Tantas guerras para elegir cuando falta tan poco para el "Día de la Reelección"
Asia Times Online
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
El jefe del Pentágono,
Leon Panetta, dijo a ABC News que EE.UU. está “listo” para atacar Irán.
Depende de que el presidente de EE.UU., Barack Obama, dé su visto bueno.
¿Lo hará o no?
El Premio Nobel de la Paz y Padrino de los Drones,
Obama, ha estado ocupado “justificando las teorías de la ‘guerra justa’
de los filósofos cristianos”, como lo describió gráficamente Ray
McGovern, y como atestigua el New York Times al promover
orgásmicamente su artículo "‘Lista secreta de asesinatos’ que resulta
que es una demostración de los principios y la voluntad de Obama”.
Aparentemente
no existe hasta ahora una “Lista de asesinatos” iraní, aparte de los
científicos liquidados por la repugnante asociación del Mossad israelí y
el grupo terrorista iraní Mujahedin-e Khalq (MEK). Y no hay evidencia
–todavía– de que Obama considere que un ataque contra Irán sea una
“guerra justa”. Al contrario, Obama podría hacer alarde de un acuerdo
nuclear con Irán como una importante victoria de política exterior en su
camino hacia la reelección. Pero –por si acaso– el Pentágono mantiene
la presión.
Enriquécete y eres historia
Panetta regurgitó la misma antigua falacia perpetrada ad infinitum,
por lo menos desde 2006, por los neoconservadores, el lobby Israel y
los medios corporativos de EE.UU., según la cual Irán está a punto
construir una bomba nuclear… mañana. “Haremos todo lo que podamos para
impedir que Irán desarrolle un arma”, dijo Panetta. Una vez más no
importa que el Organismo Internacional de Energía Atómica, el control
nuclear de la ONU, más 17 agencias de inteligencia de EE.UU. hayan
subrayado que no es así.
La acción de Panetta debe verse como un
bombardeo preventivo del Pentágono de las conversaciones del P5 + 1
sobre el programa nuclear iraní, programadas ahora para una tercera
vuelta en Moscú el 18 de junio. Como ha mostrado Gareth Porter, no puede
haber un acuerdo mientras Washington insista en desechar absolutamente
el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), suscrito por Irán (Vea US hard line in Iran talks driven by Israel,
Asia Times Online, 29 de mayo de 2012). La posición estadounidense
significa que ni siquiera se permitiría que Irán enriquezca uranio para
usos civiles.
Panetta también insiste en que “la comunidad
internacional está unida” al respecto. Es una estupidez. No solo el
grupo BRICS de potencias emergentes sino todo el Movimiento No Alineado
(MNA), han insistido en que Irán tiene derecho, como cualquier otro país
que suscribe el TNP, a mantener un programa nuclear civil.
Ahora
volvámonos hacia la posición iraní. El jefe nuclear iraní Fereydoon
Abbasi dijo: “no tenemos ningún motivo para dejar de producir el 20%
porque necesitamos uranio de 20% de la misma manera para satisfacer
nuestras necesidades”, según la televisión estatal iraní.
No solo
eso: Irán comenzará la construcción de dos nuevas plantas de energía
nuclear en 2013 y su único reactor nuclear activo está ahora cerca de
alcanzar niveles de producción total.
Según el TNP, un Estado
miembro con un programa nuclear civil consistente puede esencialmente
adquirir también una capacidad de armas nucleares, lo que también se
define como “opción nuclear”. Japón, Brasil y Argentina, todos Estados
miembros del TNP, han mantenido durante décadas su “opción nuclear”.
Podrían desechar el TNP y construir una bomba nuclear en unos pocos
meses si desearan hacerlo. No lo harán. Pero Washington, en una misión
divina, cree que Irán lo hará.
El hecho es que Teherán no está
haciendo nada ilegal en su búsqueda de tecnología nuclear. Incluso
estuvo de acuerdo en hablar en Bagdad sobre la suspensión de su
enriquecimiento a 20%. Pero entonces, los negociadores establecieron en
Bagdad que para EE.UU. la línea roja –ningún enriquecimiento en
absoluto– es definitiva. En el mejor de los casos, Irán podría recibir a
cambio suministros de isotopos médicos.
Por lo tanto Teherán no
cambiará su posición; solo considerará la suspensión de su
enriquecimiento a 20% si se reconsidera el riguroso embargo petrolero
occidental más la guerra financiera mediante sanciones bancarias.
A
propósito, el gobernador del Banco Central de Irán, Mahmoud Bahmani,
dijo que Irán ya ha activado un sistema alternativo de realización de
pagos a SWIFT, haciendo fracasar por lo tanto otro vector en la
implacable guerra económica de Washington. Lo que esto significa es que
Irán, los miembros de BRICS, Rusia, India y China, más los socios
comerciales de Irán en el mundo en desarrollo dan un paso más en su
huída del dólar de EE.UU. como moneda de reserva global.
Sancióname otra vez
Incluso
en la –improbable– posibilidad de que los dirigentes de Teherán
decidieran repentinamente detener todo enriquecimiento de uranio y
descartar inmediatamente todo el programa nuclear, Irán seguiría
sufriendo sanciones de EE.UU. Las sanciones no tienen prácticamente nada
que ver con el programa nuclear de Irán. Tienen que ver con un cambio
de régimen.
Bajo 401-11, el Congreso estadounidense aprobó el
viernes pasado una resolución que incluso va más allá de sanciones
“paralizadoras”.
Las sanciones de EE.UU. seguirán existiendo para
siempre a menos que el presidente Obama certifique al extremadamente
impopular Congreso de EE.UU. (tasa de aprobación 14%) que “Irán ha
liberado a todos los presos políticos; que han cesado sus prácticas de
violencia y abuso de los ciudadanos iraníes que participan en
actividades políticas pacíficas; que ha realizado una investigación
transparente de los asesinatos y abusos de activistas políticos
pacíficos en Irán y ha enjuiciado a los responsables; y que ha logrado
progresos hacia el establecimiento de un poder judicial independiente”.
Hay
más: Obama también tiene que certificar que “el gobierno de Irán ha
dejado de apoyar actos de terrorismo internacional y que ya no cumple
los requisitos para su designación como Estado patrocinador del
terrorismo; y que ha dejado de buscar, adquirir, y desarrollar armas
nucleares, biológicas, químicas y balísticas”.
A este barrial de
vanas ilusiones entra el jefe del Estado Mayor Conjunto, Martin Dempsey.
Dijo a CNN el lunes: “Se debe considerar la opción militar”. ¡Upa!,
pero esto se refiere a la otra guerra que se prepara, la de Siria. El
general Dempsey dijo que preferiría que la “comunidad internacional”
efectuara un cambio de régimen en Siria pero que –por si acaso– el
Pentágono está listo para atacar (“Por cierto, siempre tenemos que
proveer opciones militares”) El complejo OTANCCG apenas contiene sus
alaridos de alegría.
Por lo tanto ¿de qué se trata todo esto”,
Barack? Tantas guerras para elegir cuando falta tan poco para el Día de
la Reelección.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
Fuente: Rebelion.org