Mikhail Kornienko: «A la humanidad no le queda mucho tiempo de reacción»
El cosmonauta ruso, que participó en una misión de un año de duración en la Estación Espacial Internacional (EEI), visitó Madrid esta semana. Avisó de la necesidad de afrontar los retos ecológicos y políticos del planeta
por Gonzalo López Sánchez
A los hombres que han estado en el espacio se les suele preguntar sobre el futuro, quizás porque han tenido la suerte de ver el planeta desde la distancia, lejos del ruido cotidiano. Además, los astronautas y los cosmonautas, como Mikhail Kornienko (Syzran, Kuibyshev, 1960) suelen ser personas templadas que saben que cualquier error que cometan ahí arriba puede costarles la vida. Sus ojos, normalmente tranquilos, han podido ver lo frágil y fina que es la atmósfera que separa a la Tierra del resto del frío Universo, por lo que no es raro que tengan una particular visión de conjunto.
Kornienko es uno de esos hombres. Vino a Madrid esta semana, invitado por la Obra Social «la Caixa» y el Centro Ruso de Ciencia y Cultura para dar una conferencia en Planetario de Madrid, con motivo del 20º aniversario de la puesta en órbita de la Estación Espacial Internacional (EEI). Su visión sobre este laboratorio, que viaja a 27.600 kilómetros por hora y que está a 400 kilómetros de altura, es privilegiada. Es uno de los dos integrantes, junto a Scott Kelly, de la «One Year Mission», que la NASA y la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos) desarrollaron en 2015 para estudiar las consecuencias de las misiones de larga duración sobre el cuerpo humano, como paso previo a un futuro viaje a Marte.
Este ex cosmonauta, que no pareció estar muy cómodo en la entrevista o ser un hombre de muchas palabras, ha acumulado 516 días, 10 horas y un minuto de permanencia en el espacio (muy por debajo del hombre que ostenta el record, Gennady Padalka, con sus 878 días) y 12 horas y 13 minutos de tiempo en actividades extravehiculares (EVA) o paseos espaciales. En la actualidad, es especialista principal del grupo de cosmonautas de Roskosmos, en el que está vinculado con la formación de las tripulaciones. Fue paracaidista en el ejército soviético y estudió ingeniería aeroespacial. Durante la entrevista lució la condecoración de Héroe de la Federación de Rusia que le fue otorgada en 2011.
-Ha venido a España para conmemorar el 20º aniversario de la Estación Espacial Internacional (EEI). ¿Qué es lo principal que hay que celebrar?
Lo que más hay que celebrar es el acuerdo y la colaboración que ha habido entre los países que han hecho posible este gran proyecto. Lo fundamental es haber aprendido la gran importancia de colaborar y trabajar juntos en beneficio de toda la humanidad. Esta será la filosofía que nos llevará a Marte.
-Parece que colaborar es imperativo en el espacio, ¿no?
Bajo mi punto de vista el espacio es igual a cooperación porque la exploración es extremadamente cara y complicada. La propia EEI ha demostrado que es posible tener éxito, pero siempre bajo el espíritu de esta cooperación.
-¿Se debería prolongar el uso de la EEI más allá de 2024?
La estación puede seguir trabajando si se cambian ciertos módulos antes de que lleguen al final de su vida útil.
-Ha destacado la importancia de la colaboración en la EEI. Pero, desde el punto de vista científico, ¿está la estación justificada? ¿Se podría hacer ciencia útil gastando menos dinero?
No es una pregunta que yo pueda responder. Deberían hacerlo economistas, científicos o políticos.
-En todo caso, las futuras misiones a la Luna se están diseñando de forma que sean económicamente sostenibles, atendiendo más a la rentabilidad... ¿No es así?
Sí, pero, evidentemente, el concepto de rentabilidad en el espacio es diferente al de una fábrica de botas. El espacio se caracteriza porque se hacen inversiones a largo plazo en beneficio de la humanidad. No hay que olvidar esto para juzgarlo.
-Sin embargo, varias empresas privadas, como Space X, han entrado en el sector. ¿Lo ve como algo positivo?
Space X no invierte dinero del Estado, sino de un multimillonario, Elon Musk, que tiene contratos con la NASA y el Pentágono. Se puede permitir ese gasto, pero no desde el punto de vista de la rentabilidad. ¿Qué rentabilidad puede suponer lanzar una nave con tres toneladas de carga con rumbo a la EEI?
-¿Qué le parece que Estados Unidos haya puesto la Luna como próximo objetivo? ¿Le parece lógico o realista?
Creo que es el paso lógico. En primer lugar, porque para ir tanto a la Luna como a Marte hacen falta cohetes pesados, capaces de llevar 100 toneladas de carga. Digamos que la Luna es un paso intermedio en la carrera para ir a Marte. Allí se probarán cohetes, equipamientos y la tecnología necesaria para ir al planeta rojo.
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Mikhail Kornienko, a bordo de la EEI en 2010, jugando con unos tomates - Dominio público |
-¿Podría decirme más sobre esta tecnología? ¿Alguna estará relacionada con la defensa a la radiación, que afecta a la superficie de Marte?
La defensa frente a la radiación es uno de los grandes problemas del viaje a la Luna y a Marte. No puedo contestarle a fondo sobre esta cuestión, pero tengo entendido que esta será una de las claves. La protección que se usará para ir a la Luna será la que se use para ir a Marte.
-Usted ha sido una de las dos personas que ha participado en la «One Year Mission». Por su experiencia, ¿diría que estamos preparados para un viaje tan largo?
Todavía no estamos preparados, porque no hay cohetes de gran tonelaje ni tenemos suficiente protección frente a la radiación. Pero ambos son problemas que se pueden resolver.
-Ha pasado en el espacio 516 días, 10 horas y un minuto. ¿Cuál fue el mejor momento?
(Una pausa de varios segundos). Cada vez que se abría la escotilla y pisaba la Tierra de nuevo (risas).
-¿Y el instante más terrorífico, si es que hubo alguno?
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Mikhail Kornienko durante la entrevista- GUILLERMO NAVARRO |
Más que terrorífico, diría complicado. Los momentos más complicados son cuando la nave entra en la atmósfera, el exterior comienza a arder y hay muchas vibraciones y muchas sacudidas.
-¿En qué piensa en ese momento? Si es que se piensa en algo...
Por su puesto, un cosmonauta que deja de pensar deja de existir. Tiene que estar pensando siempre... (Sonríe).«Un cosmonauta que deja de pensar deja de existir»
-Usted hizo un paseo espacial de casi siete horas. ¿Cómo es la experiencia de salir al espacio, fuera de la nave?
Cuando abrí la escotilla, vi la Tierra 400 kilómetros más abajo. Tuve un momento de miedo, o de vértigo. Lo primero que entiendes cuando se abre la escotilla y se ve el espacio es que no estás entrenando en la base. Eso es de verdad, y cualquier error te puede costar la vida.«Lo primero que entiendes cuando se abre la escotilla (...) es que cualquier error te puede costar la vida»
Por ejemplo, a medida que nos movemos por el exterior tenemos que ir enganchando unos apoyos, uno a uno. Tienes que estar extremadamente concentrado, porque si pierdes el agarre nadie va a poder ir a por ti a salvarte.
Pero todos esos momentos tan emocionantes pasan a un segundo plano, porque cuando estamos fuera, toda la operación está organizada minuto a minuto. Tienes que estar tan pendiente, y desde la Tierra están tan atentos, que no tienes tiempo de dejar entrar a tus emociones.
-¿Ver el planeta desde la nave cambió su perspectiva sobre los problemas de la Tierra?
Por supuesto, cambia la conciencia, la comprensión. La EEI solo tarda 90 minutas en completar una vuelta entera alrededor de la Tierra. Desde el espacio puede verse lo pequeño y frágil que es el planeta. También se ve cómo nosotros nos relacionamos con el planeta de una forma bárbara.
-¿Bárbara?
Desde el espacio se puede ver flotando una isla de plástico del tamaño de California. ¿Acaso no es algo bárbaro? También se puede ver cómo la selva del Amazonas retrocede poco a poco, cómo van apareciendo calvas cuadradas allá donde se talan los árboles. Creo que nos queda poco tiempo de reacción si no dejamos de comportarnos de una forma tan bárbara con la Tierra.
-¿Es optimista, cree que esa reacción va a ocurrir?
Soy optimista y creo que la razón colectiva va a lograr, de alguna manera, que ciertos sectores de la sociedad entren en razón y puedan resolver estos problemas.
-Por lo que dicen quienes han estado allí, viajar al espacio no es precisamente una experiencia cómoda. ¿Qué es lo que más se echa de menos cuando se está en la EEI?
Se echa de menos la Tierra, se siente nostalgia por la naturaleza. Ir allí arriba no es un viaje de negocios, o como este que estoy haciendo ahora, en Madrid. Aquí puedo echar de menos mi país, pero estoy a gusto. Me asomo por la ventana y veo árboles, pájaros y una ciudad muy bonita. Pero allí, no estás en la Tierra. El hecho de no sentirse en la Tierra es una sensación muy compleja y extraña a nivel psicológico. De hecho creo que este va a ser uno de los problemas que más va a afectar a los futuros viajes a Marte.
-¿Dónde está el límite en distancia o tiempo de las misiones tripuladas? ¿Hasta dónde o durante cuánto tiempo se puede viajar?
Todo depende de la velocidad de las naves. Ahora mismo se están empezando a usar motores iónicos que están acelerando mucho la velocidad con la que podemos viajar de un sitio a otro.
-¿Hay que estar hecho de una pasta especial para ser astronauta o cualquier persona con buena salud y entrenamiento puede serlo?
No creo que cualquier persona pueda serlo. Hace poco hemos tenido un proceso de selección en Rusia en el que, de 500 candidatos, solo ocho pasaron las pruebas.
-¿Hay que tener ciertas cualidades?
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Mikhail Kornienko durante la entrevista - GUILLERMO NAVARRO
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No puedo decirle cualidades concretas. Debes tener una salud física y mental del 100%. Debes estar totalmente sano y de tener una estabilidad psicológica muy fuerte.
-¿Cuáles fueron las secuelas físicas después de volver de la misión de un año? Scott Kelly dijo haber sufrido mucho.
La vuelta y la adaptación a la Tierra es un proceso muy complejo para cualquier cosmonauta. Todos tienen unas cosas u otras, pero en general, suele haber problemas de riñones y en músculos y huesos.
-¿Vamos a llegar a Marte en las próximas décadas?
Creo que ir a Marte es inevitable, pero no puedo decir cuándo va a ser. Cuanto antes nos pongamos de acuerdo aquí en la Tierra, antes llegaremos a Marte.«Cuanto antes nos pongamos de acuerdo aquí en la Tierra, antes llegaremos a Marte»
-¿Por qué se hizo cosmonauta? ¿Tuvo algún referente?
Por supuesto. Nací en la Unión Soviética, en los años sesenta. Viví el apogeo de los cosmonautas, cuando todos los niños queríamos ser como ellos.
-En octubre, un error en el lanzamiento de un Soyuz obligó a hacer un aterrizaje de emergencia. En agosto, se detectó un fallo en la hermeticidad de la EEI a causa de la presencia de orificios en otra cápsula Soyuz. ¿Se trata de errores puntuales o son síntomas de algo más profundo?
No puedo decirle por qué han ocurrido estas cosas. Dentro de un mes mis colegas harán un paseo espacial para examinar los agujeros. Así que, de momento, no sabemos si la clave está en un error puntual o en fallos de infraestructuras en tierra.
-Por su experiencia en cosmonáutica, ¿ve factible que el turismo espacial arranque en la próxima década?
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Estrella de Oro del Héroe de la Federación de Rusia- GUILLERMO NAVARRO |
Sí, por su puesto, es una posibilidad totalmente real, y además va a ser rentable. Potencialmente, hay muchas personas acaudaladas que quieren volar al espacio y que están dispuestos a pagar. Creo que las compañías privadas obtendrán muchos beneficios.
-Llegaremos a explorar el sistema Solar con misiones tripuladas, incluso más allá de Marte?
Estoy convencidos de que si en la Tierra resolvemos los problemas políticos y ecológicos que tenemos, estaremos preparados, y que es inevitable que volemos más allá de Marte.
-Hay gente que todavía cree que la tierra es plana. ¿Qué les diría?
Siempre estoy respondiendo a esa pregunta... Soy ingeniero y tengo mentalidad de ingeniero, así que me resulta difícil saber cómo he podido estar en órbita sobre una superficie plana. Los partidarios de la Tierra plana dicen que todo es un montaje, y que las imágenes de la EEI se ruedan en un estudio. Es una idea propia de personas que quieren quedarse con los demás. Créanme, he visto la Tierra y es redonda.
Fuente: ABC.es