miércoles, 16 de septiembre de 2015

Cómo abandoné la demagogia y aprendí a amar la exploración espacial
por Carlos Zahumenszky



Nunca falla. Cada vez que sale a la luz un nuevo experimento de alguna agencia espacial, alguien, desde su palestra al fondo de Facebook o Twitter, entona una queja despectiva que suena algo así como: “Con tanta gente que sufre en el mundo, y estos investigando tonterías”.

El blanco más reciente de esta insufrible demagogia barata fue la NASA, cuyos científicos están estudiando un sistema de arpones para posarse sobre la superficie de asteroides. A veces, resulta fácil tomarse a broma la exploración espacial. ¡Que locos, estos científicos gastando dinerales en sus juguetes espaciales mientras en la Tierra muchos pasan hambre y penurias! La realidad, si nos informamos mínimamente, es un poco distinta. 
La falacia de la financiación

Existe la idea de que las agencias espaciales gastan enormes fortunas en sus “ridículos” experimentos a millones de kilómetros de la Tierra. La realidad es que las agencias espaciales apenas gastan una fracción de lo que se dedica a otros fines, a mi juicio, bastante menos necesarios e improductivos.

Si consultamos los presupuestos generales de la NASA para 2015, veremos que la agencia ha solicitado al gobierno de Estados Unidos es e 17.460 millones de dólares. El director de la agencia, Charles Bolden, pedía más, pero el Congreso le ha aplicado recortes

El presupuesto de la Agencia Espacial Europea (y todos sus partners en proyectos de investigación) para 2015 es de 4.433 millones de euros. En Rusia, la crisis se ha cebado especialmente en la investigación espacial. La agencia espacial rusa, Roscosmos, ha visto menguar un 40% sus partidas en la última década. Su director, Yury Koptev, ha pedido 67.500 millones de dólares para gastar de aquí a 2025 (unos 6.750 millones al año), pero aún está por ver si el Kremlin firmará eso.

Puestos a comparar, el presupuesto militar de 2015 en Estados Unidos fue de 601.000 millones de dólares. Lo recortaron un poco, porque en 2014 fue de 614.000. En ambos casos, el gasto militar del país es 34 veces superior a lo que gasta la NASA. China gasta 200.000 millones anuales en defensa, y la India gasta 50.000 millones. Estos gráficos de Business Insider permiten comparar el gasto en diferentes países.


Si es por señalar gastos que quizá son un poco desproporcionados para la cantidad de gente que está sufriendo en el mundo, hay más ejemplos. A fecha de mayo de 2015, los Juegos Olímpicos de Rio ya van por los 13.200 millones de dólares. Algunas fuentes no oficiales apuntan a que la ciudad ya lleva gastados 20.000 millones, y que serán 38.000 cuando llegue la inauguración. Quatar se está gastando 200.000 millones de dólares para construir las instalaciones del Mundial de Fútbol de 2022. 
Todo lo que le debemos a la exploración espacial 

Por supuesto, siempre se puede discutir hasta el amanecer sobre los beneficios que estos eventos deportivos traen a las ciudades que los acogen. Además, está el hecho de que, aunque las agencias espaciales no gastan tanto, quizá ese dinero pudiera dedicarse a causas sociales y solidarias. Esa es la cantinela favorita de los demagogos de la exploración espacial. Me voy a limitar a enumerar una breve lista de avances científicos y tecnológicos que se han producido gracias precisamente a la exploración espacial: 
Los escáneres de resonancia magnética, la tomografía de rayos X o la mamografía

¿Has ido recientemente a diagnosticarte al hospital y te han hecho una resonancia? ¿Una mamografía quizá? Dale gracias, entre otros, a la NASA. La agencia no inventó la tecnología MRI, pero contribuyó ampliamente a su desarrollo para analizar las imágenes de la luna durante las misiones Apolo. Las mamografías utilizan sensores creados originalmente para el telescopio espacial Hubble. 
Mejores marcapasos

La tecnología de los marcapasos data de la década de los 50, pero uno de sus mayores avances lo desarrolló Siemens en los 60 a partir de un sistema llamado Telemetría bi-direccional usado por la NASA para comunicarse con satélites. El espacio también es el origen del bypass coronario. 
Los termómetros de oído

¿Sabes esos termómetros para bebés que miden su temperatura sin tener que introducir nada desagradable en sitios desagradables? Diatek, la primera compañía en desarrollarlos, acudió al Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), donde eran expertos en elaborar sensores de infrarrojos para examinar planetas lejanos. 
Telemedicina

Los primeros en medir las constantes vitales de un ser vivo a distancia fueron los rusos, con la celebre perra Laika en el Sputnik 2. La arteriovisión, que es un sistema de diagnóstico de enfermedades circulatorias y cardiovasculares, tiene su origen en el JPL. 

Miembros artificiales y cirugía ocular

Las intervenciones para curar afecciones como la miopía no serían posibles sin el empeño que pusieron las agencias espaciales en desarrollar láseres para telecomunicaciones en el espacio. El resultado fue la tecnología LASIK. Tampoco tendríamos los avances en prótesis ortopédicas sin estas investigaciones. 
Seguridad en la carretera

Aparte de idear técnicas para mejorar el agarre de las pistas en las que hacen sus vuelos de prueba, a la NASA le debemos el poder conducir con mejores neumáticos. La tecnología de neumáticos radiales de Goodyear tiene su origen en fibras que la compañía desarrolló para paracaídas de alta resistencia. 
Seguridad alimentaria

Gran parte de las tecnologías de desinfección y conservación que evitan que enfermemos comiendo alimentos en mal estado se deben al trabajo que las agencias espaciales han hecho a la hora de investigar como llevar y tratar comida en el espacio. Lo mismo se aplica al filtrado y purificación de agua

Inventos cotidianos

Hasta aquí algunas de las tecnologías que debemos a la exploración espacial y que realmente salvan vidas o mejoran nuestra salud. Si nos atenemos simplemente a avances tecnológicos cotidianos, la lista de cosas que debemos a esa manía de los científicos de lanzar cosas muy caras al espacio incluye: 
  • Los detectores de humo y los trajes ignífugos
  • La pintura anticorrosiva
  • La navegación GPS
  • Las gafas de sol con filtro ultravioleta
  • Los audífonos modernos que filtran el sonido
  • Las cámaras en los móviles
  • La televisión via satélite
  • Los brackets usados por los dentistas para corregir la dentadura
  • La espuma de latex de los colchones
  • Las aspiradoras de mano
  • Los pañales desechables

La lista, en realidad, es mucho más larga. En esta página de Wikipedia podéis encontrar una relación completa de todos los Spin-off que nacieron a resultas de investigaciones solo de la NASA. Contrariamente al mito popular, la agencia estadounidense no inventó la bebida conocida como Tang, ni el kevlar, ni el velcro.

Es probable que el hecho de que hoy estén desarrollando arpones para cazar asteroides suene un poco ridículo, pero deberíamos guardar un cauto, respetuoso (e inteligente) silencio, porque esos arpones serán, muy probablemente, la base de nuevos materiales, tecnologías o sistemas que nos harán la vida mucho más fácil dentro de unos años. Ojalá las agencias espaciales de todo el mundo tuvieran el triple de presupuesto.
Fuente:  es.gizmodo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario