca que va por toda la pista para ir avanzando”.

El bahiense tiene experiencia en este tipo de competiciones pero es la primera vez que participó de la de Mendoza. “Ya he competido cuatro veces en distintos lugares. Esta vez estuvimos dos meses preparando el robot junto a otros dos compañeros”, señaló.

Pelea cuerpo a cuerpo

Un círculo negro pintado en el piso fue el escenario que reunió a los que se enfrentaron en la categoría “Minisumo”.

Tomando la modalidad popularizada por los japoneses, allí se enfrentaron dos robots con el objetivo de dejar fuera del área de juego a su oponente.

En algunos casos el ganador se conoció rápidamente apenas empezada la “pelea” y en otras la contienda se prolongó por varios minutos debido a la dificultad de los autómatas para encontrarse.

Duham Fleitas (17), de la escuela Cooperativa Técnica Los Andes de Bariloche, creó junto a sus compañeros tres robots para concursar en esta categoría: “Sporring”, “Luminium” y “Loky”.

“Vinimos con mucha expectativa pero a último momento tuvimos algunos problemas técnicos porque no nos anduvieron los sensores”, expuso con cierto pesar el adolescente.

Muy satisfecha con la convocatoria se mostró Cristina Párraga, directora del Departamento de Investigación y Vinculación de la universidad y una de las anfitrionas del evento. La ingeniera remarcó que este año se triplicó la cantidad de asistentes.

Para ella la clave de la competencia era programar correctamente el comportamiento de los robots. “Es parte de la enseñanza que se llevan, que ellos también pueden programar su propio comportamiento”, resaltó.

Pasadas las 17 se dieron a conocer los ganadores y se realizó la entrega de trofeos. Los primeros puestos en ambas categorías fueron para los alumnos de la Escuela Técnica ORT de Buenos Aires. 
 
Fuente: Los Andes Online

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