martes, 31 de mayo de 2022

La Conae celebra 31 años y trabaja en un lanzador que consolide el acceso al espacio para Argentina
La Comisión avanza en el desarrollo de lanzadores Tronador II y III, cohetes de unos 28 metros de altura y 90 toneladas de peso con los que busca poner en órbitas de hasta 700 kilómetros de altura a satélites desde un puerto espacial cercano a Bahía Blanca.



La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) celebra este sábado 31 años de su fundación con avances en el desarrollo de la familia de lanzadores Tronador II y III, cohetes de unos 28 metros de altura y 90 toneladas de peso con los que busca poner en órbitas de hasta 700 kilómetros de altura a satélites que pesan 750 kilos desde un puerto espacial cercano a la localidad bonaerense de Bahía Blanca.

El desarrollo del vehículo espacial fue adjudicado por Conae a la empresa estatal VENG (Vehículo Espacial de Nueva Generación), la cual tiene a su cargo la fabricación e integración de componentes en el Centro Espacial de Punta Indio (CEPI).

Allí fueron instaladas máquinas de soldadura en frío únicas en Sudamérica y necesarias para la construcción de los tanques de combustible y fuselaje del cohete que requieren de materiales cuya integridad no se vea afectada por el proceso de producción.

El CEPI está ubicado en el predio de una antigua planta cementera de la localidad de Pipinas, a unos 140 kilómetros al sudeste de la Ciudad de Buenos Aires, y dispone de un puerto espacial en el paraje La Capetina, sobre la costa del Río de La Plata, desde donde se realizaron tres lanzamientos experimentales entre 2014 y 2017.

El director ejecutivo y técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, y el presidente de VENG y decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Marcos Actis, recibieron a Télam en el hangar del CEPI, donde se encuentra la máquina de soldadura por fricción-agitación (friction stir welding, según su denominación en inglés) que fabrica las estructuras primarias de tanques y fuselajes que formarán parte de los próximos vehículos lanzadores Tronador II.

"El desarrollo del producto Tronador es el gran desafío que tiene hoy Conae; en la parte satelital somos capaces de desarrollar distintos tipos de misiones con diferentes características e instrumentos y tenemos logros como los Saocom con la puesta en órbita de radares en banda L que es lo más complejo en términos tecnológico con satélites", afirmó Kulichevsky en diálogo con Télam.

Tal desafío "implica adquirir tecnologías en las que todavía tenemos mucho por desarrollar, y al mismo tiempo mucho que construir en infraestructura", consideró el director de Conae, que destacó los trabajos de adecuación que tienen por delante para la fabricación e integración de los vehículos y la capacitación del personal.


Director ejecutivo y técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, y el presidente de VENG, Marcos Actis. Foto Fernando Gens-


El objetivo de Tronador II/III es que se convierta en un lanzador para satélites de observación de la tierra de hasta 750 kilos de peso en órbitas de entre 600 y 700 kilómetros de altura, un primer paso para pensar cómo seguir evolucionando en lanzadores más potentes.


"El desarrollo del acceso al espacio estuvo presente desde la creación de la Conae y antes también; durante muchos años las prioridades estuvieron concentradas en el desarrollo en simultáneo de proyectos muy importantes como el SAC-D o los Saocom que demandaban un esfuerzo presupuestario, y eso frente a las altas y bajas presupuestarias hacía que proyectos como el Tronador en algunos momentos quedasen más relegados", recordó Kulichevsky.

En ese sentido, destacó que "hoy estamos en otras condiciones y retomando Tronador". Aunque sostuvo que suspender un desarrollo tiene desventajas porque " hay gente que ya no está, infraestructuras que se pueden haber degradado o soluciones tecnológicas que ya fueron superadas".

Al respecto, Actis, dijo a Télam que hay empresas muy vinculadas a estos desarrollos que no están funcionando "porque la pasaron muy mal en los últimos años".

"De las 160 personas que teníamos trabajando sobre esto en la UNLP prácticamente la mitad se fueron, eso ahora se está recuperando y si no fuese por la pandemia este proyecto se hubiese reactivado antes", detalló.

El ingeniero subrayó que muchos trabajadores de empresas argentinas que generan productos en materia aeroespacial o satelital fueron formados por la Conae a través de proyectos como el Tronador.

Sobre los próximos pasos, Kulichevsky sostuvo que "la lógica de los lanzamientos de ensayo es ir adquiriendo madurez tecnológica en distintos sistemas, como la propulsión, aviónica, estructuras, y todo lo referido al segmento de tierra que es tan importante como el cohete o el satélite".


La Conae trabaja en el desarrollo de la familia de lanzadores Tronador II y III. Foto Fernando Gens


"Es un plan de trabajo de varios años porque son desarrollos complejos que requieren de varios pasos intermedios", detalló.

Por su parte, Actis ponderó que "con la campaña de lanzamientos se aprendió muchísimo, toda la navegación del vehículo quedó ampliamente demostrada por los lanzamientos de prueba, el manejo remoto, y ahora se apunta a la consolidación del motor, especialmente de la turbobomba que es el corazón del motor y cuyo desarrollo se había discontinuado a finales de 2015".

"El motor es algo ya probado y ahora se está trabajando en los procesos de fabricación para hacerlo más liviano, pero lo que dificulta es que hasta finales de 2015 había empresas nacionales en capacidad de fundir y trabajar este tipo de materiales que hoy ya no están", agregó.

Kulichevsky detalló "vamos a necesitar 4 o 5 lanzamientos exitosos para saber que dominamos la tecnología antes de pasar a la siguiente etapa".

"Tronador II va a tener distintas versiones en función del diámetro del lanzador, 70, 150 y 250 centímetros que es el que va a ser operativo junto a Tronador III; son al menos seis o siete años de trabajo por delante", indicó.

Asimismo, explicó que están surgiendo empresas privadas en el sector espacial, muchas de las cuales pueden hacer pequeños lanzadores, pero no encarar un proyecto del porte del Tronador.

"No es lo mismo poner en órbita un satélite de 50 kilos que uno de 750 y esa capacidad sigue siendo en un mercado muy competitivo de pocos proveedores, pero con muchas oportunidades. Hay una prospección para los próximos años de miles de satélites que buscan servicio de lanzamiento y poder ofrecer esa posibilidad abre un universo de nuevas oportunidades", completó Kulichevsky.




La Conae desarrolla en la Argentina misiones satelitales de observación de la Tierra, con el objetivo de generar información espacial sobre el territorio continental y marítimo para beneficio del país y América Latina.

El Plan Espacial Nacional contempla el desarrollo de la capacidad de lanzamiento de los satélites del proyecto SARE para colocarlos en órbita desde territorio argentino con el lanzador Tronador II/III, y la provisión de capacidades para actividades de telemetría y telecomando (TT&C), adquisición y procesamiento de la información satelital recibida mediante la Red de Estaciones Terrenas distribuidas de manera estratégica.



Mendoza avanza con los proyectos de expansión ferroviaria en la provincia




El ministro Mario Isgro recibió al subsecretario de Transporte Ferroviario de la Nación, Agustín Special, y al gerente de Belgrano Cargas, Daniel Zentil, para avanzar en importantes temas referidos al tren. Es valioso destacar que desde hace años Mendoza no recibía la visita de autoridades del Ministerio de Transporte con una agenda de trabajo especifica para desarrollar con el gobierno local.

El desarrollo ferroviario implica un crecimiento económico y una ventaja competitiva para las economías regionales, facilita la integración y reduce costos de logística. Sabedores de esto, llegaron a Mendoza autoridades nacionales del ferrocarril, el ya mencionado Special fue acompañado además por Aníbal Agostinelli, asesor del Ministerio de Transporte; Eric Agostinelli, director de control de obras ferroviarias y Alejandro Figola, director técnico nacional de transporte ferroviario.

El crecimiento sostenido que vienen experimentando las cargas transportadas en tren y la pronta renovación del ramal ferroviario San Martín, que comunica los puertos de Rosario y Buenos Aires con Palmira, ponen a Mendoza en una necesaria actividad de planificación y ejecución de obras. Estas requieren realizarse para estar listos, en donde la nueva Ruta 7, en conexión con el corredor bioceánico, el centro aduanero, el hub logístico y el PASIP, junto a uno de los mejores talleres ferroviarios de Argentina y Sudamérica, pueden seguir dando a Mendoza crecimiento en su economía y generación de empleos.



En referencia a los temas a trabajar y producto de la obra del túnel Caracoles, que está realizando Dirección Nacional de Vialidad, y la anulación del ramal ferroviario binacional los Ministerios de Transporte y de Infraestructura, los funcionarios acordaron oportunamente estudiar otro paso cordillerano para proyectar el nuevo ferrocarril. Sobre ese proyecto y otros temas ferroviarios de interés para Mendoza se trabajó con los representantes de la Nación durante las dos jornadas.

Inicialmente, en un taller de proyectos realizado en el séptimo piso de la Casa de Gobierno se compartieron los planes de tren al aeropuerto, tren turístico de Alta Montaña, potencial desarrollo de Palmira como ciudad ferroviaria y análisis de pasos fronterizos para el nuevo tren trasandino.

En la primera exposición se sumó Natalio Mema, secretario de Servicios Públicos, para presentarles el plan de expansión del Metrotranvía, tanto hacia al aeropuerto como hacia Luján de Cuyo.




“Nos pareció excelente el plan de expansión del Metrotranvía. Mendoza sería la primera provincia que tendría un tren que va desde el aeropuerto a la ciudad y tiene todo para hacerlo, porque la red está tendida”, destacó Agustín Special.

También se les compartió, a través del subsecretario de Obras, Jorge Simoni, el proyecto del Tren de Alta Montaña. Partiría de Uspallata y pasará por Polvaredas, Punta de Vacas, Los Penitentes, Puente del Inca y Las Cuevas. Este proyecto cuenta con el relevamiento de vías que pudo realizarse gracias a los especialistas ferroviarios de Belgrano Cargas, quienes revisaron cada metro de todos los kilómetros de una de las trazas más pintorescas de la Argentina.

Seguidamente se revisaron los documentos de muchos años de estudio en los cuales puede verse en Palmira una real posibilidad de crecimiento gracias al tren de cargas, la logística y el polo que se conforma en un área conformada por el PASIP y por el centro de operaciones ferroviarias.




Por último, los ingenieros Agostinelli -padre e hijo- compartieron los primeros esbozos de estudio del paso del ferrocarril hacia Chile por la zona Sur de la cordillera mendocina.

Iniciada la tarde, se recorrieron los talleres de Palmira, en donde el jefe de taller mostró la nueva maquinaria de ultima tecnología para la reparación de boogies, llantas, elevadores de vagones y la presencia de la mujer como operaria de una centenaria que tarea que solo era realizada por varones.

“En Palmira tenemos una de las operaciones de ferrocarriles más importantes de la Argentina. Está funcionando con un crecimiento operativo de 40% en dos años y eso nos da una proyección que invita a seguir trabajando y seguir creciendo”, explicaba Daniel Zentil, quien junto a su equipo transmiten su pasión ferroviaria.

En el final de la jornada de trabajo y ya en Malargüe, se evaluó la posibilidad de un tren trasandino en el Sur provincial. Participaron en la mesa de trabajo el intendente anfitrión, Juan Manuel Ojeda; Mariana Abraham, presidenta del Concejo de Deliberante de San Rafael, y el intendente Walther Marcolini, de General Alvear.

Teniendo en cuenta la importancia de este proyecto y su proyección logística y económica en el tiempo, participaron en el día 1 de este taller Nicolás Martínez, Jorge Noguerol y Gustavo Miras, presidentes de las cámaras de comercio e industria de San Rafael, General Alvear y Malargüe respectivamente.

“Son sueños que es necesario seguir estudiando y para eso estamos trabajando. Poder sacar productos propios con el tren implica para el Sur de Mendoza una enorme ventaja competitiva en materia productiva, energética, petrolera, de gas y minera”, dijo Ojeda.




Por su parte, el intendente de General Alvear, Walther Marcolini, sostuvo que el desarrollo ferroviario en el Sur provincial tiene que ser una política de Estado y contó con el apoyo de las autoridades nacionales para el trabajo mancomunado de esta política, como también de la preservación del ramal Sarmiento y la pronta puesta en valor del San Martin.

“Lo importante es que estén estos temas en la agenda pública. La logística y el transporte en el Sur pueden generar una gran zona de servicios. Reactivar el ferrocarril en la provincia es necesario por una cuestión de costos y logística y porque genera mano de obra”, concluyó el jefe comunal.






viernes, 27 de mayo de 2022

Actis: “El fundamento de VENG es el acceso al espacio”
El nuevo presidente de la empresa estatal VENG, dedicada al sector aeroespacial, habló con TSS sobre la reconstrucción de capacidades en la firma y los desarrollos que llevan a cabo con el objetivo de lograr un lanzador satelital que retomaría las pruebas en el año 2024.
Por Matías Alonso




La empresa estatal VENG brinda servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado para el sector aeroespacial y es la responsable de la construcción del vehículo espacial Tronador. Su nuevo presidente (ad honorem) es Marcos Actis, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, director del Centro Tecnológico Aeroespacial y también miembro del directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

La CONAE, junto con VENG, desarrolló en la última década varios vehículos experimentales como parte del proyecto que tiene como objetivo final un lanzador de satélites de órbita baja. En esos cohetes se fueron probando una serie de sistemas desarrollados por VENG y otras instituciones del sistema científico-tecnológico local, pero perdió casi todo su financiamiento durante los cuatro años de la gestión de Cambiemos, por lo que todavía se encuentra en un período de recontrucción de sus capacidades.

“El ministro (Daniel) Filmus me ofreció hacerme cargo de VENG teniendo en cuenta la trayectoria que habíamos tenido desde la Facultad de Ingeniería de la UNLP desde el principio del proyecto Tronador, allá por 2007, cuando se empezó a trabajar en los primeros vehículos experimentales. En ese entonces VENG todavía era un proyecto”, dijo Actis, quien habló con TSS sobre los proyectos y la visión que tiene para la empresa que pretende desarrollar el primer lanzador de satélites de América Latina.

“La CONAE tuvo que usar los pocos recursos que le iban ingresando durante el proyecto SAOCOM, con lo cual el proyecto del lanzador quedó relegado por falta de fondos y por la pérdida de recursos humanos. Hoy estamos tratando de remontar esos efectos”, sostuvo Actis con respecto a los cuatro años de desinversión que atravesó la empresa estatal durante la gestión de Mauricio Macri. Y agregó: “Como en toda crisis hay alguna cosa que sale bien y en el caso de VENG es que se adquirió una experiencia importante en el área satelital, con gente preparada para poder trabajar en esos temas, tanto en ensayo como en integración de satélites, en la operación de las estaciones terrenas y la venta de imágenes de lo producido por los SAOCOM”.


“La idea es que VENG no compita con las empresas privadas y no haga lo mismo que ellas porque así estaríamos haciendo una competencia desleal desde el Estado”, dice Actis.


En estos años en que no había financiamiento los trabajadores hicieron algunas tareas para que el proyecto pudiera tener continuidad, como la puesta en marcha de la máquina de soldado, ¿no?

Sí, la máquina se trajo de Estados Unidos pero no se montó como se debía por responsabilidad del proveedor extranjero y fueron los trabajadores de VENG quienes durante todo este tiempo mantuvieron los equipos y los han puesto en marcha. El proveedor tuvo bastantes problemas en el armado de la máquina y hoy en día se están haciendo las certificaciones de soldadura y es todo nuevo, porque no hay certificaciones de este tipo. Es un trabajo de soldadura de fricción y la idea es que el año que viene podamos tener ya un tanque estructural totalmente soldado con esa máquina.

Hay algunos trabajos que hicieron con FADEA que hacen que VENG se inserte en el área aeronáutica. ¿Podrían llegar a vender productos para la industria?

El fundamento de VENG es el acceso al espacio. Al no tener financiamiento para llevar adelante el proyecto del lanzador, la gente que estaba trabajando en estos temas aprovechó las instalaciones para dar servicios a la industria. La idea es que VENG no compita con las empresas privadas y no haga lo mismo que ellas porque así estaríamos haciendo una competencia desleal desde el Estado. VENG tiene que hacer lo que no hace la industria privada y lo que no hacen otras instituciones del Estado. Tenemos que pensar en una articulación del sistema científico-tecnológico, no duplicar recursos. Si los privados no pueden hacer algo porque no tienen la capacidad o no tienen interés ahí estaremos, pero la realidad es que debemos comprometernos y articular y hacer visible el lanzador satelital, que a futuro se entienda que es una necesidad y que sea apoyado por los gobiernos, no importa el signo político.

Otras industrias de alta tecnología como la nuclear o la satelital, han intentado hacer leyes para trazar un horizonte de financiamiento. ¿Piensan en alguna herramienta para que este proyecto pueda mantenerse en un horizonte de largo plazo?

Va en el sentido de lo que decía. La ley de satélites geoestacionarios que apuntaba a ARSAT no se cumplió, si bien fue aprobada por unanimidad, y fue dejada de lado. Creo que la articulación de todos los actores es lo que va a hacer posible el proyecto, independientemente del gobierno que venga. Mientras más involucrados haya en el tema del acceso al espacio se dará la posibilidad. Y, obviamente, explicarle a la sociedad que estos proyectos son altamente estratégicos y de valor agregado, pero para eso debemos pensar en conjunto y articuladamente científicos, empresas estatales, privados y el Gobierno.

¿La cooperación internacional puede ayudar? Tanto Brasil como México tienen algunos programas similares ¿Podría haber mejor articulación con estos países para que entre los tres se haga algo en forma conjunta?

Eso estamos buscando. La Argentina tiene un punto estratégico de lanzamiento de órbitas LEO (órbita terrestre baja, en inglés), como es Bahía Blanca. Y mi visión, y esto lo digo de manera personal, es que esa base de lanzamiento tendría que tener varios países socios para construirla, es decir, no invertir todo desde la Argentina, sino encontrar socios en otros países que puedan aportar a la construcción de la base de lanzamiento. Obviamente, con nuestro vector o con vectores que puedan traer del país que nos ayude a construirla y que también use los servicios de trabajo. Creo que eso daría un potencial muy importante a todo el tema de acceso al espacio. Obviamente, con VENG operando todos los sistemas.


“Queremos explicarle a la sociedad que estos proyectos son altamente estratégicos y de valor agregado”, dice Actis.


¿Hay conversaciones con los países en este sentido?

Por lo que sé, Raúl (Kulichevsky) ha tenido conversaciones con empresas alemanas y en algún momento se habían evaluado posibilidades con otros países, pero la pandemia y la crisis por la guerra han generado bastantes desequilibrios en el mundo y estos temas son bastante conflictivos.

¿En qué proyectos están avanzando ahora?

En el sistema de tanques de alta presión con materiales compuestos, que va a alivianar muchísimo el peso de los lanzadores. Lo que viene ahora y esperemos que podamos llevar adelante es la parte de instalaciones, infraestructura y adecuación de las bases de Capetinas, Puerto Belgrano y el Polo Satelital de Punta Indio, para poder hacer el ensamblado de los lanzadores ahí.

¿Cuando podría haber otra prueba de lanzamiento?

No en un futuro inmediato. Pensamos que en 2024 podríamos reiniciar las pruebas que teníamos en 2015. Cuatro años de parate son como 10 años de trabajo para volver a mover la rueda en la formación de recursos humanos y recuperar las capacidades que se perdieron. Lleva muchísimo tiempo. De ahora en más van a ser modelos del Tronador y ya no más de los VEX. La idea es identificar el proyecto con un nombre y con distintas etapas hasta llegar al lanzador final.

¿Habrá dos lanzadores Tronador con diferentes capacidades?

Sí, esa sería la idea en el futuro, pero VENG es el contratista principal de la CONAE, que es quien tendrá la decisión final del proyecto que se llevará adelante.



miércoles, 25 de mayo de 2022

El ejército de China debe poder destruir los satélites Starlink de Elon Musk si amenazan la seguridad nacional: científicos
•Los investigadores piden el desarrollo de capacidades antisatélites, incluida la capacidad de rastrear, monitorear y desactivar cada nave.
•Se cree que la plataforma Starlink con sus miles de satélites es indestructible.
por Stephen Chen


La escala, la complejidad y la flexibilidad sin precedentes de Starlink obligarían al ejército chino a desarrollar nuevas capacidades antisatélite, según investigadores en China. Foto: Shutterstock


Los investigadores militares chinos dicen que el país debe poder desactivar o destruir los satélites Starlink de SpaceX si amenazan la seguridad nacional.

Según un artículo publicado el mes pasado, China necesita desarrollar capacidades antisatélite, incluido un sistema de vigilancia con una escala y sensibilidad sin precedentes para rastrear y monitorear cada satélite Starlink.

El estudio fue dirigido por Ren Yuanzhen, investigador del Instituto de Seguimiento y Telecomunicaciones de Beijing bajo la Fuerza de Apoyo Estratégico del EPL. Los coautores incluyeron varios científicos de alto nivel en la industria de defensa de China.

Ren y sus colegas no pudieron ser contactados de inmediato para hacer comentarios y no está claro hasta qué punto su punto de vista representa una postura oficial del ejército o el gobierno chino.

“Debe adoptarse una combinación de métodos de eliminación suave y dura para hacer que algunos satélites Starlink pierdan sus funciones y destruyan el sistema operativo de la constelación”, dijo el artículo, publicado en la revista nacional revisada por pares Modern Defense Technology.

Starlink es el proyecto de comunicación por satélite más ambicioso de la historia y proporciona servicios de Internet de banda ancha a usuarios comerciales y militares de todo el mundo.

El fundador de SpaceX, Elon Musk, ha disfrutado de una gran popularidad en China como modelo a seguir para la innovación. Pero las críticas a Musk y sus empresas aumentaron significativamente después de que dos satélites Starlink se acercaran peligrosamente a la estación espacial china el año pasado.

Ren estimó que los drones militares y los aviones de combate furtivos de EE. UU. podrían aumentar su velocidad de transmisión de datos en más de 100 veces con una conexión Starlink.

SpaceX ha firmado un contrato con el Departamento de Defensa de EE. UU. para desarrollar una nueva tecnología basada en la plataforma Starlink, incluidos instrumentos sensibles capaces de detectar y rastrear armas hipersónicas que viajan a cinco veces la velocidad del sonido, o incluso más rápido en la atmósfera terrestre.

Los satélites Starlink también están equipados con propulsores de iones que les permiten cambiar de órbita rápidamente para un movimiento ofensivo contra objetivos de alto valor en el espacio, según el equipo de Ren.

Con más de 2300 satélites, y contando, en órbita, se cree que Starlink es indestructible porque el sistema puede mantener un funcionamiento adecuado después de perder algunos satélites.


Los satélites Starlink podrían amenazar la seguridad nacional de China en el espacio y en tierra, según los investigadores. Foto: Instituto de Seguimiento y Telecomunicaciones de Beijing


La escala, la complejidad y la flexibilidad sin precedentes de Starlink obligarían al ejército chino a desarrollar nuevas capacidades antisatélite, según Ren y sus colegas.

Por ejemplo, sería posible lanzar satélites con cargas útiles militares en medio de un lote de naves comerciales de Starlink, sugirieron.

Por lo tanto, el ejército chino necesitaba actualizar sus sistemas de vigilancia espacial existentes para obtener imágenes súper nítidas de estos pequeños satélites para que los expertos identificaran características inusuales, dijeron.

China afirma que ya ha desarrollado numerosos dispositivos de imágenes láser terrestres que pueden fotografiar satélites en órbita con una resolución milimétrica, pero además de imágenes ópticas y de radar, el país también necesita poder interceptar señales de cada satélite Starlink para detectar cualquier amenaza potencial, según Ren.

Dijo que China también ha demostrado su capacidad para destruir un satélite con un misil, pero este método podría producir una gran cantidad de desechos espaciales y el costo sería demasiado alto en comparación con un sistema que consta de muchos satélites pequeños y de costo relativamente bajo.

“La constelación Starlink constituye un sistema descentralizado. La confrontación no se trata de satélites individuales, sino de todo el sistema. Esto requiere algunas medidas de bajo costo y alta eficiencia”, dijeron los investigadores sin dar más detalles sobre los métodos de ataque.

Según la información disponible públicamente, China ha estado desarrollando numerosas tecnologías antisatélite alternativas, incluidas las microondas que pueden bloquear las comunicaciones o quemar componentes electrónicos.

Los científicos chinos también han desarrollado láseres para cegar o dañar satélites, nanosatélites que pueden lanzarse en grandes cantidades para paralizar satélites más grandes y armas cibernéticas para piratear la red de comunicación satelital.

SpaceX no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

Un científico espacial con sede en Beijing que pidió no ser identificado debido a la sensibilidad del tema, dijo que el documento podría ser la primera convocatoria abierta para un ataque a Starlink desde China.

No fue del todo una sorpresa, considerando la creciente tensión entre China y Estados Unidos, dijo. “Pero la opinión general, hasta donde yo sé, es que nuestras contramedidas deberían ser constructivas. Eso significa construir nuestras propias redes satelitales de Internet”.

China ha lanzado un proyecto similar conocido como Xing Wang (StarNet) para proporcionar acceso a Internet a escala mundial.

El sistema StarNet tendrá solo unos pocos cientos de satélites, pero logrará un alto rendimiento al conectarse con otros satélites chinos para formar una infraestructura de información de alta velocidad, poderosa y resistente con tecnología de punta como comunicación láser e inteligencia artificial, según autoridades espaciales chinas.



Avanza la construcción de un innovador satélite argentino de comunicaciones
El aparato cumplirá funciones de laboratorio espacial para ensayos e investigación sobre las futuras tecnologías de telecomunicaciones que determinarán los servicios de las redes no terrestres.
Por Víctor Ingrassia


El proyecto de satélite LABSAT IoT es un innovador proyecto argentino que podría ser lanzado en 2023


¿Cómo dar una orden a través de internet a un tractor automático para que haga un determinado recorrido para cosechar un campo lejano a las antenas de telecomunicaciones? ¿Cómo establecer la ruta de un drone para fotografiar un campo o una montaña alejada? ¿O chequear el funcionamiento de los motores de un barco en altamar?

Para eso sirven los servicios satelitales de Internet de las Cosas o IoT. Y en busca de brindar soluciones a estos problemas, científicos argentinos se encuentran trabajando en un innovador satélite de comunicaciones que será lanzado el año próximo.

El proyecto del satélite LABSAT IOT es una iniciativa de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo, el Consejo Profesional de Ingeniería de telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC), y su fundación FUNDETEC, que busca cumplir funciones de laboratorio espacial para ensayos e investigación sobre las futuras tecnologías de telecomunicaciones que determinarán los servicios de las redes no terrestres.


Internet de las cosas incluye cualquier objeto –o “cosa”– que pueda conectarse a una red de internet, desde el equipamiento y transporte interno de una fábrica hasta dispositivos móviles.


“Este desarrollo de un proyecto satelital denominado LABSAT IoT, está destinado al servicio de Internet de las Cosas. El satélite es parte de un proyecto más grande, que involucra la misma construcción del aparato a modo de laboratorio espacial y una segunda etapa con la construcción de más aparatos que formen un red de órbita polar. El proyecto nació hace un año y medio en plena pandemia y hasta ahora hemos trabajado en la parte más difícil que es la funcionalidad y el software que llevará adentro el aparato”, explicó a Infobae el ingeniero Miguel Ángel Pesado, presidente del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC). “Se trata de un satélite del tipo cubesat, un cubo de 30 centímetros de largo, cuya carga útil es una celda de IoT multifunción. IoT está parada en dos tecnologías. La de libre uso y la de telefonía celular. Pensamos poner en la carga útil del satélite una celda funcional para ambos usos”, agregó Pesado.

En términos más generales, internet de las cosas incluye cualquier objeto –o “cosa”– que pueda conectarse a una red de internet, desde el equipamiento y transporte interno de una fábrica hasta dispositivos móviles y relojes inteligentes. Pero hoy, más específicamente IoT significa cosas conectadas que están equipadas con sensores, software y otras tecnologías que les permiten transmitir y recibir datos –hacia y desde otras cosas–. Tradicionalmente, la conectividad se conseguía principalmente a través de Wi-Fi. La inteligencia de IoT se basa en la información que es obtenida de cientos de miles de dispositivos conectados. La información transmitida a través de paquetes cortos de datos del satélite y a bajas tasas de transmisión, permitirán conectar la inteligencia de instituciones, organizaciones, y empresas que requieran este tipo de servicio, y al que podrán acceder con las tecnologías y los dispositivos que hay en el mercado argentino.

El lanzamiento del satélite se realizaría el año próximo a través de un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX. Un ejemplo de este tipo de aparatos la constituye la flota Starlink de Elon Musk. Pero el servicio que brindaría sería el destinado a cubrir requerimientos fuera de las urbes, donde las redes de telecomunicaciones terrestres no llegan. Por eso el término internet de las cosas o IoT, por sus siglas es un concepto que se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet. Es, en definitiva, la conexión de internet más con objetos que con personas.


Alejandro Popovsky, decano de la Facultad de Ingeniería de la UP y director del Área de Ingeniería del LABSAT IoT; Miguel Ángel Pesado, presidente del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC); y Roberto Mayer, presidente de la Fundación para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, la Electrónica y la Comunicación (FUNDETEC), se encuentran a cargo del Área de Coordinación del proyecto


“El proyecto es realizado en asociación entre la UP y la Fundación para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, la Electrónica y la Comunicación (FUNDETEC), que es la fundación del Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC). El proyecto está financiado entre la UP, FUNDETEC, y el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación”, afirmó Alejandro Popovsky, decano de la Facultad de Ingeniería de la UP y director del Área de Ingeniería del LABSAT IoT.

“Hoy estamos avanzando fuertemente en el desarrollo y en los ensayos de los subsistemas, especialmente los asociados a la misión de proyecto. El Proyecto satelital tiene que estar basado en su misión, es ahí donde tenemos que poner el mayor esfuerzo. Todos los demás subsistemas tienen que ajustarse a esa misión, es decir al driver principal”, agregó Popovsky. Actualmente, desde la Facultad de Ingeniería UP, investigadores, egresados, y estudiantes avanzados de diferentes carreras comenzaron a trabajar en los primeros ensayos de prototipos de los subsistemas más importantes para la misión, los cuales se están llevando a cabo junto a la construcción de la “sala limpia” en donde se van a integrar el satélite con todos sus subsistemas. “En la implementación y en los ensayos, surge el contexto a través del cual se da lugar a la innovación. La capacidad de innovación y la creatividad son incluso más importantes que la experiencia para lograr que el proyecto sea exitoso. Si alcanzara con la experiencia, sería un indicado que es algo obsoleto. Seguramente nos enfrentaremos a desafíos no explorados en el camino hacia la innovación. Despierta mucha pasión y hay mucha voluntad, pero requiere compromiso y esfuerzo muy altos”, remarcó Popovsky.

Un satélite innovador


Un cohete Falcon 9 de de SpaceX sería el lanzador del satélite. (REUTERS/Steve Nesius/File Photo)


Sobre el innovador satélite, el ingeniero Pesado remarcó que este tipo de aparato tiene una mayor funcionalidad y mejor interconexión, ya que evita el clásico delay en las comunicaciones, respecto al clásico satélite geoestacionario. “Al ser del tipo cubesat de órbita baja, no hay demora en las comunicaciones. El mismo estará destinado a ciertos dispositivos, mecanismos y sensores que abarcan mucho menos servicio de banda. Estos son alimentados hoy por redes terrestres, limitadas por la ubicación de las antenas urbanas. Se podrá utilizar para la explotación minera, petrolera, incendios forestales, rastreo de ganado, de silobolsas y muchas cosas más”, agregó Pesado.

El aparato podrá interactuar con las tecnologías de conectividad disponibles en la Argentina. Este proyecto involucra un proceso evolutivo de IoT sobre la base de las tecnologías 4G y 5G terrestres, además del IoT en bandas libres. El cubesat tendrá capacidad para interactuar con diferentes tecnologías, como LoRA y 5G, desarrollar servicios de conectividad en las áreas rurales, ríos y litoral marítimo, zonas montañosas y en otros lugares no alcanzados por las redes terrestres, en colaboración con operadores de telecomunicaciones de la región. El satélite transmitirá al territorio desde su órbita polar y optimizará la energía para maximizar la cobertura sobre las áreas de interés, e interactuará con las estaciones de tierra de la Argentina y países de la región, conectadas a Internet.

La Facultad de Ingeniería de la UP está a cargo de la dirección de Ingeniería del satélite y FUNDETEC de la coordinación administrativa de proyecto. El proyecto cuenta además con la adhesión y apoyo de varias instituciones públicas y privadas entre ellas CNEA, CONAE, CITEDEF, LIA Aerospace, UTN FRBA, UNDAV, UNM, UNRN, UAustral, UTN NQN, ICTE, AEROPAC, UNDEF. El laboratorio permitirá el acceso a las comunidades académicas y de investigación de estas instituciones, y también a emprendimientos, lo que impulsará el desarrollo del sector espacial y de telecomunicaciones.


El satélite tipo cubesat será de órbita baja, y no generará demoras en las comunicaciones IoT


Hoy el satélite se encuentra en plena etapa de diseño, desarrollo, y ensayos de sus subsistemas y tecnologías. En esta primera etapa, los equipos de trabajo de la UP que representan las áreas de Telecomunicaciones, de Programación de Operaciones, y de Control de Orientación, están preparando los primeros subsistemas específicos de misión, y de control, que se van a usar en el espacio. Algunas de las instituciones adherentes están comenzando trabajos en otros de los subsistemas. Como bien expresa la misión del Proyecto, el objetivo del laboratorio satelital integrado por nanosatélites no geoestacionarios, es inicialmente para poder desarrollar capacidades de investigar y ensayar tecnologías del entorno espacial hacia la tierra. Desde su gestación, la Facultad de Ingeniería de la UP hizo extensiva una invitación a instituciones y organismos interesados en la industria espacial para participar y disponer de este laboratorio para sus proyectos.

La carga útil de este satélite es clave para desarrollar, investigar y ensayar las tecnologías que serán las bases para el posterior desarrollo de constelaciones comerciales de los servicios de Internet de las Cosas (IoT). Las tecnologías de telecomunicaciones abarcadas por el proyecto se encuentran en plena discusión entre los organismos de estandarización de comunicaciones móviles, y el propósito es adelantarse al proceso final y alcanzar la suficiente capacidad para probar las tecnologías a medida que se vayan estandarizando.

Los avances que se han logrado del proyecto, han conformado un valioso equipo humano, que ya se encuentra en etapa de ensayos y validación de los desarrollos en varios de los subsistemas del satélite, cuyo lanzamiento se prevé para la primera mitad de 2023. Para los estudiantes, graduados y profesores esta iniciativa representa una gran oportunidad y estímulo ya que los conecta con tecnología de punta e incentiva a relacionarse con los procesos de transformación de las telecomunicaciones y la industria espacial, que en estos momentos se encuentra en pleno auge en el país.

En tanto, para la segunda etapa del Proyecto se prevé el lanzamiento de una constelación de satélites que desarrollen servicios basados en las tecnologías a validar durante la primera etapa. Actualmente está en un proceso global de desarrollo de estándares que van a regir la expansión de los servicios de telecomunicaciones de los próximos años. Este proyecto se adelanta a este proceso, desarrollando, ensayando y validando las alternativas tecnológicas y las innovaciones necesarias para estos nuevos servicios, y generando desarrollo, trabajo y emprendimiento.



sábado, 14 de mayo de 2022

Conflicto Ucrania-Rusia: impacto en la actividad espacial (11ma semana)


11/05/22

La Embajada rusa en EEUU rechaza las acusaciones de ciberataque a redes de satélites en Ucrania




La embajada de Rusia en Washington rechazó las acusaciones del Departamento de Estado de que Moscú presuntamente lanzó ciberataques a finales de febrero contra redes comerciales de satélites para interrumpir comunicaciones de los militares ucranianos.

"Tales afirmaciones son absurdas y están lejos de la realidad. Nuestro país nunca se ha dedicado a ciberagresiones. Eso va en contra de la posición de principio de Rusia", dice el comunicado en el canal de Telegram de la misión diplomática.

Moscú está "comprometido con el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en el bien del desarrollo de la comunidad internacional", agrega el texto, al subrayar que es precisamente EEUU el que constituye "una de las mayores fuentes de ciberamenazas".

"La mayoría de los ataques informáticos a infraestructuras críticas de otros países, incluida Rusia, se realizan precisamente desde el territorio estadounidense. Solo en los últimos años, nuestros organismos competentes han remitido unas 500 notificaciones sobre actividades malignas desde la jurisdicción de Estados Unidos", indica.

Según la embajada rusa, "con el consentimiento silencioso de EEUU, el régimen de Kiev está trabajando activamente para crear el primer ciberejército del mundo compuesto por unos 300.000 'soldados'".

En lugar de buscar una amenaza imaginaria por parte de Moscú, Washington debería "meter en cintura a sus pupilos en Kiev que planean y llevan a cabo abiertamente actos de cibersabotaje contra la Federación de Rusia", y que también podrían intentar "poner a prueba la resistencia de las infraestructuras" de otros países realizando "operaciones de bandera falsa", advirtió la legación.

"Rusia está lista para un diálogo igualitario, profesional y no politizado con EEUU sobre un amplio abanico de cuestiones relativas a la seguridad informática. Mantenemos abiertas las vías para una interacción práctica, y nuestros colegas estadounidenses lo saben", concluyó.

https://mundo.sputniknews.com/20220511/embajada-rusa-rechaza-acusaciones-de-ciberataque-a-redes-de-satelites-en-ucrania-1125324035.html?fbclid=IwAR34lkkSuh9tOPkIUlyJgTeswx1cvbR0CZteOog-zj0t-2-Hdyu-WHJcBg

viernes, 13 de mayo de 2022

Se viene Tita, la primera camioneta eléctrica nacional: ¿cuánto cuesta?
El desarrollo de la empresa puntana Coradir es más que interesante desde el punto de vista industrial y comercial. Tras el lanzamiento del auto Tito ahora llega Tita.





El éxito de Tito, el primer auto eléctrico argentino, sorprendió a la empresa puntana que lo desarrolla, Coradir, que tuvo que duplicar su producción por la alta demanda. Ahora, con los primeros modelos ya patentados, las fichas están centradas en Tita, la pick up impulsada por el mismo motor a batería.

Tita es un vehículo de carga que comenzó a ser desarrollado después del auto, y que a punto de obtener las últimas aprobaciones del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), ya tiene fecha para poder reservarlo a un precio especial.

Juan Manuel Bareto, presidente de Coradir, indicó a iProfesional que durante este mes comenzará la preventa de Tita. Serán 60 unidades las que saldrán al mercado y el precio aproximado será de 18.000 dólares (unos 2.070.000 millones de pesos).

La reserva se hará de forma online, tal como sucedió en su momento con Tito, a través de la página oficial de la marca, y seguramente será anunciada la semana próxima.

Tita tiene como objetivo convertirse en un utilitario ideal para usar en cortas distancias. Está hecha de chapa y montada sobre un marco de acero. Sus dimensiones son de 3,7 m de largo, 1,37 m de ancho y 1,72 m de alto.

En cuanto a la caja de carga es muy generosa en espacio: mide 2 metros de largo, 1,37 de ancho y tiene una profundidad de 350 mm. Puede cargar hasta 500 kilos.


Tita rinde 100 kilómetros y alcanza una velocidad de 45 kilómetros por hora. La batería es eléctrica de 8kwh, con 4kw de potencia y una autonomía de 100 kilómetros. Cuenta con una caja de cambios que por ser un vehículo eléctrico no requiere engranajes diferentes, sino que se conduce como un vehículo con transmisión automática, con pedal acelerador y pedal de freno.

Un dato clave para quienes eligen este tipo de vehículos eléctricos es el costo de recarga de la batería. En este caso de Tita, se estima que si se conecta a la corriente eléctrica, para el caso de una tarifa promedio de $3,05 x kwh, dará un costo real de $24,40 por cada 100 km de recorrido.

Las baterías se recargan mediante la conexión a una toma de corriente estándar de 220V, y el tiempo de carga es de entre 6 a 8 horas si las baterías están totalmente descargadas. De acuerdo a Coradir, es recomendable cargar la camioneta todas las noches.

Además el proceso de carga es mucho más económico, siendo 10 veces más barata que el combustible. “Si en nafta gastas 10.000 pesos por mes, en la recarga sólo te impactará con 1.000 pesos de más en la boleta de luz”, explican los creadores de Tito y Tita.

En cuanto a los materiales de fabricación, muchas de las autopartes con las que trabajan son importadas, aunque están elaborando nuevos planes con proveedores nacionales. “Hay fabricantes de parabrisas, llantas, asientos y otros accesorios de muy buena calidad en Argentina. Para fin de año, el 80% de las partes que utilizaremos serán nacionales”, explicaron desde la empresa.


El futuro de Coradir con Tita y Tito

La empresa de San Luis vio un cambio notable en su negocio en poco menos de dos años, cuando comenzó a ejecutar por medio propio su plan de producción del auto Tito y la camioneta Tita. Las ventas empezaron a crecer y hoy se encuentran con más pedidos de lo esperado.

Su futuro está centrado en la movilidad eléctrica, donde también sumarán un triciclo y otros productos que están en estudio. Sin embargo, por ahora toda la atención la concentran en sus dos vehículos estrella, que son ideales para transporte de carga en trayectos cortos o en lugares cerrados.



Fuente: mdzol.com
Hay una nave espacial en el microcentro mendocino: de qué se trata
El transbordador se encuentra en la Alameda y despertó la curiosidad de los transeúntes.


Fuente: Prensa Ciudad


Una nave espacial en plena Alameda. Sí, desde este martes el transbordador Dream Chaser se encuentra ubicado en Avenida San Martín y Córdoba, en la Ciudad de Mendoza.

Se trata de una iniciativa de la Municipalidad de Capital para que vecinos, vecinas y turistas disfruten de esta experiencia y sientan cómo es un vuelo espacial, en 3D.




La sofisticada nave ha recorrido, desde 1987, más de 716 ciudades del país, a las cuales asistieron casi cuatro millones de alumnos. Esta vez lo hará en Mendoza, a través de un programa que cuenta con la cooperación científico pedagógica del Departamento educativo de la NASA.

Los concurrentes podrán adquirir saberes sobre los robots exploradores del sistema solar, satélites artificiales, conocimientos sobre robótica e inteligencia artificial. Tales contenidos, acordes a nuestro tiempo, están programados estructuralmente en función de los diferentes niveles educativos.





A bordo de la increíble nave Dream Chaser se vivirán varias aventuras. En principio se proyectarán clases grabadas con calidad full HD y luego se llevará a cabo la simulación de un viaje al espacio con imágenes en 3D. Durante esta experiencia se cumplirá la misión de colocar en órbita un telescopio espacial y luego se realizará el acoplamiento a la estación espacial internacional donde se podrá observar el trabajo de los científicos en ausencia de gravedad.

Esta nave escuela estará ubicada en San Martín y Córdoba hasta el 20 de julio, estando disponible todos los días de 8 a 20. Desde allí se conjugará la emoción, la aventura y el conocimiento, pero sobre todo se cumplirá un sueño común: viajar a las estrellas.



lunes, 9 de mayo de 2022

El espacio no será seguro hasta que Estados Unidos y China puedan cooperar
Los dos países deben dejar de lado su desconfianza para establecer reglas para el uso pacífico del espacio ultraterrestre.
por Bin Li


El enjambre cada vez mayor de escombros que orbitan la Tierra plantea graves riesgos para las naves espaciales. Crédito: ESA (CC BY-SA 3.0 OIG)


Sin lugar a dudas, China es uno de los principales jugadores del mundo en el espacio en estos días, con misiones exitosas a la Luna y Marte y una sonda solar que se lanzará pronto. Su ascenso ha estimulado la competencia con los EE. UU.; “Cuidado con los chinos”, advirtió recientemente el administrador de la NASA, Bill Nelson. Dado el valor estratégico que las dos naciones han asignado a sus programas espaciales y la tensión política que ya existe entre los países, es probable que se intensifique la competencia por los logros en el espacio.

A pesar de la tensión, EE. UU. y China deben encontrar una manera de cooperar en algunos, si no en todos, los problemas relacionados con el uso del espacio. El área más crítica es la seguridad de la infraestructura espacial, donde la falta de comunicación podría ser dañina e incluso mortal. Esta necesidad fue destacada por la reciente saga de un casi accidente entre dos de los satélites Starlink de Elon Musk y la estación espacial tripulada en progreso de China. Aunque las naves espaciales Starlink son de propiedad privada, el gobierno de los EE. UU. es internacionalmente responsable de sus actividades espaciales en virtud del Tratado del Espacio Exterior de 1967.

Sin embargo, existen serias barreras para un tête-à-tête, incluido el hecho de que algunos tipos de cooperación son ilegales. La Enmienda Wolf prohíbe que la NASA use fondos del gobierno para comprometerse con el gobierno chino y las organizaciones afiliadas a China. Sin embargo, esta legislación no bloquea todas las posibilidades de cooperación, como el intercambio de información sobre la órbita de objetos espaciales hechos por humanos a través de agencias como el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte. En el caso de los satélites Starlink, los representantes estadounidenses dijeron que habían determinado que la nave espacial no representaba ningún riesgo para la estación espacial china. Sin embargo, China no estuvo de acuerdo y ajustó la órbita de la estación para que sea segura. Casos como este podrían manejarse mejor en el futuro a través de la comunicación directa.

Ambas naciones seguirán dependiendo de la infraestructura espacial para fines civiles, comerciales y de seguridad nacional. Estados Unidos tiene 2944 satélites, más de la mitad del número total de satélites operativos en el mundo. Esto significa que tiene más que perder con las colisiones de satélites y los riesgos que plantean los desechos espaciales. China también tiene una gran colección, junto con planes para enviar una cantidad significativa de satélites a la órbita terrestre baja en los próximos años. Los riesgos están aumentando a partir de lo que la ONU llama espacio "congestionado, disputado y competitivo", y conviene a los intereses de ambos países entablar diálogos constructivos sobre cómo mantener seguros los pasajes orbitales.

Pero el camino por delante puede no ser fácil. Estados Unidos acusó a China de empeorar el problema, en particular durante una prueba antisatélite china de 2007 que creó más de 150.000 piezas de desechos espaciales. Debido a que todo en órbita se mueve tan rápido, una colisión entre una pequeña cantidad de escombros y una nave espacial podría resultar catastrófica. Sin embargo, un año después, EE. UU. derribó su propio satélite, aunque este evento creó menos fragmentos de escombros y de vida más corta, porque la intercepción ocurrió a una altitud más baja, por lo que los fragmentos se quemaron más rápidamente en la atmósfera terrestre.

A pesar de la acritud, las dos partes parecen estar de acuerdo en algunas reglas legales importantes aplicables al espacio. Por ejemplo, en un libro blanco reciente, China afirma utilizar el espacio ultraterrestre “con fines pacíficos”. Aunque esta afirmación está abierta a interpretación, un lenguaje similar también se usa ampliamente en los documentos de política espacial de EE. UU. e incluso en la doctrina 2020 de la Fuerza Espacial. El hecho de que haya cierta ambigüedad en el término puede ser un buen punto de partida para que los dos países se embarquen en un diálogo sobre si las pruebas antisatélite, por ejemplo, son una actividad pacífica. Aunque de naturaleza defensiva y no un acto de guerra, puede representar una amenaza para otros al crear más desechos espaciales.

China parece interesada en participar en el proceso internacional de elaboración de normas para el espacio en el marco de las Naciones Unidas, según declaraciones en el libro blanco reciente. De manera realista, China puede lograr este objetivo solo a través de un compromiso abierto y constructivo con otras naciones interesadas. De manera prometedora, en febrero, cuando se le preguntó sobre el peligro que representaban los satélites Starlink para la estación espacial china, un portavoz chino expresó su voluntad de establecer un mecanismo de comunicación a largo plazo con los EE. UU. para proteger la seguridad de sus astronautas y la estación espacial.

Pero las continuas acusaciones podrían frenar a ambos países. Por ejemplo, EE. UU. y China intercambiaron recientemente críticas diplomáticas sobre el compromiso unilateral de EE. UU. de detener todas las pruebas de misiles antisatélite. Aunque la medida podría reducir seriamente la futura creación de desechos espaciales, Estados Unidos solo lo hizo mientras culpaba a Rusia y China por sus pruebas anteriores. No es de extrañar que, en respuesta, China exigiera que EE. UU. "reflexione plenamente sobre sus movimientos negativos en el campo del espacio exterior".

Para lograr un progreso real, los dos países deben adoptar un enfoque de "pensar en grande, comenzar en pequeño". Debido a que existe una falta de confianza mutua entre las dos partes en esta etapa, sería poco realista esperar un acuerdo sobre cuestiones de seguridad espacial en su conjunto. Al abordar problemas más pequeños, como las reglas sobre la comunicación cuando una estación espacial tripulada está en riesgo de colisión, las dos partes pueden encontrar intereses comunes más fácilmente y es más probable que trabajen de manera cooperativa. Por lo tanto, pueden establecer confianza mutua en este proceso y, con el tiempo, expandir su cooperación a otras esferas en el espacio.



sábado, 7 de mayo de 2022

China no para: en 2023 lanzará un telescopio acoplable a su estación espacial
Se espera que el Telescopio de la estación espacial china (CSST) ofrezca conocimientos sobre las galaxias distantes, la misteriosa materia y energía oscura, y las evoluciones pasadas y futuras del universo. Además, tiene un campo de visión 350 veces más grande que el Telescopio Espacial Hubble.




China espera lanzar a finales de 2023 su telescopio espacial Xuntian, que puede ser acoplado para mantenimiento a la estación espacial que ya opera en Pekín. Se espera que el nuevo observatorio en luz visible y ultravioleta ofrezca nuevos conocimientos sobre las galaxias distantes, la misteriosa materia y energía oscura, y las evoluciones pasadas y futuras del universo.

El Telescopio de la estación espacial china (CSST) tiene una longitud equivalente a la de un edificio de tres pisos. Tiene una apertura de dos metros, un poco más pequeña que el Telescopio Espacial Hubble, pero su campo de visión es 350 veces más grande que el Hubble en área, dijo Liu Jifeng, subdirector de los Observatorios Astronómicos Nacionales de China (NAOC), en una entrevista con Xinhua.

"El campo de visión es el área del cielo que un telescopio puede ver al mismo tiempo", dijo a su vez Li Ran, científico del proyecto del Sistema de Reducción de Datos Científicos CSST. El campo de visión del Hubble es aproximadamente el uno por ciento del tamaño de una uña a la distancia de un brazo, por lo que el telescopio, en sus treinta, observó solo una pequeña fracción del cielo, agregó Li.




El CSST, en construcción, tiene un diseño de anastigmatismo de tres espejos que lo ayuda a lograr una calidad de imagen superior dentro de un amplio campo de visión, según los investigadores.

Además, es un telescopio fuera de eje sin obstrucción que puede, en principio, lograr mejores precisiones en las medidas de fotometría, posición y forma cuando se muestrea correctamente.

"Tiene una ventaja para las observaciones de encuestas, ya que puede escanear una gran parte del universo con bastante rapidez", agregó Zhan Hu, científico del proyecto de la Instalación Óptica CSST.

El CSST se instalará con cinco instrumentos, incluida una cámara de inspección. El plano focal principal de la cámara está equipado con 30 detectores de 81 megapíxeles que tomarán imágenes y espectros de aproximadamente 17.500 grados cuadrados del cielo de latitud galáctica mediana a alta y latitud eclíptica mediana a alta en múltiples bandas, según los investigadores.

Otros cuatro instrumentos montados en el CSST están diseñados para observar objetos individuales o campos pequeños, como cartografiar regiones de formación estelar de la Vía Láctea, obtener color instantáneo de objetos que varían rápidamente, como cometas y asteroides giratorios, estudiar la coevolución de supermasivo negro agujeros y galaxias y formación de estrellas en la parte cercana del universo, e imágenes directas de exoplanetas en el visible.

Es probable que CSST sea el telescopio espacial más grande para astronomía en el ultravioleta cercano y visible en la década anterior a 2035, dijo Zhan.

Li usó la analogía de fotografiar un rebaño de ovejas para explicar las capacidades de CSST. "El Hubble puede ver una oveja, pero el CSST ve miles, todos con la misma resolución", dijo.

Volando con la estación espacial

El telescopio, durante sus observaciones normales, volará de forma independiente en la misma órbita que la estación espacial de China, pero se mantendrá a una gran distancia. China tiene previsto completar la construcción en órbita de su estación espacial para 2022.




En 2020 China anunció un plan para construir su propia estación espacial internacional y así competir con la actual, comandada por Estados Unidos.

Zhan dijo que el telescopio fue diseñado, en su plan inicial, para ser montado en la estación espacial, pero habría desventajas como vibración, contaminación potencial, luz parásita y obstrucción de la línea de visión. Luego se adoptó un diseño audaz: colocar el telescopio en la órbita de la estación espacial, pero manteniéndolos alejados entre sí durante las operaciones normales y acoplándolo a la estación cuando fuera necesario.

El CSST puede acoplarse a la estación espacial para reabastecerse de combustible y recibir servicio según lo programado o según sea necesario, lo que hace que su mantenimiento sea más asequible que el del Hubble. Se espera que inicie operaciones científicas en 2024 y tiene una vida nominal de misión de 10 años, que podría extenderse en un futuro.

El CSST tomará fotografías del 40 por ciento del cielo y transmitirá datos masivos a la Tierra que los científicos de todo el mundo pueden estudiar, dijo Li, y agregó que su objetivo principal es abordar los problemas más básicos del universo.

Observará más de mil millones de galaxias y medirá sus posiciones, formas y brillo, lo que puede ayudar a explicar cómo evolucionan esas galaxias.

"Sabemos que nuestro universo se está expandiendo con una aceleración y podemos calcular su tasa de expansión actual, pero aún se desconoce qué causa la aceleración", dijo Li.

El telescopio también ayudará a determinar el límite superior de la masa de los neutrinos y arrojar luz sobre la misteriosa materia oscura y la energía oscura. Se cree que representan la mayor parte del contenido de energía en masa del universo.

El versátil telescopio puede emprender muchos más estudios intrigantes, como dibujar un mapa de polvo galáctico de la Vía Láctea, observar cómo los agujeros negros supermasivos están devorando los materiales circundantes, explorar exoplanetas y descubrir nuevos cuerpos celestes peculiares.

"El período orbital de Urano es de más de 80 años. Hubble ha realizado observaciones durante muchos años. El CSST podría continuar el trabajo para examinar cómo se mueve Urano en un período completo", insinuó Li.

"El telescopio puede llevar la investigación de China en astronomía óptica a la vanguardia del mundo y ayudar a cultivar científicos chinos de clase mundial. También puede tomar impresionantes imágenes visibles, lo que permite al público sentir y comprender directamente el universo", concluyó.



Fuente: ambito.com

jueves, 5 de mayo de 2022

Conflicto Ucrania-Rusia: impacto en la actividad espacial (10ma semana)



03/05/22
El embajador ruso en Angola culpa a Airbus de retrasar el lanzamiento del satélite AngoSat-2





El embajador de Rusia en Luanda, Vladímir Tarárov, acusó al grupo europeo Airbus de retrasar las fechas del lanzamiento del satélite de telecomunicaciones angoleño AngoSat-2, construido por una empresa rusa.

"Teníamos previsto lanzarlo en marzo (...) De hecho, todo estaba listo para que cumpliéramos nuestras obligaciones contractuales en las fechas estipuladas, pero nuestros socios occidentales, tal vez celosos de nuestros éxitos en materia espacial, comenzaron a ponernos trabas lamentablemente", dijo Tarárov a Sputnik.

La división francesa del grupo Airbus, según él, se negó a última hora a suministrar varias piezas indispensables para la separación de etapas, así como las especificaciones técnicas, alegando las sanciones impuestas contra Rusia.

"A los franceses les daba tiempo para realizar la entrega antes de que entraran en vigor las sanciones anunciadas", afirmó el embajador ruso. Tras consultar los documentos oficiales, él comprobó que permiten completar la ejecución de contratos previos a la imposición de medidas restrictivas. "Y sin embargo se han negado a hacerlo", reafirmó.

Actualmente estos componentes se están fabricando a Rusia que tiene la intención de realizar el lanzamiento del satélite del AngoSat-2 antes de las próximas elecciones generales de Angola, programadas para agosto. "O en septiembre, a más tardar, si surgen algunas dificultades durante las pruebas", agregó el diplomático.

En 2009 Rusia y Angola firmaron un contrato para la construcción del primer satélite de telecomunicaciones angoleño, el AngoSat-1. El satélite fue lanzado en diciembre de 2017, pero una vez puesto en órbita dejó de emitir señales y se dio por perdido.

En abril de 2018 Rusia y Angola quedaron en construir el satélite AngoSat-2. En mayo de 2020 se supo que Angola exigió transferir la producción del satélite AngoSat-2 de la empresa RKK Energia, fabricante del AngoSat-1, a la compañía ISS Reshetnev.

Una fábrica de abonos minerales en Angola

Rusia acometerá en junio próximo la construcción de una fábrica de abonos minerales en Angola, dijo Tarárov.

"En 2019, la empresa rusa Uralchem firmó un contrato para construir aquí una planta de fertilizantes fosfatados. Es un proyecto de inversión rusa, por 1.200 millones de dólares. La primera piedra de la fábrica podría colocarse en junio", declaró Tarárov.

El diplomático señaló que "los fosfatos locales permiten producir abonos en cantidad necesaria para el consumo interno y la exportación a los mercados vecinos, prácticamente ilimitados".

"Es un sector promisorio que tendrá un lugar digno en nuestra cooperación", destacó el diplomático.

Además, Tarárov avanzó la próxima firma de un convenio para reabrir en Angola un centro de la ciencia y la cultura rusas.