viernes, 29 de enero de 2021

Vacuna argentina contra el coronavirus: ¿en qué fase está la tecnología local?
Es desarrollada por la Universidad Nacional de San Martín y está basada en proteínas recombinantes. Además, hay un segundo proyecto de la Universidad Nacional del Litoral. La palabra de uno de los investigadores a cargo y del ministro Roberto Salvarezza.
Por Pablo Esteban




Con un acceso limitado a las opciones desarrolladas por las grandes farmacéuticas, la ciencia argentina avanza a paso firme hacia la producción de una vacuna propia. La tecnología doméstica está siendo diseñada por equipos científicos del Conicet y la Universidad Nacional de San Martín. Empleará una proteína recombinante, recubierta de Sars CoV-2, capaz de generar anticuerpos suficientes para prevenir la infección por coronavirus. “La vacuna viene andando muy bien. Ya está por culminar la fase preclínica con animales y el próximo paso será avanzar hacia los ensayos clínicos en humanos. Ahora lo que estamos viendo es cómo asociarnos con algún laboratorio capaz de escalar la producción. Hay que pensar que para los ensayos a escala en humanos se requiere de una empresa que pueda producir el producto”, afirma Juan Ugalde, doctor en Biología Molecular y Biotecnología, decano del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín a cargo del proyecto.

Al respecto, apunta Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación: “La vacuna de la Unsam está en fase preclínica, etapa previa a experimentar en humanos. Lo que se necesita para poder continuar es un laboratorio que pueda producir bajo buenas prácticas de manufactura. La Agencia que lidera Fernando Peirano estuvo trabajando muy fuerte en poder hacer un acuerdo. Falta poco, estamos cerquita de un socio que pueda producir esta proteína, que será la base de la tecnología”. Y, en esta línea, continúa: “Además del proyecto de la Universidad Nacional de San Martín, está el de la Universidad Nacional del Litoral que también financiamos. Ambos tienen en común que utilizan una proteína recombinante como antígeno para que el cuerpo humano directamente sintetice los anticuerpos. Me refiero a Spike, la que envuelve al Sars CoV-2”.

Lo que hacen todas las vacunas es simular procesos infecciosos, pero sin perjudicar la salud. De esta manera, el sistema inmune es entrenado como si el organismo cursara una enfermedad cuando en rigor no lo está haciendo. Ahora bien, ¿cuál es la particularidad de la tecnología local? “Hay diferentes tipos, pero la nuestra apuesta a proteínas recombinantes: tomamos algunos componentes como fragmentos de proteínas y los producimos en un sistema artificial que puede expresarse en bacterias o levaduras. A esto, sumamos adyuvantes, es decir, potenciadores del sistema inmune”, dice Ugalde. Cuando el especialista describe “fragmentos de proteínas”, se refiere puntualmente a porciones de Spike: aquella que utiliza el Sars CoV-2 como puerta de entrada a las células humanas; la proteína en la que colocaron el foco la gran mayoría de los laboratorios a nivel mundial para fabricar los diferentes candidatos vacunales.

La ciencia como vía hacia la soberanía

“No cabe duda de que la ciencia argentina es capaz de producir vacunas. El caso más claro es el de mAbxience que fabrica la sustancia activa de la de Oxford. Ahora bien, lo que buscábamos también es demostrar que además somos capaces de diseñar una vacuna desde el comienzo, de constituir la plataforma y no solo producirla a escala. Aquí se insertan los aportes que Conicet y las universidades nacionales están realizando”, enfatiza Salvarezza.

El trabajo es el fruto de un equipo transdisciplinario compuesto por virólogos, inmunólogos y especialistas en estructura de proteínas que desde hace meses se pusieron el desafío en la cabeza: Argentina debía tener su propia vacuna. Como Ugalde relata, la clave en todo esto es “no arrancar de cero”. “Cada laboratorio utiliza la metodología que tiene más a mano. Previo a sus desarrollos del presente, Gamaleya y AstraZeneca ya trabajaban con vacunas en base a adenovirus; Pfizer y Moderna ya venían haciendo ensayos clínicos con ARN para otras enfermedades. En nuestro caso fue un poco lo mismo: nosotros tenemos mucha experiencia en proteínas recombinantes, tanto para el desarrollo de vacunas como para diagnóstico”, destaca. La ventaja es que, a diferencia de otras variantes como las de Moderna y Pfizer que utilizan una técnica totalmente novedosa y nunca aplicada a gran escala, la alternativa local emplea proteínas recombinantes, técnica de uso masivo en ejemplos como la hepatitis B y HPV (Virus del Papiloma Humano).

Argentina, como otros países semiperiféricos o en vías de desarrollo, no juega la misma carrera que las potencias, a través de sus corporaciones farmacéuticas, disputan alrededor del planeta. Sin embargo, aunque los tiempos y las exigencias no son idénticos, sí es crucial exhibir de alguna manera las capacidades instaladas y los recursos humanos de excelencia que aquí se forman y trabajan. En este marco, aunque no hay plazos definitivos para la producción de bandera y por más que se requiera de la ayuda de empresarios vecinos o de naciones de otros continentes con plantas biotecnológicas de envergadura para su fabricación a escala, el desarrollo de una vacuna propia no deja de ser una excelente noticia. Más aún si se tiene en cuenta que, durante la gestión macrista, el área de CyT fue ajustada y descartada, tanto que el ministerio fue degradado a secretaría, luego de su creación en 2007 por la entonces presidenta Cristina Fernández.

Para hacer una vacuna se necesita dinero. A mediados de 2020, el grupo de la Unsam y de la Universidad Nacional del Litoral habían recibido un subsidio cercano a los 100 mil dólares por parte de la Unidad Covid, conformada por el Conicet, el MinCyT y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. Sin embargo, a pesar del empujón inicial, la realidad indica que se requiere de muchísimo más capital. En esta línea, las alianzas que se puedan establecer desempeñarán un papel decisivo. “Deseamos que los plazos para hacer todo sean lo más reducidos posible. Es un asunto muy variable y depende de los vínculos y las relaciones que podamos tejer. Hay muchas conversaciones avanzadas con empresas interesadas, pero no es posible divulgar nada hasta el momento”, advierte Ugalde. Después completa: “Es un avance muy importante que las instituciones argentinas se estén enfocando hacia estos problemas, porque supongamos lo peor, que la plataforma no sirva para producir la vacuna para el coronavirus, de seguro, más adelante servirá para cumplir con éxito desafíos futuros”. “El conocimiento y las tecnologías diseñadas quedan, nunca se pierden”, remata.



Piñera: "Chile siempre respaldó el derecho de Argentina sobre las islas Malvinas"


El presidente chileno aseguró que el apoyo quedó ratificado en la declaración conjunta que firmó con Alberto Fernández.


El presidente de Chile, Sebastián Piñera, sostuvo que su país “siempre ha respaldado la pretensión y derecho de la Argentina sobre las Islas Malvinas” y afirmó que en la declaración conjunta que firmó el martes con su colega Alberto Fernández quedó “ratificado ese apoyo".

En una conferencia de prensa que ofreció este miércoles, Piñera señaló que en esa declaración conjunta hay además "muchas cosas nuevas", como la incorporación argentina "al proyecto del cable óptico submarino que va a permitir unir a Chile y a Sudamérica con Australia, Nueva Zelanda y todo el mundo del Asia Pacífico, China, Japón, Corea, Singapur".

“Eso nos pone en el camino de la modernidad y nos permite, en consecuencia, mejorar la conectividad con un mundo tan importante como el Asia Pacífico. Ese fue otro acuerdo que logramos con el presidente de Argentina”, señaló el mandatario chileno.

Piñera calificó a la primera visita oficial de Fernández a Chile como "un buen paso y un buen aporte para mejorar y estrechar los lazos de amistad y colaboración entre dos países y dos pueblos hermanos".

Consultado sobre las reuniones que mantuvo el presidente argentino con sectores de la oposición chilena, Piñera dijo que Fernández "naturalmente hizo una visita oficial, se reunió con el Gobierno, con el Congreso, con el Poder Judicial y también tuvo algunas reuniones privadas" y reiteró su opinión de que el viaje fue “un buen aporte” para estrechar las relaciones bilaterales.



Fuente: elsol.com.ar

jueves, 28 de enero de 2021

Lia Aerospace lanzó con éxito el vector Zonda 1
Se trató del primer lanzamiento en Latinoamérica de un cohete con motor de combustible líquido llevado a cabo por una empresa privada.


Lanzamiento del Zonda 1. Imagen: Usina Tecnológica Jorge Newbery.


El lanzamiento se llevó a cabo el sábado 23 de enero a las 11:26 hora local.

Mediante el vuelo del Zonda 1, Lia Aerospace ensayó los siguientes subsistemas; rampa de lanzamiento, sistema terreno de enlace, aviónica del vector, sistemas inerciales, telemetría, y sistema de recuperación mediante paracaídas, según la información dada a conocer por el Instituto Civil de Tecnología Espacial (ICTE).

Hasta el momento la empresa no reveló mayores detalles, como por ejemplo los parámetros de desempeño alcanzados durante el vuelo, aunque el ICTE hizo saber que el mismo se realizó de manera exitosa.

Zonda 1

Se trata de un cohete sonda desarrollado como demostrador tecnológico. Posee un motor presurizado que utiliza kerosene y peróxido de hidrógeno como propelente, logrando una aceleración de 1200 km/h en apenas 2 segundos. El combustible, desarrollado por la propia empresa, es de baja huella de carbono y amigable con el medioambiente.


Logo de la misión Zonda 1.



A lo Elon Musk: son argentinos, lanzaron su primer cohete y preparan otro mejor


El lanzamiento se pudo hacer gracias a la ayuda de la intendencia de Magdalena y a que les prestaron un campo.


A pesar de que las restricciones de movilidad del año pasado por el Covid-19 retrasaron sus planes, LIA Aerospace, la primera empresa privada del país en construir cohetes espaciales para transportar pequeños satélites, lanzó de forma exitosa el Zonda 1.0 desde la localidad de Magdalena, provincia de Buenos Aires.

Esta primera prueba, realizada el sábado pasado, permitió confirmar el correcto funcionamiento de todos los sistemas del vehículo y de los sistemas terrenos de carga de propelentes y presurización. También posibilitó identificar oportunidades de mejora para la construcción de su próximo cohete, que tendrá un trayecto corto de 3 kilómetros, pero aterrizaría como los del empresario Elon Musk, según prometen.

"Las restricciones por el Covid-19 nos demoraron, pero a lo largo de 2020 pudimos diseñar, construir y probar cuatro motores: uno de ellos el del Zonda 1.0 y otro para el Zonda Hopper que se lanzará y aterrizará como un drone o el Starhopper", explicó a LA NACION, Dan Etenberg, CEO de la compañía.

En este sentido dijo que próximamente harán una nueva ronda de inversión porque, para construir el vehículo, necesitan más recursos. "Somos seis personas trabajando full time y la idea es que seamos 15 o 20 fijos, lo que da una suma importante porque estamos hablando de sueldos de gente muy capacitada. Por otro lado, el nuevo cohete también requiere inversión en hardware porque los componentes son muy caros y están en dólares", puntualizó Etenberg, aunque no específico cuánto buscan recaudar para financiar al Zonda Hopper.

El Zonda 1.0, así como las siguientes versiones que desarrollarán, es un cohete reutilizable para disminuir el impacto ambiental de los lanzamientos, tiempos de producción y costos. "El sistema de propulsión propelente del Zonda 1.0 incluyó como agente oxidante el peróxido de hidrógeno fabricado por LIA Aerospace y utilizó biodiésel, generando un 60% menos de huella de carbono que los combustibles y propelentes que usualmente se utilizan", agregó Federico Brito, COO de la compañía.

La idea de la empresa es que los cohetes sean cada vez más grandes, potentes y lleguen más alto y el proceso de construcción y prueba sea ágil. El lanzamiento del Zonda 1.0 culmina la primera de las cuatro etapas del programa de trabajo la empresa, diseñado con el objetivo de reducir los riesgos operacionales y financieros del proyecto y asegurar la puesta en órbita de sus cohetes en 2024.

"Este hito demuestra la solidez de nuestro programa de trabajo, la capacidad técnica y financiera y la pasión de todo nuestro equipo enfocados en alcanzar nuestro propósito: generar una relación más sustentable y cercana con el espacio. En los últimos diez años se crearon cientos de empresas de pequeños satélites que hoy se ven obligadas a esperar meses para poder ponerlos en órbita. Con LIA Aerospace, vamos a ofrecer la solución de logística que necesita el mercado aeroespacial, realizando múltiples lanzamientos al año de cohetes confiables, sustentables y de bajo costo", cerró Etenberg.



lunes, 25 de enero de 2021

Reconocimiento de China a la Argentina por su apoyo en la misión lunar Chang´e-5




El lunes 18 de enero, el Representante Especial para la Promoción del Comercio y las Inversiones en China, Sabino Vaca Narvaja participó de la actividad organizada por la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), llamada “Acceso al Programa de Exploración Lunar de China” en ocasión del éxito de la Misión Chang´e 5 que logró tomar muestras en la Luna y regresar a la Tierra en diciembre pasado. 

De esta manera, China se convirtió en el tercer país que logró traer con éxito muestras lunares a la Tierra. La implementación de la misión de la Chang´e-5, contó con el apoyo de la Argentina, además del de la Agencia de Espacio de Europa, Namibia y Pakistán, en el monitoreo y la comunicación, cuyos representantes también asistieron a la actividad.

Durante el evento, la CNSA otorgó a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de la Argentina (CONAE) un reconocimiento por el apoyo brindado por parte de la Argentina a la misión. 

Argentina y China realizan coordinación y cooperación en el campo de Telemetría, Seguimiento y Comando (TT&C) para las misiones de Exploración Lunar y de Marte de China a través de la Estación de Espacio Profundo en la Provincia de Neuquén, Argentina. 

Luego de haber aterrizado en el lado oscuro de la Luna en 2018, el éxito de esta misión marca la conclusión del actual proyecto de exploración lunar de China al haber completado exitosamente las tres fases de exploración lunar (orbitar, aterrizar y retornar).

Teniendo en cuenta la reciente publicación por parte de China de los procedimientos para solicitar muestras lunares y, en el marco de la asociación estratégica integral que une a los dos países, Argentina está coordinando para que sus científicos accedan a las muestras con el objetivo de realizar estudios que puedan contribuir al conocimiento y una mayor comprensión de la Luna, adquirir experiencia y conocimientos para futuros experimentos.

El apoyo de Argentina a través de la CONAE a las misiones espaciales de China, potencia la cooperación entre ambos países en el ámbito espacial y abre nuevas oportunidades de investigación y desarrollos conjuntos.



El primer tratado contra las armas nucleares entra en vigor sin las mayores potencias atómicas
El primer tratado de la historia para prohibir las armas nucleares entró en vigor. Aclamado como un paso histórico para librar al mundo del armamento más letal, tiene la fuerte oposición de las naciones con capacidad para tenerlo.


© AP Photo / Petros Giannakouris


La entrada en vigor de este instrumento jurídico se hizo posible tras su ratificación por el Estado número 51, Honduras. 

"Este es un gran paso hacia un mundo libre de armas nucleares", afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su vídeo mensaje, en el que también llamó "a todos los países a que trabajen juntos para hacer realidad esta visión, para nuestra seguridad común y la seguridad colectiva".

No obstante, la ausencia de los mayores poseedores de arsenales nucleares en el tratado demuestra que en el escenario mundial actual es imposible que todas las naciones lo ratifiquen.

El programa requiere que todos sus miembros "nunca, bajo ninguna circunstancia, desarrollen, prueben, produzcan, manufacturen o adquieran, posean o almacenen armas nucleares u otro tipo de dispositivos explosivos nucleares''. Además, prohíbe cualquier transferencia o uso de armas y dispositivos explosivos nucleares. 

Cuando la Asamblea General de la ONU aprobó el tratado en julio de 2017, más de 120 Estados le dieron el visto bueno. No obstante, no firmaron ninguna de las nueve naciones con armas nucleares. Entre ellos, EEUU y Rusia, que juntos tienen cerca del 90% de las cabezas nucleares existentes, así como el Reino Unido, China, Francia, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. Tampoco ratificaron el tratado las 30 naciones miembros de la OTAN.

Incluso Japón, el único país que ha sufrido ataques nucleares de EEUU en Hiroshima y Nagasaki en 1945, tampoco lo respalda. El país asiático renuncia por sí mismo al uso y posesión de armas nucleares, pero su Gobierno cree que un acuerdo de prohibición no es realista ante la profunda división entre Estados nucleares y no nucleares.



sábado, 23 de enero de 2021

Neil Shearing: "Llegó el fin de la globalización"
por Cecilia Barría


"Está el riesgo de que el mundo comience a desglobalizarse en los próximos años", dice Shearing.


Neil Shearing, economista jefe de la consultora internacional Capital Economics, con sede central en Londres, Reino Unido, advierte que se aproxima el fin de una era.

"La globalización llegó a su punto máximo", dice Shearing en conversación con BBC Mundo.

"Ahora está el riesgo de que el mundo comience a desglobalizarse en los próximos años", un fenómeno que tendría grandes efectos en la economía mundial y los mercados financieros.

La postura del experto y del centro de investigación macroeconómica y financiera donde trabaja, es que la actual ola globalizadora (que partió tras la caída del Muro de Berlín) se encontró con una pared, mucho antes de que comenzara la guerra comercial entre Estados Unidos y China.




"El comercio y los flujos de capital internacionales aumentaron durante los años 90 y los 2000, pero luego se estabilizaron alrededor de 2010", explica.

Y aunque reconoce que es posible que se trate de una pausa temporal, su análisis lo ha llevado a concluir que sería extraño.

"No es necesariamente un motivo de alarma"

Una de las razones para explicar el fenómeno, sostiene Shearing, es que la mayoría de las economías están extremadamente abiertas y no quedan nuevos países importantes que no se hayan integrado a esta ola globalizadora.

Otra es que las nuevas tecnologías han hecho que sea menos atractivo para las empresas mantener cadenas de suministro grandes y complejas.


"No es necesariamente motivo de alarma para la economía mundial".

Y en tercer lugar, argumenta el economista, los gobiernos se cuestionan cada vez más los beneficios de algunos aspectos de la liberalización financiera, que ha sido una característica central de la última ola de globalización.

Pero que la globalización haya tocado techo "no es necesariamente motivo de alarma para la economía mundial", apunta.

Por el contrario, "los desarrollos tecnológicos que están impulsando en parte estas tendencias también impulsarán el crecimiento de la productividad y ampliarán las opciones del consumidor".

Sin embargo, puede haber víctimas.

¿Quiénes pueden ser las víctimas?

Dado que es típico que la fabricación de productos comience con el uso intensivo en mano de obra, como ocurre en en sectores como el textil, "la vida de los países más pobres será más difícil".

Esto, se sumará a los vientos que soplan en contra de los mercados emergentes, agrega, donde se ubican países como Brasil, México, Argentina, Colombia, Perú y Chile, en el caso de América Latina.


Las nuevas tecnologías han hecho que sea menos atractivo para las empresas mantener cadenas de suministro grandes y complejas.


Y parece cada vez más probable, dice Shearing, que se produzca "una forma perversa de desglobalización", impulsada por políticas de gobiernos, donde el comercio y los flujos de capital terminen cayendo.

"Una de las lecciones clave de la historia es que ha sido la política, en lugar de la tecnología, lo que ha provocado que la globalización retroceda".

Un ejemplo actual es la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Aunque esta guerra, declarada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "no es en sí misma un gran problema", ya que el comercio entre las dos potencias representa solo el 3% del comercio mundial total, de todos modos es un señal.

"Es un síntoma de tensiones más fundamentales en la relación entre China y Occidente", apunta, considerando que el surgimiento de China como un competidor estratégico es un fenómeno que más tarde o más temprano traería consecuencias de gran envergadura.

"Existe el riesgo de que la guerra comercial sea el comienzo de una reacción más amplia contra la globalización que vaya más allá de Estados Unidos y China".

Eso se explicaría porque la globalización ha minado el poder de los gobiernos nacionales, argumenta Shearing, y ha sido culpada por la creciente desigualdad, la evasión fiscal multinacional y la migración no deseada.

¿Cómo sería esa desglobalización?

"Todavía no está claro que forma podría tomar", explica.

En un extremo, podríamos ver una forma leve de regionalización, donde la producción se organiza en torno en países vecinos, en lugar de globalizarse.

En el otro extremo, el mundo podría dividirse entre bloques competidores, como por ejemplo, uno liderado por EE.UU. y otro por China.


"Los efectos en la economía mundial serían negativos, pero manejables".


En cualquiera de los escenarios, dice, "los efectos en la economía mundial serían negativos, pero manejables".

Desde su perspectiva, un poco de regionalización no sería un gran problema porque ya existe mucho comercio entre países vecinos.

Sin embargo, el único escenario de desglobalización que Shearing considera preocupante, es que se produzca una "profunda división" entre los bloques económicos liderados por China y Estados Unidos.

"No veo probable que los flujos de comercio e inversión entre Occidente y China se agoten por completo, como si fuera una repetición de la Guerra Fría".

"Pero sí puede ocurrir que aumenten las restricciones al comercio en sectores y productos específicos", agrega.

"Si esto sucediera, veremos consecuencias negativas para el crecimiento económico mundial, además de los efectos en la estabilidad geopolítica".



Fuente: BBC Mundo

viernes, 22 de enero de 2021

Empresa argentina de satélites firmó acuerdo con SpaceX, la compañía de Elon Musk
La empresa de Musk se convertirá en principal socia en los lanzamientos de Satellogic. El primero de ellos está programado para el próximo junio.




La empresa argentina de satélites de observación Satellogic firmó un acuerdo con Space X, la compañía de Elon Musk, que se convertirá en su principal socia en los lanzamientos.

Así, los satélites Satellogic serán transportados a la órbita baja de la Tierra, donde llevan a cabo tareas para mapear la superficie del planeta, por el cohete reutilizable Falcon 9.

El primer lanzamiento está programado para junio de 2021.

“Nos complace anunciar nuestro acuerdo con SpaceX, nuestro socio preferido para viajes compartidos. Esperamos una larga serie de lanzamientos juntos a medida que desplegamos nuestra constelación”, tuiteó Emiliano Kargieman, uno de los fundadores de Satellogic.

De acuerdo a la información oficial, el acuerdo permitirá a la empresa argentina "mantener y ampliar su posición como líder en análisis geoespacial de alta resolución y alta frecuencia".

Junto a SpaceX como socio principal, Satellogic podrá acelerar el tiempo entre el desarrollo y el despliegue de los satélites.

Así espera completar la construcción inicial de su “Constelación de Observación de la Tierra” para fines de 2022. En ese momento, tendrá la capacidad de brindar cobertura semanal de alta resolución de toda la masa terrestre del planeta.



Fuente: ambito.com
Islas Malvinas: La aerolínea Lufthansa le pidió permiso a Argentina para realizar dos vuelos


Imagen: EFE


La aerolínea alemana Lufthansa marcó con un gesto administrativo un importante reconocimiento de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas al presentar una solicitud de sobrevuelo y aterrizaje para viajar al archipiélago ante Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la provincia de Tierra del Fuego. 

"Se destaca la relevancia de la presentación de la solicitud de Lufthansa ante autoridades argentinas, en tanto implica el reconocimiento de las Islas Malvinas como parte del territorio argentino", celebró la Cancillería argentina. El pedido de la aerolínea de bandera alemana es para realizar dos vuelos chárter a las Islas Malvinas.

Los vuelos en cuestión, que ya recibieron aprobación, partirán desde la ciudad alemana de Hamburgo, el primero a realizarse el próximo 1 de febrero y el segundo el 30 de marzo. En ambos casos se designó a Ushuaia como aeropuerto alternativo a las Islas Malvinas, según detalló la Cancillería. 

La solicitud presentada informa que ambos vuelos tienen como objetivo transportar a científicos y personal para recambiar a las personas actualmente presentes en la estación científica alemana en la Antártida "Neumayer III", así como el recambio de tripulación para el buque de investigación polar "Polarstern".

La autorización de ingreso del mencionado buque a Puerto Argentino había sido solicitada por la Embajada alemana a la Prefectura Naval Argentina en el marco del Decreto 256/2010. Lufthansa detalló que todas las personas a bordo de dichos vuelos pasarán 14 días de cuarentena antes del viaje, durante los cuales serán sometidos a tres exámenes PCR, cuatro en el caso de los tripulantes de la compañía aérea.

Sobre este tema, el Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería, Daniel Filmus, destacó que es una señal importante el permiso solicitado porque representa "un paso importante en la comprensión a nivel global de que se trata de un territorio sobre el cual, como reconocen las Naciones Unidas, existe una disputa de soberanía que tiene como único camino de solución el diálogo en el marco de la resolución 2065 de Naciones Unidas", subrayó.



miércoles, 20 de enero de 2021

Cruzada contra el 'Imperio del mal': ¿podría la URSS haber ganado en una guerra nuclear contra EE.UU.?
El 18 de enero de 1983 el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, firmó un decreto sobre el despliegue de misiles de alcance intermedio en Europa. EEUU colocó 572 misiles en las proximidades de la URSS desatando una crisis que casi provocó el inicio de una guerra nuclear. Sputnik cuenta cómo se desarrollaron los eventos de aquellos tensos días.
Por Denis Lukyanov


© AP Photo / Charles Tasnadi



El despliegue de los misiles estadounidenses de alcance intermedio fue el punto de inflexión en la Guerra Fría. Pero no fue un paso brusco, y de hecho, estuvo bien planeado. La propia decisión de desplegar los proyectiles se tomó por el Consejo de la OTAN en 1979. La Alianza Atlántica preveía que para 1983 se desplegarían y se colocarían en Europa Occidental 108 misiles de la clase Pershing II y 464 misiles de la clase Tomahawk.

Sin embargo, en la etapa inicial las autoridades norteamericanas no se apuraron en realizar los planes. Washington primero trató de persuadir a Rusia de retirar los sistemas de misiles RSD-10 Pioner de las fronteras occidentales de la URSS. Moscú tenía todo el derecho a desplegar misiles en cualquier parte de su territorio. Fue EEUU el que desplegó sus sistemas en países ajenos cerca de los límites soviéticos y los de sus aliados del bloque socialista en Europa del Este.

Cuando las negociaciones acabaron en un callejón sin salida, el presidente Reagan firmó el 18 de enero de 1983 el famoso decreto sobre el despliegue de misiles en Europa.

En Estados Unidos las acciones de Reagan se perciben como la respuesta a las acciones beligerantes de la Unión Soviética y se cree que el entonces mandatario del país no tuvo ninguna otra opción que responder a los pasos hostiles de Moscú. En la Rusia actual la percepción es contraria. Los expertos dicen que la miope política de Reagan llevó al mundo al borde de un apocalipsis nuclear, una guerra directa contra la URSS.

La Guerra Fría casi se desencadenó en una guerra caliente entre dos potencias mundiales.


Ronald Reagan, expresidente de EEUU


Al borde del fin del mundo

Es posible comparar la crisis de 1983 entre EEUU y la URSS con la crisis de los misiles de Cuba de 1962. En esa época la percepción de la Administración Reagan en la Unión Soviética fue puramente negativa, mientras que su agenda política exterior fue tachada de imperialista y muy agresiva. Las acciones de la Administración Reagan representaban un peligro inminente para el bloque socialista.

En la primavera de 1983 un grupo de ataque de portaviones de la Armada de EEUU llevó a cabo unos ejercicios a gran escala en el océano Pacífico. Durante los ejercicios navales, los marineros estadounidenses ensayaron un ataque contra las posiciones estratégicas en las islas Kuriles. En la misma época aumentó drásticamente el número de vuelos de reconocimiento cerca de las fronteras de la URSS. Las tensiones y las preocupaciones en ambas partes fueron muy altas.

El resultado de dichas preocupaciones fue el derribo de un avión de pasajeros surcoreano Boeing 747 que volaba desde Nueva York a Seúl. Esta tragedia se debió a una maniobra sospechosa del avión que entró en el espacio aéreo de la URSS. La defensa antiaérea consideró que este fue un avión de reconocimiento de EEUU y lo derribó cerca de la isla soviética de Sajalín, en el que resultaron muertas 269 personas a bordo.

La primera unidad de misiles estadounidenses apareció en Alemania Occidental en diciembre de 1983. En cuestión de dos años los militares estadounidenses desplegaron 464 misiles Tomahawk y 108 misiles Pershing II. La respuesta de Moscú no se hizo esperar mucho y la URSS aceleró la producción de sus misiles tácticos. Los militares soviéticos, además, empezaron a equipar los submarinos de la Marina de guerra con misiles de crucero.

Los silos, centros de mando y agrupaciones militares soviéticas desplegados en las fronteras occidentales de la Unión Soviética fueron designados como los objetivos principales para los Pershing y los Tomahawk. El alcance de los Pershing II se cifró en 1.770 kilómetros, mientras que los Tomahawk fueron capaces de cubrir una distancia máxima de 2.400 kilómetros.

Estaba calculado que estos sistemas serían capaces de destruir blancos en la parte europea de la URSS en cuestión de 10 minutos.

El 11 de marzo de 1985 Mijaíl Gorbachov fue elegido secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética —el líder del país— y empezó a seguir una política encaminada a mejorar las relaciones con Occidente. Ya en diciembre de 1987 Gorbachov se reunió con Reagan para firmar el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (Tratado INF).

Estados Unidos se retiró formalmente del tratado el 2 de agosto de 2019.

El lado político y los paralelos actuales

La decisión de desplegar los misiles de medio alcance en Europa se debió al nuevo curso de la nueva Administración —Ronald Reagan llegó al poder en enero de 1981—. Este curso no suponía ningún tipo de concesiones por parte de Estados Unidos, dijo a Sputnik el experto ruso en Estados Unidos de la Academia de Ciencias de Rusia Konstantín Blojín.

"Reagan lanzó una cruzada contra el 'Imperio del mal' —así Reagan calificó a la URSS en 1983—. La Administración Reagan estuvo llena de intransigentes halcones que odiaban la Unión Soviética", recordó el entrevistado.

En otras palabras, la Administración Reagan estaba repleta de neocones —neoconservadores— que estaban obsesionados con la idea de luchar contra la URSS mediante cualquier tipo de medida posible. La lista de los halcones incluía a Richard Perle y Richard Pipes, entre muchos otros, recalcó.

"Está claro que la estrategia de Reagan, que por cierto se usa incluso hoy en día, radicaba en la necesidad de hacer que Moscú participara en una carrera armamentística muy cara lo que tenía como objetivo dañar significativamente a la economía del país comunista. Desde entonces, la presión a través de las sanciones ha sido la medida encaminada a hacer daño a los segmentos más cruciales de la economía", destacó.

Hoy también piensan que, si lograron derribar la Unión Soviética entonces, son capaces de hacerlo ahora también al recurrir al enfoque que usó Reagan en 1980. EEUU apuesta por la oposición dentro del país euroasiático para socavarlo desde dentro. Desde su punto de vista, en este caso se trata de un modelo ideal que funcionó entonces y volverá a funcionar hoy. El mismo modelo se utiliza contra China también —vale la pena recordar las protestas en Hong Kong—, precisó.

Según EEUU, este es un modelo perfecto que se puede usar contra sus adversarios geopolíticos. Y es de esperar que hoy EEUU despliegue sus misiles de alcance intermedio en la región Asia-Pacífico. En 1983, EEUU contaba con un equipo más intransigente compuesto de dichos halcones, "eran los cruzados de la Guerra Fría". Entonces los neocones criticaron todas las Administraciones anteriores de EEUU que trataron de establecer relaciones con la Unión Soviética, añadió.

Los oponentes principales de dichos neocones eran partidarios de la política de Nixon-Kissinger. La Administración Reagan evidentemente contrastaba mucho con sus predecesores. Se les criticó por ser demasiado blandos, puso de relieve Blojín.


Pershing II, un misil estadounidense


Funestas consecuencias

"Creo que, pese a todos los preparativos y maniobras, Estados Unidos nunca estuvo preparado para una tercera guerra mundial, para una guerra total. Si los beligerantes, la URSS y EEUU, de verdad hubieran chocado entre sí, si de verdad hubiera comenzado una guerra nuclear, la Unión Soviética habría salido victoriosa porque su sistema estaba configurado para luchar en una guerra. Esta es la razón por la que a menudo comparan la URSS con Esparta", dijo el entrevistado.

Está claro, agregó, que la tarea de la Administración estadounidense fue imponer la carrera armamentística a la URSS. Es decir, la economía norteamericana fue más efectiva y más competidora y pasaron a una táctica de esperanza estratégica. La cúpula gobernante de la URSS, al fin y al cabo, se rindió y EEUU evidentemente contribuyó a la derrota de Moscú en la Guerra Fría, pero también hay que recordar que factores internos en la Unión Soviética desempeñaron su papel.

La disolución de la URSS no se debió exclusivamente a la política de la Administración Reagan, sino que también, en gran medida, fue provocada por las acciones indebidas de los entonces líderes de la Unión Soviética. La URSS resultó involucrada en la carrera armamentística y gastó los recursos del país comunista. Esto tuvo funestas consecuencias, recalcó.

"Pero de haber comenzado la guerra con EEUU, esta habría terminado con la victoria de la URSS porque el Estado y la población del país estaban preparados para tal desenlace de la crisis militar entre dos potencias mundiales", reiteró Blojín.

Sin embargo, finalmente, las partes encontraron un consenso, pero en Estados Unidos este desenlace de la confrontación con la URSS fue percibido como la victoria de la Administración Reagan. La percibieron "como si hubieran conseguido imponer paz a través de la fuerza", enfatizó.

El punto de vista de la URSS era considerar que para preservar la paz se necesitaba encontrar un consenso. Es obvio que, en la última etapa de la existencia de la Unión Soviética, Moscú trató de encontrar un consenso con Occidente.

"Luego, la URSS intentó integrarse en Occidente, pero esta iniciativa no resultó ser fructífera. Occidente no aceptó a la URSS a sus filas porque Moscú quiso ser un socio en pie de igualdad. Occidente, a su vez, vio a la URSS como un país subordinado", añadió.

La élite política de la URSS no quiso seguir el camino de confrontación con Occidente por eso eligió el camino de búsqueda de consensos. Este último camino llevó a, según lo describe el presidente ruso, Vladímir Putin, a "la peor catástrofe geopolítica del siglo XX". Hoy Rusia trata de corregir sus errores y hace todo lo posible para evitar que esta catástrofe se repita, concluyó.



ADGS, de Qatar, se suma al Conglomerado Industrial Espacial argentino
Así lo informó el Instituto Civil de Tecnología Espacial (ICTE) a través de la red social Facebook.


La prestigiosa empresa qatarí aportará su conocimiento en la aplicación del protocolo de comunicación en espacio profundo HANDUN/BLUP.


ADGS es una empresa de alta tecnología creada en 2015 que realiza investigación y desarrollo para crear algoritmos para aplicaciones en simulación, ciberseguridad y biometría, dinámica social, procesamiento del lenguaje natural e inteligencia artificial.

Según detalla en el comunicado, el aporte de ADGS al conglomerado se realizará a través de la implementación de un protocolo para la transmisión de datos de largo alcance, aportando un equipo de programadores de alto nivel.

Sobre el Conglomerado Industrial Aeroespacial

Se trata de una iniciativa que busca formar un conglomerado industrial aeroespacial de la República Argentina cuyo objetivo principal es lograr el pronto acceso al espacio de nuestra nación.



martes, 19 de enero de 2021

Marte en la Tierra: instalan un simulador de las condiciones de vida marcianas en medio de La Rioja
Es un proyecto único en Argentina. Se trata de domos que recrean la vida en el Planeta Rojo. 




La simulación de las condiciones de vida en Marte es el objetivo del proyecto de innovación tecnológica Solar54 puesto en marcha por un consorcio público-privado en La Rioja, además de poder emular la tecnología de cultivos que podrá utilizarse en futuras exploraciones espaciales a ese planeta.

Para el proyecto se creará un conjunto de domos geodésicos de hábitat, laboratorios e hidrocultivos inteligentes. La iniciativa se implementará en un lugar único en Argentina, al que muchos denominan la copia de “Marte en la Tierra”: la Reserva de Los Colorados, en el Departamento Independencia.



El Solar 54 es un proyecto productivo para la provincia y lugar único de innovación a nivel global, siendo el séptimo país del mundo en desarrollar este tipo de emprendimientos, relacionados con la exploración espacial, la ciencia y tecnología y tiene las características únicas para el desarrollo de tecnología espacial y sistemas de hábitat controlados en la región. El mismo se implementará en un lugar único en Argentina, al que muchos denominan la copia de “Marte en La Tierra”: la Reserva de Los Colorados, Provincia de la Rioja, en el Departamento de Independencia.




En ese sentido, se dispuso de un predio seleccionado de cinco hectáreas para comenzar la primera fase del proyecto, que en octubre 2020, se firmó carta de intención para lanzar Solar54 y llamar a la convocatoria nacional para el proyecto de integración. Cabe destacar que el plan cuenta con un sistema modular para una rápida expansión y construcción amigable con el ambiente: el sistema contempla una estructura modular replicable, para su fácil transportación, ensamblado e instalación. A su vez, tiene laboratorios integrados para el desarrollo y exploración de tecnología espacial: se integrará un laboratorio geodésico para el estudio de los sistemas de hábitat y sustentabilidad en Marte.



Así vivirán los primeros humanos en Marte
El astrofísico Anglada-Escudé coordina un equipo más de 30 especialistas que ha planificado la posibilidad real de edificar una ciudad (Nüwa) que sea habitable, sostenible, se autogestione y crezca por sí sola.
por Blai Felip Palau


Anglada-Escudé, fotografiado en el observatorio astronómico de la Universitat Autònoma de Barcelona, cree que en tres o cuatro años sabremos ya cuándo despegará la primera expedición a Marte. (Xavier Cervera)


“Sí, sí, lo veo clarísimo. No es que sea posible, es que son habas contadas. Y ya las hemos contado”. Con esta seguridad –y pasión– se expresa el astrofísico de prestigio internacional Guillem Anglada-Escudé, que ha liderado un proyecto de construcción y mantenimiento de una ciudad (Nüwa) en Marte. No es ciencia ficción. El plan es el fruto de un exhaustivo trabajo científico, realizado por más de 30 especialistas en distintas disciplinas, y fue uno de los nueve elegidos (se presentaron 175) en una convocatoria de The Mars Society realizado por la red SONet, un equipo internacional de científicos y académicos. ¿El objetivo? Que Nüwa sea una ciudad factible, habitable y autosuficiente en pocas décadas. Estos son los principales argumentos científicos con los que Anglada-Escudé defiende la viabilidad de este hito.




¿Cuándo veremos la primer expedición a Marte? “

Aún no le podemos poner fecha. Se la pondremos dentro de unos tres o cuatro años, cuando veamos cómo funcionan los cohetes de gran tonelaje que se están construyendo en Estados Unidos (los Space X de Elon Musk; los de Blue Origin de Jeff Bezos...) y también en China”. Deberían ser capaces de transportar a la órbita de la Tierra 100 toneladas de carga útil (la que serviría para trasladar el material necesario para vivir en el planeta rojo), que es la que queda después de restar el combustible (lo que más pesa) para el cohete y el tonelaje de la propia astronave. “Si esto va como creemos, quizá en una o dos décadas podría llegar la primera expedición”.

¿Una base en la Luna? 

“Es una de las opciones para desarrollar una economía espacial, porque despegar desde allí requeriría menos combustible. La gravedad lunar es más baja, y con el mismo cohete puedes lanzar cargas mucho mayores. Si puedes manufacturar desde allí, podrías enviar cargas útiles de 100 o 200 toneladas hacia Marte, pero esto requeriría una infraestructura en suelo lunar”. Surgiría el problema del combustible, un poco más difícil de conseguir en la Luna que en Marte, debido a la ausencia de agua abundante y carbono, y habría que desarrollar alternativas. “En la Tierra, por ejemplo, de la arena de la playa puedes separar el silicio del oxígeno usando procesos fisicoquímicos. El primero puede usarse como metal de trabajo, y el oxígeno te sirve para respirar, y la combinación de este oxígeno con silicio u otros metales como el aluminio podría usarse como combustible de cohete. El oxígeno es muy abundante, lo hay en todas partes; lo que sucede es que está pegado a otros materiales oxidándolos”. 


Los espacios comunes de la ciudad de Nüwa están pensados para evitar la sensación de vivir cerrado en esta futura (y futurista) ciudad marciana (Abiboo)


¿Cómo se obtiene el combustible? 

Obtener combustible en Marte para regresar a la Tierra sería más fácil, porque en el planeta hay mucha más agua y dióxido de carbono. “En el subsuelo de Marte, a unas decenas de metros de profundidad, existen muchos acuíferos congelados, el permafrost. Esa sería la fuente de hidrógeno, y como tienes dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera marciana, puedes separar el oxígeno del hidrógeno y el carbono a partir de las plantas o químicamente, para hacer lo que necesites. En Marte es más fácil tener los tres elementos clave para la vida y nuestra tecnología: oxígeno, hidrógeno y carbono”.

¿Cómo sería la primera expedición? 

“La primera misión es probable que no llegue allí para quedarse, sino que sea de ida y vuelta. Se enviaría una misión con una pequeña infraestructura para que, con los elementos locales que encuentre allí, fabrique, por ejemplo, el oxígeno, entre otras muchas cosas, y que cuando esté todo un poco desplegado y se compruebe que todo funciona, se puedan enviar tripulaciones con pasajeros”. Una misión de superexpertos.

¿Y las siguientes? 

“Ya no sería necesario el mejor superespecialista del mundo en un ámbito, sino gente normal y corriente que desease ir allí porque les sale de dentro. Ir a Marte sería una opción de vida. Ya no irían a explorar, sino que es una elección personal porque ofrece un tipo de vida distinto, un Estado del bienestar distinto, una organización social distinta... y esto hay que diseñarlo al mismo tiempo que diseñas las tuberías. Tienes que diseñar un sistema legal, social y político que favorezca que la gente encuentre atractivo y motivador vivir en Marte”.


Matt Damon interpreta en ‘The martian’ a un científico que se las tiene que ingeniar para sobrevivir en un planeta que no pone las cosas fáciles


‘The Martian’, una película realista

Cuando le preguntan a Guillem Anglada-Escudé que recomiende alguna película que ayude a entender cómo sería una primera misión a Marte, siempre cita ‘The martian’, la cinta dirigida por Ridley Scott, interpretada por Matt Damon en el papel de Mark Watney, un ingeniero mecánico y botánico que se las tiene que ingeniar para sobrevivir solo en el planeta y producir su propio alimento: “A pesar de que en el filme se dramatiza todo, es buena la idea de que Marte no es tan distinto. El ambiente es hostil, pero no mata inmediatamente, no es la superficie del Sol, donde te vaporizas, o la de Venus, que es terrible. Marte es un lugar en el que, con un poco de la ciencia que ya conocemos y la experiencia sobre el terreno, nos podríamos desarrollar”. Al científico le encantaría ir a Marte, “no en la primer misión, sino cuando ya esté desarrollado, para integrarme en una comunidad nueva, con gente que quiere vivir de forma distinta y tiene el pensamiento positivo de trabajar todos juntos para crear algo nuevo”

¿Un mundo utópico? 

Algo de utopía hay en este viaje, que duraría unos 250 días. El proyecto coordinado por Anglada-Escudé también ha planificado la organización de la sociedad marciana. Se trataría, para compararlo con lo conocido en la Tierra, de “establecer un sistema fuerte de Estado de bienestar, pero que tenga incentivos para la iniciativa privada. Y no pienso en la empresa que quiera depredar, sino que puedas abrir un restaurante, o una escuela de música...”. Permitir la existencia de pequeñas y medianas empresas. “Cuando incorporas a una persona a la ciudad, tiene que tener garantizado el oxígeno, el agua, el alimento, la energía, la vivienda y la educación y la sanidad pública. Lo único que tendría que hacer es trabajar unas horas a la semana para la ciudad Estado o la comunidad, y el resto del tiempo... para hacer lo que quisiera”.

¿Habría dinero? 

“Cuando te incorporas a la ciudad, recibes acciones de esa ciudad. Cuando la ciudad crea excedente, se crea una moneda porque se ha generado valor, y esta moneda se reparte según las acciones que tenga cada uno. Siempre habrá unas acciones mínimas, pero también te puedes vender las sobrantes o, con las monedas obtenidas por el excedente, comprarle al Estado un terreno para crear un huerto o construir entre unos cuantos un campo de baloncesto”. El plan es crear un equilibrio entre lo comunitario y lo privado. “Es este mecanismo híbrido, que garantiza el Estado de bienestar, el que permitiría la existencia de un sentido de comunidad. Porque tú perteneces a la ciudad, pero la ciudad también te pertenece, porque tienes acciones de ella y te permite desarrollarte de forma privada”. Todo ello con el objetivo de romper la centralización: “Esta simbiosis facilitaría, sin tener que imponerlo, que, localmente, la economía o la cultura se desarrollen de forma autóc­to­na, sin necesidad de planificación”.


La trilogía marciana creada por el prestigioso Kim Stanley Robinson y editada por Minotauro 


Una trilogía muy influyente

Guillem Anglada-Escudé admite que la trilogía sobre Marte (Red Mars, Green Mars y Blue Mars), creada por Kim Stanley Robinson, le ha influido poderosamente. Los tres libros están considerados una de las obras cumbres de la ciencia ficción, escritas por un autor de culto en este campo. La colonización se inicia en 2026 (no estamos tan lejos) y lo fundamental de esta trilogía es que aborda el proceso de “terraformación” del planeta en los aspectos sociales, políticos, económicos, con sus derivaciones por la lucha por el poder, sin olvidar los efectos psicológicos y la importancia de las cuestiones científicas y tecnológicas, tan necesarias y, a la vez, tan influyentes en la vida marciana. “Stanley Robinson aborda cómo, a lo largo de tres o cuatro siglos, se construye y reconstruye la vida en Marte para que acabe teniendo un ambiente parecido al de la Tierra y no tengas que vivir encerrado. Pero es muy geopolítico. Aquí no hay aventuras al estilo Star Wars. Habla de modelos sociales, políticos, y geopolíticos, de países participantes... Da mucha importancia a la parte más humana, pero no es una visión romántica extraña, sino que hace un ejercicio de ciencia-extrapolación muy interesante.”

¿Y de dónde surgirían los materiales para construir la ciudad? 

Para los legos, es uno de los principales misterios. No tanto para Anglada-Escudé ni para el equipo que planificó este asalto al planeta rojo. “En Marte, la economía de materiales tendría que basarse en una variedad limitada para que todo sea altamente reutilizable. El metal de trabajo, por ejemplo, podría ser el hierro y el acero. El hierro se extrae de minerales ricos en óxido de hierro, a través de un método que necesita hidrógeno, en un proceso llamado reducción térmica por hidrógeno, que no necesita carbón como acostumbramos a hacer en la Tierra. Sería como sigue: el hidrógeno se obtiene a partir de la electrolisis del agua, usando electricidad obtenida con energía solar, la electrolisis crea H2 y O2. El H2 se pone en contacto con el mineral rico en óxido de hierro a alta temperatura, se combina con el oxígeno del mineral y queda el metal hierro, que se puede separar magnéticamente. Todo muy limpio y simple”, remata. Y con procesos parecidos se obtendrán otros materiales: fuel, metanol, plásticos de alta calidad y dureza, materia orgánica, fibras...

Autosuficiencia. 

“En el estudio evaluamos si es factible que con los elementos locales que hay en Marte se pueda desarrollar una ciudad, una infraestructura, pero no solo para ir tirando, para subsistir, sino con unos mínimos estándares vitales. Y, lo que es más importante, que esa infraestructura sea capaz de automanufacturar todas sus partes”. 

¿Y puede ser? 

“En principio, sí”, asegura el astrofísico. “Si tienes energía puedes hacer prácticamente lo que quieras”, precisa.


No está aún claro cuánta gente podría habitar Nüwa en un primer paso colonizador, aunque se calcula que podría estar entre un mínimo de 100 y un máximo de 10.000 habitantes. (Abiboo)


¿De dónde se obtiene la energía? 

“De la energía solar, la más obvia, y de la nuclear, aunque en este caso es un tema no resuelto por cuestiones medioambientales”, explica Anglada-Escudé. “Sería suficiente con unos pequeños reactores nucleares, como los que ya tienen algunos barcos, para asegurar una fuente de energía constante, que no te deje en la estacada, pero la infraestructura y la potencia energética deberían venir mayoritariamente de la energía solar, que es la más abundante”.

La Tierra y Marte se ayudan entre sí. 

Anglada-Escudé afirma haber aprendido mucho en este estudio sobre las muchas cosas que se hacen mal en la Tierra. Algunas ya las conocía y otras no eran tan evidentes. “Aquí en la Tierra se abusa mucho del carbono, del petróleo y del carbón, y se hace servir demasiado, no solo para producir energía, sino en los procesos químicos. Allí se tendrán que utilizar otros procesos, que ya se están desarrollando aquí, en el intento de transformar la economía en economía verde. Hay cantidad de cosas que en Marte haremos de otra forma, pero que se podrían emplear ya aquí, en la Tierra, de forma más generalizada, y no se hace por una cuestión económica”. El planeta sufre, y los efectos del cambio climático son contundentes. Desde este punto de vista, planificar un viaje a Marte ayuda a hacer más próximos, en la Tierra, procesos mucho más limpios, que en el planeta rojo serán ineludibles. “Al final, llegas a la conclusión de que lo que necesitas para la ciudad marciana es, idealmente, lo que tendrías que estar haciendo aquí en la Tierra para no abusar del planeta, para que la huella de carbono sea neutra... En Marte o en la Luna o donde sea, fuera de la Tierra, estás forzado a aplicar estos principios de sostenibilidad y de economía circular, desde cero”.


Las viviendas de Nüwa están ubicadas en las paredes de un acantilado, para protegerlas de la dureza del clima (Abiboo)


Un grupo de prueba en la Tierra. 

Para el astrofísico, el viaje a Marte “ya no es ciencia ficción, sino una cuestión de querer hacerlo o no. Hemos hecho los cálculos y hemos visto que la parte matemática sale, que la parte científica sale, que los recursos salen y que, en principio, puede funcionar”. 

¿Qué falta? 

Probarlo aquí, en la Tierra. “En ciencia y tecnología, hasta que no lo haces, no vale”. El paso siguiente es crear una base terrestre, donde un grupo de unas diez personas “pueda experimentar y ver si es sostenible su base y no solo eso, sino si es capaz de construirse todas sus partes en un ciclo cerrado. Y que al cabo de cuatro o cinco años, donde había una base, haya dos, y en lugar de diez personas vivan 20... Si funciona, ese será otro punto de inflexión”.

Marte no es el plan(eta) 

B. Anglada-Escudé lo tiene claro. Los problemas que hay en la Tierra deben solucionarse aquí, antes de que se haga imposible o irrespirable la existencia. “Estamos hablando de Nüwa, una ciudad que puede desarrollarse por sí misma, pero que, como mucho, al cabo de cien años podría tener un millón de habitantes. Un millón de personas no soluciona ningún problema, respecto a la población, en la Tierra”. Para el científico, “se trata más de integrar Marte, el espacio, a la Tierra, que de marchar de la Tierra al espacio. La economía del espacio puede contribuir con muchos recursos, como producir energía desde el espacio, para que revierta en la Tierra”.


Una recreación de cómo pueden ser los módulos de producción agrícola en Nüwa (Abiboo)


Hacia una agricultura distinta

Uno de los aspectos que más sorprendieron a Anglada-Escudé fue la cantidad de espacio que necesitamos en la Tierra para producir el alimento agrícola necesario para una persona: entre 0,5 y 1 hectárea, es decir, entre 5.000 y 10.000 metros cuadrados. “Cuando haces el proyecto de ingeniería en Marte, te sale que para producir los alimentos de una persona, con 100 metros cuadrados tienes suficiente. Eso significa que estamos sobreexplotando, abusando de la superficie de nuestro planeta, porque la agricultura, tal y como está organizada es una forma muy poco eficiente de transformar la energía en alimento. Que en Marte sea posible con menos espacio es un mensaje de esperanza porque quiere decir que, con tecnología y diseñando las cosas bien, podríamos recuperar casi toda la superficie de nuestro planeta para devolverlo a su estado original y seguir viviendo todos sin problemas. Ahora mismo, en la Tierra, ya estamos utilizando la mitad de la superficie útil para cultivar”.

Grupos reducidos. 

Otra duda es saber cuánta gente hay que enviar, una vez la primera misión ha dejado una base con garantías. Los estudios sobre las sociedades tribales dan una pista, pero... “Sabemos que en estas comunidades con unos centenares de individuos es suficiente, porque en la Tierra muchas cosas te vienen dadas: el aire, el agua, la tierra, los frutos... pero fuera de la Tierra no está tan claro. Más grande que cien personas y más pequeño, quizás, que 10.000”. En todo caso, habitarán viviendas que en Nüwa estarán en el interior de las rocas de un acantilado. No podrán salir jamás de este espacio, que será amplio, para evitar la sensación claustrofóbica. “Los humanos tendrán que habitar dentro de receptáculos o ambientes presurizados, pero no serán pequeños, como pasa en la Antártida, porque si quieres desplegar una civilización todo se construirá mucho más grande”.



lunes, 18 de enero de 2021

Blue Origin y su maniquí Skywalker hacen prueba exitosa
por Felipe Sasso


La imagen muestra una nueva prueba de lanzamiento de la New Shepard de Blue Origin.


Blue Origin, la compañía dirigida por el fundador de Amazon Jeff Bezos, acaba de dar otro gran paso hacia los vuelos espaciales tripulados.

Este jueves, la compañía de exploración aeroespacial lanzó con éxito su primera nave New Shepard mejorada para astronautas, en un vuelo de prueba suborbital y sin tripulación desde el oeste de Texas.

Si bien este fue el lanzamiento exitoso número 13 de su cohete, fue el primer vuelo del NS-4, una cápsula mejorada para la tripulación con seis asientos, paneles de visualización y controles de temperatura. La cápsula también contaba con un maniquí de tamaño humano en su interior de nombre Skywalker.

Los dos elementos del New Shepard, el cohete y la cápsula, ambos reutilizables, lograron aterrizar poco después.

El propulsor descendió para un aterrizaje vertical en su zona delimitada, cerca de la plataforma de lanzamiento. Mientras que la cápsula se posó suavemente bajo los paracaídas a una corta distancia, levantando una columna de tierra del desierto unos 10 minutos después del despegue, según un reporte del sitio Space.

“El éxito de este vuelo nos acerca un gran paso más a los astronautas voladores… Habrá mucha diversión por delante en 2021”, señaló Ariane Cornell, directora de ventas de astronautas y orbitales de Blue Origin, durante una transmisión en vivo por internet.

La cápsula de New Shepard alcanzó una altitud máxima de 106.932 metros de acuerdo con Blue Origin, lo que significa 107 kilómetros por encima de la frontera del espacio tradicionalmente reconocida (100 km).

El resultado de esta jornada mantiene optimistas a los directivos de la compañía aeroespacial. “Todo parece haber ido perfectamente hoy”, agregó Cornell.