viernes, 31 de enero de 2020

Centaurus, Chimera y MANTIS, tres propuestas de misiones para estudiar los asteroides y los misteriosos centauros
Por Daniel Marín



Vivimos una era de oro de exploración espacial gracias a la pléyade de misiones espaciales que están estudiando distintos objetivos del sistema solar. Curiosamente, muchos de esos objetivos son cuerpos menores: asteroides, cometas, objetos del cinturón de Kuiper y planetas enanos. Estos cuerpos, aparentemente poco interesantes comparado con planetas y lunas, son en realidad fundamentales a la hora de entender los caóticos procesos de formación del sistema solar. Hace décadas pensábamos que los cuerpos menores, a excepción de los cometas, se habían formado en las regiones en las que se encuentran actualmente, pero hoy sabemos que el movimiento de los planetas gigantes durante el origen del sistema solar tuvo como consecuencia la mezcla de estos cuerpos de una forma que todavía no entendemos del todo bien.


Recreación de la sonda Quimera estudiando el centauro SW1 (NASA).

La sonda Dawn estudió en detalle los dos miembros más grandes del cinturón de asteroides, Ceres y Vesta, mientras que en el futuro la sonda Psyche analizará el asteroide metálico homónimo y la misión Lucy investigará varios asteroides troyanos, situados en la órbita de Júpiter, para dilucidar su naturaleza. Todas ellas son misiones de tipo Discovery, las más baratas —unos 450 millones de dólares— de entre todas las misiones planetarias de la NASA. La agencia espacial planea elegir otras dos misiones de este tipo dentro de poco y entre las sondas candidatas tenemos al menos tres dedicadas al estudio de cuerpos menores.


MANTIS (NASA).

La primera de ellas es MANTIS. Desarrollada por el Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory, MANTIS (Main-belt Asteroid and NEO Tour with Imaging and Spectroscopy) planea visitar nada más y nada menos que 14 asteroides, incluyendo 50 Virginia (de 85 kilómetros de diámetro) o 2011 UB256, un troyano marciano de apenas 300 metros. El objetivo principal de MANTIS es comprobar una hipótesis sobre la formación del cinturón de asteroides que ha ganado popularidad en la última década. Según esta teoría, la mayoría de asteroides del cinturón provienen de un número relativamente pequeño de protoplanetas de cien kilómetros de diámetro (como ya se sabe desde hace décadas, estos protoplanetas no pudieron formar cuerpos más grandes por culpa de las perturbaciones gravitatorias de Júpiter).


Diseño de MANTIS (NASA).

Colisiones posteriores entre estos protoplanetas generarían la mayoría de asteroides del cinturón principal que observamos en la actualidad. Esta hipótesis se basa en que, a pesar de que hay miles de cuerpos en el cinturón principal, existen pocas familias de asteroides con una composición parecida. MANTIS sobrevolará asteroides miembros de ocho familias para analizar su composición mediante una cámara y un espectrómetro infrarrojo avanzado. De esta forma, comprobará hasta qué punto la composición de estos asteroides es similar y, por tanto, si la teoría de los protoplanetas de cien kilómetros —conocida como born big— es correcta o no. MANTIS tendría una masa de unos 600 kg en seco y dos paneles solares de 9 metros cuadrados en total, con un diseño basado en el de las sondas MESSENGER y STEREO. Su cámara principal MALORRI (MAntis LOng-Range Reconnaissance Imager) de alta resolución está basada en la LORRI de la New Horizons. El espectrómetro infrarrojo de alta resolución, el núcleo de la misión, se denomina SHRIMP (SWIR/NIR Hyperspectral Reflectance Imager for Mineralogy and Petrology) y está basado en el instrumento CRISM de la sonda marciana MRO. Estará complementado por el radiómetro infrarrojo MUST-IR (MUltiSpectral Thermal InfraRed) y el sensor de partículas interplanetarias MANDI, un instrumento basado en el sensor de polvo CDA de la Cassini. Otro objetivo principal de la misión es estudiar el agua de los asteroides y dilucidar si los océanos terrestres vienen de los asteroides como parece.


Instrumentos de MANTIS (NASA).

Más allá de los asteroides, otras dos propuestas de misiones Discovery se centran en los centauros, la última población de cuerpos del sistema solar pendientes de estudiar (los asteroides troyanos tampoco han sido analizados en profundidad, pero la sonda Lucy ya se encargará de ellos). Los centauros son cuerpos menores con órbitas muy excéntricas e inestables que cruzan las de los planetas gigantes. Cuando se descubrieron se pensaba que eran una especie de «eslabón perdido» entre los asteroides y cometas. O sea, sus órbitas parecían ser cometarias, pero no presentaban actividad. Más adelante se descubrió que algunos estaban activos y tenían a su alrededor comas de polvo y volátiles, lo que reforzó esta opinión. El nombre «centauro» refleja esa doble naturaleza que chocaba a los astrónomos de antaño y que hoy sabemos falsa en tanto en cuanto no existen fronteras claras entre «asteroides» y «cometas».


Distintas familias de cometas y los centauros (NASA).

Los centauros son objetos del cinturón de Kuiper perturbados (NASA).

En realidad, hoy se cree que los centauros son miembros del disco disperso del cinturón de Kuiper. Recordemos que los objetos del cinturón de Kuiper son cometas, que no es otra cosa que cuerpos con mayor cantidad de volátiles —es decir, hielos— que los asteroides (insistimos, no hay una frontera clara entre ambas clasificaciones). Estos cuerpos se formaron más cerca de donde se encuentran hoy en día, pero la migración de Neptuno hacia el exterior del sistema solar, empujado a su vez por Saturno y Júpiter, provocó el alejamiento de los mismos. Parte de estos objetos fueron catapultados hacia el exterior del sistema solar para formar la nube de Oort, mientras que otros formaron el cinturón de Kuiper-Edgeworth y otros el disco disperso, estos últimos con órbitas más excéntricas e inestables. Los centauros provendrían de esta última familia. Con el tiempo, la implacable dinámica celeste nos dice que los centauros serán expulsados por los planetas gigantes fuera del sistema solar o hacia la nube de Oort; o bien se terminarán convirtiendo en cometas de periodo corto de la familia de Júpiter, como el 67P/Churyumov-Gerasimenko, visitado por la sonda europea Rosetta.


Algunas órbitas de centauros (https://www.lunarplanner.com/~lunarpla/asteroids-centaurs/index.html).

A diferencia de los cuerpos del cinturón de Kuiper como 2014 MU69 (ahora conocido como Arrokoth, antes Ultima Thule), visitado por la sonda New Horizons, los centauros son relativamente fáciles de visitar con un artefacto humano al estar mucho más cerca. Los centauros son los objetos menos evolucionados que podemos encontrar dentro de la órbita de Neptuno, de ahí su interés, y además arrojarán luz sobre los procesos de migración planetaria de formación del sistema solar. El satélite Febe de Saturno podría ser un centauro capturado.


2014 MU69, un objeto del cinturón de Kuiper visitado por New Horizons. Antes Ultima Thule, ahora denominado Arrokoth (NASA).

Para la próxima misión Discovery, dos equipos de investigadores han propuesto misiones a los centauros. La primera propuesta es un proyecto conjunto del JPL y el SwRI y se llama, sorpresa, Centaurus. Entre el equipo de investigadores se encuentra nada más y nada menos que Alan Stern, el investigador principal de la New Horizons. Los objetivos de esta misión son los centauros 2060 Quirón y 29P/Schwassmann-Wachmann 1 (SW1). Ambos cuerpos presentan una actividad notable. De hecho, SW1 es el centauro más activo, mientras que Quirón es el segundo centauro más grande después de 10199 Cariclo y, al igual que este último, podría tener anillos. El tamaño de estos cuerpos (220 kilómetros para Quirón y 50 kilómetros para SW1) los sitúa entre objetos del cinturón de Kuiper como Arrokoth y Plutón. Centaurus usaría paneles solares y despegaría entre 2026 y 2029, mientras que el contratista principal es Lockheed-Martin.


Póster de la misión Centaurus (https://twitter.com/AstroBioProf).

Tamaños de Quirón y SW1 comparado con Arrokoth y el cometa 67P (NASA).

La otra propuesta se llama Quimera —la quimera mitológica estaba formada por partes de distintos animales, como los centauros— y es un tanto más modesta porque solo visitaría un centauro, SW1. A cambio, Quimera sería capaz de orbitar SW1 durante dos años gracias a una resonancia orbital que solo se da cada medio siglo (la próxima resonancia sería en 2083). Una vez completada la misión orbital, Quimera podría dirigirse hacia un cometa de periodo corto de la familia de Júpiter. Para alcanzar SW1, Quimera sobrevolaría Júpiter y el cometa 31P/Schwassmann-Wachmann 2.


Logo de Quimera (NASA).

Quimera estudiará un centauro (NASA).

Estas tres propuestas son solo una muestra de las múltiples enviadas para las dos próximas misiones Discovery, así que nada garantiza que salgan adelante. No obstante, el estudio de los centauros me parece apasionante. Esperemos que alguna de ellas sea aprobada.



HabEx: un telescopio espacial para descubrir exoplanetas habitados
Por Daniel Marín



Una de las mayores frustraciones de la ciencia moderna es que disponemos de la tecnología para buscar vida en planetas extrasolares, pero, desgraciadamente, todavía tendremos que esperar un tiempo para tener listas las herramientas adecuadas. Y una de esas herramientas podría ser HabEx, un telescopio espacial destinado a buscar signos de vida —biomarcadores— en otros planetas similares a la Tierra. La NASA planea lanzar en los años veinte el telescopio James Webb y, si no es cancelado antes, el WFIRST. Pero, ¿y más allá? La comunidad científica ha propuesto LUVOIR, un telescopio espacial gigante que sería el verdadero sucesor del Hubble (el James Webb no es su sucesor porque trabajará en el infrarrojo y el WFIRST estará dedicado principalmente a estudios de gran campo —surveys— y exoplanetas). Pero LUVOIR es demasiado ambicioso y caro, por lo que, ante la competencia de los futuros grandes observatorios terrestres, no sería de extrañar que no saliese adelante o se convirtiese en un proyecto mucho más modesto.


HabEx con Starshade (NASA/HabEx).

Uno de los objetivos de LUVOIR es, por supuesto, el estudio de exoplanetas, pero, al tratarse de un observatorio genérico, también deberá estudiar todo tipo de objetos y fenómenos astronómicos. Por contra, HabEx dedicará la mitad de su tiempo de observación a los exoplanetas. HabEx (Habitable Exoplanet Observatory) es una propuesta de telescopio espacial con un espejo primario de 4 metros de diámetro, superior al Hubble o al WFIRST (2,4 metros), pero inferior al James Webb (6,5 metros) o, por supuesto, el enorme LUVOIR (8 o 15 metros). HabEx ha sido concebido para que, en el plazo de cinco años, tenga un 98,6% de probabilidades de detectar y estudiar en detalle un planeta del tamaño de la Tierra situado en la zona habitable de una estrella de tipo solar. O sea, lo que viene siendo estudiar una auténtica exotierra.


Planetas que podrá descubrir y estudiar en detalle HabEx durante los cinco años de su misión primaria (NASA/HabEx).

Y cuando decimos estudiar no hablamos de determinar su órbita, masa o tamaño, que son los parámetros que nos pueden dar los métodos del tránsito o de la velocidad radial, actualmente los más empleados para descubrir nuevos exoplanetas. Hablamos de obtener un espectro de alta resolución con el fin de averiguar si hay vida en un planeta. HabEx descubrirá cerca de doscientos exoplanetas durante los cinco años que durará su misión primaria. Entre ellos, será capaz de obtener espectros detallados de unas ocho exotierras. Para que nos hagamos una idea de su potencia, HabEx nos mostraría un posible sistema solar cercano tal que así:


Simulación de un hipotético sistema estelar alrededor de una estrella de tipo solar situado a 28 años luz. Los puntos son cinco planetas: ‘a’ sería una exotierra, mientras que ‘b’, ‘c’ y ‘d’ serían planetas gigantes y ‘e’ un neptuno situado más cerca que el nuestro. También se aprecia un cinturón de Kuiper denso (anillo exterior) y el polvo interplanetario zodiacal interior (pegado a la estrella) (NASA/HabEx).

Posibles espectros de los cinco mundos de la imagen anterior (NASA/HabEx).

Los cinco mundos de ese hipotético sistema estelar se aprecian claramente como cinco puntitos alrededor de su estrella. Esto permitiría obtener espectros de las atmósferas de los cinco mundos. Y, en el caso de que alguno fuese similar a la Tierra, seríamos capaces de identificar la marca espectral del agua, del oxígeno y del ozono, tres biomarcadores que, en conjunto, señalarían un mundo potencialmente habitado. Si, además, se trata de un mundo océano, podríamos detectar el reflejo de la luz estelar en las aguas del mismo. Simplemente impresionante. Eso sí, HabEx solo obtendría espectros detallados de exotierras situadas a menos de unos 50 años luz de distancia.


Características de las atmósferas de distintos tipos de planetas (NASA/HabEx).

El espectro de la atmósfera terrestre (NASA/HabEx).

Espectro de una exotierra obtenido por HabEx (NASA/HabEx).

HabEx podría detectar el reflejo de la luz estelar en los océanos de una exotierra (NASA/HabEx).

Cierto es que, para obtener estos espectros, HabEx hará «trampa». O, mejor dicho, no podrá obtener espectros tan detallados de mundos tan pequeños en solitario. Para eso necesitará otra estructura que, básicamente, sería una nave espacial independiente. Esta estructura recibe el nombre de Starshade (‘sombrilla estelar’) y su objetivo sería bloquear la luz estelar para facilitar la visión directa de planetas. Starshade sería una especie de flor espacial con un diámetro de 52 metros y que estaría situada a unos 76 600 kilómetros de distancia de HabEx en todo momento. Esta forma es necesaria para minimizar los efectos perniciosos de la difracción de la luz en el estudio de los posibles planetas. Ambos objetos se lanzarán al punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Sol.


Observaciones con Starshade (NASA/HabEx).

Despliegue de Starshade (NASA/HabEx).

Modelo a escala de los pétalos de Starshade (NASA/HabEx).

Pero hay quien pueda pensar que estas capacidades no son suficiente para buscar vida más allá del sistema solar. Al fin y al cabo, la Tierra ha estado habitada cuatro mil millones de años o más, pero solo en la última parte de su historia —el eón Fanerozoico— su atmósfera ha tenido una composición más o menos similar a la actual. ¿Y si hay por ahí fuera otras exotierras parecidas a la Tierra en la antigüedad? No hay problema. Uno de los requisitos de HabEx es detectar oxígeno en una atmósfera si su concentración es similar a la que hemos tenido en nuestro planeta en los últimos 2500 millones de años. No obstante, también podrá identificar biomarcadores de exotierras que sean iguales a la Tierra durante el eón Arcaico o el Proterozoico. En el Arcaico —desde hace 4000 millones de años hasta hace 2500 millones— la Tierra era un ‘punto naranja pálido’, con una atmósfera sin oxígeno dominada por neblinas orgánicas —parecidas a las de Titán— y con una fuerte presencia de metano y dióxido de carbono. En el Proterozoico —desde hace 2500 millones de años hasta hace 500 millones— hubo periodos en los que la concentración de oxígeno era menor que la actual, entre un 0,1% y un 1% —comparado con el casi 20% de hoy en día— y también había más metano en la atmósfera que ahora. HabEx podrá estudiar todos estas ‘paleotierras’ y detectar sus biomarcadores.


Biomarcadores y espectros de la atmósfera terrestre en el pasado (NASA/HabEx).

Así vería directamente HabEx la Tierra y otros planetas del sistema solar gracias a su coronógrafo (NASA).

Para obtener estos espectros, además de Starshade, HabEx usará tres instrumentos: un coronógrafo, la cámara HWC (Workhorse Camera), que trabajará en el visible y en el infrarrojo, y el espectrógrafo ultravioleta UVS. De esta forma cubrirá un rango de longitudes de onda que irá desde las 0,2 a las 1,8 micras, o sea, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano. Este rango es fundamental para identificar las principales líneas espectrales del ozono y el oxígeno (ultravioleta) y las del agua (infrarrojo). En este sentido, conviene recordar que este rango está fuera del alcance de cualquier telescopio terrestre, independientemente de su tamaño, por culpa de nuestra atmósfera.


Los instrumentos de HabEx, incluyendo Starshade (NASA/HabEx).

El coronógrafo servirá para bloquear la luz de la estrella, pero, a diferencia del Starshade, está dentro del telescopio. En realidad, lejos de ser redundantes, ambas técnicas se complementan. El coronógrafo es ideal para buscar planetas en sistemas estelares que no han sido estudiados en detalle, mientras que el Starshade nos permite la adquisición de espectros de alta resolución. En este sentido, HabEx es heredero directo de los estudios Exo-C y Exo-S de hace seis años. En estos estudios se analizaron las ventajas de un telescopio espacial con un coronógrafo o con un Starshade, respectivamente, a la hora de estudiar exoplanetas y se determinó que los dos eran complementarios y necesarios, aunque, si había que elegir, el Starshade era prioritario por su capacidad para permitir obtener espectros de alta resolución.


HabEx usará micropropulsores en vez de volantes de inercia (NASA/HabEx).

Por otro lado, HabEx alcanzará la precisión y estabilidad necesarias en el apuntado mediante el empleo de micropropulsores en vez de los tradicionales volantes de inercia. Los micropropulsores han demostrado ser ideales para observatorios espaciales gracias a la experiencia de misiones europeas como Gaia o LISA Pathfinder. Son menos ruidosos y menos propensos a fallos que los volantes de inercia (que se lo digan al telescopio espacial Kepler). También será capaz de enviar datos a la Tierra al mismo tiempo que realiza observaciones mediante el empleo de antenas de nueva generación, por lo que el porcentaje de tiempo de observación será mayor que en los telescopios espaciales actuales.


Partes de HabEx (NASA/HabEx).

Por supuesto, además de exotierras, HabEx también estudiará todo tipo de exoplanetas, incluyendo aquellos que —que sepamos— no existen en nuestro sistema solar, como los jupíteres calientes, los minineptunos o las supertierras. Además, al tratarse de un telescopio espacial podrá estudiar todo tipo de objetos astrofísicos, desde galaxias hasta lentes gravitatorias, pasando por regiones de formación estelar. Este requisito es fundamental si HabEx quiere ganarse las simpatías del resto de la comunidad científica. Por eso se espera que durante su misión primaria dedique la mitad del tiempo a la observación de otros objetivos que no sean exoplanetas. En caso necesario, HabEx podría aumentar su vida útil mediante misiones atuomáticas de abastecimiento.


Concepto de misión para aumentar la vida útil o reparar HabEx (NASA/HabEx).

HabEx es un gran telescopio de 19 toneladas. Esta masa es un obstáculo a la hora de enviarlo al punto L2 (recordemos que el Hubble está en órbita baja), así que sería necesario un cohete gigante para lanzarlo hasta allí. La NASA planea usar el SLS Block IB, con capacidad para poner cien toneladas en órbita baja, para lanzar HabEx, pero espera que para 2030 haya otros lanzadores con una capacidad similar (¿Starship?¿New Armstrong?). Por si acaso, el equipo de HabEx ha concebido la versión HabEx 3.2S, una variante de HabEx con un espejo primario de 3,2 metros en vez de 4 y carente de coronógrafo. Este «mini HabEx» sería capaz de alcanzar casi todos los objetivos científicos de su hermano mayor —aunque en algunos casos requeriría más tiempo— y se podría lanzar a bordo de un cohete convencional como el futuro Vulcan o un Falcon Heavy. Por su parte, Starshade, con una masa de 12,2 toneladas, podría alcanzar L2 mediante un vector similar al Falcon Heavy.


HabEx requeriría un SLS Block IB o similar, mientras que el Starshade usaría un Falcon Heavy (NASA/HabEx).

HabEx en la cofia del SLS (NASA/HabEx).

Variante de HabEx más pequeña con un espejo de 3,2 metros de diámetro y sin coronógrafo (NASA/HabEx).

HabEx será una misión cara, de entre siete mil y nueve mil millones de dólares —incluyendo el Starshade—, aunque nadie duda de que es una de las propuestas más fascinantes que hay en la actualidad (el James Webb ha costado diez mil millones). Eso sí, entre los muchos desafíos de esta misión está demostrar que se puede mantener la alineación correcta entre el telescopio y el Starshade de tal forma para llevar a cabo observaciones de calidad. En todo caso, no olvidemos que se trata de una misión prevista para los años 30, así que habrá tiempo para depurar las tecnologías asociadas. Si HabEx es aprobado, no despegaría hasta 2036. Mucho tiempo para averiguar, al fin, si alguno de los mundos más cercanos están, efectivamente, habitados.



Acuerdo entre Isilaunch y Firefly
La empresa holandesa Isilaunch ofrecerá servicios de lanzamiento dedicados y compartidos mediante el cohete Alpha de Firefly a partir de 2020.





Firefly Aerospace anunció el 21 de enero la firma de un Acuerdo de Servicios de Lanzamiento con Innovative Space Logistics BV (Isilaunch), subsidiaria de la holandesa Innovative Solutions in Space B.V. (Isispace). Según el acuerdo, Isilaunch ofrecerá a sus clientes múltiples oportunidades de lanzamiento dedicadas y de viaje compartido en el lanzador Alpha de Firefly, en misiones que comenzarán en 2020.

«Estamos muy contentos de tener a Isilaunch como cliente de nuestro lanzador Alpha», dijo el CEO de Firefly, Dr. Tom Markusic. «Con el crecimiento de la demanda de servicios de lanzamiento, Firefly aprovechará la experiencia y la presencia en el mercado de Isilaunch para brindar a sus clientes oportunidades de vuelo económicas, convenientes y confiables».

Alpha de Firefly
«Estamos muy interesados ​​en trabajar con Firefly y su vehículo de lanzamiento Alpha», dijo el director de Isilaunch, Abe Bonnema. «En base a nuestra amplia experiencia con los lanzamientos de clústeres, después de haber lanzado cientos de satélites pequeños de esa manera en los últimos diez años, creemos que el vehículo de lanzamiento Alpha tiene una relación capacidad/costo muy interesante, lo que permite la flexibilidad en la configuración de lanzamiento que necesitamos para servir a nuestra amplia base de clientes, además, Alpha también es interesante para nuestras ambiciones de llevar grupos de pequeños satélites a la órbita lunar. Nos complace concluir que nuestra filosofía empresarial y enfoque de mercado se alinean muy bien con los de Firefly».

Alona Kolisnyk, Directora de Desarrollo de Negocios Internacionales de Firefly, agregó que «en Firefly, nuestro equipo se está preparando para aumentar rápidamente la cadencia de vuelo después del lanzamiento inaugural de nuestro vehículo Alpha. Esto nos permitirá entregar las cargas útiles de los clientes a sus órbitas preferidas de manera receptiva y de manera asequible. Las misiones de viajes compartidos que Firefly ejecutará con Isilaunch habilitará aún más la industria global de satélites pequeños y proporcionarán oportunidades de vuelo a las tecnologías disruptivas cislunares que están desarrollando las nuevas empresas espaciales comerciales».

Isilaunch

Innovative Space Logistics (Isilaunch) congrega todas las actividades de servicios de lanzamiento en Innovative Solutions in Space (Isispace), una empresa de satélites verticalmente integrada con sede en los Países Bajos, que ofrece satélites como servicio e innovadoras soluciones llave en mano para la industria global de satélites pequeños, incluido el desarrollo de satélites, servicios de lanzamiento y operaciones satelitales. Isilaunch se centra en la provisión de lanzamientos regulares para CubeSats y microsatélites y proporciona servicios de intermediación de lanzamiento, equipos de interfaz de lanzamiento, pruebas de certificación de vuelo y servicios de seguro de lanzamiento a una amplia gama de clientes. Isilaunch también da soporte de servicios de integración de lanzamiento en base a su familia dispensadores, sistemas de separación, secuenciadores y el hardware de interfaz relacionado.



El Brexit refuerza la vía independentista en Escocia
La marcha del Reino Unido de la Unión Europea, este 31 de enero, ha dado más fuelle a la estrategia independentista del Gobierno escocés que dirige Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacional del territorio autonómico (SNP, por sus siglas en inglés).


© REUTERS / Carlo Allegri


La ministra principal dará a conocer los "nuevos pasos" de la trayectoria hacia la escisión de la unión británica en un discurso previsto este 31 de enero en Edimburgo.

"Tenemos un mandato sólido para (celebrar) un referéndum independentista, y el último sondeo indica una mayoría de apoyos al sí", recordará, según extractos de la intervención adelantados por el SNP.

Una encuesta de YouGov, publicada el día anterior, da la mayoría a la independencia con un margen limitado, del 51 contra el 49%.

Es la primera vez que la mayoría de escoceses apoya el soberanismo en intención de voto desde hace cinco años, según recalcó la propia organización en su cuenta de Twitter.

El Brexit y la victoria de Boris Johnson como líder y primer ministro conservador se identifican entre los principales factores que han contribuido a dicho empuje.

"Esta noche sacarán a Escocia de la Unión Europea en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de la gente de Escocia", protestará Sturgeon.

El 62% de los votantes escoceses en el referéndum de la UE, de 2016, apoyó la continuidad en el bloque, frente al 38% que apostó por la retirada.

Escocia superó en diez puntos porcentuales el promedio registrado en todo el Reino Unido, del 52%, que dio la victoria al Brexit.

Dos años antes, en el plebiscito soberanista, el bloque unionista de conservadores, laboristas, liberal-demócratas y otras pequeñas fuerzas ganó la batalla —por el 55% contra el 45%— con una campaña que explotó el miedo de los escoceses a quedarse fuera de la UE, además de separarse del Reino Unido, entre otras cuestiones.

Así, en su intervención en el atmosférico centro Dinamic Earth (Tierra dinámica), la líder nacionalista argumentará que Escocia ya no puede confiar en la "rota y desacreditada unión con Westminster", en referencia al Gobierno y el Parlamento del Reino Unido.

"Pero tenemos la perspectiva de un futuro mejor y más brillante como una nación europea independiente", dirá optimista, según sus portavoces en el SNP.

El primer ministro Johnson rechazó formalmente trasferir al Parlamento escocés la competencia que retiene Westminster para organizar referendos.

A su vez, Sturgeon ganó esta semana, con los votos del Partido Verde, el respaldo de la Cámara autonómica para convocar la consulta soberanista en el segundo semestre de 2020.

Y replanteará el pulso independentista mientras el dirigente conservador se inmersa en las celebraciones de la ejecución del Brexit.

"Esto no el final sino un comienzo; el momento de genuino cambio y renovación nacional", dirá Johnson esta noche, en un mensaje a la nación, según su portavoz.

El primer ministro insistirá en que el Brexit "será el momento de empezar a unirnos" mientras que para la jefa del Gobierno escocés representa el comienzo del desmembramiento de la unión británica.

Reino Unido dejará de ser miembro de la UE a las 23 horas GMT del 31 de enero, aunque deberá acatar las normas y cuotas financieras del bloque hasta el final del periodo de transición, previsto en diciembre de 2020.



jueves, 30 de enero de 2020

Qué se necesita para construir una base en la Luna (y por qué es posible hacerlo)
por Ian Whittaker y Gareth Dorrian


Una base lunar debe tener en cuenta entre otras cosas la temperatura, que varía enormemente entre el día y la noche.

Medio siglo después de que los humanos caminaran por primera vez en la Luna, varias compañías privadas y naciones están planificando construir bases permanentes en la superficie lunar.

A pesar del progreso tecnológico desde la era de las misiones Apolo, esto será un gran desafío. Entonces, ¿por dónde empezar?

Las condiciones en la superficie lunar son extremas. La luna tiene un período de rotación de 28 días, lo que resulta en dos semanas de luz solar continua seguidas de dos semanas de oscuridad en la mayoría de las latitudes.

Como la Luna carece de una atmósfera significativa para distribuir el calor del Sol, las temperaturas durante el día pueden subir a 130°C. Las temperaturas nocturnas más frías que se han registrado han llegado a -247 ° C.

La falta de una atmósfera protectora también significa que hay poca protección contra la radiación cósmica dañina.

Esto significa que los habitantes de la Luna tendrían que construir edificios con paredes lo suficientemente gruesas para bloquear la entrada de radiación y usar trajes espaciales engorrosos cada vez que salen al exterior.

Las paredes también deben ser lo suficientemente fuertes como para soportar las diferencias de presión entre el exterior y el interior, y para hacer frente al impacto de los micrometeoritos (pequeñas partículas de roca y polvo que se estrellan contra la superficie de la Luna a altas velocidades).

Estas consideraciones significan que, cuando expandamos las primeras bases y comencemos a construir estructuras en la Luna, el concreto lunar, que es una mezcla de azufre y agregado (granos o roca triturada; el concreto normal es agregado, cemento y agua) puede ser una buen opción.

Eso es así porque no es poroso, es fuerte y no requiere agua, que es escasa en la Luna.

Gravedad

Otro problema es la poca gravedad que hay en nuestro satélite (solo un sexto de la de la Tierra). Con el tiempo, esto puede causar problemas como la pérdida muscular y ósea.

Cualquier asentamiento lunar permanente debe minimizar estos riesgos, por ejemplo, haciendo que el ejercicio sea requisito.


Hacer ejercicio deberá convertirse en un requisito obligatorio.

Aunque pocas agencias han revelado aun detalles sobre sus planes, podemos asumir que, probablemente, las primeras bases serán prefabricadas y transportadas a la Luna desde la Tierra para que puedan ser utilizadas de inmediato.

Cualquier base de este tipo tiene que poder mantener aire respirable, es decir, tiene que proporcionar oxígeno y eliminar el dióxido de carbono.

La Estación Espacial Internacional (EEI) utiliza electrólisis para descomponer el agua en oxígeno e hidrógeno y ventila el dióxido de carbono capturado en el espacio.

Fuentes de energía

Un elemento esencial en cualquier base es una fuente de alimentación de energía.

La estación espacial internacional (EEI) puede albergar a seis astronautas y requiere de 75kW a 90kW de energía para todo: desde para el soporte vital y el funcionamiento de los equipos científicos hasta para el reciclaje de agua.

Dependiendo del número de colonos lunares y las tareas que lleven a cabo, este requisito de energía podría considerarse un mínimo absoluto.

Una opción sería utilizar paneles solares. Pero si la base se encuentra en regiones ecuatoriales, estos solo producirán energía durante 14 días consecutivos, seguidos de dos semanas de oscuridad.


Si se utilizan para generar energía, los paneles solares deberían colocarse en los polos.

Sin embargo, si la base se ubicara en el polo norte o sur, los paneles solares recibirían luz solar constante.

Los reactores nucleares son una alternativa más confiable que la energía solar.

En años recientes, ha habido mucho interés en los reactores de fisión miniaturizados.

El problema es que incluso pequeños reactores pueden llegar a pesar varias toneladas, y eso representa un problema ya que tienen que ser transportados desde la Tierra.

También se corre el riesgo de esparcir material nuclear en lo que actualmente es un sitio prístino.

Otra posibilidad son los generadores térmicos de radioisótopos. Estos producen energía al generar una corriente eléctrica a partir de la diferencia de temperatura entre un material radiactivo y un ambiente externo más frío.

En la Tierra, estos no son muy efectivos ya que la temperatura ambiente es bastante cálida, pero en las áreas con sombra de la Luna hace mucho frío.

Estos dispositivos se han utilizado a menudo como fuente de energía para las sondas que exploran el espacio profundo, ya que viajan demasiado lejos del Sol para aprovechar la energía solar.


La estación espacial internacional (EEI) puede albergar a seis astronautas y requiere de 75kW a 90kW de energía para todas sus necesidades.

Pero para la colonización lunar, se requeriría un número muy grande ya que no son muy eficientes para convertir el calor en electricidad.

Cada fuente de energía potencial tiene sus ventajas y desventajas, pero los paneles solares son la mejor opción si pueden colocarse en la ubicación correcta.

Comida y agua

Claramente, los habitantes de una base lunar tendrían que sobrevivir con una dieta basada mayormente en plantas.

La carne y otros alimentos tendrían que llegar en una nave.

Aunque la agricultura requiere de una gran infraestructura para que sea práctica, en teoría, es posible hacer crecer plantas en el suelo lunar.

Modelos computarizados muestran que los tomates y el trigo pueden germinar.

Las plantas requerirán cantidades sustanciales de espacio para poder proveer suficiente comida (la base debe ser lo suficientemente grande para ello).


Según modelos, el tomate y el trigo podrían crecer en la Luna.

Mientras que muchos nutrientes para las cosechas están disponibles en el suelo lunar, la ausencia de nitrógeno, que es esencial para el crecimiento de las plantas, presenta un desafío significativo.

Agricultura hidropónica

También hay niveles elevados de metales como el aluminio y el cromo, que pueden ser tóxicos para las plantas.

Podemos resolver algunos de estos problemas con una técnica que se conoce como hidroponía o agricultura hidropónica, mediante la cual se cultivan plantas en agua en vez de tierra y se las ilumina con luces LED para reemplazar artificialmente la luz del Sol.

Por ejemplo, esto puede hacerse en una habitación interna sin ventanas.

Una desventaja de esta técnica es la cantidad de agua que requiere. El agua puede reciclarse fácilmente utilizando técnicas actuales de escorrentía que se emplean en lavabos y duchas, aunque inevitablemente se perderá un poco de líquido que deberá rellenarse.

Afortunadamente, es posible extraer cantidades modestas de agua de la Luna, sobre todo de los polos.

¿Estamos preparados?

La principal consideración final para cualquier colonia lunar es la salud y la seguridad.


Una posibilidad es cultivar plantas en agua en vez de en el suelo.

Los riesgos de la exploración espacial están bien documentados.

Nos resulta problemático rescatar a personas enfermas de sitios inaccesibles como Antártica, donde la asistencia médica es limitada a los meses de verano e inexistente en el invierno.

Esto nos hace pensar que una base lunar debería ser autosuficiente en términos de asistencia médica, y eso implica enviar más peso a la Luna en forma de equipamiento médico y personal entrenado.

En definitiva, tenemos la tecnología para hacer viable una base lunar, pero ningún tipo de innovación podrá eliminar los riesgos.

Que se construya o no dependerá de esto más que de ninguna otra cosa.

La pregunta es si nosotros, como sociedad, estamos preparados o no para tolerar un asentamiento lunar, así como una lechuga producida en la Luna.

Ian Whittaker es profesor de Física de la Universidad de Notthinham Trent y Gareth Dorrian es investigador de posgrado de Ciencias del Espacio de la Universidad de Brimingham, ambas en Reino Unido.



miércoles, 29 de enero de 2020

¿Qué pasará con Gibraltar y las Islas Malvinas después del Brexit?
El Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la Unión Europea dio paso a la ejecución de un Brexit. Sin embargo, queda una gran expectativa sobre lo que pasará con Londres, su futura relación con Europa y su postura respecto a Gibraltar y las Islas Malvinas.


© AFP 2019 / Jorge Guerrero


Los políticos británicos plantearon que una vez que el Reino Unido abandone la Unión Europea, el país debe discutir sus futuras relaciones con Bruselas en nombre de toda la familia británica incluyendo Gibraltar, a pesar de que este territorio no sea parte de la zona Schengen.

El 97% de los ciudadanos de Gibraltar —territorio administrado por el Reino Unido desde 1713— se opuso al Brexit en el referéndum de 2016. Votaron a favor de permanecer en la UE con el estatus de miembro de pleno derecho pero fuera de la unión aduanera y de la Política Agraria Común del bloque.

Sin embargo, la salida de Gibraltar de la UE podría acarrear problemas a los ciudadanos de los Estados europeos. Se espera que se instalen inspecciones aduaneras en el puerto de la península y, con ellas, largas colas: más de 9.000 nacionales españoles trabajan en el peñón, según las estadísticas oficiales del Gobierno de Gibraltar.

La Unión Europea ha criticado repetidamente la posición de Londres sobre Gibraltar, incluso hasta se había llamado a la península "colonia británica" en algunos documentos de la UE.

El 18 de enero, el ministro principal del territorio británico de ultramar, Fabian Picardo, anunció la intención de Gibraltar de unirse a la zona Schengen después del Brexit alegando que sería un paso positivo para el país que debería tener una "frontera flexible" con un bloque de países europeos.

Las Islas Malvinas

Con el Brexit, las tensiones en torno a las islas disputadas podrían aumentar, ya que el Reino Unido no ve ningún obstáculo por parte de sus vecinos europeos sobre este tema, según publica el medio británico Express.

​Sin embargo, el Gobierno argentino ha analizado la posibilidad de que Londres pierda el apoyo europeo sobre las Malvinas. Además, el presidente argentino, Alberto Fernández, ha anunciado en su primer discurso presidencial un plan para relanzar el reclamo por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.



La Asociación del Software Libre pide a Microsoft que libere el código de Windows 7 para actualizarlo
por Juan Antonio Pascual





El ciclo de vida de Windows 7 ha llegado a su fin, pero la polémica está lejos de terminarse. Millones de usuarios aún siguen usando este sistema operativo, y han quedado desprotegidos frente a los ataques de los ciberdelincuentes. La Asociación del Software Libre tiene la solución: ha pedido a Microsoft que libere el código de Windows 7 para que los propios usuarios puedan mejorarlo e implementar parches de seguridad cuando sea necesario.

Free Software Fundation es una asociación sin ánimo de lucro que apoya iniciativas de software libre. Ha puesto en marcha una petición llamada Reciclar Windows 7 en la que pide a Microsoft que libere el código fuente del sistema operativo.

Alega que Microsoft ya ha liberado el código de algunas aplicaciones de Windows, como la Calculadora, y le pide dar un paso más para ofrecer el código de todo el sistema operativo. ¿Es una petición viable?

Más concretamente, Free Software Fundation realiza tres peticiones:
  • Demandamos que Windows 7 sea liberado como software libre. Su vida no tiene por qué terminar. Dénselo a la comunidad para estudiarlo, modificarlo y compartirlo.
  • Pedimos (a Microsoft) que respete la libertad y la privacidad de sus usuarios, sin dirigirlos por la fuerza hacia la versión más nueva de Windows.
  • Queremos más pruebas de que realmente respetan a sus usuarios y a la libertad de sus usuarios, y no usan estos conceptos solamente como márketing cuando les conviene.
Aunque es cierto que Microsoft ha liberado parte de Windows y en los últimos años es uno de los principales impulsores de Linux, es muy poco probable que acepte esta petición.

En primer lugar, un sistema operativo es una cosa muy diferente a una app. Liberar su código desvelaría todos los secretos sobre su funcionamiento, y eso ayudaría a los ciberdelincuentes para atacarlo. No es lo mismo desarrollar un sistema operativo en abierto desde el principio, como puede ser Android, que hacerlo a posteriori.

Por otro lado, si Microsoft tuviese la intención de liberar Windows 7 sería por su propia iniciativa, no por una petición de una asociación de usuarios.

Ya es una decisión tomada y ejecutada. Para Microsoft el ciclo de vida de Windows 7 ha terminado, y desde el punto de vista de la seguridad tampoco va a dejar que otros desarrolladores se ocupen de la mejora o la vigilancia de un software que considera caducado.

En realidad Microsoft sí va a seguir lanzando parches de seguridad para Window 7, pero como un servicio de pago. Se ha sabido que Alemania pagará casi un millón de euros para que Microsoft siga protegiendo 33.000 ordenadores gubernamentales que aún usan Windows 7.



Fuente: computerhoy.com
Los nuevos módulos de Axiom para la ISS
Por Daniel Marín



Hace dos años supimos que la NASA estaba buscando desarrollar un «segmento privado» en la estación espacial internacional (ISS) que pudiera sacar partido comercial de la órbita baja. Tres empresas se postularon para ganar uno de los contratos de la NASA: Axiom, Bigelow y NanoRacks. Las dos últimas ya han lanzado o van a lanzar pequeños módulos experimentales a la ISS, pero Bigelow y Axiom proponían además módulos de mayor tamaño. Finalmente, el 27 de enero la NASA anunció que permitirá a Axiom acoplar módulos a la ISS. Por ahora no se ha firmado ningún contrato en firme, sino que la NASA comenzará a negociar con la empresa las condiciones para desarrollar uno o varios módulos que se unirán al segmento estadounidense de la estación.


Los módulos de Axiom acoplados a la ISS (Axiom Space).

Por el momento no hay muchos detalles sobre estos módulos, más allá de que su diseño será rígido, a diferencia de la propuesta inflable B330/XBASE (Expandable Bigelow Advanced Station Enhancement) de Bigelow. El primer módulo de Axiom contará con seis puertos de atraque, uno más que en la propuesta de hace dos años y se unirá al puerto frontal del módulo Harmony. Como ya había anunciado hace un par de años, Axiom quiere usar este módulo como base para construir una estación espacial privada independiente. Para ello, al módulo principal, o «módulo nodo», se acoplarían un módulo hábitat, otro científico y un módulo panorámico parecido a la actual Cupola. El último sería un módulo con paneles solares que recuerda vagamente a la propuesta rusa de mediados de los años 90 para instalar paneles que alimentasen al segmento ruso. Una vez completa esta pequeña estación, se separaría de la ISS, también de forma no muy distinta a lo que planea hacer Roscosmos con los módulos más modernos del segmento ruso una vez expire la vida útil de la ISS.


El módulo de Axiom viajaría independientemente hasta la ISS y sería capturado por el brazo robot (Axiom Space).

El segmento de módulos de Axiom una vez finalizado (Axiom Space).

El acuerdo entre NASA y Axiom se enmarca dentro de la iniciativa NextSTEP (Next Space Technologies for Exploration Partnerships), que, en este caso, pretende buscar usos comerciales a uno de los puertos andróginos IDA existentes en el segmento estadounidense de la ISS. En cualquier caso, lo más probable es que la propuesta de Axiom se limite a un solo módulo, aunque resulta difícil entender el modelo de negocio de la empresa. ¿Qué puede ofrecer este módulo que no ofrezcan ya varios de los módulos científicos de la ISS? Obviamente, la única diferencia es que, al ser un módulo comercial, cualquiera podrá usarlo siempre que pase primero por caja, sin necesidad de tener que convencer engorrosos comités técnicos dedicados a valorar la bondad de un determinado experimento. Pero Axiom deberá demostrar que, además de ser capaces de construir un módulo espacial, pueden sacar beneficio económico del mismo.


Axiom Station: los módulos de Axiom se separarán al final de la vida útil de la ISS para ser una estación independientes (Axiom Space).

Las ventajas para la NASA son más sencillas de entender. La agencia desea abandonar la ISS en 2024 o, más probablemente, en 2028, para centrarse en Gateway y la Luna, así que los módulos comerciales permitirían continuar con la estación con un mínimo de inversión. O esa es la idea sobre el papel, porque mantener una tripulación permanente en la ISS requiere mucho dinero y el envío regular de naves de carga, algo que la NASA debe seguir financiando, aunque sea parcialmente, haya o no haya módulos comerciales acoplados. Sea como sea, la elección de Axiom llama la atención porque Bigelow ya tiene el módulo BEAM acoplado a la ISS. Es posible que las particularidades de los módulos inflables —sencillos en la teoría, complejos en la práctica— hayan puesto a la NASA en contra de Bigelow. O quizás prefieran darle a esta empresa el contrato pendiente para desarrollar una plataforma de vuelo libre dedicada a experimentos en microgravedad que se acoplará puntualmente con la ISS.


Diseño del módulo de Axiom de hace dos años (Axiom).

De todas formas, aunque Axiom es una empresa nueva, cuenta entre sus filas con la crème de la crème de los antiguos empleados de la NASA, como Mike Suffredini, antes encargado del programa ISS, así como varios ex astronautas (Brent Jett o Michael López Alegría). Hasta el mismísimo ex administrador de la NASA, Charles Bolden, está en su nómina. Axiom quiere lanzar su módulo para 2024. ¿Lo veremos acoplarse a la ISS o todo se quedará en un simple y clásico ejercicio de powerpointismo?


Otra vista de la estación de Axiom (Axiom Space).



martes, 28 de enero de 2020

ASAT de la India




Las Fuerzas Armadas de la India mostraron, por primera vez, el misil anti-satélite (ASAT) de la misión Shakti que fue probado con éxito en marzo de 2019 alcanzando un satélite propio en una órbita a 300 km de distancia de la Tierra.



Fuente:  latamsatelital.com