Edificios encantados donde pasar miedo en Sevilla
El «Sanatorio de los Muertos» de la capital hispalense, el «Monasterio del Diablo» en Carmona o «Casa de la Loca» de Palomares del Río son algunos ejemplos
por José Manuel García Bautista
Visita del gobernador civil en 1971 al Hospital de San Pablo de Sevilla - ABC |
Reconozco que todas las ciudades del mundo tienen mil y un lugares evocadores que nos recuerdan la grandeza de las culturas que habitaron sus calles y que hicieron por construir y el futuro que es el presente que vivimos. Podemos caer bajo el influjo de Roma, París, Viena, Praga, Madrid o la nuestra, Sevilla.
Pero también encontramos en esas ciudades sitios donde pasar miedo, desde las catacumbas hasta viejos cementerios donde la realidad supera a la ficción, o vetustos edificios abandonados que son ya parte de la Historia o de la Leyenda.
En Sevilla encontramos algunos de ellos, recuerdo cuando me documentaba para escribir mi libro «30 lugares de Sevilla donde pasar miedo» el asombró que me provocó dar con muchos de ellos, visitarlos y tener la oportunidad de investigarlos, algunos con tanta profundidad que lo imposible tuvo que manifestarse ante nosotros de mil formas diferentes.
Permítanme que les descubra alguno de ellos, como el llamado «Sanatorio de los Muertos», un lugar dentro de Sevilla, llamado realmente como «Hospital Universitario San Pablo» y próximo a las pistas del aeropuerto de Sevilla.
Cuentan los testigos que han tenido tremendas experiencias en su interior que allí, en las antiguas y demolidas hoy habitaciones, se aparece una niña, de 8 años, llamada Clara, a la que gusta pasear por el sitio donde murió o mostrarse con su vestidito a la asombrada víctima del misterio.
La demostración más palpable -independientemente de aquellos que dicen haberla visto pero que no se dispone de un registro fotográfico o de vídeo del instante- fue una psicofonía captada en su interior, las llamadas «voces del misterio» o «voces del más allá», en las que una voz infantil, la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre –tan señalada-, que decía «hola,… Hola», y que hiela la sangre y paraliza el corazón de quienes han tenido la oportunidad de escucharla.
O el espectro del iracundo padre Miguel que vagaría por toda la eternidad en el interior del complejo quizás purgando sus pecados no confesados… ¿Quién sabe?
Sea como fuere es uno de esos lugares en los que uno pasará miedo, no sólo por las historias que se cuentan en su interior si no por lo desolado del sitio que no inspira confianza ni invita a permanecer mucho tiempo dentro.
Si viaja a Carmona, la siempre bella localidad sevillana, y toma la carretera a los Alcores, verá, no sin dificultad, como un edificio se yergue sobre un promontorio que domina un páramo. En las frías noches de invierno la neblina comienza a llegar hasta sus faldas y el aspecto fantasmagórico hace que se tenga de él una visión terrorífica.
Es el llamado «Monasterio del Diablo», una antigua edificación que debió tener tiempos mejores y en cuyo interior se dice que se manifiesta un viejo fraile o el mismísimo demonio. Cuentan que un fraile despertó en la noche y no observó la presencia de sus hermanos, los buscó y sólo pudo acceder a una fresquera donde sus cuerpos pendían de unos ganchos y el demonio, a sus pies, los devoraba dejándolo a él vivo para que diera fe de su existencia. La leyenda es tan falsa como la supervivencia del fraile, inventada por un pícaro pseudo investigador con más ganas de popularidad que de descubrir la verdad pero que ha alimentado la imaginación de cuantos han accedido a su interior.
Cierto es que allí, en el monasterio, se han vivido experiencias difíciles de explicar, escuchado cantos monacales, religiosos; se han visto sombras y presencias difíciles de explicar, captado más psicofonías de las deseables y hasta tenido encuentros con un ser que surgía de uno de los laterales de la nave hasta perderse en la última sala que tiene este espacio.
La fresquera ciertamente existe, con ganchos en su techo, aquella que estaba destinada a preservar los alimentos y que, realmente, hoy, es utilizada para hacer todo tipo de pactos satánicos como demuestra una mal realizada estrella de cinco puntas invertida que encontramos en una de sus paredes.
El lugar hoy es el centro de muchas investigaciones paranormales, de los que buscan el misterio y hasta de aquellos que hacen magia negra, invocan a Satanás, realizan sacrificios animales o dejan llevar su calenturienta imaginación a cotas insospechadas.
Sevilla tiene más lugares donde pasar miedo, por ejemplo la llamada «Casa de la Loca» en Palomares del Río, junto a la «Fuente de la Rihuela". Allí dicen que se aparecería el espectro de una dama que habría habitado el lugar, mil leyendas y un mismo final trágico.
No hace demasiados años fue el escenario de un asesinato en su interior y algunos expertos en estas cuestiones opinan que el alma de aquel desdichado también puede estar manifestándose en su interior.
En todos los lugares se debe tener cuidado, ninguno tiene carencia de propietarios aunque esté abandonado y en todos se debe ir con precaución pues aquellos que buscan la muerte en ellos pueden encontrarse con desagradables incidentes y poner su vida en juego. El misterio es bello, así como su búsqueda, pero con precaución, permisos y paciencia. Sn lugares donde pasar miedo en Sevilla, sólo algunos de ellos, a buen seguro que son muchos más y en todo se puede vivir lo extraordinario, sea parte de lo paranormal o de la imaginación.
Fuente: ABC.es
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