viernes, 30 de octubre de 2020

Un rover nuclear de ruedas inflables para estudiar Titán
Por Daniel Marín



En 2027 debe despegar la sonda Dragonfly de la NASA para estudiar Titán. Dragonfly es un dron que volará por los cielos de la única luna del sistema solar que posee una atmósfera densa. Esta característica del satélite más grande de Saturno explica que se hayan propuesto aviones, globos o planeadores para estudiarlo, además de barcos y submarinos para moverse por los lagos y mares de metano. Pero, ¿y si queremos enviar un rover? Un vehículo a ruedas es, en comparación, poco exótico, pero a cambio tenemos mucha experiencia fabricándolos, especialmente para moverse por Marte. Precisamente, diseñar un rover para Titán fue una tarea que se propuso un equipo de la NASA hace ya quince años, con la «excusa» de buscar aplicaciones para un generador de radioisótopos (RTG) avanzado. El estudio concluyó que lo mejor sería que el rover utilizase el diseño del futuro Curiosity marciano —por entonces llamado MSL (Mars Science Laboratory)—, pero se decidió dotarlo de ruedas inflables de 1,5 metros de diámetro (usaría cuatro ruedas en vez de las seis de Curiosity).


Proyecto de rover con ruedas inflables para el estudio de Titán de 2005 (NASA).


Las ruedas estarían hechas de PBO (para fenileno benzobisoxazol) y usarían la densa atmósfera de Titán, compuesta principalmente de nitrógeno, como fuente del gas necesario para inflarlas. Para ello irían equipadas con una bomba eléctrica de inflado cada una. Esta curiosa configuración le permitiría al rover sortear una gran variedad de terrenos, algo esencial teniendo en cuenta lo poco que sabemos sobre la geografía de Titán. Pero lo realmente llamativo es que, gracias a la baja gravedad de Titán (una séptima parte de la terrestre), las ruedas inflables permitirían que el rover flotase en los lagos de metano que pudiera encontrar (lo que a su vez depende de la zona de aterrizaje, claro está). Estas ruedas servirían también para aislar térmicamente al rover del frío suelo.


Configuración de lanzamiento (NASA).


Partes del rover (NASA).


El rover titánico tendría una masa de 376 kg, casi un tercio de la masa de Curiosity. Esta baja masa permitiría que cupiese en un escudo térmico más pequeño que el empleado por Curiosity o Perseverance, como, por ejemplo, el de las sondas Viking. La densa atmósfera de Titán permitiría usar exclusivamente paracaídas en el descenso, sin necesidad de retrocohetes, airbags o, incluso, tren de aterrizaje. El escudo térmico con el sistema de descenso y el rover tendría una masa total de 778 kg, a lo que habría que añadir los 677 kg de la etapa de crucero. Como decíamos, el rover usaría un RTG avanzado de 26 kg para generar 110 vatios de electricidad. Este RTG tendría una eficiencia de un 9 %, frente a los MMRTG actuales, con una eficiencia inferior al 6,5 %. La presencia de una atmósfera densa ayudaría a enfriar el RTG a través de sus radiadores, aunque las aletas de refrigeración tendrían el mismo tamaño para garantizar su buen funcionamiento durante el trayecto a Saturno. La mayor parte del calor desprendido por el RTG se usaría para calentar el rover mediante un sistema de tuberías con amoniaco, aunque algunas zonas necesitarían calefactores de plutonio adicionales (RHU).


Titán visto por Cassini (NASA).


Trayectoria de entrada atmosférica (NASA).


El rover llevaría nueve instrumentos principales, incluyendo cámaras, un taladro, un microscopio, un espectrómetro Raman y un conjunto de experimentos de análisis químico basado en el que llevaba la sonda europea Huygens. Las cuatro ruedas necesitarían veinte vatios para moverse. La velocidad máxima sería de 150 metros por hora. Tras los tres años de misión primaria el rover habría recorrido unos 800 kilómetros. Obviamente, la mayor parte de la conducción sería completamente autónoma. Las comunicaciones con la Tierra se llevarían a cabo directamente con una antena que apuntaría continuamente al Sol (a la distancia de Saturno, la Tierra siempre está cerca del Sol en el cielo de Titán). Originalmente la misión estaba planeada para que despegase en 2015 y tardaría 7,6 años en llegar a Saturno, tras un sobrevuelo de Júpiter. Ni que decir tiene, ahora que Dragonfly volará a Titán una misión como esta no tiene cabida, pero quién sabe, quizás en unas décadas veamos rovers moverse por la superficie de Titán.


La sonda Dragonfly en Titán (NASA).




Presentan ante la NASA un concepto de propulsor termonuclear que reduciría los viajes a Marte a la mitad
La empresa que diseñó el motor con la financiación de la agencia estadounidense, asegura que su invento permitirá transportar a una tripulación a Marte en tan solo tres meses.


El concepto de diseño de propulsor espacial termonuclear de USNC-Techusnc


La compañía Ultra Safe Nuclear Technologies (USNC-Tech) anunció el 19 de octubre que presentó ante la NASA su concepto de diseño de propulsor espacial termonuclear, que elaboró en el marco de un estudio financiado por la organización, para facilitar viajes rápidos a la Luna o Marte.

El ingeniero principal de USNC-Tech, Michael Eades, señaló que su invento "maximiza el uso de tecnología probada", no tiene las fallas de los conceptos anteriores de propulsores termonucleares y posee el doble del impulso específico de un propulsor químico.

El concepto de la empresa se basa en un combustible microencapsulado completamente en cerámico (FCM) que contiene partículas de uranio de bajo enriquecimiento y alto ensayo (HALEU). Esta variación permite que se mantenga la integridad del combustible mientras el propulsor permanece operativo a altas temperaturas.

Como resultado, el nuevo propulsor termonuclear podría reducir a más de la mitad los viajes a Marte y llevar una tripulación al planeta en tan solo tres meses en lugar de siete, que es lo que dura normalmente un vuelo de esas características en la actualidad.

El director general de USNC-Tech, Paolo Venneri, afirmó que la clave del diseño de su empresa es "una superposición consciente entre las tecnologías de los reactores terrestres y espaciales", lo que permite "aprovechar los avances en la tecnología nuclear y la infraestructura de los sistemas terrestres", aplicándolos a sus reactores espaciales.



El primer remolcador nuclear se convierte en el eje del programa espacial de Rusia
Rusia sorprendía al mundo en 2010 con el anuncio de que iniciaba el desarrollo de una nave espacial con propulsión nuclear, sin parangón en el mundo, para misiones a Marte, Venus y otros planetas.
Por Carlos Chávez



El vehículo, que reduciría de un año y medio a 45 días el tiempo necesario para llegar al planeta rojo, está siendo considerado como la piedra angular del nuevo programa espacial del país, que podría ser aprobado a finales de este año.

La corporación espacial Roscosmos planea presentar antes de que termine diciembre el plan general al Gobierno, que ya se ha comprometido a destinar más de 2.200 millones de rublos (unos 28 millones de dólares) entre 2020 y 2022 específicamente para el remolcador espacial que constará de un reactor nuclear.

Anatoli Petrukovich, director del Instituto de Estudios Espaciales de Rusia (IKI), dijo a Sputnik que el nuevo aparato abre posibilidades fantásticas para la ciencia. "Un par de ejemplos. En los océanos subterráneos de los satélites de Júpiter podría haber formas primitivas de vida. La única manera de traer a la Tierra muestras de Júpiter es ese remolcador espacial", sostuvo.

La distancia más corta entre la Tierra y Júpiter alcanza los 590 millones de kilómetros, esto es más de 1.500 veces el trecho que separa a nuestro planeta de la Luna.

El científico, autor de más de 150 artículos en revistas de prestigio internacional, estima que la nave espacial a propulsión nuclear también podría usarse para estudiar los cometas y asteroides y modificar su trayectoria, en caso de necesidad, para evitar colisiones con la Tierra.

El programa espacial cuenta también con el cohete superpesado Yenisei, que desarrolla la corporación Energia y que debe realizar su primer vuelo en 2028. El lanzador con capacidad para transportar hasta 100 toneladas de carga útil podría ayudar a buscar vida extraterrestre fuera del Sistema Solar.

"El cohete superpesado facilitaría lanzar al espacio un telescopio óptico con un espejo de diez metros de diámetro, lo que permitiría observar con más detalle los exoplanetas ubicados a decenas de años luz", apuntó Petrukovich, recalcando que el posible hallazgo de indicios de vida fuera de la Tierra cambiarían la noción de la propia civilización y plantearía nuevos desafíos tecnológicos concretos, como la construcción de un cohete que lograse llegar a los confines del Sistema Solar en 10 años.
La Luna, Venus y Marte

Rusia planea tres misiones a la Luna en los próximos cinco años, el lanzamiento de la estación ExoMars a Marte en 2022 (un proyecto conjunto con la Agencia Espacial Europea) y la puesta en órbita de una serie de sondas para estudiar la ionosfera en 2024. También está programado el lanzamiento del telescopio espacial Spektr-UF (Spectrum-UV o WSO-UV) para hallar biofirmas que apunten a formas de vida similares a las de la Tierra. En este proyecto participa también la Universidad Complutense de Madrid.

Petrukovich adelantó que IKI y la compañía Lávochkin empezarán el próximo año a desarrollar la nave interplanetaria Venera-D, que incluye un módulo de aterrizaje en Venus, un planeta donde la temperatura llega a 500 grados y la presión a 100 atmósferas. El vuelo de la nave está previsto entre 2028 y 2030.

"Traer una muestra de ese planeta no es un problema trivial. Para despegar de Venus se requiere de un cohete como para el lanzamiento desde la Tierra, algo evidentemente irreal. Tenemos que ver opciones ingeniosas como tomar muestras de las nubes de Venus con el uso de tecnologías avanzadas como por ejemplo las hipersónicas. La solución de este problema puede ser tan emocionante como en sí la búsqueda de vida en Venus", acotó.

Al referirse al reciente descubrimiento de gas fosfano o fosfina en las nubes altas de Venus, anunciado el 14 de septiembre por investigadores de Europa y Estados Unidos, que ha sido interpretado como la primera prueba de vida extraterrestre en ese planeta, Petrukovich advirtió que es difícil saber a ciencia cierta si realmente era fosfano u otro gas que genera la misma señal. Otros científicos apuntan a que el supuesto indicio de vida en Venus no es más que un error.

"En general, esa historia de la fosfina refleja que nuestro entendimiento sobre la vida y en qué lugar es posible se amplió en las últimas décadas (...) En los primeros tres mil millones de años de la Tierra habitaban nuestro planeta solo virus y organismos unicelulares. Para el desarrollo de este tipo de vida es suficiente un lugar estable con la temperatura apropiada, agua y alguna fuente de energía como térmica o química. La astronomía dice que en el Sistema Solar hay bastantes lugares con esas condiciones, como los océanos bajo la corteza helada de los satélites de los planetas gigantes, las nubes de Venus o los hielos subterráneos de Marte", sostuvo.

La cooperacion internacional

Los programas espaciales requieren grandes presupuestos, que resultan insostenibles incluso para las grandes potencias. En ese sentido, Petrukovich resaltó que la cooperación internacional posibilita alcanzar una mayor eficiencia en la exploración del universo.

"La colaboración entre los países permite compartir la carga económica, incorporar a los mejores especialistas y las soluciones tecnológicas más avanzadas", zanjó.

Pocos países pueden jactarse de poseer las tecnologías necesarias para imponerse en la carrera espacial. El director de IKI, que participó en los proyectos internacionales de investigación Interball, Geotail y Cluster entre 1990 y 2000, dice que es irracional centrarse solo en planes nacionales.

Hasta la fecha la Estación Espacial Internacional es el mayor proyecto científico del mundo en el participan 15 países. Además Rusia y varias naciones europeas planean una misión a la Luna y llevan adelante un estudio que busca vida en Marte.

Rusia colabora con Estados Unidos para desarrollar un módulo espacial destinado a explorar Venus y sus dispositivos científicos están presentes en los aparatos interplanetarios europeos y estadounidenses.

En la actualidad Petrukovich representa a su país en el grupo de coordinación de las agencias espaciales para el programa International Living With a Star (ILWS, por sus siglas en inglés).


jueves, 29 de octubre de 2020

ROXY, convertir polvo lunar en oxígeno
Airbus demostró con éxito la producción de oxígeno y metales a partir de polvo lunar (regolito) simulado mediante un proceso denominado ROXY (Regolith to OXYgen and Metals Conversion).




Un equipo internacional liderado por Airbus Defence and Space en Friedrichshafen, Alemania, con científicos del Instituto Fraunhofer de Tecnología de Fabricación y Materiales Avanzados IFAM (Dresde, Alemania), Universidad de Boston (Massachusetts, Estados Unidos) y Abengoa Innovación (Sevilla, España) ha demostrado con éxito la producción de oxígeno y metales a partir de polvo lunar simulado (regolito) mediante un proceso inventado por Airbus denominado ROXY (Regolith to OXYgen and Metals Conversion). Airbus cree que ROXY podría revolucionar la exploración espacial humana.

Después de dos años de desarrollo, el avance se produjo el mes pasado, durante una serie de pruebas de laboratorio en Fraunhofer IFAM. Se extrajo oxígeno de una muestra de polvo lunar simulado. Este es un pequeño primer paso, pero el camino hacia un sistema operativo ahora está despejado. El oxígeno es indispensable para todas las actividades espaciales humanas, y este nuevo método de producción ROXY, que utiliza directamente el polvo lunar, podría revolucionar las actividades humanas en la superficie de la Luna.

“Este avance es un gran paso adelante, acercándonos al santo grial de poder mantener una vida a largo plazo en la Luna”, dijo Jean-Marc Nasr, director de sistemas espaciales de Airbus. «ROXY es una prueba positiva de que la colaboración entre la industria y los científicos líderes en el mundo puede traer enormes beneficios tangibles que continuarán ampliando los límites de la exploración futura».

ROXY permite el diseño de un regolito pequeño, simple, compacto y rentable para una instalación de conversión de oxígeno y metales y, por lo tanto, es ideal para soportar una amplia gama de futuras misiones de exploración. Al no requerir materiales o consumibles adicionales de la Tierra, excepto el propio reactor ROXY, este podría ser el corazón de una cadena de valor integrada que utilice la fabricación de capas aditivas para producir una amplia gama de productos “Made on the Moon”. Estos podrían incluir metales, aleaciones y oxígeno. Combinado con hielo lunar, incluso sería posible producir combustible para cohetes a partir de polvo metálico ROXY.

En la Tierra, ROXY abre un nuevo camino para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero que resultan de la producción de metales. Con las tecnologías actuales, la producción mundial de metales causa graves impactos ambientales. La producción de acero representa alrededor del 5 por ciento de las emisiones globales totales de CO2. Muchos metales se obtienen con procesos que emiten cantidades significativas de perfluorocarbonos (PFC) nocivos para el medio ambiente. Dado que ROXY es esencialmente un proceso libre de emisiones, estos impactos ambientales podrían reducirse, proporcionando una contribución significativa a los objetivos de sostenibilidad de la ONU, otro ejemplo de cómo las tecnologías espaciales pueden mejorar la vida en la Tierra.

Nota para los editores: declaraciones adicionales

Fraunhofer

“El proyecto ha demostrado de manera impresionante que la cooperación entre la investigación y la industria puede adquirir dimensiones completamente nuevas, especialmente si uno mira y trabaja más allá del horizonte familiar”, dijo el Dr.-Ing. Peter Quadbeck, director de grupo de Esferas huecas metálicas y estructuras de celda abierta y director de proyecto de ROXY en Fraunhofer IFAM.
Abengoa

“Ha sido una gran oportunidad aportar los antecedentes energéticos y la experiencia industrial de Abengoa para ayudar a desarrollar procesos de producción de metales limpios. Permite el desarrollo de tecnologías interesantes para la exploración espacial y la utilización de recursos in situ; sentando las bases para la integración con opciones de producción de energías renovables para minimizar su huella medioambiental y aumentar su eficiencia”, afirma Sonia de la Rosa, responsable de la División Aeroespacial de Abengoa.

Universidad de Boston

“Fue gratificante ser parte del equipo que diseñó el ánodo inerte y seleccionó los materiales para el reactor”, dijo el profesor de ingeniería de la Universidad de Boston, Uday Pal. «Espero continuar trabajando en la próxima generación del reactor ROXY y contribuir al diseño de un proceso ecológico avanzado y emocionante».



miércoles, 28 de octubre de 2020

Varios altos exfuncionarios republicanos votarán por Joe Biden
En un texto, además de mostrar su apoyo a la candidatura demócrata, lanza varias críticas sobre el presidente Donald Trump por ser una "amenaza para el Estado de derecho".


FOTO: EFE


El candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, ha recibido el apoyo público de una veintena de antiguos funcionarios que se desempeñaron bajo las administraciones republicanas, como que el fuera director del FBI y de la CIA durante el Gobierno de Ronald Reagan (1981-1989), William Webster, al considerar que el presidente, Donald Trump, es una "amenaza para el Estado de derecho".

Junto a otra veintena de antiguos fiscales y personalidades del Partido Republicano, como William Weld, gobernador de Massachusetts entre 1991 y 1997 y rival de Trump en las testimoniales primarias de este año, Webster ha suscrito un documento en el que se considera a Biden el candidato que puede "liderar" una "justicia imparcial" que aborde los actuales problemas sociales del país.

"Creemos firmemente que el vicepresidente Joe Biden es el candidato que puede proporcionar el liderazgo que necesitamos para redirigir el Departamento de Justicia hacia la imparcialidad y abordar los problemas sociales profundamente arraigados que están afectando hoy a nuestro país", dice el texto.

"Le damos nuestro más fuerte respaldo, y por la presente anunciamos que cada uno de nosotros votaremos por Joe Biden y Kamala Harris para servir como los próximos presidente y vicepresidenta de Estados Unidos", concluye el escrito del que se han hecho eco varios medios estadounidenses.

El texto, además de mostrar su apoyo a la candidatura demócrata, también lanza varias críticas sobre el presidente Trump, una "amenaza para el Estado de derecho", dicen los firmantes, que ha socavado las leyes de Estados Unidos, al esperar que los fiscales y abogados del Departamento de Justicia "respondieran a sus intereses personales y políticos".

Además de Webster y Weld, la misiva ha sido suscrita por otros prominentes funcionarios durante pasadas administraciones republicanas, como Greg Brower, quien desempeñó puestos de relevancia en el FBI y fue fiscal de Nevada; David Kelley, fiscal federal por Nueva York, durante la Administración de George W. Bush, o más recientemente Donald B. Ayer, fiscal general de Estados Unidos durante el Gobierno de Trump hasta 2019.

La labor de esta veintena de antiguos fiscales abarca periodos de tiempo que comienzan en la década de los 60 cuando Webster, de 96 años, fue nombrado en 1960 fiscal de Estados Unidos por el Distrito Este de Missouri por el presidente Dwight Eisenhower (1953-1961).



martes, 27 de octubre de 2020

Alemania: ISAR Aerospace lanzará desde Guayana
La empresa alemana ISAR Aerospace firmó un acuerdo con la agencia espacial de Francia CNES para operar el vehículo orbital Spectrum desde el Centro Espacial Guyanés en la Guyana Francesa.




Isar Aerospace firmó un acuerdo con la agencia espacial francesa CNES para poder realizar misiones con sus vehículos de lanzamiento desde el Centro Espacial Guayanés (CSG por sus siglas en francés) en la Guayana Francesa. En este puerto espacial del CNES se encuentran las únicas plataformas de lanzamiento orbital activas de Europa desde la que, además, se pueden alcanzar todo tipo de órbitas. La compañía alemana también ha contratado a Alexandre Dalloneau como Jefe de Misión y Operaciones de Lanzamiento. Dalloneau se desempeñaba anteriormente en Arianespace donde fue responsable de siete lanzamientos de cohetes Vega y tres misiones Ariane-5.

“Estamos muy contentos de dar los siguientes pasos cruciales en nuestro camino hacia el lanzamiento del vehículo, con financiación privada, más potente de Europa. El CSG ofrece las condiciones perfectas para nuestra misión de proporcionar a Europa un acceso independiente y de bajo costo al Espacio. También estamos muy contentos de darle la bienvenida a Alexandre a nuestro equipo. Con la responsabilidad técnica de diez lanzamientos, aporta un perfil único y una profunda experiencia en el lanzamiento de cohetes orbitales. Con Alexandre, ahora estamos muy bien posicionados para preparar las cosas para nuestro primer lanzamiento”, dijo Daniel Metzler, CEO de Isar Aerospace.

Gracias a su proximidad al ecuador, el CSG permitirá a Isar Aerospace lanzar sus cohetes Spectrum a cualquier órbita desde la misma plataforma. Su latitud de 5°3′ también permite aumentar el rendimiento de las órbitas ecuatoriales y de inclinación media en aproximadamente un 20 por ciento en comparación con los sitios de lanzamiento de latitudes altas.

En su comunicado, Isar Aerospace indicó que está fortaleciendo su equipo al nombrar a Alexandre Dalloneau como Jefe de Misión y Operaciones de Lanzamiento, lo que aporta ocho años de experiencia en el lanzamiento de cohetes orbitales desde el CSG. En su puesto anterior en Arianespace, fue el líder técnico de siete lanzamientos de cohetes Vega orbitales a órbitas síncronas solares (SSO), así como tres misiones Ariane-5 con múltiples satélites a la órbita de transferencia geoestacionaria (GTO), incluyendo la integración de satélites, análisis de misiones, seguridad en tierra y vuelo.

“El hecho de que CNES abra las puertas de su puerto espacial para lanzadores comerciales adicionales en Europa muestra la nueva dinámica en el sector espacial europeo. Estoy increíblemente emocionado de unirme a Isar Aerospace y dar forma al futuro de Europa en el Espacio, lo que determinará nuestra soberanía tecnológica y económica en Europa”, dijo Alexandre Dalloneau, Jefe de Misión y Operaciones de Lanzamiento de Isar Aerospace.

Isar Aerospace está desarrollando vehículos de lanzamiento para transportar satélites pequeños y medianos a la órbita de la Tierra a partir de 2021. Entre otras misiones, estos cohetes Spectrum de primera generación también son adecuados para constelaciones de satélites, uno de los sectores más prometedores de la industria espacial. Se espera que el mercado de lanzamientos de cohetes aumente a más de 30 mil millones de euros para 2027, casi 10 mil millones de los cuales provienen del despliegue de satélites pequeños y medianos.



Roscosmos planea vuelos a Júpiter y Saturno con un nuevo cohete superpesado
La corporación espacial rusa Roscosmos tiene previsto utilizar el nuevo cohete superpesado Yeniséi para los vuelos a la Luna, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, según consta la documentación que acompaña el proyecto de desarrollo del cohete.


© CC0 / Unsplash


Ni la Unión Soviética ni Rusia han enviado misiones más allá de Venus o Marte, dos lanzamientos a Marte realizados por Rusia resultaron fallidos.

De acuerdo a la documentación, el proyecto tiene "objetivos económicos, comerciales, científicos y otros, incluida la exploración del espacio circunterrestre, la Luna y otros objetos del Sistema Solar y del espacio profundo".

El cohete llevará seis primeras etapas de los cohetes Soyuz-5 y motores RD-171MV instalados en torno a la primera etapa del cohete Soyuz-6 (motores RD-180MV).

Además, durante el desarrollo del cohete deberá ser presentada su versión con una mayor capacidad de carga denominada antes Don y que tendrá una etapa de hidrógeno.

El primer lanzamiento del Yenisei está programado para 2028. Según ha trascendido, su desarrolló costará entre 700.000 millones y 1,7 billones de rublos ($22.000 millones).



lunes, 26 de octubre de 2020

La NASA confirma que hay agua en la Luna
Nuevas observaciones apuntan a que el satélite tiene grandes reservas de hielo que podrán ser claves para las misiones tripuladas.
por Nuño Domínguez


Imagen del cráter Ryder tomada por la sonda de la NASA LRO. (NASA)


El 31 de agosto de 2018, un Boeing 747 abrió una gran compuerta situada junto a su cola en pleno vuelo a unos 13.000 metros de altura. A esa distancia de la superficie es posible ya observar el espacio con una claridad imposible para telescopios terrestres debido a las perturbaciones de la atmósfera. Tras más de dos años de análisis, las observaciones tomadas aquel día se publican hoy y confirman de forma inequívoca que hay agua en la Luna. Otro estudio muestra que el agua puede acumularse en unos 40.000 kilómetros cuadrados del satélite, una superficie similar a la de Extremadura. Ambos trabajos resaltan la importancia de estos hallazgos para las futuras misiones tripuladas al satélite, que van a comenzar en apenas cuatro años con la misión Artemisa de la NASA, que marcará otro hito: la llegada de la primera mujer a la superficie de la Luna.

Desde hace años se piensa que hay agua en la Luna. Según los últimos cálculos, el polo norte del planeta podría atesorar 600 millones de toneladas de este recurso esencial para los seres humanos —tanto para beber como para fabricar combustible para cohetes—. El polo sur también podría atesorar cantidades de agua helada. El problema es que las observaciones no son concluyentes: la luz infrarroja reflejada no permite saber si es agua (H2O) o grupos de hidroxilo (OH).

Ahora, el telescopio de la NASA montado a bordo del Boeing 747 ha captado luz infrarroja en una longitud de onda que solo puede emitir el agua. No hay ningún otro material en la Luna que pudiera dar esa misma señal, explican los responsables del trabajo, que se publica hoy en Nature Astronomy.

El telescopio SOFIA se apuntó al cráter Clavius, un boquete de más de 200 kilómetros de diámetro cerca del polo sur del satélite. Los responsables del descubrimiento, liderados por Casey Honniball, planetóloga de la Universidad de Hawái e investigadora de la NASA, señalan que la abundancia de agua en este cráter es de unos 200 microgramos por cada gramo de tierra lunar.

Un microgramo es una millonésima parte de un gramo. Esto significa que para poder extraer un litro de agua en la Luna, los futuros astronautas tendrían que juntar cinco toneladas de suelo, explica Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología, en Madrid. “Aunque pueda parecer poco, hay que recordar que llevar un kilo de material a la Luna cuesta un millón de dólares. Hay que tener en cuenta que esta estimación es un límite inferior y además se trata de una estimación preliminar, pero incluso en este caso la explotación del agua a estas cantidades sería rentable para las futuras misiones porque traerla de la Tierra sería mucho más caro”, resalta. Incluso en la Tierra, el oro de las minas que son interesantes a nivel comercial está a una concentración unas 100 veces menor que la estimada ahora para el agua en la Luna, resalta el científico.

Según el estudio, el agua del cráter Clavius no está en grandes superficies de hielo puro, sino en pequeños depósitos acumulados entre la tierra o atrapados en cristales producidos por pequeños impactos de asteroides. “La sonda Chandrayaan-1 ya detectó hielo de agua en los polos lunares en zonas no iluminadas por el Sol. Ahora presentamos pruebas concluyentes de que hay moléculas de agua también en las zonas iluminadas”, explica Casey Honniball, coautora del estudio. Su equipo piensa que las moléculas de agua se formaron al impactar pequeños meteoritos y reaccionar con el OH para formar agua. Las moléculas estarían atrapadas en esos cristales y para sacarla habría que fundirlos, advierte.

Un segundo estudio publicado hoy en la misma revista se centra en las llamadas “trampas frías”, lugares a los que nunca llega la luz del Sol. Por definición una trampa fría es cualquier punto de la Luna donde la temperatura es de menos de 163 grados bajo cero, explica Paul Hayne, investigador de la Universidad de Colorado. Algunas de estas trampas son los lugares más fríos del sistema solar, con temperaturas de unos 243 bajo cero. “En estos depósitos el agua helada se comporta como una roca y permanece estable durante miles de millones de años”, resalta.

El equipo de Hayne ha analizado los datos de la sonda lunar LRO de la NASA para calcular cuántas trampas frías hay en la Luna. En esta ocasión no se han fijado solo en los depósitos grandes, sino también han estimado los de menor tamaño. Sus cálculos muestran que los depósitos fríos de la Luna ocupan unos 40.000 kilómetros cuadrados. Los más abundantes son los depósitos de apenas unos centímetros — micro-trampas— que se acumulan en torno a los dos polos de la Luna.

“No sabemos cuánto grosor tiene el hielo en estos depósitos, pero si hacemos una estimación razonable vemos que solo las micro-trampas albergarían unos 1.000 millones de litros de agua”, explica Hayne, cuyo estudio resalta la importancia que estos depósitos pueden tener de cara a “futuras misiones” humanas en el satélite.

El agua de la Luna es exactamente como la de la Tierra y se podría beber, señala Hayne, aunque antes habría que filtrarla, pues puede contener mercurio y otros contaminantes. “Serían necesarias nuevas tecnologías para extraer esta agua. Podemos pensar en tractores robóticos que aren la superficie y extraigan el agua de los pequeños depósitos. Esto es algo muy distinto que tener que extraer el hielo de grandes cráteres en sombra perpetua y a kilómetros de profundidad”, resalta.

La NASA ha anunciado que quiere enviar astronautas al polo sur de la Luna a partir de 2024 y baraja diseños de futuras bases lunares con grandes paneles solares que permitan iluminar el interior de los cráteres en sombra y extraer el agua acumulada en ellos.

“Son muy buenas noticias”, explica Didier Schmitt, coordinador de exploración humana y robótica de la Agencia Espacial Europea. La agencia colabora con la NASA y otros países para construir una estación espacial en la Luna y proyecta establecer bases permanentes en la superficie. “En teoría el oxígeno y el hidrógeno que contiene el agua se pueden separar para fabricar combustible para cohetes con los que se podría viajar de la Luna a Marte”, explica. “Pero es importante no dejarnos llevar por el optimismo y tener en cuenta que aún quedan muchos pasos intermedios que dar antes de poder siquiera comenzar a poner estos planes en marcha”, advierte.



Fuente: elpais.com

domingo, 25 de octubre de 2020

Los próximos cohetes rusos
Por Daniel Marín



Si hay algo que saben los lectores de Eureka es que el panorama de los lanzadores rusos es increíblemente volátil, tanto que es casi imposible seguir los distintos proyectos que aparecen, desaparecen, resucitan o cambian de nombre de improviso. En cualquier caso, vamos a intentar ponernos al día aprovechando una imagen que ha publicado hoy el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin, en su cuenta de Twitter. Para los próximos diez años Roscosmos planea tener en servicio hasta ocho lanzadores orbitales distintos. Como viene ocurriendo desde hace más de una década, los proyectos de cohetes se dividen, grosso modo, en dos tipos: aquellos basados en el motor RD-191 de una cámara de combustión y los basados en los motores RD-180 y RD-171 de dos y cuatro cámaras de combustión. Todos estos motores queman queroseno y oxígeno líquido (kerolox).


Los próximos cohetes rusos. De izqda. a dcha.: cohete pequeño de metano, Angará 1.2, Soyuz-SPG, Soyuz-6, Soyuz-5, Angará A5M, Angará A5V y STK (Roscosmos).

En el primer grupo el protagonista es el Soyuz-5 —también conocido como Irtysh (Иртыш)—, diseñado para sustituir al cohete Zenit. El Soyuz-5 nació como resultado del conflicto en Ucrania por imposición del Kremlin para mantener la línea de producción del motor RD-171, el más potente de combustible líquido, que se usaba en el Zenit, un vector que se fabrica parcialmente en Ucrania. El Soyuz-5 corre a cargo de la empresa RKTs Progress de Samara —que actualmente construye los cohetes Soyuz— y podrá colocar 17,4 toneladas en órbita baja (LEO), pero para misiones a órbitas superiores usará una etapa Blok-DM (que podrá situar hasta 5 toneladas en una órbita de transferencia geoestacionaria o GTO) y, a partir de 2030, una etapa superior criogénica (a base de hidrógeno y oxígeno líquidos). Será lanzado desde la rampa del Zenit en Baikonur y, en el futuro, desde el cosmódromo de Vostochni.


Cohete Soyuz-5/Irtysh (Roscosmos).

El Soyuz-5 servirá de base para varios lanzadores. El primero es el Soyuz-6, también conocido como Amur (Амур), que es una versión más pequeña del Soyuz-5 que podrá lanzar 9,3 toneladas en LEO y 2,3 en GTO. El Soyuz-6 usará el motor RD-180 —actualmente usado en el Atlas V estadounidense— en su primera etapa y podrá volar en combinación con las etapas superiores Blok-DM —de la empresa RKK Energía— y Fregat —de NPO Lávochkin—. Al mismo tiempo, Roscosmos está desarrollando una versión del Soyuz con propulsión a base de metano y oxígeno líquido (methalox). Este lanzador ha recibido varias denominaciones informales los últimos meses, incluyendo «Soyuz-5» y «Soyuz-7», pero ahora se llama Soyuz-SPG. A pesar de su nombre, este lanzador poco tiene que ver con el resto de lanzadores Soyuz. Por cierto, SPG son simplemente las siglas en ruso de Szhizhenni Prirodni Gas (СПГ: Сжииженный Прироодный Газ), o sea, «gas natural licuado». El Soyuz-SPG podrá colocar 10,5 toneladas en LEO y 2,6 toneladas en GTO, unas cifras casi similares a las del Soyuz-6, por lo que será complicado que los dos cohetes sean rentables al mismo tiempo. Sea como sea, Roscosmos quiere practicar con el Soyuz-SPG posibles técnicas de reutilización, aunque todavía no se sabe cuáles exactamente.


Otra vista del Soyuz-5 con la nave tripulada Oryol (ya no se usará para lanzar esta nave) (Roscosmos).

El motor RD-171MV que usará el Soyuz-5, el más potente del mundo (ria.ru).

El primer vuelo del Soyuz-5 está previsto para 2023, mientras que el primero del Soyuz-6 no tendrá lugar hasta 2025. Se desconoce cuándo podrá volar el Soyuz-SPG, pero este lanzador y el Soyuz-6 deben sustituir a los actuales y veteranos Soyuz-2 en el futuro. Previamente al desarrollo del Soyuz-SPG, Roscosmos piensa poner en servicio un pequeño lanzador de methalox para poner a prueba esta tecnología. Este pequeño cohete, que por el momento no tiene nombre, tendría capacidad para lanzar una tonelada en LEO. De acuerdo con Rogozin, el nombre de Soyuz-7 se reserva ahora para una versión del Soyuz-5 que será lanzada por la empresa Sea Launch, que antiguamente operaba el cohete Zenit. Este vector despegará desde la plataforma Odyssey de Sea Launch en el Pacífico. El Soyuz-7 cargará menos combustible que el Soyuz-5, pero no está claro hasta qué punto se cambiará el diseño.


Cohete Angará A5 (ILS).

Obras del complejo de lanzamiento del Angará en Vostochni (Roscosmos).

Elementos del Angará A5 en las instalaciones de Khrúnichev en Moscú (Dmitri Rogozin).

El segundo grupo de lanzadores rusos es la familia Angará, a cargo de la empresa Khrúnichev, que hoy en día también construye el cohete Protón. Rogozin ha decidido impulsar el desarrollo del Angará A5, un lanzador que había quedado relegado a un segundo plano tras el Soyuz-5 a pesar de haber debutado en 2014. De entrada, el Angará A5 volverá a ser el encargado de lanzar la nueva nave tripulada rusa, la Oryol o PTK-NP (antes Federatsia) desde Vostochni. Previamente, Roscosmos había optado por lanzar la Oryol con el Soyuz-5 en vez del Angará, pero ahora han vuelto a cambiar de opinión. Mientras, las obras de la rampa del Angará en Vostochni ya han comenzado de cara a un primer lanzamiento en 2023. Por otro lado, las prestaciones del Angará A5 han sido ligeramente mejoradas. La nueva versión de referencia se denomina Angará A5M y podrá colocar 27 toneladas en LEO y de 3,9 a 5,1 toneladas en GTO, dependiendo de si usa una etapa superior Blok-DM de kerolox o una KVTK criogénica (en desarrollo por el momento).


Partes del Angará A5. Cada uno de los cinco módulos de la primera etapa usa un motor RD-191 (ILS).

Cohete ligero Angará 1.2 (ILS).

Rogozin también ha decidido resucitar el Angará A5V, una versión del Angará con una segunda etapa criogénica —la ‘V’ viene de vodorod, «hidrógeno» en ruso— capaz de lanzar 38 toneladas en LEO. Con una etapa superior criogénica KVTK, el A5V será capaz de colocar 7 toneladas en GTO. El Angará A5V debe despegar por primera vez en 2027 desde Vostochni. Como cohete ligero, Roscosmos mantiene el Angará 1.2, que puede enviar hasta 3,5 toneladas en LEO y que debutó —en una configuración un poco distinta— en 2014. El Angará 1.2 podrá despegar, como el Angará A5M desde Plesetsk y Vostochni.


Piezas de prueba del lanzador STK/Yenisey (Dmitri Rogozin).

Lanzador STK superpesado Yenisey (versión de 2019) con la nave tripulada Oryol para viajes a la Luna. En la primera etapa dispondrá de seis bloques laterales con motores RD-171 y uno central con un RD-180. Dispone de una segunda etapa criogénica y una etapa superior KVTK criogénica (RKK Energía).

Tanto el Angará como el Soyuz-5 servirán de base para el futuro lanzador superpesado ruso, conocido simplemente por las siglas STK (que significa «clase superpesada»). Después de miles de cambios en su diseño, la configuración final del STK es la apodada Yenisey (Енисей), capaz de colocar 103 toneladas en LEO y 27 toneladas en trayectoria hacia la Luna. El STK usará la tecnología criogénica del Angará A5V y la etapa superior KVTK en las etapas superiores y la del Soyuz-5 y los motores RD-180 y RD-171MV en las etapas inferiores. En concreto, el STK tendrá seis módulos propulsores en la primera etapa con motores RD-171MV rodeando a una etapa central dotada de un RD-180. El STK, que despegará desde Vostochni, debe ser el encargado de lanzar la nave Oryol a misiones alrededor de la Luna en algún momento más allá de 2030. Evidentemente, todos estos planes podrían cambiar dentro de muy poco tiempo. Veremos si Rusia puede mantener el desarrollo de todos estos lanzadores en los próximos años.


Estación lunar rusa con la nave Oryol (PTK-NP) y un módulo lunar. Estos elementos se pondrán en órbita lunar usando el cohete pesado STK (Roscosmos).



El 'dragón' nuclear, el arma del juicio final que China heredó de la URSS
Hace 55 años, China realizó el ensayo de su primera bomba atómica. Hoy cuenta con más de 290 armas de este tipo y con el tercer arsenal nuclear en el mundo después de Rusia y EEUU.


© AP Photo / Ng Han Guan


En parte, China obtuvo su primera bomba nuclear gracias a la ayuda de la URSS. Casi 10.000 expertos soviéticos en la industria atómica visitaron China entre 1950 y 1960. En los años siguientes Moscú decidió interrumpir su programa de ayuda a causa del deterioro de las relaciones bilaterales, tras lo cual Pekín logró crear su primera bomba atómica por sí sola.

Un año después del primer ensayo en tierra firme, los aviones chinos probaron arrojar la primera desde el aire. En junio de 1967 el país asiático hizo explotar una bomba de hidrógeno con potencia de 3,3 megatones. A día de hoy Pekín cuenta con una tríada nuclear, es decir, sus armas de destrucción masiva pueden portarse con ayuda de medios terrestres, aéreos y navales, destaca el periodista Andréi Kots en su artículo para la versión rusa Sputnik.

El 2 de mayo el Pentágono publicó un reporte sobre el potencial estratégico de los proyectos de desarrollo militares chinos. Según sus cálculos, el gigante asiático dispone en su arsenal de casi 90 misiles balísticos intercontinentales, entre los cuales están los conocidos Dong Feng 41 (DF-41). Este proyectil fue mostrado al público por primera vez en Pekín durante el desfile militar del 1 de octubre.

El DF-41 es una de las armas más modernas de China. Es capaz de portar entre 10 y 12 ojivas nucleares a una distancia de casi 14.000 kilómetros. En otras palabras, su alcance puede llegar hasta el territorio continental de EEUU.

Portadores navales y aéreos

El componente naval de las fuerzas de disuasión nuclear de China incluye cuatro submarinos tipo 094. Cada uno de estos monstruos es capaz de portar hasta 12 misiles balísticos Julang-2, cuyo alcance va desde los 8.000 a los 9.000 kilómetros.

Actualmente China está desarrollando los sumergibles de nueva generación tipo 096 y planea lanzar su producción en los años 2020. Para armarlos el país asiático baraja crear una nueva familia de misiles balísticos Julang-3. El alcance de estos proyectiles podría ser de hasta 12.000 kilómetros.

En septiembre de 2016 Pekín confirmó oficialmente el desarrollo del bombardero estratégico Xian H-20, de nueva generación. Según la información disponible, el nuevo bombardero chino ostentará la configuración del ala volante y contará con las tecnologías de furtividad, razón por la cual será similar al bombardero estadounidense B-2.

El alcance de vuelo de esta aeronave rondará los 8.000 kilómetros, y su carga útil será de 10 toneladas. El Xian H-20 debería sustituir la flota de antiguos bombarderos H-6.

Además, varios expertos consideran que la última versión del bombardero H-6K, puesto en servicio en 2011, también puede portar armas de destrucción masiva. Con una carga útil de hasta 12 toneladas, esta ave de acero aloja en su interior los misiles de crucero CJ-10K, capaces de portar ojivas nucleares y de desarrollar una velocidad de hasta 1.000 km/h, subrayó Kots.

Arsenal de corto y medio alcance

Además, China dispone de un arsenal impresionante de proyectiles balísticos de corto y medio alcance. Sus misiles Dongfeng —el gigante asiático posee casi 80 unidades— son capaces de transportar una ojiva nuclear a una distancia de entre 3.000 y 5.500 kilómetros. Los misiles equipados con cabezas convencionales sirven para aniquilar grandes buques. Esta es la razón por la que los medios de comunicación mainstream los bautizaron como asesinos de portaviones.

Distintos expertos consideran que el imponente número de misiles de medio y pequeño alcance por parte de China fue una de las causas que empujaron a EEUU a salir del Tratado INF, firmado el 8 de diciembre del 1987 por Moscú y Washington.

Ahora, China sigue modernizando paulatinamente su arsenal. En el desfile militar del 1 de octubre, Pekín presentó su misil balístico de alcance medio DF-17. En cuanto a su designación, este proyectil se parece al Avangard ruso. Es capaz de maniobrar fácilmente en el aire, lo que dificulta que los sistemas de defensa antimisiles lo intercepten.



viernes, 23 de octubre de 2020

Defensa de la tecnología
¿Cuáles son las posibilidades de desarrollo científico y tecnológico de la Argentina en Defensa? ¿Qué impacto puede tener la reciente creación de un fondo específico para el área? Durante un encuentro virtual organizado por la Agrupación Rolando García expusieron Daniela Castro, secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, y Mirta Iriondo, presidenta de FAdeA.
Por Matías Alonso 




Si la industria es una parte estratégica de la defensa de la soberanía, un botón de muestra fue cuando, durante el conflicto de Malvinas, en 1982, la mayoría de los sistemas de armas eran importados y apenas empezada la guerra cayó sobre la Argentina un embargo que hizo que nada pudiera reponerse. Las inversiones estatales en defensa también son un impulsor de desarrollos tecnológicos de frontera, un recurso habitual como motor de la innovación en los países más desarrollados.

El séptimo encuentro del ciclo de charlas de la Agrupación Rolando García “¿Qué posibilidades tiene el desarrollo científico tecnológico en la Argentina de hoy?” buscó reflexionar sobre la relación entre el sector industrial, el desarrollo tecnológico y el sector de Defensa. Allí expusieron Daniela Castro, secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, y Mirta Iriondo, presidenta de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA).

Castro destacó la creación, en el año 2007, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva como herramienta para el desarrollo económico. “No es menor que en el Estado exista o no un área que se aboque a la política científico-tecnológica del país, entendiendo que el desarrollo del país debe tener como herramienta al conocimiento”.


““La sanción del FONDEF es muy importante porque la defensa nacional va a tener una asignación presupuestaria para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, pero además la ley establece criterios que tienen que ver con la sustitución de importaciones”, dijo Castro.


El mes pasado se creó el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF), mediante el cual se creó una asignación específica de presupuesto para reequipar a las Fuerzas Armadas (FFAA). El proyecto fue impulsado por el ex diputado y actual ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Castro, que hasta el año pasado fue diputada y presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, sostuvo: “La sanción del FONDEF es muy importante porque la defensa nacional va a tener una asignación presupuestaria para el reequipamiento de las Fuerzas Armadas, pero además la ley establece criterios que tienen que ver con la sustitución de importaciones, con el apoyo al desarrollo científico-tecnológico a los efectos de generar mayores conocimientos que a su vez se puedan aplicar, porque sobre todas las cosas en defensa apuntamos a investigación aplicada”.

Se espera que uno de los proyectos que se vean beneficiados por el FONDEF sea el avión Pampa III. El primer diseño de esta aeronave fue realizado en 1978 y en un principio el 100% de sus componentes eran importados. Tras 40 años se logró que un 13% de los componentes sean nacionales y se impulsó una estrategia de exportación. Durante el Gobierno anterior se logró comprometer la venta de dos aviones a Bolivia, pero Israel, que provee la aviónica y el tren de aterrizaje, se opuso a la venta y no pudo realizarse la operación.

Sobre este punto intervino Iriondo, titular de FAdeA: “Un Pampa sale 13 millones de dólares y de eso hay mucho importado. Ese sistema dura 20 años pero los subsistemas se cambian cada tres o cuatro años. Los electrónicos, como la computadora de misión y las pantallas, son importados, en este caso de Israel. ¿Si podemos hacer algo similar acá? Yo digo que sí, porque podemos hacer computadoras y pantallas de misión para satélites. ¿Por qué no vamos a poder hacer eso para el Pampa? Es cuestión de ponerse a trabajar, pero implica cuatro o cinco años consecutivos. Si bien podemos pedirle a las empresas que apuesten a hacerlo, también tenemos que garantizarles previsión y creo que el FONDEF va a permitirnos eso”.


“Cuando se hizo el primer proyecto del IA-100 hicimos una gran inversión para formar ingenieros en material compuesto. En el año 2016, el Estado canceló el proyecto y los ingenieros decidieron irse”, recordó Iriondo.


Con respecto a la sustitución de otros componentes, Iriondo dijo que “se comenzó la sustitución de importaciones por lo más elemental, como el burlete de cabina, el sistema hidráulico y de oxígeno, y ahora estamos viendo el sistema de frenos, las pantallas display y las computadoras de misión. Si nosotros logramos que esto sea nacional, aparte de que esa empresa adquiere estos conocimientos tecnológicos, tiene a un cliente como la Fuerza Aérea por 20 años comprándole estos productos. Por eso es fundamental que la Directiva Política de Defensa Nacional (DPDN) ponga de manifiesto que primero están los proveedores nacionales, porque sin voluntad política muchas veces eso no ocurre”.

Hasta el 29 de este mes está abierta la convocatoria de Proyectos de Investigación y Desarrollo para la Defensa, una política iniciada en el año 2008, cuando Iriondo era la directora general de Planificación del Ministerio de Defensa. “Hay que reconocer la importancia de sostener políticas en el tiempo para ver resultados, sobre todo en ciencia y tecnología”, dijo Castro durante su exposición. Esta convocatoria otorga financiamiento de 3 millones de pesos para proyectos de tecnología aplicada y de 4,2 millones de pesos para proyectos en escala piloto de producción. También se logró equiparar el estipendio de becarios de Defensa con el de los becarios de CONICET como incentivo para que se vuelquen a trabajar en proyectos del área.

“Cuando se hizo el primer proyecto del IA-100 hicimos una gran inversión para formar ingenieros en material compuesto. En el año 2016, el Estado canceló el proyecto y los ingenieros decidieron irse y tres de ellos formaron un pequeña empresa de material compuesto en la que hoy están desarrollando partes para un avión de una empresa privada. Cuando empecemos la fabricación del prototipo vamos a contratar a esa pequeña empresa que se ha venido desarrollando”, dijo Iriondo.

Los desarrollos tecnológicos de Defensa permiten crear tecnología en la frontera del conocimiento. Según Iriondo, “no basta con la sustitución de importaciones porque eso implica que necesitamos hacer nuevas importaciones, de maquinaria y equipamiento. Hay que confontar al empresariado argentino con el desafío de desarrollar actividades de frontera y para eso tiene que haber hojas de ruta tecnológicas que tienen que ser transversales a lo largo del tiempo y nos permitan ir marcando hitos a los cuales llegar, que tienen que traccionar a las empresas núcleo, como FadeA e INVAP, pero también a las pymes”.

Para ejemplificar la articulación con la academia, Iriondo presentó el caso del avión IA-100 Malvina: “Estamos cerrando el diseño conceptual del Malvina con el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA). Ellos van a hacer la simulación de la entrada en tirabuzón del avión. Esta semana firmamos un convenio con el Centro de Cómputos de Alto Desempeño de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), para que los integrantes del departamento de física del IUA puedan aprovechar su infraestructura. Nuestra empresa tiene fortalezas en ingeniería y procesos, pero no tiene especialistas en física del vuelo, que están en las universidades. La fábrica no podría tener tantos ingenieros y ahí entra a jugar la academia, pero se van a poder alinear si tenemos la hoja de ruta tecnológica”, explicó la titular de FAdeA.



La OTAN se prepara para contrarrestar las "amenazas espaciales" de Rusia y China y anuncia la creación de un centro espacial en Alemania
Por otra parte, por primera vez en la historia diez países de la alianza han aumentado sus gastos en defensa hasta el 2 % de su PIB y el gasto militar total superó los 1.092 millones de dólares.


Imagen ilustrativa / Soldados de la OTAN en Kabul (Afganistán). Mohammad Ismail / Reuters


Los ministros de Defensa de los Estados miembros de la OTAN se reunieron este jueves a través de una videoconferencia para discutir las amenazas a la seguridad de la alianza, entre las cuales de nuevo figura Rusia. El organismo planea oponerse a Moscú también en el espacio, por lo que se anunció la creación de un Centro Espacial de la OTAN en el Comando Aéreo Aliado en Rammstein (Alemania).

Desde hace tiempo la OTAN considera el espacio como un nuevo ámbito operativo. En 2019, por ejemplo, la alianza aprobó su primera estrategia de defensa en el cosmos, y ahora se crea un nuevo centro espacial que proporcionará "protección a los satélites de la alianza" y "permitirá el intercambio de información sobre posibles amenazas a los objetos espaciales de la OTAN", según anunció durante una rueda de prensa el secretario general del organismo, Jens Stoltenberg. 




Rusia y China "están desarrollando sistemas que pueden cegar o destruir satélites", dijo el alto cargo, agregando que el nuevo centro espacial de Ramstein fue creado para "asegurar que las acciones de los Estados de la OTAN en el espacio estén más coordinadas".

Previamente, Stoltenberg afirmó que el objetivo de la alianza "no es militarizar el espacio, sino aumentar la conciencia de la OTAN sobre los desafíos en el espacio y [su] capacidad para enfrentarlos". 

Y es que por primera vez en la historia diez países miembros de la OTAN han aumentado su gasto en defensa al 2 % de su PIB, meta fijada en los documentos de la alianza.

Durante el mandato de Donald Trump en EE.UU., el número de países cuyo gasto en defensa superó el 2 % de su PIB aumentó de cinco a diez. Aparte de EE.UU. (3,87 %) entre estas naciones se encuentran Grecia (2,58 %), el Reino Unido (2,43 %), Rumanía (2,38 %), Estonia (2,38 %), Letonia (2,32 %), Polonia (2,3 %), Lituania (2,28 %), Francia (2,11 %) y Noruega (2,03 %).

Trump, de hecho, fue muy activo en sus intentos para convencer a sus socios europeos para que asignaran más dinero para las necesidades militares, advirtiéndoles que EE.UU. no podría protegerlos siempre e incluso amenazando con abandonar la alianza. Cabe destacar que Washington está interesado en aumentar los presupuestos militares de los países europeos, sobre todo porque muchos de ellos compran productos del complejo militar e industrial de EE.UU. Como resultado, el gasto militar total de los Estados miembros de la OTAN superó en 2020 por primera vez los 1.092 millones de dólares. 

El énfasis en las "amenazas espaciales" de Rusia y China se ha convertido en una "justificación universal para cualquier actividad en el campo del desarrollo militar de los países de la OTAN", opina Dmitri Stefanóvich, investigador del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (IMEMO, por sus siglas en ruso). 

En sus declaraciones al periódico Kommersant, Stefanóvich señaló que "las supuestas amenazas a las que hace referencia la OTAN no surgen de la nada" y, aunque el espacio aún no es un "campo de batalla", "la infraestructura espacial ya se ha convertido en un elemento clave para garantizar las operaciones de combate en la superficie de nuestro planeta y, por tanto, en un objetivo legítimo". "Y si estos 'objetivos' están cada vez más protegidos [...], entonces los medios para destruirlos serán cada vez más sofisticados", concluyó el experto.

Moscú y Pekín han declarado en repetidas ocasiones que se oponen a la militarización del entorno espacial. Según indicó el pasado noviembre el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, si Washington lleva sus armas al espacio, el mundo podrá "olvidarse de la estabilidad y la seguridad estratégica".

Tanto Rusia como China están impulsando en la ONU la idea de concluir un acuerdo legalmente vinculante que prohíba la militarización del espacio. Sin embargo, los países aún no han logrado acordar reglas universales de conducta en este ámbito.



jueves, 22 de octubre de 2020

El pequeño rover lunar Rashid de Emiratos
Por Daniel Marín



Después de lanzar la sonda Al Amal («Esperanza») a Marte y mandar su primer cosmonauta al espacio, Hazzaa Al Mansouri, a bordo de una Soyuz rusa, el incipiente program espacial de Emiratos Árabes Unidos (EAU) sigue a todo trapo. Su nuevo proyecto es mandar un rover a la Luna. Denominado Rashid (راشد), en honor del fallecido jeque Rashid Bin Saeed Al Maktoum, se trata de un pequeño vehículo de 10 kg y cuatro ruedas. Lo más llamativo del proyecto es que los EAU solo construirán el rover, no la nave que lo debe llevar hasta nuestro satélite. Esto quiere decir que los Emiratos deberán alquilar un vehículo para acceder a la superficie lunar. Aunque, aparentemente, todavía no se ha decidido qué sonda llevará Rashid a la Luna, probablemente será alguno de los múltiples proyectos desarrollados bajo la iniciativa CLPS de la NASA. En este sentido, Rashid hará lo mismo que el futuro rover VIPER de la agencia espacial estadounidense, que viajará a bordo del módulo lunar Griffin de Astrobotic.


El rover lunar Rashid (MBRSC).


El diseño del rover no ha sido finalizado, algo que sucederá el año que viene. Emiratos quiere empezar a construirlo en 2022 de cara a un lanzamiento en 2024. En principio el diseño y construcción del rover correrá a cargo de los EAU, aunque la enorme participación estadounidense en la sonda marciana Al Amal plantee ciertas dudas sobre estas declaraciones. En cualquier caso, Rashid es un proyecto mucho más sencillo que Al Amal, así que bien podría ser un buen programa para comenzar a desarrollar tecnologías espaciales propias en el país. Rashid llevará cuatro instrumentos científicos principales: una cámara estereoscópica situada en lo alta de un mástil, una cámara microscópica capaz de alcanzar una resolución de 50 micras, una cámara infrarroja y una sonda Langmuir para el estudio del plasma en la superficie lunar. El rover emiratí se desplazará por la superficie lunar a diez centímetros por segundo y podrá superar pendientes de hasta 20º. En cuanto a sus dimensiones, apenas tendrá medio metro de largo y medio metro de ancho.


Una investigadora del MBRSC (MBRSC).


Instrumentos de Rashid (MBRSC).


Rashid alunizará en 2024, el mismo año que la misión Artemisa III debe descender con astronautas en el polo sur de la Luna. Todavía no se ha seleccionado el lugar del alunizaje, pero se han preseleccionado cinco zonas situadas, sorprendentemente, lejos de los polos lunares. La misión de Rashid durará dos semanas, o sea, la duración de un día lunar —entendiendo por día ‘horas de sol’—, aunque sus creadores no descartan que pueda sobrevivir a una noche lunar. Rashid, como Al Amal, estará a cargo del centro espacial MBR (Mohammed Bin Rashid Space Centre) de EUA. Además de Rashid, EAU continúa con sus planes para llevar a cabo más misiones tripuladas, aunque esta vez a bordo de naves estadounidenses. Los astronautas Hazzaa Al Mansouri y Sultan Al Neyadiuna ya han comenzado a entrenarse en el Centro Johnson de la NASA y se espera que en el futuro se sumen otros dos astronautas (esta decisión ha causado cierto malestar en Rusia). EUA también planea desarrollar un lanzador orbital propio en los próximos años. Pero de entre todos los planes emiratíes, quizás el más llamativo es Mars 2117, que tiene la intención de enviar un astronauta de EUA a Marte y crear una ciudad en el planeta rojo antes de 2117 (!). Eso sí que es pensar a largo plazo y lo demás son tonterías. Pero como eso de pisar Marte queda muy lejos, de entrada se conformarán con crear un simulador para realizar misiones análogas al planeta rojo. Sea como sea, no cabe duda de que Emiratos ha entrado muy fuerte en el panorama espacial.


Emblema de la misión lunar emiratí (MBRSC).


Otras características de Rashid (MBRSC).



Janus: dos pequeñas sondas para explorar dos pequeños asteroides
Por Daniel Marín



El 13 de julio de 2022 un cohete Falcon Heavy de SpaceX lanzará la sonda Psyche de la NASA para investigar el asteroide homónimo. Junto con Psyche, la carga útil principal, se lanzaran dos pequeñas sondas llamadas Janus destinadas al estudio de otros dos asteroides. Y no serán dos asteroides cualquiera, sino que se trata de sendos asteroides binarios. O sea, que por el precio de dos sondas podremos estudiar cuatro asteroides. Janus-A sobrevolará el asteroide binario 1996 FG3, mientras que Janus-B hará lo propio con 1991 VH (la luna de 1991 VH es llamativa porque sigue una órbita caótica alrededor del primario, mientras que la de 1996 FG3 tiene una órbita más predecible). Eso sí, no serán las primeras misiones destinadas a estudiar de cerca un asteroide binario, ya que en 2021 despegará la sonda DART de la NASA hacia el asteroide Didymos. DART chocará contra la luna de este asteroide y, más tarde, la sonda europea HERA despegará en 2024 para analizar los efectos del impacto.


Sondas gemelas Janus (NASA).


Las sondas Janus no se dirigirán directamente hacia estos asteroides, sino que primero darán una vuelta al Sol para efectuar una maniobra de asistencia gravitatoria con la Tierra y poder cambiar su trayectoria de tal forma que intercepte la de ambos asteroides. El sobrevuelo de 1991 VH, un asteroide de tipo S, tendrá lugar en marzo de 2026 y el de 1996 FG3, de tipo C, un mes después aproximadamente. El fin de las operaciones de vuelo está previsto para el 31 de mayo de 2026. Janus-A y Janus-B llevan solo dos instrumentos: una cámara visible y una cámara infrarroja. Las dos han sido desarrolladas por Malin Systems, una empresa famosa por sus cámaras en sondas de la NASA, especialmente en misiones marcianas (la cámara visible está basada en la de la sonda OSIRIS-REx). 1991 VH y 1996 FG3 son dos asteroides cercanos a la Tierra, supuestamente de tipo «pila de escombros», por lo que su estudio es ciertamente interesante, sobre todo tras los resultados de las misiones Hayabusa 2 y OSIRIS-REx, que han estudiado los asteroides pila de escombros Ryugu y Bennu.


La sonda Psyche. Janus será la carga secundaria de esta misión (NASA).


Las pequeñas sondas EscaPADE se han quedado sin cohete lanzador (NASA).


Las sondas Janus son dos pequeños satélites de menos de 180 kg construidos por Lockheed-Martin dentro del programa SIMPLEx (Small Innovative Missions for Planetary Exploration), que, como su nombre indica, es un proyecto para desarrollar pequeñas sondas de pequeño tamaño que se puedan lanzar como carga secundaria de otras misiones. Janus surgió en 2018 y fue preseleccionada por la NASA como parte de la segunda ronda del proyecto, SIMPLEx-2. De hecho, ha sido la primera de esta ronda en pasar a la fase de desarrollo tras superar el hito KDP-C (Key Decision Point-C), que, traducido, quiere decir que la misión tiene luz verde de la NASA y deja atrás la fase de concepto, aunque todavía podría ser cancelada. Las sondas Janus deben costar menos de 55 millones de dólares en total.


Los dos asteroides han sido estudiados por radar, por lo que sabemos algo de su forma (NASA).


Junto a Janus, la NASA aprobó otras dos misiones dentro de la ronda SIMPLEx-2. Una era EscaPADE (Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers) y la otra Lunar Trailblazer. Lunar Trailblazer despegará en octubre de 2024 mediante un Falcon 9 como carga secundaria complementando a la misión IMAP (Interstellar Mapping and Acceleration Probe) de la NASA. Lunar Trailblazer es una sonda que debe orbitar la Luna para estudiar las sustancias volátiles (o sea, el hielo), mientras que EscaPADE es una misión formada por dos satélites de menos de 90 kg cada uno que debe orbitar Marte con el fin de estudiar la interacción del planeta con el viento solar. EscaPADE debía despegar junto con las sondas Janus y Psyche, pero el cambio de lanzador, de un Falcon 9 a un Falcon Heavy, hizo necesario un cambio de trayectoria que impidió que EscaPADE pueda alcanzar su órbita científica alrededor del planeta rojo. Ahora mismo las dos sondas están esperando un lanzador independiente o la oportunidad de viajar como carga secundaria en otra misión de la NASA.


Diseño original de Janus (NASA).


El programa SIMPLEx comenzó en 2014 y poco después se eligieron las primeras misiones bajo la ronda SIMPLEx-1: los satélites LunaH-Map y Q-PACE. El primero será uno de los trece pequeños satélites que despegarán a bordo de un SLS en la misión Artemisa I. El otro despegará a bordo de un LauncherOne. Además de estos dos satélites, en la ronda SIMPLEx-1 se seleccionaron tres propuestas para desarrollo tecnológico: MMO (Mars Micro Orbiter), HALO (Hydrogen Albedo Lunar Orbiter) y DAVID (Diminutive Asteroid Visitor using Ion Drive). Desgraciadamente, el programa SIMPLEx parece estar pasando por una serie de dificultades económicas en estos momentos, pero no se puede negar que es una muy buena idea. Lo bueno de estudiar asteroides es que siempre tendremos objetivos de sobra a la hora de elegir.