El informe no determina la autoría
 
La ONU confirma un ataque de gas sarín "a gran escala" y con misiles
 
 
 
 Naciones Unidas 
confirmó ayer un ataque a «gran escala» contra la población civil con 
misiles tierra-tierra que contenían gas sarín el pasado 21 de agosto en 
Siria, aunque delegaba en la comunidad internacional la tarea de 
determinar la autoría, que Occidente situó de inmediato del lado del 
régimen de Al-Assad. Washington, París y Londres amenazaron a Damasco en
 caso de incumplimiento del acuerdo logrado en Ginebra mientras Moscú 
insistió en que no se prevé el uso de la fuerza.
El informe 
de los inspectores de la ONU confirma que el 21 de agosto en la zona de 
Ghuta, en la periferia de Damasco, se produjo un ataque «a gran escala» 
con gas nervioso sarín. Los investigadores han podido constatar además, 
según recoge el informe, la presencia de restos de misiles tierra-tierra
 con capacidad de transportar gas nervioso. Pero no señalan culpables, 
lo que no impidió que inmediatamente EEUU, el Estado francés y Gran 
Bretaña apuntaran directamente a Damasco.
«En base a las pruebas 
obtenidas durante nuestras investigaciones del incidente de Ghuta, la 
conclusión es que se han utilizado armas químicas en el conflicto de la 
República Árabe Siria, también contra civiles, incluidos, menores, a una
 relativa gran escala», señala el sumario del documento, publicado por 
Naciones Unidas.
El texto concreta que las muestras obtenidas 
«proporcionan pruebas claras y convincentes de que se utilizaron cohetes
 tierra-tierra que contenían el agente nervioso sarín» en las zonas de 
Ein Tarma, Moadamiyah y Zamalka, todas en el barrio damasceno de Ghuta. 
Sin embargo, no concreta si este ataque fue lanzado por las fuerzas 
leales a Bashar al-Assad, tal como sostienen EEUU y sus aliados.
Además,
 los investigadores constatan que en el momento del ataque, en la 
madrugada del 21 de agosto, hubo una importante bajada de las 
temperaturas en la región. «Esto significa que el aire no se movía desde
 el suelo hacia arriba, sino al contrario. Las armas químicas maximizan 
su impacto cuando se utilizan en tales condiciones meteorológicas, ya 
que el gas más pesado permanece cerca del suelo y penetra en las plantas
 subterráneas de los edificios y construcciones, donde había muchas 
personas que se habían refugiado», explica.
El informe detalla 
también los síntomas de los afectados por las armas químicas: pérdida 
del conocimiento, asfixia, vista borrosa, irritación o inflamación de 
los ojos, vómitos y convulsiones. «Estos síntomas coinciden con los de 
la intoxicación por organofosforados» como el sarín, luego confirmada en
 los análisis de las muestras de pelo, sangre y orina.
El 
secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que recibió el domingo el 
informe de manos del jefe de la misión, Ake Sellstrom, dijo ayer ante el
 Consejo de Seguridad que la utilización de gas sarín en el ataque del 
21 de agosto en Siria supone un «crimen de guerra» por el que espera que
 sus responsables sean llevados ante la Justicia. El pasado viernes, en 
un acto público, anunció un informe «contundente», sin detallar la 
autoría del ataque pero acusando en la misma intervención al régimen 
sirio de haber cometido «crímenes de guerra».
«Los resultados son
 indiscutibles y abrumadores. Los hechos hablan por sí solos», afirmó 
Ban, quien insistió en que se trata de un «crimen de guerra» y una grave
 violación del Protocolo de 1925 sobre la prohibición del uso de armas 
químicas. Por eso, apeló a la «responsabilidad moral» de la comunidad 
internacional para que determine la autoría y lleve a sus responsables 
ante la Justicia.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido
 Westerwelle, hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad para llevar 
ante el Tribunal Penal Internacional a los culpables del ataque.
«No deja dudas»
Por
 su parte, los representantes estadounidense, británico y francés ante 
la ONU dijeron que el informe «no deja dudas» de que que sólo el régimen
 sirio puede estar tras el ataque, a pesar de que el informe no concreta
 un responsable. A juicio de la embajadora de EEUU, Samantha Power, los 
detalles técnicos del informe dejan claro que solo el régimen sirio pudo
 lanzar ese ataque apelando a la «profesionalidad» de las armas 
empleadas, a la «alta calidad» del gas sarín empleado y a que «no hay 
pruebas» de que los rebeldes armados dispongan de ese tipo de gas 
nervioso.
Su colega ruso, Vitaly Churkin, indicó que sus colegas 
occidentales se «precipitan» al adjudicar el ataque al régimen de Al 
Asad porque «todavía no han tenido tiempo ni de leer el informe».
Ban
 resaltó que los investigadores entrevistaron a más de 50 
supervivientes, personal sanitario y testigos y recogieron 30 muestras 
de tierra y medioambientales. El 85% de las muestras de sangre 
analizadas dieron positivo por exposición a gas sarín.
Indicó que
 se trata de la confirmación del mayor uso de armas químicas contra la 
población civil desde que Saddam Hussein las usara contra los kurdos en 
1988.
El secretario general de la ONU volvió a dar la bienvenida 
al acuerdo entre EEUU y Rusia por el que Siria se compromete a poner 
bajo control internacional su arsenal químico para su destrucción. 
Agregó que «ahora, la unidad del Consejo de Seguridad será crucial» y 
urgió a este órgano a «estudiar vías para garantizar que se cumple el 
plan a través de una resolución clara», y consideró que su 
incumplimiento debería acarrear sanciones.
Los ministros de 
Exteriores de EEUU, Estado francés y Gran Bretaña advirtieron ayer de 
que no tolerarán «maniobras dilatorias» ni que «se incumpla» el acuerdo 
marco alcanzado en Ginebra entre Washington y Moscú. En una rueda de 
prensa conjunta en París, John Kerry, Laurent Fabius y William Hague 
afirmaron que ese pacto «no significará nada hasta que se ratifique en 
Naciones Unidas en los términos más fuertes y contundentes posibles y 
hasta que se aplique y el régimen de Al-Assad lo cumpla».
«No 
toleraremos que se incumpla, ni nada que no sea el total cumplimiento 
por parte del régimen de Al-Assad (...) Si Al-Assad no cumple a tiempo 
los términos del acuerdo, no que equivoquen, todos hemos acordado, 
incluido también Rusia, que habrá consecuencias», dijo Kerry.
Sin
 embargo, Rusia insistió en que el acuerdo no prevé el uso de la fuerza 
en caso de que el Gobierno sirio no lo cumpla, algo que no comparte 
Kerry.
Su homólogo ruso, Sergei Lavrov, dijo que el pacto no 
alude al automático uso de la fuerza en caso de incumplimiento, sino que
 el Consejo de Seguridad adoptará una resolución que apoyará la decisión
 de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), y 
criticó ayer la petición de Washington, París y Londres de una 
«resolución fuerte» contra Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU. 
«Considero que, en cierta medida, esto es tergiversar la realidad, ya 
que con Kerry acordamos claramente cómo hay que actual. En el marco del 
derecho internacional». Lavrov recordó que es la OPAQ la que tiene la 
última palabra a la hora de imponer las condiciones de la entrega del 
arsenal químico sirio.
En una crítica velada al acuerdo de 
Ginebra, Arabia Saudí sostuvo que la intervención internacional en la 
crisis siria no debe reducirse solo a las armas químicas e instó a tomar
 «medidas efectivas» para poner fin de inmediato a la guerra en Siria.
El
 presidente de Irán, Hassan Rohani, principal aliado de Damasco, 
denunció en un acto con altos cargos de la Guardianes de la Revolución 
un «complot» occidental apoyado por Israel contra el mundo árabe y 
musulmán que supera el conflicto en Siria, como lo evidencia la 
inestabilidad en Libia, Túnez, Egipto, Yemen, Bahrein y Siria.
 
Confirman el incremento del peso del yihadismo extranjero
El
 equipo de investigadores sobre crímenes de guerra en Siria advirtió 
ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU del «recrudecimiento» de 
los homicidios y de otros abusos por parte de los grupos yihadistas, 
entre ellos muchos de origen extranjeros, en el norte de Siria.
«Brigadas
 (rebeldes) enteras se encuentran conformadas en la actualidad por 
combatientes que han entrado en Siria, de las cuales la Al-Muhayireen es
 una de las más activas», señaló el jefe del equipo, Paulo Pinheiro. Los
 investigadores de esta comisión de investigación de la ONU ya habían 
informado anteriormente de que los rebeldes contaban con el apoyo tanto 
de combatientes procedentes de más de diez países -en especial de 
Afganistán y Chechenia- como del Frente al-Nusra, vinculado a Al Qaeda.
«En
 estos momentos probablemente sean más. El caso es que estos elementos 
extremistas cuentan con su propio programa, y ciertamente no es un 
programa democrático lo que pretenden imponer», declaró el miembro del 
equipo Vitit Muntarbhorn. Corroborando estas palabras, un estudio de la 
consultoría británica de defensa IHS Jane asegura que cerca de la mitad 
de los 100.000 efectivos rebeldes serían afines a grupos yihadistas o 
«extremistas».
El informe cifra en unos 10.000 los yihadistas, la
 mayor parte extranjeros. Y añade que otros 30.000-35.000 pertenecerían a
 grupos «extremistas» de nacionalidad siria y focalizados en la guerra 
en su país, no en la yihad mundial defendida por Al Qaeda. Otros 30.000 
son considerados como enrolados en grupos islamistas «moderados», lo que
 en el argot occidental puede ser traducido como seguidores de los 
Hermanos Musulmanes.
El informe reduce a en torno a 20.000-25.000
 los rebeldes equiparables como «laicos» y advierte, finalmente, de que 
las posiciones más escoradas hacia una visión rigorista e incluso 
sectaria del islam ganan adeptos a medida que la guerra prosigue sin que
 las cancillerías mundiales muestren interés en derrocar por la fuerza a
 Al-Assad.
Ayer mismo, el Frente al-Nusra reivindicó la muerte de
 una veintena de alauítas (incluidos niños, mujeres y ancianos) en una 
ofensiva contra Maksar al-Hussan, en Homs.
 
El Ejército turco derriba un helicóptero sirio 
El
 viceprimer ministro turco, Bülent Ecevit, anunció ayer que dos cazas 
F-16 derribaron un helicóptero Mi-17 del Ejército sirio «que violó 
nuestro espacio aéreo y no hizo caso a repetidas advertencias».
El
 Estado Mayor del Ejército turco concretó que el aparato derribado 
habría violado el espacio aéreo «a la altura del puesto fronterizo de 
Güveççi», en la provincia de Hatay.
La caída de un helicóptero 
cerca de la frontera sirio-turca había sido anunciada por el opositor 
Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) que, desde Londres, y a 
partir de una red de informadores locales, ofrece información sobre la 
situación en el país en guerra. El OSDH aseguró que el aparato cayó en 
el lado sirio y que los dos pilotos lograron eyectarse y uno de ellos 
fue capturado por los rebeldes. Otras fuentes aseguraban que ambos 
fueron ejecutados. El viceprimer ministro aseguró ayer que Turquía ha 
modificado las reglas de participación de su Ejército en respuesta al 
creciente impacto en el lado de la frontera turca del intercambio de 
fuego en Siria.
El Ejército sirio abatió en junio de 2012 un 
avión militar turco que violó el espacio aéreo sirio. Este incidente 
motivó la instalación del sistema de misiles Patriot en el lado turco.
 
 
Fuente: Rebelion.org