lunes, 23 de julio de 2018

Declaraciones de Alfonsín sobre los anuncios de Macri en Campo de Mayo: "Estoy muy preocupado"
Para el dirigente radical Ricardo Alfonsín la intervención de las Fuerzas Armadas en seguridad interior "no es la medida más adecuada para combatir el narcotráfico". El dirigente dijo estar preocupado por esta decisión del Gobierno y apeló a que "la sociedad reclame una discusión seria" en torno al tema.




Mientras el Gobierno avanza con la reforma de las Fuerzas Armadas para permitir una mayor participación de los militares en la seguridad interior, Ricardo Alfonsín, hijo del padre de la democracia, como se lo conoce al primer presidente tras la última dictadura militar, repudió el anunció y expresó su preocupación.

Raúl Alfonsín fue el autor de la ley de Defensa, ratificada en 1988, norma que deja en claro el espíritu de la no intervención de los militares en cuestiones internas. “Se deberá tener permanentemente en cuenta la diferencia fundamental que separa a la Defensa Nacional de la Seguridad Interior”, afirma el artículo 4 de la mencionada ley rubricada por Alfonsín padre y que hoy el Gobierno busca saltear con un decreto.

“Las experiencias en otros países del mundo no han sido satisfactorias, como el caso de Colombia, donde hubo consecuencias más graves que la situación misma que provocó el compromiso de las fuerzas armadas. No es la medida más adecuada para combatir el narcotráfico y debe ser analizado con mucha profundidad", sostuvo Ricardo Alfonsín, que además se mostró preocupado porque el Gobierno, del que el radicalismo forma parte dentro de la alianza Cambiemos, no “escucha otras voces”.

El dirigente radical remarcó que su preocupación radica en las consecuencias que vendrán con la reforma de las Fuerzas Armadas. "Nosotros los argentinos solemos aprender después de cometer errores. Tengo mucha preocupación por esta decisión y espero que la sociedad reclame una discusión seria entre los distintos partidos", dijo en diálogo con El Destape.

Para Alfonsín, en el fondo, la reforma está inspirada para “decir algo que agrade a la sociedad”.

“Espero que la sociedad escuche la voz de quienes advierten lo peligroso de tomar una decisión de este tipo", sostuvo por último el dirigente.


Aguad cruzó las fronteras
El titular de Defensa anunció la compra de un software a Israel para "prevenir un ciberataque" y puso como ejemplo de esa amenaza la supuesta intervención de Rusia en el proceso electoral de Estados Unidos, un hecho negado la semana pasada por Trump y Putin. También se refirió a una guerra contra los narcos y el terrorismo. En ese sentido, anunció el envío de 500 militares a los pueblos de frontera de Salta, Formosa y Misiones y la formación de "fuerzas de despliegue rápido".


Imagen: Télam


El ministro de Defensa, Oscar Aguad, sinceró que la "puesta en marcha de la reforma del Sistema de Defensa Nacional" anunciada esta mañana por el presidente Mauricio Macri implicará el accionar del Ejército como "fuerza disuasiva" en la zona de frontera para enfrentar acciones de grupos del narcotráfico y el terrorismo. En el marco de una política de "guerra contra el narcotráfico", doctrina que disparó exponencialmente la violencia en otros países latinoamericanos, Aguad habló de la creación de "fuerzas de despliegue rápido con 10 mil hombres", pero puso plazos de cumplimiento de los objetivos para "los próximos diez años". 

No se privó de nada el Ministro en su afán por respaldar la reforma de las Fuerzas Armadas y su rol en la seguridad interna. En ese sentido, habló también de estar preparado para rechazar los ciberataques e incursionó en un terreno complicado, dado que justificó la compra de un software a Israel para que no ocurra como en las elecciones de Estados Unidos donde "Rusia intervino en el resultado".

Así, Aguad dio por hecho una dura acusación que es investigada en los Estados Unidos y fue negada la semana pasada por el propio presidente norteamericano, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin. 

"El aparato que se va a adquirir es de origen israelí, no tiene que ver con la política de seguridad, tiene que ver con (prevenir) un ciberataque que comprometa nuestro sistema tecnológico", dijo. Y ejemplificó: "Rusia intervino en el resultado electoral de la pasada campaña y eso tiene que ver con un ciberataque".

En tanto, el Ministro confirmó un primer envío de 500 militares a las pueblos de frontera en Salta, Formosa y Misiones, que pasarán a 5 mil en un año, y aseguró que "van a contar con el equipamiento personal", mientras que señaló que actuarán de forma "complementaria" con la Gendarmería. 

"Es un Ejército que tiene que ser más reducido pero con más tecnología y más capacidad para manejar la nueva tecnología", consideró Aguad, aunque confirmó que al reequipamiento de las fuerzas aún está en proceso. En ese sentido, Aguad también señaló la idea de crear "fuerzas de despliegue rápido con 10 mil hombres", lo que implicaría un 10 por ciento del total de hombres y mujeres con los que cuentan las Fuerzas Armadas en la actualidad, y puso el plazo de cumplimiento de la reforma anunciada para "los próximos diez años" porque "la actualización salarial de las Fuerzas Armadas va a llevar tiempo".

La intervención de las Fuerzas Armadas en seguridad interior está prohibido en las leyes de Defensa y Seguridad Nacional, y ratificado por el decreto 727 de 2006. Se especula con que el Gobierno anule ese decreto del ex presidente Néstor Kirchner y habilite con uno nuevo el cambio de doctrina, sin llevar al Congreso la modificación de las leyes.


Macri nos lleva a la muerte
Por Martín Granovsky


Imagen: Noticias Argentinas

El anuncio del Presidente sobre los cambios en la función de las FF.AA. disuelve la barrera entre la seguridad interior y la defensa nacional. Si la sociedad no detiene a Mauricio Macri, es una decisión que cambiará la vida de la Argentina para siempre. Y arruinará, inclusive, la vida de los propios militares.

Macri abrió las compuertas que llevan hacia México. En 2006 el presidente Felipe Calderón sumó a los militares a la lucha contra el narcotráfico. Los muertos por la guerra entre los narcos y la guerra militar antinarco, a los que se añaden los asesinatos por otros crímenes, llegaron a 234 mil entre 2006 y 2017. Son datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México. Primera aclaración: el problema del narco en la Argentina no tiene nada que ver con el de México. Los cuates tienen del otro lado de su frontera norte --3.100 kilómetros con los Estados Unidos-- la mayor demanda de droga del mundo. Antes, de cocaína. Ahora también de opioides y drogas sintéticas. Segunda aclaración: la participación militar produjo más muertes pero no solucionó el problema del narco.

Otro argumento del Gobierno es que las amenazas no vienen solo de Estados extranjeros sino de agentes extraestatales. Es una verdad parcial, porque siempre hay Estados detrás. Los especialistas discuten, por ejemplo, el papel de Qatar en el esponsoreo del terrorismo en el Medio Oriente y fuera del Medio Oriente. Pero incluso si no se tratara de Estados, habitualmente los ataques no usan armamento militar. Las Torres Gemelas fueron derruidas y miles de personas fueron exterminadas con el uso de suicidas y aviones civiles robados y desviados de su ruta. El grupo de Al-Qaeda no tenía ni pistolas. Los que planifican atentados en Europa usan como arma también a suicidas bien entrenados que a su vez utilizan cuchillos para matar o camiones para masacrar turistas mientras pasean por Londres o Niza.

En términos biológicos es cierto que los actuales militares argentinos no tienen responsabilidad alguna en los crímenes de la dictadura. Un general de 55 años tenía 13 años en 1976. Pero la historia trasciende la biología. A la Argentina le fue mal cuando militares estadounidenses y franceses impartieron la Doctrina de la Seguridad Nacional según la que, en síntesis, el enemigo estaba adentro y había que combatirlo con el mismo método que los colonialistas franceses aplicaron contra los insurgentes de Argelia: la tortura como fuente de inteligencia y el asesinato como método de solución final.

La democracia argentina, con el acuerdo de radicales y peronistas en materia de seguridad interior y defensa nacional, construyó una nueva legalidad. No es que los militares considerados individualmente sean adictos a la represión interna. Las instituciones se basaron en esa doctrina y en esa práctica y el resultado fueron miles de muertos y desaparecidos. Por la derrota militar en la aventura de Malvinas, el peso de los organismos de derechos humanos y el avance de la conciencia democrática, los argentinos tuvieron la Conadep, el Nunca Más, el Juicio a las Juntas, los juicios de la verdad y el proceso de Memoria, Verdad y Justicia. También quisieron, supieron y pudieron separar a las Fuerzas Armadas de funciones internas y de funciones externas no castrenses. Como sociedad, evitaron la recaída. Para pensarlo en términos de adicción, lo que empezó como una reducción de daños terminó con un cambio profundo.

Ahora Macri abre otra vez el camino del desastre. Un camino que estaba sabiamente cerrado. Y sin motivos ni argumentos reales, nos lleva a la guerra. Como Calderón, que liquidó a su propio partido conservador, el PAN, Macri está emprendiendo la senda de un suicida. El riesgo es que, como se trata de un Presidente, el suicidio puede ser colectivo.



Fuente: pagina12.com.ar

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