Habrá elecciones generales en Alemania y estamos ante comicios históricos
El próximo domingo 23 de febrero habrá elecciones generales en Alemania y todo indica que estamos ante comicios históricos. La extrema derecha hará su mejor elección desde 1933, el país parece al borde del colapso y Europa está en su peor crisis geopolítica en medio siglo.
por Gonzalo Fiore Viani
Alemania ha cerrado sus plantas nucleares y de gas natural, aumentando su dependencia del petróleo y carbón. Esto ha resultado en un costo energético cuatro veces más alto que en Estados Unidos, lo que contribuye a la desindustrialización del país, especialmente en la industria automotriz.
Alemania tiene una fuerza militar reducida, con solo 125 aviones de combate y 180.000 soldados activos. Además, enfrenta una baja tasa de fertilidad, cercana a 1.4, y una alta proporción de población extranjera (20%) debido a la inmigración ilegal.
Tradicionalmente considerada la potencia económica y cultural de Europa, Alemania está perdiendo su influencia. El valor del euro se ha desplomado, acercándose al valor del dólar, lo que refleja la crisis económica en curso.
En 1944, Henry Morgenthau propuso un plan para desindustrializar, despoblar y desarmar Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque fue cancelado debido a las consecuencias que hubiera tenido para el país, la situación actual de Alemania refleja de manera irónica la implementación voluntaria de políticas similares.
Por todos esos motivos, la extrema derecha tiene mayor visibilidad y posibilidades desde el ascenso del nazismo de quedar muy bien posicionados. ¿Quienes son el resto de los candidatos?
La Unión Cristianodemócrata (CDU) ha experimentado un giro en los últimos tres años bajo su líder, Friedrich Merz, buscando recuperar sus raíces conservadoras tras una crisis de identidad durante la larga era de Angela Merkel. El partido aspira a regresar al Gobierno con todas las encuestas de intención de voto a su favor. El problema será lograr formar gobierno, probablemente lo hagan reeditando la gran coalición.
El Partido Socialdemócrata (SPD), liderado por el canciller Olaf Scholz, ha formado parte del Gobierno durante los últimos 12 años, pero según las encuestas de intención de voto, está en declive y podría alcanzar su peor resultado desde 1949 el 23 de febrero.
Los Verdes alemanes se presentan a las elecciones generales anticipadas del próximo domingo como un partido clave, ya que las encuestas indican que el ganador de los comicios probablemente buscará su apoyo para formar Gobierno.
La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) llega a las elecciones generales del 23 de febrero como la segunda fuerza en las encuestas de intención de voto y representa una amenaza para el panorama político alemán, que ha logrado mantener a esta formación fuera del Gobierno en Berlín y en los estados federados.
La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), un partido populista de izquierda que nació hace poco más de un año, ha tenido un gran éxito, pero enfrenta la incertidumbre de no poder entrar al Parlamento en las elecciones del domingo, tras un auge inicial que le permitió participar en gobiernos de dos estados federados.
El Partido Liberal (FDP), tradicionalmente un partido bisagra en coaliciones, se encuentra ahora ante una amenaza existencial, ya que las encuestas lo colocan por debajo del umbral del 5%, lo que lo dejaría sin representación parlamentaria.
Aunque las encuestas muestran que los conservadores de Friedrich Merz ganarán las elecciones del 23 de febrero, se espera que no logren la mayoría absoluta y probablemente queden en segundo lugar tras la ultraderecha, con la que rechazan cooperar debido al "cordón sanitario" impuesto por todas las fuerzas políticas tradicionales.
Los ataques por parte de solicitantes de asilo en Alemania han devuelto el debate migratorio al primer plano de cara a las elecciones del domingo, lo que ha llevado a un endurecimiento de las propuestas de los conservadores, dispuestos a buscar apoyo en la ultraderecha, que pretende aprovechar este tema como su principal bandera.
Las crisis actuales de Alemania no son causadas por fuerzas externas, sino por decisiones autoinfligidas. La implementación de políticas autodestructivas podría llevar al declive irreversible de Alemania en Europa y el mundo si no se revierten estas tendencias. Por ello, quien conduzca el país en los próximos años tiene una responsabilidad enorme.
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